Laforgue, hacia 1883, procrea estos hermosos y precisos monstruos verbales: violuptés a vif éternullité, chanthuant. Groussac, ese mismo año, alude a las japonecedades —japoniaiseries?— que abrumaban el museo de los Goncourt. Swinburne, en una exasperada página de 1887, llama Whitmaniacs a los partidarios de Whitman. Hacia 1900, algún porteño (creo que Marcelino del Mazo) denuncia en broma las muchas orquestas de gríngaros. Mariano Brull, ayer o anteayer, combina la palabra jitanjáfora, que tiene sugestiones de Gitanjali, de gitanos y de ánforas. El ingenioso idioma inglés (según Jespersen) ensambla whirl y twist y produce twirl; blush y flash y produce flush. Edward Lear —¿pero a qué proseguir este catálogo de precursores, fatalmente incompleto? (No sé si incluir a Fischart, cuya versión del primer libro de Rabelais —año de 1575— desafortunadamente se llama Naupengeheurliche Geschichtklitterung y también Affentheuerliche Geschichtschrift.)
Es sabido que el rasgo más evidente de Work in Progress (que ahora se titula Finnegans Wake) es la metódica profusión de portmanteau words —para usar el término técnico de otro precursor: Humpty Dumpty*. En esa profusión reside la novedad de James Joyce. Tan poderosa y general es la pasión jurídica (o tan débil la estética) que los mil y un comentadores de Joyce casi no examinan los neologismos inventados por él y se limitan a probar, o a negar, que el idioma requiere palabras nuevas. He aquí unas pocas de las imaginadas por Joyce; no simularé que son las mejores: son las que ha razonado Stuart Gilbert o las que he descifrado al hojear las 628 páginas de la obra.
Yahooth: Yahoo + youth.
Bompyre: Bonfire + pyre.
Merror: Mirror + error.
Pharoph: Pharaon + far off.
Fairyaciodes: Variations + fairy + odes.
Groud: Grand + proud.
Benighth me: Beneath + night.
Blue fonx: Bluefunk + blue fox.
Clapplause: Clap + applause.
Voise: Voice + noise.
Silvamoonlake: Silver + sylva.
Ameisig: Amazing + Ameise (hormiga).
Sybarate: Sybarite + sepárate.
Eitbou: Either + I + thou.
Secular phoenish: Finish + phoenix.
Bannistars: Banners + stars + banisters.
Pursonal: Purse + personal
Dontelleries: Dentelleries + Don't tell.
Jinglish janglage: Jingle jangle + English language.
Esos monstruos, así incomunicados y desarmados, resultan más bien melancólicos. Algunos —los tres últimos, por ejemplo— son meros calembours que no exceden las módicas posibilidades de Hollywood. Otros —clapplause, bompyre— son tautologías. Otro —voise— quiere significar una voz áspera, una voz que casi es un ruido, pero el sonido contradice la intención del autor. Otro —ameising— requiere algún conocimiento del alemán. Secularphoenish, quizá el más memorable de todos, alude a cierto verso final de Samson Agonistes, en que se llama secular bird al fénix de periódicas muertes.
Otro monstruo de Joyce, hecho de locuciones esta vez, no de palabras sueltas: el animal que tiene dos espaldas a medianoche. Shakespeare y la esfinge de Tebas allegaron los materiales...
Laforgue —alguna vez— hizo del juego de palabras un instrumento lírico o elegíaco; en el vertiginoso Finnegans Wake ese procedimiento es constante. He aquí un lugar, donde es terrible y majestuoso el retruécano:
Countlessness of livestories have netherfalien by this plage, flick as flow-flakes, litters from aloft, like a waast wizzard all of whirlworlds... Pride, O pride, thyprize! Es como una sentencia de Urn Burial, arduamente alcanzada a través de un siglo o de un sueño.
Añado, al corregir las segundas pruebas, algún ejemplo antiguo. Fischart, en su Legend vom Ursprung des abge-führten, gevierten, vierhórnigen und viereckechten Fíütleins —año de 1580— apoda a los jesuitas vierdácbtig (vier Dácber + verdáchtig). Shakespeare —¿distracción, fatiga, error tipográfico?— escribe en la tragedia Troilus and Cressida el monstruoso nombre de Ariachne (Ariadne + Arachne). El muy vierdáchtiger Gracián llama Falsirena a cierta mujer alegórica del Criticón (primera parte, crisi XII).
* Cierto lector de Carroll tradujo la balada de Jabberwocky al latín macarrónico.
El primer verso reza: Coesper erat: Tunc lubriciles ultravia circum...
El primer verso reza: Coesper erat: Tunc lubriciles ultravia circum...
En coesper se amalgama vesper y coena; lubricus y graciles, en lubriciles.
Sur, noviembre de 1939
Publicación original en revista Sur
Año IX, N° 62, septiembre de 1945
Imagen: ilustración de John Vernon Lord
al Finnegans Wake (The Folio Society, 2014)
Magnífico aporte al conocimiento del Maestro.
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