16/2/16

Jorge Luis Borges: Prólogo [Cuaderno San Martín]








He hablado mucho, he hablado demasiado, sobre la poesía como brusco don del Espíritu, sobre el pensamiento como una actividad de la mente; he visto en Verlaine el ejemplo de puro poeta lírico; en Emerson, de poeta intelectual. Creo ahora que en todos los poetas que merecen ser releídos ambos elementos coexisten. ¿Cómo clasificar a Shakespeare o a Dante?

En lo que se refiere a los ejercicios de este volumen, es notorio que aspiran a la segunda categoría. Debo al lector algunas observaciones. Ante la indignación de la crítica, que no perdona que un autor se arrepienta, escribo ahora  Fundación mítica de Buenos Aires y no Fundación mitológica, ya que la última palabra sugiere macizas divinidades de mármol. [Esta composición, por lo demás, es fundamentalmente falsa. Edimburgo o York o Santiago de Compostela pueden mentir eternidad; no así Buenos Aires.]

Las dos piezas de Muertes de Buenos Aires  título que debo a Eduardo Gutiérrez  imperdonablemente exageran la connotación plebeya de la Chacarita y la connotación patricia de la Recoleta. Pienso que el énfasis de Isidoro Acevedo hubiera hecho sonreír a mi abuelo.

Fuera de Llaneza, La noche que en el sur lo velaron es acaso el primer poema auténtico que escribí.


J. L. B.
Buenos Aires, 1969



En Cuaderno San Martín (1929)
Borges en la Plaza San Martín, 
Buenos Aires, década del 60
Foto ©Jorge Aguirre


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