5/7/14

Jorge Luis Borges: Un lector









Que otros se jacten de las páginas que han escrito;
Estoy orgulloso de los que he leído.
No habré sido filólogo,
no habré investigado las declinaciones, los modos,
la laboriosa mutación de las letras,
la que se endurece en te,
la equivalencia de la ge y la ka,
pero a lo largo de mis años he profesado
la Pasión por el idioma.
Mis noches están llenas de Virgilio;
Haber conocido y haber olvidado el latín
es una posesión, porque el olvido
es una de las formas de la memoria,
su vago basamento
es la otra cara secreta de la moneda. .
Cuando en mis ojos se borraron
las vanas apariencias queridas,
los rostros y la página,
Me entregué al estudio del lenguaje de hierro
que mis mayores solían cantar
sobre espadas y soledades,
y ahora, a través de siete siglos,
desde Última Thule,
llega a mí tu voz, Snorri Sturluson.
El joven, frente al libro, se impone una disciplina precisa
y lo hace en pos de un conocimiento preciso;
A mi edad, cada empresa es una aventura
que roza la noche.
No terminaré de descifrar las antiguas lenguas del Norte,
no hundiré mis ansiosas manos en el oro de Sigurd;
la tarea que emprendo es ilimitada
y debe acompañarme hasta el final,
no menos misteriosa que el universo
y yo, el aprendiz.


Elogio  de la sombra, 1969
Foto: Jorge Luis Borges, por Sylvia Plachy. Nueva York 1984

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