El porvenir es tan irrevocable
como el rígido ayer. No hay una cosa
que no sea una letra silenciosa
de la eterna escritura indescifrable
cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja
de su casa ya ha vuelto. Nuestra vida
es la senda futura y recorrida.
El rigor ha tejido la madeja.
No te arredres. La ergástula es oscura,
la firme trama es de incesante hierro,
pero en algún recodo de tu encierro
puede haber un descuido, una hendidura.
El camino es fatal como la flecha
pero en las grietas está Dios, que acecha.
Soneto con el cual Borges prologa I Ching. Libro de las mutaciones (1975),
edición de Richard Wilhelm (Edhasa)
Luego, con variaciones en La moneda de hierro y siguientes ediciones.
Foto sin atribución: Jorge Luis Borges, Madrid 1980 - EFE archivo
Uno de los poemas más hermosos de la lengua. Pesimista, no. Peor: nihilista y perfecto.
ResponderBorrarNo existe el tiempo, la esperanza, ni la resignación. Dios es el garante de la fatalidad.
JCR
Qué curioso, las interpretaciones de cada uno, porque yo lo imagino como que va la flecha, pero siempre está Dios que puede estirar la mano y pararla o desviarla. :)
BorrarPorque en rigor de verdad, el I Ching no te da una respuesta irrevocable, sino una advertencia de los caminos por los que estás transitando
BorrarPero si dependemos de esas dos, destino y deidad, ¿qué esperanza cabe sino la del mendigo que espera migajas?
BorrarEl Dios de Borges es el mismo de Spinoza. Así que quizas sea más ese espíritu luminoso que llevamos dentro de un ser supremo que actúa como malabarista para premiar o castigar a sus seres creados
BorrarLo bueno y majestuoso es que, el libro sagrado "i-ching" te dice lo que tú quieres escuchar. Es decir, en cada pagina que tomas para leer; te dice algo puntual. para ese día o para reflexionar y tratar en tú consciente se desarrolle más en el bien común.
BorrarPor lo tanto el prologo de (JLB), cada uno interpreta a su estilo o manera que está viviendo.
Quizá lo más interesante sea la inversión del lugar de dios, ya que no lo plantea como quien ha prefijado el destino, sino como quien acecha y puede alterarlo. Una típica relectura del lugar de algo o alguien. Algo similar hace con la figura de Judas en Tres versiones de Judas. Sin duda, un subversivo, en el sentido más profundo del término.
ResponderBorrarExcelente comentario. No lo había visto antes
BorrarMuy buen comentario. Me hizo acordar a un cuento, creo que de tradicion judía, donde una mujer logra alterar un destino de muerte al realizar un acto de bien. De ese modo existirian las dos cosas: El destino prefijado y la posibilidad de cambiarlo.
BorrarTal vez sea que Sabemos q nos están buscando....y espero...
ResponderBorrarSi
Un descuido dice aqui, pero en el poema original es una luz
ResponderBorrarBorges en este poema está hablando de metafisica, de leyes universales. De conceptos de tiempo, de lo oculto en cada uno de nosotros y como eso determina nuestro destino. Y de un concepto de Dios que nada tiene que ver con una concepción religiosa. Inconmensurable su aporte si es que comprendes su significado.
ResponderBorrarGracias mi Amor por traerme a Borges a la memoria. Es tanta la belleza que no cabe en una palabra. Solo Borges podría.
ResponderBorrarTanto Borges como el I Ching no se analizan, se viven.
ResponderBorrares correcto coincido contigo…
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