Sábado, 23 de octubre. Con Grillo della Paolera vamos a la comida,
en la residencia del embajador de Alemania, en la calle Haedo, en Vicente
López, en honor de Borges, que mañana viaja a Alemania. El embajador
impone su personalidad en el renglón vinos y nos obliga a probar.
¡Borges y yo como catadores de vinos blancos!
Pregunto a Borges si María lo acompañará en su viaje a Alemania. «Sí
—contesta—. Me dijo que hará este último sacrificio.» Después de decir
que si tuviera coraje rompería, reconoce que María es lo mejor, lo único
que le ha pasado en la vida y que a su lado fue muy feliz: «Todavía nos
conmovemos por las mismas cosas... Por ejemplo, la tarde en que hablamos
con el sacerdote de Thor, en Islandia, estaba tan conmovida
como yo».
En Bioy Casares, Adolfo: Borges
Edición al cuidado de Daniel Martino
Barcelona: Ediciones Destino ("Imago Mundi"), 2006
Foto: María Kodama en Palermo (Sicilia), 1984
© Ferdinando Scianna/Magnum Photos