A Viviana Aguilar
En el alba dudosa tuve un sueño.
Sé que en el sueño había muchas puertas.
Lo demás lo he perdido. La vigilia
ha dejado caer esta mañana
esa fábula íntima, que ahora
no es menos inasible que la sombra
de Tiresias o que Ur de los Caldeos
o que los corolarios de Spinoza.
Me he pasado la vida deletreando
los dogmas que aventuran los filósofos.
Es fama que en Irlanda un hombre dijo
que la atención de Dios, que nunca duerme,
percibe eternamente cada sueño
y cada jardín solo y cada lágrima.
Sigue la duda y la penumbra crece.
Si supiera qué ha sido de aquel sueño
que he soñado, o que sueño haber soñado,
sabría todas las cosas.
La cifra, Madrid, Alianza Editores, 1981
Nota:
Publicado simultáneamente en Madrid, por Alianza Editores, y en Buenos Aires, por Emecé Editores. El poema fue suprimido en la edición argentina y en todas las demás a partir de la segunda edición. Tampoco se incluye en las Obras Completas. Se reproduce también en Borges. Esplendor y derrota, de María Esther Vázquez. Fuente
Foto: Borges. Rome, Italy, 1981 © Horst Tappe Fondation/LUZphoto