Ya que todo hecho presupone una causa anterior, y ésta, a su vez, presupone otra, y así hasta lo infinito, es innegable que no hay cosa en el mundo, por insignificante que sea, que no comprometa y postule todas las demás. En lo cotidiano, sin embargo, admitimos la realidad del libre albedrío; el hombre que llega tarde a una cita no suele disculparse (como en buena lógica podría hacerlo) alegando la invasión germánica de Inglaterra en el siglo V o la aniquilación de Cartago. Ese laborioso método regresivo, tan desdeñado por el común de la humanidad, parece reservado a los comentadores del peronismo, que cautelosamente hablan de necesidades históricas, de males necesarios, de procesos irreversibles, y no del evidente Perón. A esos graves (graves, no serios) manipuladores de abstracciones prefiero el hombre de la calle, que habla de hijos de perra y de sinvergüenzas; ese hombre, en un lenguaje rudimental, está afirmando, para quienes sepan oírlo, que en el universo hay dos hechos elementales, que son el bien y el mal o, como dijeron los persas, la luz y la tiniebla o, como dicen otros, Dios y el Demonio.
Creo que el dictador encarnó el mal y que es un prejuicio suponer que su causa no fue perversa, por la sola razón de que hoy es una causa perdida.
«Una efusión de Ezequiel Martínez Estrada», 1956
Los diputados peronistas se disculpaban diciendo que eran peronistas para robar, no porque les pareciera bien el régimen.
Cortínez, 1967
En Antonio Fernández Ferrer & Jorge Luis Borges: Borges A-Z (1988)
La Biblioteca de Babel, 33-
A modo de complemento, citamos a Bioy Casares que en su Borges (pág. 180) cuenta:
Miércoles, 18 de julio de 1956
Me habla la madre de Borges: Martínez Estrada
atacó a Borges, llamándolo «turiferario, vendido y envilecido», porque
ha elogiado al gobierno;* él se queja, con orgullo, de su pobreza, que le
impide fumar... Parece que Borges piensa contestar impersonalmente,
con respeto por el escritor. ¿Por qué esa ficción, si sabe que es un hombre
equivocado y tortuoso?
* Nota al pie de página 180
Al artículo de Borges en Acción, Martínez Estrada contestó con otro, en forma de
diálogo imaginario, en Propósitos [10/7/56], en el que considera a los que opinan como
Borges turiferarios a sueldo. Borges escribió en «Una efusión de Ezequiel Martínez Estrada»
[S, nº 242 (1956)]: «Dije en Montevideo y ahora repito que el régimen de Perón era abominable,
que la revolución que lo derribó fue un acto de justicia y que el gobierno de esa
revolución merece la amistad y la gratitud de todos los argentinos». A lo de turiferario a sueldo,
responde que «la injuria no me alcanza porque yo sé que la felicidad que sentí [...] cuando
triunfó la revolución, fue superior a cuantas me depararon después honras y nombramientos...
»
En Borges A/Z
A. Fernández Ferrer y J. L. Borges, 1988
Foto: Ezequiel Martínez Estrada
sin atribución de autor ni fecha (dominio público)
la obra de borges es política en sí misma, y está definida por su amor por la libertad. el golpe -los golpes- en clave anti peronista no fueron más y en todo casos que el encuentro con su némesis...
ResponderBorrar