Los caserones eran grandes, como banderas y cada patio tenía estrellas distintas.
Ya el traspatio era otro país, hecho de griterío, de negrada y de lumbre.
Los redondeles de las duras guitarras daban siempre a la pampa.
De San Benito de Palermo las tardes rojas engendraban soldados.
Las calles casi estaban en la pampa, con su polvareda y patrullas.
En carretas bajonas, detrás de bueyes bajo pértigo y yugo, iba el río a las casas.
Don Juan Manuel de Rozas era fornido, ubicuo, inmortal.
Monstruosos como espejos, los corazones eran iguales entonces.
Año de gracia y de maravillosa crueldá: del quita penas y el minué montonero.
La muerte era ancha y fácil y profunda como el campo y la noche.
Año sangriento y candoroso: año del barrio del tambor y el punzó.
En Luna de enfrente (1925), suprimido en ediciones ulteriores
Luego en Textos Recobrados 1919-1929 (2007)
Retrato de Jorge Luis Borges Borges en revista Siete Días
Año VI, Número 310, 23 de abril de 1973
En entrevista con Andrés Oppenheimer y Jorge Lafforgue
En Luna de enfrente (1925), suprimido en ediciones ulteriores
Luego en Textos Recobrados 1919-1929 (2007)
Retrato de Jorge Luis Borges Borges en revista Siete Días
Año VI, Número 310, 23 de abril de 1973
En entrevista con Andrés Oppenheimer y Jorge Lafforgue