Jueves, 15 de diciembre. Comen en casa los Mallea, Gustavo Casares, Alicia Jurado, Borges. Gustavo pondera a España: «Qué lujo. Y qué miseria. En la iglesia de no sé qué pueblito, había que ver la plata del altar y las diademas de la Virgen y uno salía ¡y qué miseria! La gente no había cambiado: era la misma del tiempo del Greco. Había un cura flaco, vestido de negro, y seguido de otro cura, de colorado, y de no sé cuántos monaguillos. Y estaban —están por todas partes, en España— los enanos y las meninas de Velázquez: los quasimodos más horrorosos. El dominio de la Iglesia es impresionante: tienen a la gente en un puño, se meten en todo y embuchan el dinero». BORGES: «Enumera horrores como si fueran ventajas y virtudes».
HELENITA MALLEA: «A María Elena Walsh la corrieron porque bajó de pantalones. Qué maravilla un pueblo que conserva así la manera de ser». BORGES: «Entre los esquimales encontrará aún más prejuicios ». HELENITA: «No me hable de esquimales: viven en lugares fríos y a mí el frío —brrrrr— me horroriza». Hablaron de lugares en donde uno viviría; yo menciono Inglaterra, Francia, Italia, Suiza, España; Borges está de acuerdo: Inglaterra, Suiza, España le gustan para vivir, pero «¿quién puede vivir fuera de Buenos Aires?», agrega. Helenita y Gustavo consideran que vivir en Inglaterra no sería posible. HELENITA: «Los ingleses no son hombres; ni muertos, son muertos». Se habla de fantasmas. Todos quisieran creer. Se habla del almirante Martínez, que se suicidó. GUSTAVO: «Le iban a hacer un tribunal de honor». HELENITA: «¿Qué es un tribunal de honor?». GUSTAVO: «Es la degradación, que le hicieron a Toranzo Calderón, antes, y ahora a Perón y a Teisaire. Yo no sé por qué se la iban a hacer a Martínez. Él se apenó mucho por lo de Teisaire. Era amigo de Teisaire y de Remorino. No se metía mucho en política. Lo que él quería era ser lo que ahora es Rojas: jefe de la flota. Fue eso: jefe de la flota. Era un hombre modesto. Le dieron la dirección de la [fábrica de cerveza] Quilmes, con veinticinco mil pesos mensuales». MALLEA: «No era tan modesto entonces». GUSTAVO: «Sí. Siguió en el mismo departamento». BORGES: «Además de peronista y de voraz, avaro». GUSTAVO: «Yo siempre digo: se puede ser peronista, allá ellos, pero lo que no es posible es ser peronista y estar en sociedad».
Texto y foto de Bioy Casares y Borges en Librería de la Ciudad en 1979
En Bioy Casares, Adolfo; Borges
Edición al cuidado de Daniel Martino
Barcelona: Ediciones Destino ("Imago Mundi"), 2006
Edición al cuidado de Daniel Martino
Barcelona: Ediciones Destino ("Imago Mundi"), 2006