11/4/16

Jorge Luis Borges: A John Keats (1795-1821)






Desde el principio hasta la joven muerte
la terrible belleza te acechaba
como a los otros la propicia suerte
o la adversa. En las albas te esperaba

de Londres, en las páginas casuales
de un diccionario de mitología,
en las comunes dádivas del día,
en un rostro, una voz, y en los mortales

labios de Fanny Brawne. Oh sucesivo
y arrebatado Keats, que el tiempo ciega,
el alto ruiseñor y la urna griega

serán tu eternidad, oh fugitivo.
Fuiste el fuego. En la pánica memoria
no eres hoy la ceniza. Eres la gloria.




En El oro de los tigres (1972)
Foto: In 2007 Andrew Motion, who was poet laureate
at the time and also a biographer of John Keats (1795–1821),
unveiled a bronze statue of Keats in a quadrangle outside
Guy's Hospital, in Southwark, London
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1 comentario:

  1. Desde el principio hasta tu muerte prematura
    la terrible belleza te acechaba
    como la propicia suerte
    o la adversa acechaba a los demás.
    Te esperaba en los amaneceres
    de Londres, o por casualidad en las páginas de
    un diccionario de mitología,
    en los regalos ordinarios de un día normal,
    en un rostro, una voz y en los mortales
    labios de Fanny Brawne.
    Oh sucesivo
    y arrebatado Keats, que el tiempo ciega,
    el ruiseñor en lo alto y la urna griega
    serán tu eternidad, oh fugitivo.
    Fuiste el fuego.
    En la pánica memoria
    no eres hoy la ceniza. Eres la gloria.

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