23/4/16

Jorge Luis Borges: Sobrevalorados y subestimados en la literatura argentina e hispanoamericana




La Nación realizó una encuesta entre cuarenta y dos escritores argentinos para conocer su opinión acerca de los libros y autores sobrevalorados y subestimados durante el siglo actual. El cuestionario fue dividido en dos partes.
DE JORGE LUIS BORGES
Literatura nacional
Sobrevalorados:
Quien fue un sobrevalorado argentino, ahora relegado a ese museo, la historia de la literatura, fue Enrique Larreta. La gloria de don Ramiro ha sido, más de una vez, censurada por su excesivo españolismo; el hecho es que ni uno solo de los clásicos españoles escribió en ese estilo y que la obra está mucho más cerca de ciertas medianas novelas francesas del siglo XIX que de El Quijote. Los continuos paisajes son anacrónicos; en El Quijote, según ha observado Groussac, no hay paisajes, que no eran vistos por nadie; por consiguiente no existían. Don Ramiro es un adolescente romántico, no un contemporáneo de las guerras de Flandes y de la conquista de América.
Es evidente que la obra de Borges ha sido sobrevalorada. El abultado volumen que se titula Obras completas no es otra cosa que una miscelánea de fragmentos entretejidos por la desidia y el azar.
Subestimados:
Paul Groussac. Más allá de su indiscutible valor crítico, histórico y personal, su labor sigue siendo una admirable lección de prosa, a la que renovó bajo el influjo de Taine y de Flaubert. Alfonso Reyes me dijo una vez que Groussac le había enseñado cómo se debía escribir en castellano. La circunstancia de que Groussac nació en Francia ha contribuido a que se lo vea como un intruso; su función fue, precisamente, la de traer a nuestro idioma el rigor y la disciplina y la ironía de la lengua francesa.
Pedro Bonifacio Palacios (Almafuerte). Ha escrito los mejores y, como todos nosotros, los peores versos de la lengua castellana. Se dice que fue un discípulo tardío de Nietszche; el hecho es que llevó al cristianismo más allá de Cristo y que pudo escribir: “No soy el Cristo-Dios que te perdona, / soy un Cristo mejor, ¡soy el que te ama!” y “Yo deliré de hambre muchos días / y no dormí de frío muchas noches / para salvar a Dios de los reproches / de su hambre humana y de sus noches frías”. Entre los libros que yo espero escribir, si los astros son favorables, uno se titula “Teoría de Almafuerte”. Ahí estarán sus afinidades con William Blake, que no leyó nunca. Era desordenado e inculto o, lo que es más grave, semiculto. Innovó en la ética y es quizá el único poeta genial de la literatura argentina.
Literatura hispanoamericana
Sobrevalorados:
Horacio Quiroga es, en realidad, una superstición uruguaya. La invención de sus cuentos es mala, la emoción nula y la ejecución de una incomparable torpeza.
(Y ahora, si se me tolera una herejía, diré que siento que si no hubiera existido Paul Valéry mi vida no hubiera sido más pobre. En su favor se podría alegar que ha dejado una imagen de poeta muy inteligente, muy escrupulosa y muy intelectual, ciertamente no confirmada por el imprudente examen de su obra.)
Subestimados:
Otro subestimado hispanoamericano es el boliviano Ricardo Jaimes Freyre, que con Darío y Lugones dio cadencias nuevas a nuestro idioma. Casi no pasa un día sin que yo recuerde esta estrofa: “Peregrina paloma imaginaria / que enardeces los últimos amores, / alma de luz, de música y de flores, / peregrina paloma imaginaria”. Estrofa que no significa nada pero que significa todo, como la música. Cuando yo escribí tantos, y acaso demasiados, poemas sobre mitología escandinava pensé que era el primero que lo hacía en lengua castellana. Luego recordé a Castalia bárbara.

* En diario La Nación, Buenos Aires, 8 de mayo de 1977. 

A la encuesta respondieron veinticuatro escritores: Ángel Mazzei, E. L. Revol, Juan Carlos Ghiano, Manuel Mujica Láinez, Alberto Girri, Marco Denevi, José Blanco Amor, Oscar Hermes Villordo, Adolfo Bioy Casares, Enrique Anderson Imbert, Bernardo Verbitsky, José Bianco, Silvina Bullrich, Eduardo González Lanuza, Ángel Bonomini, Córdova Iturburu, Nicolás Cócaro, José Isaacson, Ulyses Petit de Murat, Beatriz Guido, Eduardo Gudiño Kieffer, Abelardo Arias, Horacio Armani.

Luego en Textos recobrados 1956-1986
Edición al cuidado de Sara Luisa del Carril y Mercedes Rubio de Zocchi
© 2003 María Kodama
© Emecé editores
Buenos Aires, 2003

Foto: Borges por Sara Facio (s/f)
En Alberto Manguel, Con Borges
Madrid, Alianza Editorial, 2004




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