Sin que nadie lo sepa, ni el espejo,
ha llorado unas lágrimas humanas.
No puede sospechar que conmemoran
todas las cosas que merecen lágrimas:
la hermosura de Helena, que no ha visto,
el río irreparable de los años,
la mano de Jesús en el madero
de Roma, la ceniza de Cartago,
el ruiseñor del húngaro y del persa,
la breve dicha y la ansiedad que aguarda,
de marfil y de música Virgilio,
que cantó los trabajos de la espada,
las configuraciones de las nubes
de cada nuevo y singular ocaso
y la mañana que será la tarde.
Del otro lado de la puerta un hombre
hecho de soledad, de amor, de tiempo,
acaba de llorar en Buenos Aires
todas las cosas.
En La cifra (1981)
Foto sin atribución de autor incluida en El mundo de Borges,
fascículos bajo la dirección de Roberto Alifano, Alejandro Vaccaro y Ámbito Financiero
Buenos Aires, Ámbito Financiero, sin fecha
Cualquier llanto es una oportunidad para liberar cualquier otra tristeza retenida.-
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