24/12/14

Adolfo Bioy Casares: "Borges" (Martes 24 de diciembre de 1957)







Vamos con Silvina a casa de Borges. Con él están su madre, Norah, Guillermo y los chicos. Brindamos. Borges me regala Empédocle d'Agrigente de Jean Zafiropulo; a Silvina, Sappho (pronúnciese Psafo) de Jean Larnac y Robert Salmon. Lo traemos a comer en casa.

BIOY: «Cuando yo era chico, Navidad tenía poca importancia». BORGES: «Cuando yo era chico, no tenía ninguna: la celebraban solamente los ingleses y los alemanes, en Belgrano. Ahora es una especie de ensayo de primero de año, que es, como Navidad, una especie de ensayo de carnaval. Ahora celebran Navidad y primero de año con cohetes; pronto lo harán con caretas». BIOY: «Cuando yo era chico no había esta manía de los petardos. Recuerdo que mis primos Blaquier, en Vicente Casares, tiraban petardos: yo veía esa actividad como un rasgo peculiar del carácter de los Blaquier que no podía compartir».

BORGES: «Ha refrescado. Eso es lo típico del verano: encontrar que ha refrescado, que hace menos calor que la víspera. Cuando uno dice eso, tenelo por seguro: hace un dog's weather».

Asegura que el premio municipal se le amargó a Mastronardi, al saber que sus compañeros son Murena, Viñas y Lisa Lenson: «Ya todo se convierte en a roaring farce».

Oímos tangos. De Gardel, al que oímos en Ivette, dice: «Es invertebrado, es un bicho baboso, no vocaliza, se derrama». Volvemos a oír Ivette, ahora cantado por Vidal. BIOY: «Qué raro que Gardel sea el gran cantor». BORGES: «Y la letra de Ivette es extraordinaria. Fijate, todos los regalos que le hace son robados:

¿No te acordás que conmigo
usaste el primer sombrero...?

Qué mundo miserable. Qué bien.

¿No te acordás que traía
aquella crema lechuga
que hasta la última verruga
de la cara te piantó?

Se ve que la mujer era un bagayo». Elogia:

...y que por una pavada
te acoplaste a un mishé.

Parodia los versos, adelantando los labios y poniendo especial énfasis en pavada.

Oímos también Milonga de antaño, Una noche de garufa («el mejor tango»), El pollito («un tango cauteloso», según uno de los sobrinos de Borges).

Borges, muy inspirado —oír tangos, por la noche, lo exalta— me cuenta su cuento (o poema en prosa, o mito) del Rapsoda*: primero vive en el presente, muy despierto a las sensaciones, en un mundo bárbaro; así un día, muy joven aún, pelea con un enemigo y otro día va hacia una cámara subterránea donde lo espera una mujer; cuando pelea, recuerda a Áyax o Aquiles y se ve como ellos; poco a poco pierde la vista; pasa a una vida en que las sensaciones son más apagadas y por primera vez desciende a sus recuerdos (su vida y las historias que le contaron cuando era chico, de los héroes antiguos); ya ciego, escribe sus Ilíadas y Odiseas (es Homero).

Borges había pensado hacer su mito de Homero con Milton. BIOY: «Ya no sería un mito, sino un juego de erudición y de ingenio». BORGES: «Nadie puede emocionarse con Milton». BIOY: «Con Homero es poético; esa poesía se perdería con Milton. Has sorteado el peligro de poner como héroe a Milton; peligros como éste, que siempre acechan al creador, pueden arruinar un cuento». BORGES: «Y, sin embargo, con Homero o con Milton la idea es la misma». Observa que, para el cuento, debe cuidar especialmente la transición de un mundo bárbaro indeterminado a un mundo griego.




* «El hacedor» (1960)

En Bioy Casares, Adolfo: Borges

Edición al cuidado de Daniel Martino
Barcelona: Ediciones Destino ("Imago Mundi"), 2006
Foto: Georgie & Adolfito (circa 1934) s-d 



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