7/3/17

Jorge Luis Borges - María Kodama: El relato de Ottar







Ottar dijo a su señor Alfredo el Rey que de todos los hombres de Noruega el que habitaba más al norte era él. Dijo que habitaba hacia el norte en la tierra que orilla el mar occidental. Dijo que esa tierra se alargaba todavía más hacia el norte y que toda ella era desierta, salvo en pocos lugares donde residen, aquí y allá, los fineses, que se mantienen de la caza en el invierno, y de la pesca, junto a ese mar, en el verano. Dijo que había querido averiguar hasta dónde la tierra seguía alargándose o si algún hombre moraba al norte del yermo. Navegó entonces hacia el norte, junto a esa tierra, y durante tres días tuvo a estribor el desierto y el abierto mar a babor. Alcanzó entonces el extremo boreal a que llegan los cazadores de ballenas. Durante tres días más navegó todo lo que pudo hacia el norte. Hacia el este la tierra penetra en el mar o el mar entra en la tierra, él no sabía cuál de las dos cosas, pero esperó ahí vientos del oeste o del norte y navegó junto a la costa lo que se puede navegar en cuatro días. Tuvo que esperar un viento del norte porque la tierra se inclinaba hacia el sur o el mar penetraba en la tierra, él no sabía cuál de los dos. Cinco días navegó hacia el sur costeando la tierra. Remontando un gran río entró en la tierra, pero no prosiguieron más, porque sentían el temor de enemigos, ya que otra margen de la tierra estaba cultivada. No había encontrado tierra habitada desde que salió de su patria, durante todo el trayecto había tierra yerma a estribor y a babor mar abierto, con excepción de algunos cazadores y pescadores y pajareros y todos eran fineses.

Los beormas le dieron muchas noticias de la tierra que habitan y la de sus vecinos pero acaso no eran verdad ya que él no las vio con sus ojos. Le pareció que los fineses y los beormas hablaban más o menos la misma lengua.

Emprendió aquel viaje no sólo para descubrir esas tierras, sino en busca de morsas, porque sus colmillos son de muy noble hueso. De éstos le trajo algunos al rey. El cuero sirve para hacer cordajes de navío. Esa ballena (la morsa) es menor que las otras. Tienen siete codos de largo y los mejores balleneros son los de su tierra. Las ballenas tienen cincuenta codos de largo y las mayores ochenta y cuatro. Dijo que él era uno de seis balleneros que en dos días mataron sesenta ballenas (morsas).

Era un hombre muy poderoso y sus bienes eran de animales salvajes y también cuando vino el rey de seiscientos ciervos mansos que había criado. Esos ciervos se llaman renos, de los cuales seis eran señuelos, que los fineses aprecian porque atraen a los renos salvajes. En su tierra era uno de los primeros, aunque no tenía más que veinte cabezas de hacienda y veinte ovejas y veinte cerdos y la poca tierra que araba, la araba con caballos, pero sus bienes eran principalmente el tributo que le rendían los fineses. Este tributo era de pieles de ciervo y de plumas de pájaro, de huesos de ballena (marfil) y de cordajes que se entrelazan con piel de morsa y con piel de foca.



Nota


Alfredo el Grande (849-901), rey de los sajones occidentales, hizo traducir del latín al anglosajón el De Consolatione de Boecio y la Historia Universal del español Orosio, para la educación de sus nobles. Agregó como apéndice de la última el relato de los viajes del explorador noruego Ottar, que era súbdito suyo.
Los sajones podían componer versos memorables, pero su prosa, como lo prueba este pasaje, era vacilante y pesada.
En esta página el intrínseco interés del relato logra sobreponerse a las torpes y repetidas palabras del escriba. El mundo no era hospitalario; Ottar renuncia a explorar el río cuando sabe que en su margen hay hombres.
Longfellow ha usado este relato para escribir el hermoso poema que se titula The Discoverer of the North Cape.



En Breve antología anglosajona (1978)
En colaboración con María Kodama

Foto: Borges y M. Kodama (1975) by Willis Barnstone 
at Borges at Eighty: Conversations, AA.VV., 1982 
Edition, foreword and photographs: Willis Barnstone 
Contributing authors: Willis Barnstone, Alastair Reid, 
Dick Cavett, Alberto Coffa, Kenneth Brechner & Jaime Alazraki




No hay comentarios.:
Publicar un comentario