10/7/15

Carta*: "Borges y el crimen de la guerra", de Manfred Schönfeld







En La Prensa del 1º de setiembre he leído, no sin asombro, el artículo “Borges y el crimen de la guerra” del señor Manfred Schönfeld.
Es común y a veces necesario tener que defenderse de un agresor; mi curioso destino quiere ahora que me defienda de un defensor.
El señor Schönfeld empieza por recordarme el supuesto axioma de derecho internacional My country right or wrong (Que tenga o no razón, es mi país). Admitido ese arbitrario dictamen, ambos bandos tendrían razón en cualquier guerra. ¿Será preciso declarar que yo no lo admito, ni siquiera en inglés? Tampoco lo acataron Bertrand Russell, Hilaire Belloc y Cunninghame Graham. En el caso de la Guerra de los Seis Días, por ejemplo, creo que los israelíes tenían razón al defender su país, no así los egipcios y los árabes, que fueron arrastrados a la batalla por la radiotelefonía y los demagogos. En lo que se refiere a la Guerra de la Independencia, en la que fuimos compañeros de armas chilenos y argentinos, entiendo que no hay motivo alguno para avergonzarnos de las jornadas de Chacabuco y de Maipú. Yo afirmé que la guerra que nos amenaza sería una insensatez y un crimen, no que todas las guerras lo sean.
En cuanto al copioso arsenal que ha coleccionado a lo largo de una obra de medio siglo el autor del artículo, básteme aclarar que no me identifico con esos armamentos. No he exaltado el “sórdido cuchillo” (el adjetivo es mío) de Juan Muraña; mis milongas de orilleros no son didácticas. No soy ninguno de los dos hermanos Nielsen de “La intrusa”. Acusarme de ello sería como acusar de piratería en alta mar a Robert Louis Stevenson, cuyas hermosas páginas abundan en bucaneros.
Creo que el señor Schönfeld nos calumnia cuando supone que “el sentir colectivo de nuestro país” anhela una guerra. Ésta constituiría un doble suicidio, que sólo sería saludado con entusiasmo por el enemigo común.
Escribe mi apologista: “Si algún día, en un punto de alguna frontera que preferimos no precisar, un soldado argentino que quizá no haya leído el ‘Poema conjetural’ sintiese un ‘íntimo bayonetazo’ en su garganta, ¿dirá Jorge Luis Borges que la guerra es un crimen, o dirá que ese soldado, se ha encontrado con ‘su destino sudamericano’?”. Precisamente si me opongo a una guerra es para salvar a ese joven, argentino o chileno (los hombres no se miden con mapas), de la bayoneta que el señor Schönfeld agrega a su ya considerable panoplia.


* En diario La Prensa, Buenos Aires, 6 de septiembre de 1978, con el título “Los hombres no se miden con mapas”.

Nota

A raíz de las declaraciones de Jorge Luis Borges en Chile sobre el conflicto del canal de Beagle, en las que había afirmado que una guerra entre la Argentina y Chile sería una “insensatez”, el periodista Manfred Schönfeld acusó a Borges de idolatrar constantemente la violencia en su obra literaria, y de oponerse ahora a una solución bélica. Borges le contesta con la carta firmada que aquí reproducimos.
Tres años más tarde, el 11 de mayo de 1981, el diario El Mercurio de Chile publicó una entrevista a Jorge Luis Borges titulada “Borges y la Guerra con Chile: Un conflicto imaginario”. Este reportaje fue recogido por la revista Papiro, Buenos Aires, Año VI, Nº 20, mayo-agosto de 1981. (N. del E.)



En Textos recobrados 1956-1986
Buenos Aires, Emecé Editores, 2003
Foto: Borges en Palermo (Sicilia), 1984 por Ferdinando Scianna/Magnum [detalle]


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