En los bestiarios medievales, la palabra "pantera" indica un animal asaz diferente del "mamífero carnicero" de la zoología contemporánea. Aristóteles había mencionado que su olor atrae a los demás animales; Eliano -autor latino apodado Lengua de Miel por su cabal dominio del griego- declaró que ese olor también era agradable a los hombres. (En este rasgo, algunos han conjeturado una confusión con el gato de algalia.) Plinio le atribuyó una mancha en el lomo, de forma circular, que menguaba y crecía con la luna. A estas circunstancias maravillosas vino a agregarse el hecho de que la Biblia griega de los Setenta usa la palabra "pantera" en un lugar que puede referirse a Jesús (Oseas, V, 14).
En el bestiario anglosajón del Código de Exeter, la Pantera es un animal solitario y suave, de melodiosa voz y aliento fragante. Hace su habitación en las montañas, en un lugar secreto. No tiene otro enemigo que el dragón, con el que sin tregua combate. Duerme tres noches y, cuando se despierta cantando, multitudes de hombres y animales acuden a su cueva, desde los campos, los castillos y las ciudades, atraídos por la fragancia y la música. El dragón es el antiguo enemigo, el Demonio; el despertar es la resurrección del Señor; las multitudes son la comunidad de los fieles y la Pantera es Jesucristo.
Para atenuar el estupor que puede producir esta alegoría, recordemos que la Pantera no era una bestia feroz para los Sajones, sino un sonido exótico, no respaldado por una representación muy concreta. Cabe agregar, a título de curiosidad, que el poema Gerontion, de Eliot, habla de Christ the tiger, de "Cristo el tigre".
Anota Leonardo da Vinci:
"La Pantera africana es como una leona, pero las patas son más altas, y el cuerpo más sutil. Es toda blanca y está salpicada de manchas negras que parecen rosetas. Su hermosura deleita a los animales, que siempre le andarían alrededor, si no fuera por su terrible mirada. La Pantera, que no ignora esta circunstancia, baja los ojos; los animales se le aproximan para gozar de tanta belleza y ella atrapa al que está más cerca y lo devora".
En El Libro de los Seres Imaginarios (1967)
Reedición ampliada del Manual de Zoología Fantástica (Buenos Aires, 1957)
Con la colaboración de Margarita Guerrero
© Dibujo realizado por el artista alemán Jan Peter Tripp