10/8/16

Jorge Luis Borges: Milonga del infiel





Desde el desierto llegó
en su azulejo, el infiel,
Era un “pampa” de los toldos
de Pincén o de Catriel.

Él y el caballo eran uno
eran uno y no eran dos,
montado en pelo lo guiaba
con el silbido o la voz.

Había en su toldo una lanza
que afilaba con esmero,
De poco sirve una lanza
contra el fusil ventajero.

Sabía curar con palabras
lo que no puede cualquiera,
sabía los rumbos que llevan
a la secreta frontera.

De tierra adentro venía
y a tierra adentro volvió,
acaso no contó a nadie
las cosas raras que vio.

Nunca había visto una puerta
esa cosa tan humana,
y tan antigua, ni un patio
ni el aljibe y la roldana.

No sabía que detrás
de las paredes hay piezas,
con su catre de tijera
su banco y otras lindezas.

No lo asombró ver su cara
repetida en el espejo,
la vio por primera vez
en ese primer reflejo.

Los dos indios se miraron
no cambiaron ni una seña,
Uno, ¿cuál ?, miraba al otro
como el que sueña que sueña.

Tampoco lo asombraría
saberse vencido y muerto,
A su historia la llamamos
la Conquista del Desierto.


Y en Los Conjurados (1985)
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