tag:blogger.com,1999:blog-58498210483886603912024-03-16T09:03:37.469-03:00Borges todo el año<i>Dejo a los varios porvenires (no a todos) mi jardín de
senderos que se bifurcan.</i> Florencia Gianihttp://www.blogger.com/profile/09394700981692694972noreply@blogger.comBlogger1687125tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-52789661109045492522021-02-08T17:18:00.000-03:002021-02-08T17:18:29.405-03:00Jorge Luis Borges: «Una cruza» [Kafka]<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-9TPHX4cduxs/YCGbst_X-EI/AAAAAAACGRc/zZNaT6zMF2UvF0gYg5rTqoFlHinkbaR3gCLcBGAsYHQ/s891/JLB%2B-%2BCaricatura%2Bde%2BFranz%2BKafka%2By%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2Bpor%2BHuadi%2Bpara%2BLa%2BNaci%25C3%25B3n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="765" data-original-width="891" height="343" src="https://1.bp.blogspot.com/-9TPHX4cduxs/YCGbst_X-EI/AAAAAAACGRc/zZNaT6zMF2UvF0gYg5rTqoFlHinkbaR3gCLcBGAsYHQ/w400-h343/JLB%2B-%2BCaricatura%2Bde%2BFranz%2BKafka%2By%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2Bpor%2BHuadi%2Bpara%2BLa%2BNaci%25C3%25B3n.jpg" width="400" /></a></div><br /><p><br /></p><div style="font-family: arial, verdana, helvetica, tahoma, sans-serif; font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">Tengo un animal curioso, mitad gatito, mitad cordero. Es una herencia de mi padre. En mi poder se ha desarrollado del todo; antes era más cordero que gato. Ahora es mitad y mitad. Del gato tiene la cabeza y las uñas, del cordero el tamaño y la forma; de ambos los ojos, que son huraños y chispeantes, la piel suave y ajustada al cuerpo, los movimientos a la par saltarines y furtivos. Echado al sol, en el hueco de la ventana, se hace un ovillo y ronronea; en el campo corre como loco y nadie lo alcanza. Dispara de los gatos y quiere atacar a los corderos. En las noches de luna su paseo favorito es la canaleta del tejado. No sabe maullar y abomina de los ratones. Horas y horas pasa en acecho ante el gallinero, pero jamás ha cometido un asesinato».<br style="margin: 0px; padding: 0px;" /><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /></div><div style="font-family: arial, verdana, helvetica, tahoma, sans-serif; font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">»Lo alimento con leche; es lo que le sienta mejor. A grandes tragos sorbe la leche entre sus dientes de animal de presa. Naturalmente es un gran espectáculo para los niños. La hora de visita es los domingos por la mañana. Me siento con el animal en las rodillas y me rodean todos los niños de la vecindad.<br style="margin: 0px; padding: 0px;" /><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /></div><div style="font-family: arial, verdana, helvetica, tahoma, sans-serif; font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">»Se plantean entonces las más extraordinarias preguntas, que no puede contestar ningún ser humano: Por qué hay un solo animal así, por qué soy yo su poseedor y no otro, si antes ha habido un animal semejante y qué sucederá después de su muerte, si no se siente solo, por qué no tiene hijos, cómo se llama, etcétera. No me tomo el trabajo de contestar; me limito a exhibir mi propiedad, sin mayores explicaciones. A veces las criaturas traen gatos; una vez llegaron a traer dos corderos. Contra sus esperanzas no se produjeron escenas de reconocimiento. Los animales se miraron con mansedumbre desde sus ojos animales, y se aceptaron mutuamente como un hecho divino. En mis rodillas el animal ignora el temor y el impulso de perseguir. Acurrucado contra mí, es como se siente mejor. Se apega a la familia que lo ha criado. Esa fidelidad no es extraordinaria; es el recto instinto de un animal, que aunque tiene en la tierra innumerables lazos políticos, no tiene uno solo consanguíneo, y para quien es sagrado el apoyo que ha encontrado en nosotros.</div><div style="font-family: arial, verdana, helvetica, tahoma, sans-serif; font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /></div><div style="font-family: arial, verdana, helvetica, tahoma, sans-serif; font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">»A veces tengo que reírme cuando resuella a mi alrededor, se me enreda entre las piernas y no quiere apartarse de mí. Como si no le bastara ser gato y cordero quiere también ser perro. Una vez —eso le acontece a cualquiera— yo no veía modo de salir de dificultades económicas, ya estaba por acabar con todo. Con esa idea me hamacaba en el sillón de mi cuarto, con el animal en las rodillas; se me ocurrió bajar los ojos y vi lágrimas que goteaban en sus grandes bigotes. ¿Eran suyas o mías? ¿Tiene este gato de alma de cordero el orgullo de un hombre? No he heredado mucho de mi padre, pero vale la pena cuidar este legado.<br style="margin: 0px; padding: 0px;" /><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /></div><div style="font-family: arial, verdana, helvetica, tahoma, sans-serif; font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">»Tiene la inquietud de los dos, la del gato y la del cordero, aunque son muy distintas. Por eso le queda chico el pellejo. A veces salta al sillón, apoya las patas delanteras contra mi hombro y me acerca el hocico al oído. Es como si me hablara, y de hecho vuelve la cabeza y me mira deferente para observar el efecto de su comunicación. Para complacerlo hago como si lo hubiera entendido y muevo la cabeza. Salta entonces al suelo y brinca alrededor.<br style="margin: 0px; padding: 0px;" /><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /></div><div style="font-family: arial, verdana, helvetica, tahoma, sans-serif; font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;">»Tal vez la cuchilla del carnicero fuera la redención para este animal, pero él es una herencia y debo negársela. Por eso deberá esperar hasta que se le acabe el aliento, aunque a veces me mira con razonables ojos humanos, que me instigan al acto razonable».</div><div style="font-family: arial, verdana, helvetica, tahoma, sans-serif; font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /></div><div style="font-family: arial, verdana, helvetica, tahoma, sans-serif; font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: right;">Franz Kafka</div><p><span style="font-family: arial, verdana, helvetica, tahoma, sans-serif; font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px;"><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /><br /></span></p><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px;"><span style="margin: 0px; padding: 0px;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">En Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero</span></span></div><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px;"><i style="font-family: inherit; font-size: xx-small; margin: 0px; padding: 0px;">El Libro de los Seres Imaginarios</i><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"> (1967)</span></div><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px;"><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: inherit;">Y en</span><span style="font-family: inherit;"> </span><i style="font-family: inherit; margin: 0px; padding: 0px;">Obras Completas en Colaboración </i></span></div><div style="margin: 0px; padding: 0px;"><i style="background-color: white; font-family: inherit; font-size: xx-small; margin: 0px; padding: 0px;">©</i><span style="background-color: white; font-family: inherit; font-size: xx-small;">María Kodama (1995) y ediciones posteriores</span><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"><br />Caricatura de Franz Kafka y Jorge Luis Borges por </span><span style="background-color: white; font-family: inherit; font-size: xx-small; margin: 0px; padding: 0px;">©</span><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;">Huadi para La Nación</span></div>Florencia Gianihttp://www.blogger.com/profile/18227939782498553499noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-74859783319621022802021-02-05T18:17:00.002-03:002021-02-05T18:27:20.641-03:00María Esther Vázquez: Sobre Borges<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://lh3.googleusercontent.com/-sd33GKEaKYg/YB2034F_JkI/AAAAAAACF3A/OxVbeHqpCLMBUnA6TU6H7g_tgJBjEZVegCLcBGAsYHQ/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2By%2Bfotograf%25C3%25ADas%2Bde%2BMar%25C3%25ADa%2BEsther%2BV%25C3%25A1zquez.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1451" data-original-width="1118" height="640" src="https://lh3.googleusercontent.com/-sd33GKEaKYg/YB2034F_JkI/AAAAAAACF3A/OxVbeHqpCLMBUnA6TU6H7g_tgJBjEZVegCLcBGAsYHQ/w493-h640/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2By%2Bfotograf%25C3%25ADas%2Bde%2BMar%25C3%25ADa%2BEsther%2BV%25C3%25A1zquez.jpg" width="493" /></a></div> <p></p><p><br /></p><div style="color: #333333; font-family: portada-regular; font-size: 20px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box; font-family: portada-bold;">Traducciones</strong></div><div style="color: #333333; font-family: portada-regular; font-size: 20px; text-align: justify;">Otra pregunta repetida es si todo lo que escribo lo hago primero en inglés y luego lo traduzco al español. Yo les digo que sí, que, por ejemplo, los versos: "Siempre el coraje es mejor, / nunca la esperanza es vana, / vaya pues esta milonga, / para Jacinto Chiclana" se ve en seguida que han sido pensados en inglés; se notan, inclusive, las vacilaciones del traductor.</div><div style="color: #333333; font-family: portada-regular; font-size: 20px; text-align: justify;"><br /></div><div style="color: #333333; font-family: portada-regular; font-size: 20px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;"><br /></strong></div><div style="color: #333333; font-family: portada-regular; font-size: 20px; text-align: justify;"><strong style="box-sizing: border-box;">Cumplidor</strong></div><div style="color: #333333; font-family: portada-regular; font-size: 20px; text-align: justify;">En 1977 Borges escribió un cuento para La Nación: <i>24 de agosto de 1983</i>, donde el propio Borges se soñaba a sí mismo suicidándose en esa precisa fecha, el día en que cumplía 84 años. A medida que se acercaba la fecha de su cumpleaños, apareció mucha gente preocupada por el posible traslado de la ficción a la realidad.</div><div style="color: #333333; font-family: portada-regular; font-size: 20px; text-align: justify;"><br /></div><div style="color: #333333; font-family: portada-regular; font-size: 20px; text-align: justify;">Borges entonces comentó: "¿Qué hago? ¿Me comporto como un caballero y convierto en realidad esa ficción para no defraudar a esa gente? ¿O me hago el distraído y dejo pasar las cosas?"</div><div style="color: #333333; font-family: portada-regular; font-size: 20px; text-align: justify;"><br /></div><p></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; clear: both; line-height: 32px; margin: 0px 0px 25px; padding: 0px; width: 624px;"></p><div style="color: #333333; font-family: portada-regular; font-size: 20px; text-align: justify;"><b style="font-family: portada-bold;">Buenos Aires</b></div><div style="color: #333333; font-family: portada-regular; font-size: 20px; text-align: justify;">Siempre he sentido que hay algo en Buenos Aires que me gusta. Me gusta tanto que no me gusta que les guste a otras personas. Es un amor así, celoso. Cuando yo he estado fuera del país, por ejemplo en los Estados Unidos, y alguien dijo de visitar América del Sur, le he incitado a conocer Colombia, por ejemplo, o le recomiendo Montevideo. Buenos Aires, no. Es una ciudad demasiado gris, demasiado grande, triste les digo, pero eso lo hago porque me parece que los otros no tienen derecho de que les guste.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><p></p><p><strong style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-family: portada-bold; font-size: 20px;"></strong><span face="portada-regular" style="color: #333333; font-size: 20px;"></span><span face="portada-regular" style="color: #333333; font-size: 20px;"></span><span face="portada-italic" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px;"></span></p><br /><br /><span style="font-size: x-small;">En <b>Vázquez, María Esther;</b> <i>Borges, sus días y su tiempo</i>, Buenos Aires, Javier Vergara Editor, 1984.<br />Jorge Luis Borges junto a fotografías de María Esther Vázquez, imagen tomada por Adolfo Bioy Casares en Villa Silvina, Mar del Plata, en el verano de 1964, según el relato de M.E.V. en <i>Borges Esplendor y Derrota</i> (1996).<br /></span><br />Florencia Gianihttp://www.blogger.com/profile/18227939782498553499noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-47658226686340090572021-01-19T01:04:00.002-03:002021-01-19T01:08:25.191-03:00Mario Paoletti: El otro Borges <p style="text-align: justify;"> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-j2L-WoRXDGg/YAZXZYs2u1I/AAAAAAACEpE/s55PxGya4MALbfC52yNT12iG4-G9xCosQCLcBGAsYHQ/s2048/JLB%2B-%2BBorges%2BBuenos%2BAires%2Ben%2BDiagonal%2BNorte%2B760%2B4to%2Bpiso%2BFoto%2BFlorencia%2BGiani%2Bborgestodoelanio.blogspot.com.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="2048" height="480" src="https://1.bp.blogspot.com/-j2L-WoRXDGg/YAZXZYs2u1I/AAAAAAACEpE/s55PxGya4MALbfC52yNT12iG4-G9xCosQCLcBGAsYHQ/w640-h480/JLB%2B-%2BBorges%2BBuenos%2BAires%2Ben%2BDiagonal%2BNorte%2B760%2B4to%2Bpiso%2BFoto%2BFlorencia%2BGiani%2Bborgestodoelanio.blogspot.com.jpg" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;"><br /></p><span style="font-family: inherit;"><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><b>Decimales</b></div></span><span face="portada-regular" style="color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;">Cuando muere la madre de Borges, doña Leonor Acevedo, a los noventa y nueve años, llevaba ya tiempo tullida y postrada en la cama. Sus ayes se oían por toda la casa. Una persona sin imaginación, al darle el pésame a Borges, le dijo que era una pena que no hubiera podido llegar a los cien años. Y entonces Borges le contestó: "Me parece que usted exagera los encantos del sistema decimal".</div></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><b>Atenta</b></div></span><span face="portada-regular" style="color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;">Borges está con otras personas en una editorial de Buenos Aires, esperando a un gerente que se había retrasado y que llega, finalmente, con media hora de tardanza. Entonces ocurre este diálogo: </div><div style="text-align: justify;"><i>Gerente:</i> Disculpen la demora, pero es que me ha sucedido un hecho extraordinario.</div></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="color: #333333; font-family: inherit; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><i>Borges: </i>¿Ah, sí? </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i>Gerente:</i> Juzguen ustedes mismos: anoche soñé con una antigua y muy querida novia. El sueño, que se repitió una y otra vez durante toda la noche, era de lo más turbador: la imagen de mi novia giraba dentro de lo que parecía un túnel, mientras con la mano derecha saludaba como despidiéndose una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez. (El gerente tiene la frente cubierta de sudor; sus interlocutores aguardan).</div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="color: #333333; font-family: inherit; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><i>Gerente:</i> Pero ahí no acaba la cosa. Esta mañana a las siete en punto suena el teléfono y me comunican que mi ex novia, la del sueño, había muerto anoche en un accidente. ¿Comprenden? Durante toda la noche, mientras iba en busca de su muerte, mi novia se despidió de mí una y otra vez, una y otra vez, saludándome con la mano.</div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="color: #333333; font-family: inherit; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;">Y Borges, entonces, comenta: ¿Qué atenta, ¿no? <i>(Contado por Mario Benedetti)</i></div></span><p></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; clear: both; line-height: 32px; margin: 0px 0px 25px; padding: 0px; width: 624px;"></p><div style="color: #333333; font-size: 20px; text-align: justify;"><b><span style="font-family: inherit;">Sorpresa</span></b></div><div style="color: #333333; font-size: 20px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">En el camino a Lichfield, en Escocia, alguien le dijo a Borges que allí se conservaba una pequeña capilla del siglo IX, desafectada del culto. Hacía mucho frío y había nevado toda la noche, pero Borges se obstinó en que llegaran hasta ella. Borges entró en la vetusta capillita de no más de cinco metros cuadrados y allí, en el helado silencio, recitó en alta voz el padrenuestro en anglosajón. Y al regresar al coche, explicó: "Lo hice para darle una sorpresa a Dios".</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: inherit; font-size: 20px;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><b>Inventos</b></div></span><span face="portada-regular" style="color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;">Borges espera el ascensor en la Biblioteca Nacional. Después de un largo rato, impaciente, le dice a la persona que lo acompañaba: "¿No prefiere que subamos por la escalera, que ya está totalmente inventada?"</div></span></span><p></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; clear: both; line-height: 32px; margin: 0px 0px 25px; padding: 0px; width: 624px;"></p><div style="color: #333333; font-size: 20px; text-align: justify;"><b><span style="font-family: inherit;">El amenazado</span></b></div><div style="color: #333333; font-size: 20px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">En los años setenta Borges había hecho unas declaraciones muy duras contra el peronismo y contra Evita. Y empezaron las amenazas telefónicas, que era uno de los rasgos más habituales del folclore de aquellos días. Pero pronto los llamantes anónimos se encontraron con una doble resistencia inesperada: la de doña Leonor, casi centenaria, que les respondía que no les iba a ser difícil matar a su hijo porque era ciego y no había ningún riesgo de que se defendiese, y la del propio Borges, que les facilitaba la tarea indicándoles la dirección y el piso.</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: inherit; font-size: 20px;"><br /></span></div><span style="color: #333333; font-family: inherit; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;">Y añadía: "No se puede equivocar: en la puerta hay una placa que dice Borges. Y el que abre la puerta soy yo".</div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><b>Jodernos</b></div></span><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px; font-weight: inherit;"><div style="text-align: justify;"><i style="font-weight: inherit;">¿Qué tipo de Estado desearía?</i></div></span><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px; font-weight: inherit;"><div style="text-align: justify;"><span face="portada-regular">Un Estado mínimo, que no se notara. Viví en Suiza cinco años y allí nadie sabía cómo se llama el presidente.</span></div></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px; font-weight: inherit;"><div style="text-align: justify;"><i style="font-weight: inherit;">La abolición del Estado que usted propone tiene mucho que ver con el anarquismo.</i></div></span><span face="portada-regular" style="color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;">Sí, exacto, con el anarquismo de Spencer, por ejemplo. Pero no sé si somos lo bastante civilizados para llegar a eso.</div></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><span face="portada-regular" style="color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><i style="font-weight: inherit;">¿Piensa seriamente que tal Estado es factible?</i></div></span><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px; font-weight: inherit;"><div style="text-align: justify;"><span face="portada-regular">Por supuesto. Eso sí, es cuestión de esperar doscientos o trescientos años.</span></div></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px; font-weight: inherit;"><div style="text-align: justify;"><i style="font-weight: inherit;">¿Y mientras tanto?</i></div></span><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px; font-weight: inherit;"><div style="text-align: justify;"><span face="portada-regular">Mientras tanto, jodernos.</span></div></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><span face="portada-italic" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><i>(Revista Siete Días, Buenos Aires, 1973)</i></div><div style="text-align: justify;"><b><br /></b></div><div style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: inherit;">Estratagema</span></b></div></span></span><div style="color: #333333; font-size: 20px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Luis, su sobrino (hijo de su hermana Norah y de Guillermo de Torre), anuncia su casamiento. Y entonces se resfría fuertemente y tiene que guardar cama. Borges lo comenta de este modo: "Será una estratagema para no casarse... Qué raro, elegir la inmovilidad como una forma de fuga".</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: inherit; font-size: 20px;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><b>Ilógico sin maldad</b></div></span><span face="portada-regular" style="color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;">Borges sabía que sus declaraciones solían irritar a mucha gente, pero eso no impedía que las repitiese una y otra vez, con pocas modificaciones. Alguna vez, sin embargo, creyó necesario relativizarlas: "Me he burlado de muchas cosas y siempre sin maldad. Yo soy muy ilógico. Lo que pasa es que la gente me toma demasiado en serio".</div></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><b style="color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><b><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box;">Borges hooligan</span></b></div></b><span face="portada-regular" style="color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;">Cierta vez me preguntaron qué cuadro prefería y yo pensé que se referían a telas o a óleos y les expliqué que como no veía bien, la pintura no me interesaba demasiado. Pero parece que se referían a cuadros de fútbol. Entonces les dije que no entendía absolutamente nada de fútbol. Ellos contestaron que ya que estábamos en ese barrio, San Juan y Boedo, yo tenía que decir que era de San Lorenzo de Almagro. Me aprendí de memoria esa contestación y cuando me preguntaban yo decía que era de San Lorenzo de Almagro. Pero pronto noté que San Lorenzo casi nunca ganaba. Entonces hablé con ellos y dijeron que eso no tenía importancia, que lo de ganar o perder era secundario en lo que tenían razón pero que San Lorenzo era el que jugaba un fútbol más "científico". Al parecer, no ganaban, pero lo hacían metódicamente.</div></span><span face="portada-italic" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><i>(Contado por Emilio Gutiérrez)</i></div></span></span><p></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; clear: both; line-height: 32px; margin: 0px 0px 25px; padding: 0px; width: 624px;"></p><div style="color: #333333; font-size: 20px; text-align: justify;"><b><span style="font-family: inherit;">Metaforicidio</span></b></div><div style="color: #333333; font-size: 20px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Borges me contó que en cierta ocasión, en un banco, una empleada le dijo: "Aunque conozco su saldo, lo verificaré porque no me gusta decirle una cosa por otra". Y me comentó: "Esa señorita acababa de dar muerte a la metáfora".</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: inherit; font-size: 20px;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><b>Miope versus ciego</b></div></span><span face="portada-regular" style="color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><i>Bioy: </i>Qué incómodo esto de no ver sin anteojos.</div></span></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="color: #333333; font-family: inherit; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><i>Borges:</i> Qué incómodo esto de no ver con anteojos.</div></span><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><span style="font-family: inherit;"><span face="portada-bold" style="box-sizing: border-box; color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;"><b>Sabato</b></div></span><span face="portada-regular" style="color: #333333; font-size: 20px;"><div style="text-align: justify;">Qué pena, Alifano, que llega tarde; acaba de marcharse un periodista norteamericano que vino a hacerme una entrevista. Me dijo: "Usted es el segundo escritor argentino que voy a entrevistar; ayer estuve con el primero: Ernesto Sótano. Supongo que lo conoce ¿verdad?" Yo me di cuenta de quién se trataba y le respondí: "Pero claro, por supuesto, señor. Es un autor que escribe sobre túneles, tumbas y cosas así. ¡Cómo no voy a conocer a Ernesto Sótano!" <i>(Contado por Roberto Alifano)</i></div></span></span><p></p><p style="background-color: white; box-sizing: border-box; clear: both; color: #333333; font-size: 20px; line-height: 32px; margin: 0px 0px 25px; padding: 0px; text-align: justify; width: 624px;"><span style="box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-style: inherit;"><br /></span></p><br /><span style="font-family: inherit; font-size: x-small;"><br />En <b>Paoletti, Mario</b>; <i>El otro Borges,</i> Emecé, Buenos Aires, 2011 <br />Foto <a href="https://draft.blogger.com/#">Florencia Giani</a> ("Borges" - Buenos Aires) Caja fuerte en Diagonal Roque Sáenz Peña 760, cuarto piso, Ciudad de Buenos Aires</span><br /><br /><br /><br /><br /><p></p>Florencia Gianihttp://www.blogger.com/profile/18227939782498553499noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-20454460376290028432020-09-01T19:11:00.002-03:002020-09-01T19:11:43.641-03:00Jorge Luis Borges: Entrevista con Mario Vargas Llosa [Buenos Aires, junio de 1981]<p style="text-align: justify;"> </p><p style="text-align: justify;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-geBuR8LMjq4/X07GiMLkytI/AAAAAAAB7HU/4rmM3YUoYWkH8FQTTIDbOGGAETcYH33GQCLcBGAsYHQ/s977/JLB%2B-%2BLa%2BNaci%25C3%25B3n%2BBorges-en-su-casa-por-mario-vargas-llosa-la-nacion-1981-D_NQ_NP_709331-MLA25870259561_082017-F.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="817" data-original-width="977" src="https://1.bp.blogspot.com/-geBuR8LMjq4/X07GiMLkytI/AAAAAAAB7HU/4rmM3YUoYWkH8FQTTIDbOGGAETcYH33GQCLcBGAsYHQ/s640/JLB%2B-%2BLa%2BNaci%25C3%25B3n%2BBorges-en-su-casa-por-mario-vargas-llosa-la-nacion-1981-D_NQ_NP_709331-MLA25870259561_082017-F.webp" width="640" /></a></div><br /><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">Si tuviera que nombrar a un escritor de lengua española de nuestro tiempo cuya obra vaya a perdurar, a dejar una huella profunda en la literatura, citaría a ese poeta, cuentista y ensayista argentino que le prestó su apellido a Graciela Borges, a Jorge Luis Borges.</p><div data-google-query-id="CLb-go3oyOsCFaQOuQYd0QsCHg" iat-insr="0" id="elpais_gpt-INTEXT" style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; height: 0px; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline; width: 0px;" tg-zone-original="518410.00"><div id="google_ads_iframe_7811748/elpais_web/cultura/intext_0__container__" style="border: 0pt none; box-sizing: border-box; display: inline-block; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;" tg-zone="518410.00"><iframe data-google-container-id="8" data-load-complete="true" frameborder="0" height="1" id="google_ads_iframe_7811748/elpais_web/cultura/intext_0" marginheight="0" marginwidth="0" name="google_ads_iframe_7811748/elpais_web/cultura/intext_0" scrolling="no" style="border-style: initial; border-width: 0px; box-sizing: border-box; display: block; font: inherit; margin: 0px auto; max-width: 100%; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: bottom;" title="3rd party ad content" width="1"></iframe></div></div><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">El puñado de libros que ha escrito, libros siempre breves, perfectos como un anillo, donde uno tiene la impresión que nada falta ni sobra, han tenido y tienen una enorme influencia en quienes escriben en español. Sus historias fantásticas, que suceden en la Pampa, en Buenos Aires, en China, en Londres, en cualquier lugar de la realidad o la irrealidad, muestran la misma imaginación poderosa y la misma formidable cultura que sus ensayos sobre el tiempo, el idioma de los vikingos... Pero la erudición no es nunca en Borges algo denso, académico, es siempre algo insólito, brillante, entretenido, una aventura del espíritu de la que los lectores salimos siempre sorprendidos y enriquecidos.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">La entrevista que Borges nos concedió tuvo lugar en el modesto departamento del centro de Buenos Aires donde vive, acompañado de una empleada que le sirve también de lazarillo, pues Borges perdió la vista hace años, y de un gato de angora al que ha bautizado con el nombre de Beppo porque, nos dijo, así se llamaba el gato de un poeta inglés que admira: Lord Byron.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MARIO VARGAS LLOSA.</span> Me ha impresionado mucho al ver su biblioteca no encontrar libros suyos, no hay ni uno solo. ¿Por qué no tiene libros suyos en su biblioteca?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JORGE LUIS BORGES.</span> Cuido mucho mi biblioteca. Quién soy yo para nombrarme con Schopenhauer...</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Y tampoco libros sobre usted, veo que tampoco hay ninguno de los muchos libros que se han escrito sobre usted.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB</span>. Yo leí el primero que se publicó durante la dictadura, en Mendoza.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> ¿Cuál dictadura, Borges? Porque desgraciadamente ha habido tantas...</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> La de aquel..., de cuyo nombre no quiero acordarme.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Ni mencionarlo.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> No, tampoco, no. Algunas palabras es bueno evitarlas. Bueno, pues se publicó el libro Borges, enigma y clave, escrito por Ruiz Díaz, un profesor mendocino, y por un boliviano, Tamayo. Y yo leí ese libro a ver si encontraba la clave ya que el enigma lo conocía. Después no he leído ningún otro. Alicia Jurado escribió un libro sobre mí. Yo le agradecí, le dije: “Sé que es bueno, pero el tema no me interesa o quizás me interesa demasiado, conque no voy a leerlo."</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Y tampoco ha leído entonces esa voluminosa biografía que ha publicado Rodríguez Monegal sobre usted.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> ¿Y qué me dices, que es muy buena?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Por lo menos muy documentada y hecha realmente con una gran reverencia, un gran afecto por usted y un gran conocimiento, creo, de su obra.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Sí, somos amigos. Él es de Melo, ¿no?, de la República Oriental.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Sí, y además aparece en uno de sus cuentos como personaje.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> De Melo yo recuerdo unos versos muy lindos de Emilio Oribe, que empiezan de un modo trivial y luego se exaltan, se ensanchan: “Yo nací en Melo, ciudad de coloniales casas”... Bueno, eso no está muy..., «coloniales casas”, “casas coloniales” ligeramente diversas... “Yo nací en Melo, ciudad de coloniales casas, en medio de la pánica llanura interminable”, y ahora se agranda, “en medio de la pánica llanura interminable y cerca del Brasil”. Cómo va creciendo el verso, ¿eh? Cómo va ampliándose.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Sobre todo como lo dice usted.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> No, pero... “Yo nací en Melo, ciudad de coloniales casas” no es nada; “en medio de la pánica llanura interminable y cerca del Brasil”, y ya ves un imperio al final del verso. Es lindísima. Emilio Oribe.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Es muy bonito. Dígame, Borges, hay una cosa que hace muchos años que quiero preguntarle. Yo escribo novelas, y siempre me he sentido dolido por una frase suya muy linda pero muy ofensiva para un novelista, una frase que es más o menos la siguiente: “Desvarío empobrecedor el de querer escribir novelas, el de querer explayar en quinientas páginas algo que se puede formular en una sola frase”.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Sí, pero es un error, un error inventado por mí. La haraganería, ¿no? O la incompetencia.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Pero usted ha sido un gran lector de novelas y un maravilloso traductor de novelas.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> No, no. Yo he leído muy pocas novelas.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Sin embargo, las novelas aparecen en su obra, son mencionadas o incluso inventadas.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Sí, pero yo he sido derrotado por Thackeray. En cambio, Dickens me gusta mucho.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Vanity Fair</em> (La feria de las vanidades) le resultó muy aburrida.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Pendennis</em> lo pude leer, haciendo un esfuerzo, con <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Vanity Fair</em> no, no pude.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Conrad, por ejemplo, que es un autor al que usted admira, ¿no le importaban las novelas de Conrad?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Pero claro que sí, por eso le digo que con escasas excepciones. Por ejemplo, el caso de Henry James, que era un gran cuentista y un novelista, digamos, de otro calibre.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Pero, entre los autores más importantes para usted, ¿no hay ningún novelista?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> ...</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> ¿Mencionaría algún novelista entre los autores que considera más importantes o son sobre todo poetas y ensayistas?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Y cuentistas.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Y cuentistas.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Porque no creo que <i>Las mil y una noches</i> sea una novela, ¿no? Una infinita antología.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> La ventaja de la novela es que todo puede ser novela. Creo que es un género caníbal, que se traga todos los géneros.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> A propósito de “caníbal”, ¿usted conoce el origen de la palabra?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> No, no lo conozco, ¿cuál es?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Muy linda. Caribe, que dio <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">caríbal</em>, y <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">caníbal</em>.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> O sea que es una palabra de origen latinoamericano.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Bueno, sin “latino”. Eran una tribu de indios, los caribes, una palabra indígena, y de ahí surgió caníbal y Calibán, de Shakespeare.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Curioso aporte de América al vocabulario universal.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Hay tantos. Chocolate, que era <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">xocoatl</em>, creo, ¿no? Se perdió la tl, desgraciadamente. Papa, también.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> ¿Cuál diría usted que ha sido el mejor aporte en el campo de la literatura de América? De toda América: América hispana, portuguesa... ¿Algún autor, algún libro, algún tema?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Yo diría más bien el modernismo en general. Era obra de la literatura en lengua castellana, y eso surge de este lado, según lo hace notar Max Henríquez Ureña. Hablé con Juan Ramón Jiménez y él me dijo de la emoción con la cual había recibido un ejemplar de <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Las montañas del oro</em>, año 1897. Y su influjo en grandes poetas en España. Pero eso surge de este lado. Y curiosamente, estamos aquí —no geográficamente— mucho más cerca de Francia que los españoles. Yo me di cuenta en España que podía alabar a Inglaterra, alabar a Italia, alabar a Alemania, alabar incluso a Norteamérica, pero que si hablaba de Francia ya se sentían incómodos.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> El nacionalismo es algo muy difícil de erradicar en cualquier parte.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Uno de los grandes males de nuestra época.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Quisiera hablar un poco de eso, Borges, porque... Le puedo hablar con toda franqueza, supongo.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Sí, y además quiero decirle que es un mal que corresponde a las derechas y a las izquierdas.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVL.</span> Algunas declaraciones políticas suyas a mí me provocan desconcierto, pero hay un aspecto en el que cuando usted habla merece toda mi admiración y todo mi respeto, y es el asunto del nacionalismo. Creo que usted siempre ha hablado con gran lucidez sobre ese tema o, mejor dicho, contra el nacionalismo.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Y sin embargo yo he incurrido en él.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Pero ahora, en estos últimos...</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> El hecho de haber hablado de las orillas de Buenos Aires, el hecho de haber conocido payadores, de haber conocido cuchilleros, de haberlos usado en mi literatura. Yo he escrito milongas... Todo es digno de la literatura, ¿por qué no también los temas vernáculos?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Yo me refería al nacionalismo político.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Eso es un error, porque si uno quiere una cosa contra otra es que no la quiere realmente. Por ejemplo, si yo quiero Inglaterra contra Francia es un error, tengo que querer ambos países, dentro de mis posibilidades.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL</span>. Usted ha hecho muchas declaraciones en contra de toda posible ruptura de hostilidades entre Argentina y Chile.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Más aún. Yo actualmente, a pesar de ser nieto y bisnieto de militares y más lejanamente de conquistadores, que no me interesan, soy pacifista. Creo que toda guerra es un crimen. Además, si se admiten guerras justas, que sin duda las hubo —la guerra de los Seis Días, por ejemplo—, si admitimos una guerra justa, una sola, eso ya abre la puerta a cualquier guerra y nunca faltarán las razones para justificarla, sobre todo si se las inventan y encarcelan como traidores a quienes piensan de otro modo. De antemano, yo no me había dado cuenta de que Bertrand Russell y Gandhi y Alberdi y Romain Rolland tenían razón al oponerse a la guerra, y quizás se precise más valor ahora para oponerse a la guerra que para defenderla o participar en ella, incluso.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Ahí yo estoy de acuerdo con usted. Creo que es muy exacto eso que dice. ¿Cuál es el régimen político ideal para usted, Borges? ¿Qué le gustaría para su país y para América Latina? ¿Qué régimen le parecería el más adecuado para nosotros?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Yo soy un viejo anarquista <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">spenceriano</em> y creo que el Estado es un mal, pero por el momento es un mal necesario. Si yo fuera dictador renunciaría a mi cargo y volvería a mi modestísima literatura, porque no tengo ninguna solución que ofrecer. Yo soy una persona desconcertada, descorazonada, como todos mis paisanos.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Pero usted se considera un anarquista, básicamente un hombre que defiende la soberanía individual en contra del Estado.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Sí, sin embargo, no sé si somos dignos. En todo caso, no creo que este país sea digno de la democracia o de la anarquía. Quizás en otros países pueda hacerse, en Japón o en los países escandinavos. Aquí evidentemente las elecciones serían maléficas, nos traerían otro Frondizi u otros..., etcétera.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Ese escepticismo no está reñido con algunas declaraciones suyas optimistas que hace sobre la paz, justamente en contra de la guerra, últimamente en contra de las torturas y de toda forma de represión.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Sí, ya sé. Pero no sé si eso puede ser útil. He hecho esas declaraciones por motivos éticos pero no creo que sean serviciales, no creo que puedan ayudar a nadie. Pueden ayudarme a tranquilizar mi conciencia, nada más. Pero si yo fuera gobierno, no sé qué haría, estamos en un callejón sin salida.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Yo le hice una entrevista hace casi un cuarto de siglo en París y una de las cosas que le pregunté...</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Cuarto de siglo... Pará. Qué triste si vamos a hablar de cuarto de siglo...</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> ...una cosa que le pregunté fue qué opina de la política, ¿y usted sabe qué me respondió? “Es una de las formas del tedio”.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Ah, bueno, está bien.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Es una bonita respuesta y no sé si la repetiría ahora: ¿sigue pensando que es una de las formas del tedio?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Bueno, yo diría que la palabra tedio es un poco mansa. En todo caso fastidio, digamos. Tedio es demasiado... Es un <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">understatement</em>...</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> ¿Hay algún político contemporáneo que usted admire, que respete?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Yo no sé si uno puede admirar a políticos, personas que se dedican a estar de acuerdo, a sobornar, a sonreír, a hacerse retratar y, discúlpenme ustedes, a ser populares...</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">¿Qué tipos humanos admira usted, Borges? Aventureros...</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Sí, los he admirado mucho pero ahora no sé. Tienen que ser aventureros individuales.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">¿Cuál, por ejemplo? ¿Recuerda algún aventurero que le hubiera gustado ser?</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">No, a mí no me gustaría ser otra persona.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Usted está contento con el destino de Borges.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">No, no estoy contento, pero sé que con otro destino sería otra persona. Y como dice Spinoza, «cada cosa quiere la soledad de su ser». Yo insisto en ser Borges, no sé por qué.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Recuerdo una frase suya: «Muchas cosas he leído y pocas he vivido», que por una parte es muy bonita y por otra parece nostálgica...</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Muy triste.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Parece que usted lo deplorara.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Yo escribí eso cuando tenía treinta años y no me daba cuenta de que leer es una forma de vivir también.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Pero ¿no hay una nostalgia en usted de cosas no hechas por haber dedicado tanto tiempo a la vida puramente intelectual?</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Creo que no. Creo que a la larga uno vive esencialmente todas las cosas y lo importante no son las experiencias, sino lo que uno hace con ellas.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Supongo que eso le ha dado un gran desprendimiento por las cosas materiales. Uno lo descubre al llegar a su casa. Vive usted prácticamente como un monje, su casa es de una enorme austeridad, su dormitorio parece la celda de un trapense, realmente es de una sobriedad extraordinaria.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">El lujo me parece una vulgaridad.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">¿Qué ha significado el dinero para usted en la vida, Borges?</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">La posibilidad de libros y de viajes y de desarrollarlos.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Pero ¿nunca le ha interesado el dinero?, ¿nunca ha trabajado usted para ganar dinero?</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Bueno, si lo he hecho parece que no lo he conseguido. Desde luego es mejor la prosperidad, superior a la indigencia, sobre todo en una zona pobre, donde estás obligado a pensar en dinero todo el tiempo. Una persona rica puede pensar en otra cosa. Yo es que nunca he sido rico. Mis mayores lo fueron, hemos tenido estancias y las hemos perdido, han sido confiscadas, pero bueno, no creo que tenga mayor importancia eso.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Usted sabe que buena parte de los países de esta tierra hoy día viven en función del dinero, la prosperidad material es su estímulo.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Natural que sea así sobre todo si hay esta pobreza. En qué otra cosa puede pensar un mendigo sino en el dinero o en comida. Si usted es muy pobre tiene que pensar en dinero. Una persona rica puede pensar en otra cosa, pero un pobre, no. De igual modo que un enfermo sólo puede pensar en la salud. Uno piensa en lo que le falta, no en lo que tiene. Cuando yo tenía vista no pensaba que eso fuera un privilegio, en cambio daría cualquier cosa por recobrar mi vista y no saldría de esta casa.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Borges, una cosa que me ha sorprendido en la modesta casa en la que usted vive, sobre todo en el austerísimo dormitorio que es el suyo, es ver que uno de los pocos objetos que hay en su dormitorio es la condecoración de la Orden del Sol que le dio el gobierno peruano.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span><span style="font-size: 17.008px;"> </span><span style="font-size: 17.008px;">Esa condecoración volvió a la familia al cabo de cuatro generaciones.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span><span style="font-size: 17.008px;"> ¿Y cómo así, Borges?</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">JLB.</span><span style="font-size: 17.008px; text-align: justify;"> </span><span style="font-size: 17.008px; text-align: justify;">La obtuvo mi bisabuelo, el coronel Suárez, que aunó una carga de caballería peruana en Junín. Obtuvo esa Orden y fue ascendido de capitán a coronel por Bolívar. Luego esa Orden se perdió en la guerra civil. Aunque mi familia era unitaria yo soy lejanamente pariente de Rosas —bueno, todos somos parientes en este país casi deshabitado—. Al cabo de cuatro generaciones volvió, por razones literarias, y yo fui con mi madre a Lima y ella lloró porque recordaba haber visto esa condecoración en los retratos de mi bisabuelo y ahora la tenía en las manos y era para su hijo. Estaba muy, muy emocionada.</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL</span>. O sea, que la relación de usted con el Perú se remonta a muchas generaciones.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Sí, a cuatro generaciones. No, es anterior, le voy a decir, yo estuve... Ah, no, no, espere... Sí, yo estuve en el Cuzco y vi una casa con un escudo con cabeza de cabra, y de ahí salió Jerónimo Luis de Cabrera hace cuatrocientos años para fundar una ciudad que se llama Ica, que no sé dónde está, y la ciudad de Córdoba, en la República Argentina. Es decir, es una vieja relación.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Así que usted, de alguna manera, es también peruano.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Sí, desde luego que sí.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> ¿Qué idea se hacía del Perú antes de ir a Lima?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Una idea muy vaga que creo que estaba basada sobre todo en Prescott.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> En la Historia de la conquista del Perú de Prescott. ¿Cuándo leyó esa historia?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Debo haber tenido siete u ocho años, tal vez. El primer libro de historia que yo leí en mi vida. Después leí Historia de la República Argentina de Vicente Fidel López, y luego las historias romanas y griegas. Pero el primer libro que yo leí, <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">throughout</em>, es decir, del principio hasta el fin, fue ese.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Y qué idea tenía del Perú, ¿la de un país tal vez mítico?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Un poco mítico, sí. Y luego yo fui muy amigo de un escritor sin duda olvidado entre ustedes, el peruano Alberto Hidalgo, de Arequipa.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Que vivió mucho tiempo en la Argentina, ¿no es verdad?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Sí, y él me reveló un poeta del que yo sabía muchas composiciones de memoria.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> ¿Qué poeta, Borges?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Eguren.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> <a href="http://letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/vallejo/con_jose_maria_eguren.htm" style="background-color: transparent; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-decoration-line: none; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline;" target="_blank">José María Eguren</a>.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Sí, exactamente. ¿El libro se llamaba “La niña de la lámpara azul”, o no?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Es un poema, uno de los poemas más conocidos de Eguren.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Sí. Y había otro... Tengo una vaga imagen de un barco y de un capitán muerto que recorre el barco. No recuerdo los versos.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Es un poeta simbolista de una gran ingenuidad y delicadeza.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Una gran delicadeza. No sé si ingenuidad. Yo creo que era deliberadamente ingenuo.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Digo ingenuidad no en el sentido peyorativo.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> No, no. La ingenuidad es un mérito, claro.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> No salió nunca del Perú y creo que nunca de Lima y escribió buena parte de su obra sobre un mundo nórdico, de hadas escandinavas y temas especialmente exóticos para él.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Es que la nostalgia es muy importante.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Quizá eso establece alguna afinidad entre ustedes dos, entre Eguren y usted.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Sí. Es cierto que yo estoy pensando en países que no conozco o que he conocido mucho después. Me gustaría tanto conocer la China o la India..., aunque conozco literariamente mucho ya.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="color: #444444;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> ¿Qué país lo conmovió</span><span style="color: #444444;"> más conocer, Borges?</span></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Yo no sé, yo diría el Japón, Inglaterra y...</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> ¿Islandia, por ejemplo?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Islandia, desde luego, porque yo estoy estudiando el idioma nórdico, que es la lengua madre del sueco, del noruego, del danés y parcialmente del inglés también.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Es un idioma que se dejó de hablar ¿hace cuántos siglos?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> No, no, se habla contemporáneamente en Islandia. Yo tengo ediciones de los clásicos, obras del siglo XIII, y esas ediciones, que me fue-ron regaladas o compré en Reikiavik, no tienen glosario, ni prólogo ni notas.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> O sea que es un idioma que no ha evolucionado, que sigue siendo el mismo a lo largo de ocho siglos.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Es que yo sospecho que la pronunciación ha cambiado. Ellos pueden leer a sus clásicos como si un inglés pudiera leer por ejemplo a Dunbar, a Chaucer, o como si nosotros pudiéramos leer, no sé, el <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Cantar de Mio Cid</em> o los franceses <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">La chanson de Roland</em>.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> O los griegos a Homero.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Sí, exactamente. Ellos pueden leer a sus clásicos en ediciones sin notas, sin glosarios, pronunciándolos sin duda de un modo distinto. Pero, por ejemplo, la pronunciación inglesa también ha cambiado mucho. Nosotros decimos <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">To be or not to be</em> y parece que Shakespeare, en el siglo XVII decía aún, conservando las vocales abiertas sajonas: “Tou be or nat tou be”. Esto es mucho más sonoro, completamente distinto, y resulta casi cómico ahora.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Borges, esta curiosidad o, más que curiosidad, esta fascinación suya por las literaturas exóticas...</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Es que no sé si <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">exóticas</em>...</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Me refiero a su interés por la literatura nórdica o anglosajona.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Bueno, la anglosajona es la antigua literatura inglesa.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> ...usted cree que tiene algo que ver con...</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> ¿Con la nostalgia?</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">MVLL.</span> Con Argentina, con el hecho de que Argentina sea un país totalmente moderno, casi sin pasado.</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">JLB.</span> Yo creo que sí, y que quizás una de nuestras riquezas es la nostalgia. La nostalgia de Europa, sobre todo, que un europeo no puede sentir porque un europeo no se siente europeo sino, digamos, inglés, francés, alemán, español, italiano, ruso...</p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Buenos Aires, junio de 1981</em></p><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-family: inherit; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><br /></em></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-MtgWpfolwXc/X07AFADZV6I/AAAAAAAB7Go/OjfRQCLIbh4OFAJoNh9pMVDLkfj3AmtZACLcBGAsYHQ/s1139/JLB%2B-%2BMario%2BVargas%2BLlosa%2BMedio%2BSiglo%2Bcon%2BBorges%2Bportada%2B-%2Bborgestodoelanio.blogspot.com-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1139" data-original-width="720" height="512" src="https://1.bp.blogspot.com/-MtgWpfolwXc/X07AFADZV6I/AAAAAAAB7Go/OjfRQCLIbh4OFAJoNh9pMVDLkfj3AmtZACLcBGAsYHQ/w324-h512/JLB%2B-%2BMario%2BVargas%2BLlosa%2BMedio%2BSiglo%2Bcon%2BBorges%2Bportada%2B-%2Bborgestodoelanio.blogspot.com-.jpg" width="324" /></a></div><br /><p style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #444444; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;"><br /></p><span style="font-size: xx-small;"><br />Entrevista emitida el 7 de junio de 1981 en el programa peruano <i>La torre de Babel</i></span><div><span style="font-size: xx-small;">conducido por el escritor Mario Vargas Llosa<br /></span><div><span style="font-size: xx-small;">Publicada luego en La Nación, El Mercurio y otros periódicos hispanoamericanos</span></div><div><span style="font-size: xx-small;">Y en <b>Vargas Llosa, Mario</b>; <i>Medio Siglo con Borges, </i></span><span style="font-size: x-small;">Alfaguara, 2020</span><div><span style="font-size: xx-small;">En imagen: ejemplar de La Nación, 23 de agosto de 1981 con publicación original de la entrevista</span></div><div><span style="font-size: xx-small;">(la edición incluida en el libro de reciente edición ha sufrido modificaciones introducidas por el escritor peruano)</span></div><div><span style="font-size: xx-small;">Y portada del libro de Vargas Llosa editado por Alfaguara<br /><br /><br /><br /></span><section class="sumario_foto izquierda" id="sumario_1|foto" style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; clear: both; color: #444444; float: left; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0.5rem 1.875rem 1.563rem 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline; width: 18.75rem;"><a name="sumario_1" style="background-color: transparent; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline;"></a><div class="sumario__interior" style="border: 0px; box-sizing: border-box; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><figure class="foto foto_w360" itemprop="image" itemscope="" itemtype="http://schema.org/ImageObject" style="border: 0px; box-sizing: border-box; font: inherit; margin: 0px 0px 0.938rem; padding: 0px; position: relative; vertical-align: baseline;"></figure></div></section><section class="sumario_foto izquierda" style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; clear: both; color: #444444; float: left; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 17.008px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0.5rem 1.875rem 1.563rem 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline; width: 18.75rem;"><a name="sumario_5" style="background-color: transparent; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #016ca2; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline;"></a><div class="sumario__interior" style="border: 0px; box-sizing: border-box; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><figure class="foto foto_w360" itemprop="image" itemscope="" itemtype="http://schema.org/ImageObject" style="border: 0px; box-sizing: border-box; font: inherit; margin: 0px 0px 0.938rem; padding: 0px; position: relative; vertical-align: baseline;"><a class="enlace" style="background-color: transparent; border: none; box-sizing: border-box; color: #016ca2; display: block; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; position: relative; touch-action: manipulation; vertical-align: baseline;"></a></figure></div></section></div></div></div>Florencia Gianihttp://www.blogger.com/profile/18227939782498553499noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-39948814753506151122020-08-25T01:14:00.002-03:002020-08-25T16:42:38.370-03:00Jorge Luis Borges: Las parodias de Mario Sapag y la censura del COMFER<div><br /></div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-ToM23OOfEs4/X0SN3XdxqTI/AAAAAAAB6c0/5-3jSHgYk3EPmz0k9rUyuexywcAV1LZZQCPcBGAsYHg/s1027/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2By%2Bsu%2Bimitador%2BMario%2BSapag.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="656" data-original-width="1027" src="https://1.bp.blogspot.com/-ToM23OOfEs4/X0SN3XdxqTI/AAAAAAAB6c0/5-3jSHgYk3EPmz0k9rUyuexywcAV1LZZQCPcBGAsYHg/s640/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2By%2Bsu%2Bimitador%2BMario%2BSapag.jpg" width="640" /></a></div><div><br /></div><div><br /></div><br />
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El 2 de julio de 1981, el recién creado Comité Federal de Radiodifusión (COMFER) prohibió que el popular humorista Mario Sapag volviera a realizar las imitaciones de Jorge Luis Borges que rompían todos los ratings cada semana a la hora del esperado <i>Operación Ja-Ja</i> de Canal 13. </div>
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<br /></div>
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Ante la censura impuesta por el organismo de control de contenidos de la dictadura gobernante, el cómico Sapag debió abandonar su parodia de Borges, pese a que este último no había mostrado ninguna objeción ni reclamo. ¿Y por qué entonces la repentina censura de algo que entretenía a todas las familias argentinas y no molestaba ni siquiera al imitado?</div>
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<br /></div>
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El fundamento oficial comunicado por el Gral. Rodolfo Emilio Feroglio a cargo del organismo fue que se trataba de <i>un atentado a la cultura argentina y al prestigio del escritor</i>. La palabra <i>atentado</i> tenía resonancias suficientemente atemorizantes por esos tiempos y nadie acusado de semejante conducta se atrevía a desafiar el poder dictatorial sin temer por su seguridad. Pero, ¿realmente se podía enrostrar al humorista un <i>atentado a la cultura y al prestigio de Borges</i>? ¿No era un disparate dentro de los límites de la propia represión, rayano a lo hilarante?<br />
<br />
Las repercusiones del levantamiento de las imitaciones de Borges llegaron a todos los medios. Era insólito, aún en plena dictadura, que la censura alcanzara a lo más trivial y familiar. Ni de Borges ni de Sapag se podían sospechar ideologías izquierdistas, ni siquiera progresistas y mucho menos justicialistas o sindicales en el caso del escritor, reconocido conservador. Además, los sketchs cuestionados eran harto inocentes y de guion elemental. Pero el COMFER acababa de ser creado y el militar a su cargo deseaba mostrarse como el Gran Censor.<br />
<br />
En el Nro. 521 de la revista <i>Somos</i>, aparecido el 10 de julio de 1981, encontramos las entrevistas hechas por el periodista Raúl García Luna a imitador e imitado, previa reseña del escándalo del momento.</div>
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<br /></div>
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“El 2 de julio, como todos los jueves a las 21, los seguidores de <i>Operación Ja-Ja</i> sintonizaron Canal 9. Pensaban reírse durante una hora y media con <i>Los chetos</i>, la <i>Pequeña galería de tipos molestos</i>, la <i>peluquería de Porcel</i> y los reportajes de <i>Minguito</i> y<i> El Preso</i>. Y también esperaban las <i>imitaciones de Mario Sapag</i>: <i>José Gómez Fuentes, Narciso Ibáñez Menta, Guillermo Nimo, Sergio Villarruel </i>y<i> Jorge Luis Borges</i>, plato fuerte del sketch. Cada personaje tuvo su carcajada (o no), pero el del escritor faltó a la cita. ¿Qué había pasado? La noticia corrió por los pasillos del canal y salió a la calle: el COMFER (Comité Federal de Radiodifusión) prohibió la imitación de Borges porque resulta 'un atentado al patrimonio cultural de la Argentina'. Palabras del general Roberto Emilio Feroglio, titular del COMFER, que agregó: '<i>Borges ha sido y es un dignísimo embajador de nuestra cultura en todas partes del mundo, y la función de este organismo es respetar a la audiencia, pero también hacer respetar a la audiencia, pero también hacer respetar a las personalidades que honran al país'</i>. Poco después, Mario Sapag y el autor de <i>El Aleph</i> dieron su opinión a <i>Somos</i>, que también entrevistó a varias personalidades del ámbito cultural para ilustrar el caso. En cambio, ese contacto no fue posible con el titular del COMFER, quien aclaró al cronista que estaba dispuesto a hablar sobre otros temas, pero no sobre esta medida en especial.</div>
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<b>Borges dixit</b></div>
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<br /></div>
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<b>-¿Conocía la imitación de Sapag antes de la prohibición?</b></div>
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-Sí. Mis amigos, que ven televisión, me contaron que existía y que era bastante buena. Que no había nada malicioso en ella, esas cosas...</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>-¿Quiere decir que no le molestaba?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
-De ninguna manera, vea. Si ese buen señor se empeñaba en parecerse a mí una vez por semana, si ése era su trabajo, ¿por qué me iba a molestar? En todo caso tendría que sentirme halagado: no se hacen imitaciones a cualquier Juan de los Palotes. En fin, tampoco quiero decir que uno sea tan importante como para que lo imiten. Para mí es un honor.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>-¿Qué opina de la medida del COMFER?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
-Una pavada. Este ya parece el país de los funcionarios públicos, un país donde la burocracia decide sobre cualquier cosa en lugar del ciudadano. Me parece una medida absurda.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>-¿Está en contra todo tipo de censura?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
-Si se usa contra la pornografía y el mal gusto, no. Pero éste no es el caso. El Estado no puede andar metiéndose en todo y con todos. Hay cosas más importantes y urgentes de qué ocuparse, pienso. Pero parece que me equivoco, porque los funcionarios argentinos andan enredados en la intimidad ajena. Lamento haberle ocasionado esta molestia a Sapag. Ni él ni yo tenemos la culpa de toda esta banalidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Sapag dixit</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>-¿Qué opina sobre la actitud del COMFER?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
-Nada. Es una disposición de las autoridades y listo. Yo soy solamente un trabajador y por lo tanto mi obligación es acatarla. Eso es todo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>-¿Y las declaraciones que hizo ante algunos medios gráficos?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
-Yo no hice ningún tipo de declaraciones ni las quiero hacer.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>-En esas declaraciones usted habría dicho que encaró su imitación de Borges con mucho respeto y que no imitaba a nadie sin admirarlo...</b></div>
<div style="text-align: justify;">
-Le vuelvo a repetir: no hice ningún tipo de declaraciones...</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>-...hasta este momento. Otra cosa: ¿No perjudica a su carrera la prohibición de un personaje que ya había alcanzado repercusión pública?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
-Mire, si no hago más este personaje, ya haré otro. Mi fuerte son las imitaciones, y en ese campo hay suficiente tela para cortar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b>-Anteriormente hubo problemas con el <i>Menotti-triste</i>. ¿Se quejó algún otro de sus imitados: Villarruel o Ibáñez Menta, por ejemplo?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
-No, no, ninguno se quejó nunca. Y no quiero hablar más del asunto.”<br /><br /><br />
Las respuestas de Sapag evidenciaron que estaba verdaderamente atemorizado y que su <i>respetuosa voluntad de no opinar </i>excedía al correcto acatamiento de una medida. No se supo entonces, al menos públicamente, si ese miedo había sido reforzado de algún otro modo. Lo cierto es que Mario Sapag calló tanto como su parodiado Borges.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Recién tras el regreso a la democracia Sapag pudo volver a poner en escena sus parodias de Borges, que llegaron al año 1985. Los absurdos motivos de la inicial censura y el temor infundido entonces en el imitador no terminaron nunca de disiparse. Tampoco se explica que el organismo censor haya persistido en funciones por más de veintiocho años, hasta que en en diciembre de 2009 se derogara la ley de de la dictadura que lo había creado. Pero esa es otra historia.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Textos: <a href="https://www.facebook.com/florifloriflor" target="_blank">Florencia Giani</a></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Entrevistas a Borges y Sapag </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">En revista <i>Somos, </i>Nro. 521</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">10 de julio de 1981</span></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Fotografías periodísticas de Borges y su parodia</span></div><div style="text-align: justify;"><a href="http://archivoteaydeportea.blogspot.com/2011/06/television.html" target="_blank"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Archivo Tea y DeporTea </span></a><br /></div>
Florencia Gianihttp://www.blogger.com/profile/18227939782498553499noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-23956025992558170822020-03-25T13:00:00.000-03:002020-12-05T00:44:44.309-03:00Jorge Luis Borges: Ragnarök<div style="text-align: justify;">
<br />
<br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-9iSLYXsIiqo/X8sBfcielqI/AAAAAAACBj8/oD9q1GheAfckLzCgbYQyESKvfUHP1EYrQCLcBGAsYHQ/s874/Borges%2Ben%2BObras%2BCompletas%2B1975-85%2B%2BBsAs%2BKodama%2BEmec%25C3%25A9%2B1989%2BTomo%2BII.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="874" data-original-width="638" height="640" src="https://1.bp.blogspot.com/-9iSLYXsIiqo/X8sBfcielqI/AAAAAAACBj8/oD9q1GheAfckLzCgbYQyESKvfUHP1EYrQCLcBGAsYHQ/w468-h640/Borges%2Ben%2BObras%2BCompletas%2B1975-85%2B%2BBsAs%2BKodama%2BEmec%25C3%25A9%2B1989%2BTomo%2BII.jpg" width="468" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En los sueños (escribe Coleridge) las imágenes figuran las impresiones que pensamos que causan; no sentimos horror porque nos oprime una esfinge, soñamos una esfinge para explicar el horror que sentimos. Si esto es así ¿cómo podría una mera crónica de sus formas transmitir el estupor, la exaltación, las alarmas, la amenaza y el júbilo que tejieron el sueño de esa noche? Ensayaré esa crónica, sin embargo; acaso el hecho de que una sola escena integró aquel sueño borre o mitigue la dificultad esencial.</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
El lugar era la Facultad de Filosofía y Letras; la hora, el atardecer. Todo (como suele ocurrir en los sueños) era un poco distinto; una ligera magnificación alteraba las cosas. Elegíamos autoridades; yo hablaba con Pedro Henríquez Ureña, que en la vigilia ha muerto hace muchos años. Bruscamente nos aturdió un clamor de manifestación o de murga. Alaridos humanos y animales llegaban desde el Bajo. Una voz gritó: <i>¡Ahí vienen!</i> y después <i>¡Los Dioses! ¡Los Dioses!</i> Cuatro a cinco sujetos salieron de la turba y ocuparon la tarima del Aula Magna. Todos aplaudimos, llorando; eran los Dioses que volvían al cabo de un destierro de siglos. Agrandados por la tarima, la cabeza echada hacia atrás y el pecho hacia adelante, recibieron con soberbia nuestro homenaje. Uno sostenía una rama, que se conformaba, sin duda, a la sencilla botánica de los sueños; otro, en amplio ademán, extendía una mano que era una garra; una de las caras de Jano miraba con recelo el encorvado pico de Thoth. Tal vez excitado por nuestros aplausos, uno, ya no sé cual, prorrumpió en un cloqueo victorioso, increíblemente agrio, con algo de gárgara y de silbido. Las cosas, desde aquel momento, cambiaron.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Todo empezó por la sospecha (tal vez exagerada) de que los Dioses no sabían hablar. Siglos de vida fugitiva y feral habían atrofiado en ellos lo humano; la luna del Islam y la cruz de Roma habían sido implacables con esos prófugos. Frentes muy bajas, dentaduras amarillas, bigotes ralos de mulato o de chino y belfos bestiales publicaban la degeneración de la estirpe olímpica. Sus prendas no correspondían a una pobreza decorosa y decente sino al lujo malevo de los garitos y de los lupanares del Bajo. En un ojal sangraba un clavel; en un saco ajustado se adivinaba el bulto de una daga: Bruscamente sentimos que jugaban su última carta, que eran taimados, ignorantes y crueles como viejos animales de presa y que, si nos dejábamos ganar por el miedo o la lástima, acabarían por destruirnos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sacamos los pesados revólveres (de pronto hubo revólveres en el sueño) y alegremente dimos muerte a los Dioses.</div>
<br /><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"><br /></span></span><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"><br /></span></span>
<span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Publicado en <i>El hacedor</i> (1960)<br />Luego en <i>Libro de sueños</i> (1976)</span><br /><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Retrato de Jorge Luis Borges</span><div><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Incluido en las <i>Obras Completas </i></span><br />
<span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Buenos Aires, Emecé Editores, 1974, 1ª ed.</span><br />
<br />
<br />
<br />
<br /></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-47680884704209786362020-03-03T12:33:00.000-03:002020-12-04T20:51:46.522-03:00Jorge Luis Borges: Para una versión del «I King»<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-yKD6kOIJg2k/X8rLLLjIhxI/AAAAAAACBjo/RKqxJ2FddjALmX3LxKBrybbIHCXd8OhcQCLcBGAsYHQ/s400/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2Ben%2BMadrid%252C%2B1980%252C%2BFoto%2BEFE.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="358" data-original-width="400" height="358" src="https://1.bp.blogspot.com/-yKD6kOIJg2k/X8rLLLjIhxI/AAAAAAACBjo/RKqxJ2FddjALmX3LxKBrybbIHCXd8OhcQCLcBGAsYHQ/w400-h358/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2Ben%2BMadrid%252C%2B1980%252C%2BFoto%2BEFE.jpg" width="400" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>
<br />
<br />
El porvenir es tan irrevocable<br />
como el rígido ayer. No hay una cosa<br />
que no sea una letra silenciosa<br />
de la eterna escritura indescifrable<br />
<br />
cuyo libro es el tiempo. Quien se aleja<br />
de su casa ya ha vuelto. Nuestra vida<br />
es la senda futura y recorrida.<br />
El rigor ha tejido la madeja.<br />
<br />
No te arredres. La ergástula es oscura,<br />
la firme trama es de incesante hierro,<br />
pero en algún recodo de tu encierro<br />
<br />
puede haber un descuido, una hendidura.<br />
El camino es fatal como la flecha<br />
pero en las grietas está Dios, que acecha.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">Soneto con el cual Borges prologa <i>I Ching. Libro de las mutaciones</i> (1975),</span><br />
<span style="font-size: x-small;">edición de Richard Wilhelm (Edhasa) </span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">Luego, con variaciones en <i>La moneda de hierro</i> y siguientes ediciones.</span>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span><br />
<span style="font-size: x-small;">Foto sin atribución: Jorge Luis Borges, Madrid 1980 - EFE archivo</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<br />Unknownnoreply@blogger.com11tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-61629245504728366032020-02-04T16:27:00.013-03:002021-02-08T16:41:22.442-03:00Jorge Luis Borges: El Burak<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-WnMZiXv6SnA/YCGTJxScfqI/AAAAAAACGQY/wjRqnDBKGuo44YabX0r0sGyyro-eP3zNgCLcBGAsYHQ/s954/JLB%2B-%2BRetrato%2Bde%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2B-%2BGordon%2BPress.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="684" data-original-width="954" height="458" src="https://1.bp.blogspot.com/-WnMZiXv6SnA/YCGTJxScfqI/AAAAAAACGQY/wjRqnDBKGuo44YabX0r0sGyyro-eP3zNgCLcBGAsYHQ/w640-h458/JLB%2B-%2BRetrato%2Bde%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2B-%2BGordon%2BPress.jpg" width="640" /></a></div><br /><p><br /></p><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El primer versículo del capítulo diecisiete del Alcorán consta de estas palabras: "Alabado sea El que hizo viajar, durante la noche, a su siervo desde el templo sagrado hasta el templo que está más lejos, cuyo recinto hemos bendecido, para hacerle ver nuestros signos". Los comentadores declaran que el alabado es Dios, que el siervo es Mahoma, que el templo sagrado es el de La Meca, que el templo distante es el de Jerusalén y que, desde Jerusalén, el Profeta fue transportado al séptimo cielo. En las versiones más antiguas de la leyenda, Mahoma es guiado por un hombre o un ángel; en las de fecha posterior, se recurre a una cabalgadura celeste, mayor que un asno y menor que una mula. Esta cabalgadura es Burak, cuyo nombre quiere decir "resplandeciente". Según Burton, los musulmanes de la India suelen representarlo con cara de hombre, orejas de asno, cuerpo de caballo y alas y cola de pavo real.</span></div><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /></span></div><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Una de las tradiciones islámicas refiere que Burak, al dejar la tierra, volcó una jarra llena de agua. El Profeta fue arrebatado hasta el séptimo cielo y conversó en cada uno con los patriarcas y ángeles que lo habitaban y atravesó la Unidad y sintió un frío que le heló el corazón cuando la mano del Señor le dio una palmada en el hombro. El tiempo de los hombres no es conmensurable con el de Dios; a su regreso, el Profeta levantó la jarra de la que aún no se había derramado una sola gota.</span></div><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /></span></div><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Miguel Asín Palacios habla de un místico murciano del siglo XIII, que en una alegoría que se titula <i style="margin: 0px; padding: 0px;">Libro del nocturno viaje hacia la Majestad del más Generoso </i>ha simbolizado en Burak el amor divino. En otro texto se refiere al "Burak de la pureza de la intención".</span></div><p><span face="arial, verdana, helvetica, tahoma, sans-serif" style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px;"><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /></span></p><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px;"><span style="margin: 0px; padding: 0px;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">En Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero</span></span></div><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px;"><span style="margin: 0px; padding: 0px;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"><i style="margin: 0px; padding: 0px;">Manual de Zoología Fantástica</i> (1957)</span></span></div><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px;"><span style="margin: 0px; padding: 0px;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Luego, en<i style="margin: 0px; padding: 0px;"> El Libro de los Seres Imaginarios</i> (1967)</span></span></div><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px;"><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: inherit;">Y en</span><span style="font-family: inherit;"> </span><i style="font-family: inherit; margin: 0px; padding: 0px;">Obras Completas en Colaboración </i></span></div><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px;"><i style="font-family: inherit; font-size: xx-small; margin: 0px; padding: 0px;">©</i><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">María Kodama (1995) y ediciones posteriores</span></div><div><span style="margin: 0px; padding: 0px;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Retrato de Jorge Luis Borges </span></span><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small; margin: 0px; padding: 0px;">©Gordon Press</span></div>Florencia Gianihttp://www.blogger.com/profile/18227939782498553499noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-19888439640732129082020-01-08T01:00:00.000-03:002020-02-19T05:17:55.738-03:00Luisa Valenzuela: La risa de Borges<div style="text-align: justify;">
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-AxXRGmbgAD4/XhVZRFWKIDI/AAAAAAABlM8/DyRh-frArSQm9PnDgRANXT-bUbbmp9hyACLcBGAsYHQ/s1600/JLB%2B-%2BBorges%2By%2BLuisa%2BValenzuela%2Ben%2BNueva%2BYork%252C%2B1969.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1141" data-original-width="1200" height="380" src="https://1.bp.blogspot.com/-AxXRGmbgAD4/XhVZRFWKIDI/AAAAAAABlM8/DyRh-frArSQm9PnDgRANXT-bUbbmp9hyACLcBGAsYHQ/s400/JLB%2B-%2BBorges%2By%2BLuisa%2BValenzuela%2Ben%2BNueva%2BYork%252C%2B1969.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Hay unos versos de Borges que muchos suelen repetir como si lo pintaran de cuerpo entero, como si no hubiese sido, como todo, el reflejo de un sentimiento que habría de diluirse con los años:</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><i>"He cometido el peor de los pecados/ que un hombre puede cometer. No he sido/</i></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"><i>
</i></span><span style="font-family: inherit;"></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><i>feliz". (…) </i>para concluir <i>“Me legaron valor. No fui valiente./ No me abandona. Siempre está a mi lado/ La sombra de haber sido un desdichado”.</i></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Soneto éste, <i><a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/12/jorge-luis-borges-el-remordimiento.html">El Remordimiento</a></i>, que me temo inspiró aquél burdo poema apócrifo que en distintas versiones tantos lectores tomaron por cierto, quizá porque el genio se lamentaba de no haber hecho lo que hacemos los simples mortales sin talento. Comer más dulce de leche, por ejemplo, frase que me recuerda cierta pequeña reunión cuando, hablando de los placeres del paladar, Borges preguntó si realmente el dulce de leche era rico, <i>“pero rico rico, como el arroz blanco”</i> y todos reímos, y él también.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Como reían ellos dos, Lisa y Georgie, al regresar de unos paseos estrambóticos y nocturnos por los puentes de Constitución, lugar que le fascinaba a aquel Borges aún medianamente vidente y siempre muy sensible a su entorno. Y volvían, ellos dos, no describiendo los sórdidos lugares que habían recorrido, sino riendo por las cuartetas idiotas que se les habían ido ocurriendo en el camino. </span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">A este texto que estoy ahora escribiendo, rememorando, me habría gustado ponerle de título <i>"Borges y Yo"</i>, pero me temo que la ironía podría pasarse por alto.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Son sin embargo estampas personales.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">¡Tantísimos años transcurridos, tantas memorias</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">La imagen que conservo de aquél a quien solíamos llamar Georgie es la del pícaro que se divierte con sus dichos, no siempre del todo inofensivos pero siempre brillantes y queribles.</span></div>
<span style="font-family: inherit;"></span><br />
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">La impresión me viene de lejos, puedo hoy contarla sin fatuidad y sin censuras. Porque el tal Georgie frecuentaba mi casa de infancia cuando sus colegas más elocuentes creían que él nunca sería reconocido por el público en general, que era un <i>escritor para escritores</i>. Se sentían privilegiados de apreciar su genio, los colegas, y lo acompañaban a sus escasas conferencias y temblaban –fui testigo</span></span>–<span style="font-family: inherit;">cuando Borges caía en un largo silencio. Ellos temían que, en su pánico de hablar en público, el amigo había quedado con la mente en blanco cuando en realidad estaba buscando la palabra exacta, la misma que al ser por fin pronunciada deslumbraba a todos.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Testigo de tanta cosas, fui. Y a veces víctima. Más de una vez mi madre, Luisa Mercedes Levinson, que todos conocían ya por Lisa, me reprochó que Borges opinaba que yo era capaz de matar a mi madre por un juego de palabras. Borges no lo habría dicho de envidia, todo lo contrario, porque nunca fueron juegos de palabras lo que le faltaron, aunque eso de meterse con la madre…</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">En fin, especulaciones actuales al correr del teclado. Eso sí, reíamos mucho.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Como reían ellos dos, Lisa y Georgie, al regresar de unos paseos estrambóticos y nocturnos por los puentes de Constitución, lugar que le fascinaba a aquel Borges aún medianamente vidente y siempre muy sensible a su entorno. Y volvían, ellos dos, no describiendo los sórdidos lugares que habían recorrido, sino riendo por las cuartetas idiotas que se les habían ido ocurriendo en el camino:</span></span></div>
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<br /></div>
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<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><i><a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2017/09/jorge-luis-borges-no-me-gusta-gardel.html">“En la plaza de Belgrano/ pero un poco más abajo/ hay un letrero que dice/ mierda la puta carajo.”</a></i> Por ejemplo.</span></span></div>
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<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">O bien:</span></div>
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<br /></div>
<i style="font-family: inherit; text-align: justify;">“En el medio de la plaza/ del pueblo de Pehuajó/ hay un letrero que dice/ la puta que te parió.”</i><span style="font-family: inherit;"></span><br />
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</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">La preadolescente que era yo en aquel entonces se sentía abochornada por tamaño infantilismo. Mi propia madre y el admirable </span><i style="font-family: inherit;">escritor de escritores</i><span style="font-family: inherit;">, ¡por favor!</span></div>
<br />
<span style="font-family: inherit;"></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Georgie y Lisa emprendieron la aventura de escribir un cuento en colaboración. Esas tardes se aislaban en el comedor de nuestra casa en Belgrano y yo sólo podía oír las carcajadas. Cuando emergían, muy circunspectos, consultaban a la adolescente sabihonda que andaba rondando por ahí cuando podía. ¿Los apellidos Zunino y Zungri te parecen lo suficientemente ridículos?, me preguntaban. </span></span></div>
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<span style="font-family: inherit;">Pasaron años antes de que yo pudiera retrucar con una cuarteta a la altura, nada apreciado por el escritor:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<i style="font-family: inherit; text-align: justify;">“En el barrio de San Telmo/ Biblioteca Nacional/ hay un letrero que dice/ hacete un lavaje anal”.</i><span style="font-family: inherit;"></span><br />
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<br />
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<br /></div>
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<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Es cierto que admiraba la biblioteca, pero no me resultaba fácil rimar con Nacional. Vicente Varela y otros colegas me felicitaron, sin embargo, y yo me sentía en la gloria.</span></span></div>
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<br />
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<br /></div>
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<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Las cosas eran así y de otra maneras, por fortuna.</span></span></div>
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<br />
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Alrededor de 1952 Georgie y Lisa emprendieron la aventura de escribir un cuento en colaboración. Esas tardes se aislaban en el comedor de nuestra casa en Belgrano y yo sólo podía oír las carcajadas. Cuando emergían, muy circunspectos, consultaban a la adolescente sabihonda que andaba rondando por ahí cuando podía. ¿Los apellidos Zunino y Zungri te parecen lo suficientemente ridículos?, me preguntaban. Y yo no sabía qué decir, Zunino y Zungri eran los dueños de la destapadora de cloacas a la que estábamos abonados –ésas eran las épocas</span></span>–<span style="font-family: inherit;"> benemérita empresa que tenía el poético nombre de </span><i style="font-family: inherit;">La Flor de la Primavera</i><span style="font-family: inherit;">.</span></div>
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<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;">Peor era cuando me consultaban, por ejemplo, si no resultaba demasiado exagerado que el pretencioso arquitecto protagonista del cuento, para hacerlo gastar, le propusiese a su cliente </span><i style="font-family: inherit;">“un jardín con bustos ecuestres”</i><span style="font-family: inherit;">. Ante tamaños disparates, que los ahogaban de risa, yo no podía menos que recalcar lo ridículo de la idea. Cedieron, no ante mi crítica sino ante un dejo de razón, y por fin optaron por poner </span><i style="font-family: inherit;">“cabezas yacentes de emperadores”</i><span style="font-family: inherit;">.</span></div>
<br />
<span style="font-family: inherit;"></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">La temprana adolescente de entonces solía ser muy puntillosa. Pero igual me llenaba de orgullo cuando Borges me hablaba de igual a igual, y me decía muy orondo que ese día habían trabajado mucho: habían completado toda una línea.</span></div>
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<br />
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">El cuento, titulado<a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/08/jorge-luis-borges-y-luisa-mercedes.html"> <i>La hermana de Eloísa</i></a>, apareció por fin en 1955 publicado por la Editorial ENE, en un delgado volumen con otros dos cuentos de cada uno de los autores.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
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<br />
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<br /></div>
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<span style="font-family: inherit;">De mi anécdota favorita de aquella época ya no quedan rastros, por suerte, sólo el recuerdo que tiene del asunto María Esther Vázquez. Porque a los pocos años de haber sido nombrado, en 1955, director de la Biblioteca Nacional, quien casi ya no era Georgie, apelativo cariñoso que iría cayendo en desuso hasta para los íntimos, ideó un estupendo y memorable ciclo de conferencias los sábados, invitando a escritores y escritoras de la época a hablar sobre el tema siempre vigente,<i> “Por qué y cómo escribo”.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Hoy corresponde reconocer que Borges fue un precursor en el uso de la Biblioteca Nacional como espacio para la difusión de la cultura.</span></span></div>
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<br />
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Los periodistas de entonces eran asiduos a esas manifestaciones, la gente de letras eran considerados referentes importantes del quehacer nacional. No así los propios periodistas, al menos a los ojos de Borges, razón por la cual me contrató a mí </span></span>—<span style="font-family: inherit;"><i>ad honorem</i>, claro— para que entrevistara a los/las conferenciantes antes de entrar. Durante la exposición, con cuatro dedos y muchos carbónicos, debía tipear el resumen de las conferencias, cosa de entregárselo a los nobles representares de la prensa, que según Borges sospechaba acudían a los bellos salones de la calle México a echarse un sueñito. Y los diarios de la época, me temo, publicaban mi resumen y no quiero ni saber qué habría resumido yo allí, a mis escasos 17 años.</span></div>
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<br />
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<br /></div>
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<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Pero una se va formando a los golpes. Y con todo descaro.</span></span></div>
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</span>
<br />
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Así pasaron años y años y más años, encuentros y desencuentros con el Maestro. Indignaciones de mi parte al enterarme de que había comentado por ahí que mi primera novela era una novela pornográfica, años de tragar saliva hasta que me despabilé y supe que una de las definiciones de pornografía es <i>“lo que atañe a la vida de las prostitutas”</i> y entonces sí, <i>Hay que sonreír que este año cumple temibles 50</i>, es una novela pornográfica, si bien expresamente cándida.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Años también de alegrías festejando los retruécanos que el maestro repartía a troche y moche, siempre dejando traslucir su faz lúdica, su a veces punzante sentido del humor.</span></span></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Y años más sólo frecuentando a Borges en la reiterada y siempre reveladora lectura de su obra, hasta cierto mediodía de primavera neoyorquina de 1985. Las marcas de ese día, imborrables para mí, se resumen en una imagen y una frase.</span></span></div>
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<br />
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">La imagen: dos figuras vestidas de blanco marfilino, nimbadas por la luz del sol.</span></span></div>
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<br />
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<br /></div>
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<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">La frase: <i>“Isn’t it a pity?”</i>.</span></span></div>
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</span>
<br />
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Fue en un restaurante italiano del West Village neoyorquino, una especie de bodegón cuya único atractivo era un jardín al fondo más allá de las cocinas, con lindas mesas bajo los árboles. Estábamos allí almorzando con un amigo cuando contra la puerta de las cocinas se dibujaron esas dos figuras más que fantasmales, feéricas. ¡Borges y María Kodama!, me sorprendí. No puede ser. Pero eran. Y los invitamos a nuestra mesa y Borges contó que María tenía un olfato especial para los lugares y los temas más insólitos y maravillosos, que acababan de llegar, dichosos, de su viaje en globo sobre el valle de Napa en California, que se iban al día siguiente de regreso a Buenos Aires, y <i>isn’t it a pity?</i>. Así, en inglés en medio de la charla en nuestro idioma. <i>Isn’t it a pity?</i>, reiteró más de una vez, esto de tener que dejar New York… tras o cual corrí al teléfono, llamé al Instituto de Humanidades al que yo pertenecía, volví con una invitación para ambos el semestre siguiente. Lo que Borges quisiera. Por supuesto. Ya no era más, en absoluto, un escritor sólo para escritores. Era el escritor de todos.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Y volvió, Borges acompañado por María Kodama. Y yo tuve que pagar mi arranque siendo la interlocutora en su presentación multitudinaria en NYU, la Universidad de Nueva York, la misma que había tenido la osadía de contratarme como profesora.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">No era nada sencillo sostener lo que Borges proponía en esos tiempos: armar la presentación con forma de entrevista, ya que se negaba a dar una conferencia de corrido. Hacerle preguntas públicas a Borges era casi suicida, bien lo sabía yo que había asistido a muchos sufrimientos ajenos. Imposible salir airosa ante esa mente lucidísima, de un brillo casi ultraterreno. Irónica por demás. Porque si una le hacía una pregunta tonta o sencilla, quedaba al descubierto. Y si la pregunta era compleja, o molesta, él le contestaría </span></span><span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">como me respondió a mí</span></span><span style="font-family: inherit;"> en aquella conferencia sobre </span><i style="font-family: inherit;">La Metáfora</i><span style="font-family: inherit;">. Ya un poco cansada del juego pero haciendo todo tipo de circunloquios a manera de disculpa, improvisando le pregunté si tenía en cuenta la simbología freudiana del falo cuando escribía sobre cuchillos y cuchilleros.</span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><i>“Usted es una joven escritora moderna”</i>, me contestó sin contestar, <i>“y yo soy un pobre viejo ciego”.</i></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"><i>
</i></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Y ahí me dejó. Boqueando en el vacío.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Hasta la mañana siguiente, cuando desde el Village atravesábamos todo Manhattan en el coche del poeta Daniel Halpern para llegar a la Universidad de Columbia donde seguirán sus charlas y mis preguntas, pero sólo para estudiantes, menos mal.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Esa mañana Borges se giró levemente la cabeza y me enfrentó:</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><i>“ Usted anoche mencionó el falo…”</i></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"><i>
</i></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><i>“ Sí, Borges, pero hablando de los cuchillos, como metáfora”</i>, intenté disculparme. <i>“Conozco una metáfora mejor”</i>, me contestó; <i>“El dedo de Dios”.</i></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"><i>
</i></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><i>“¿No le parece un tanto pretenciosa?”</i>, me asombré.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><i>“Y sí”</i>, reconoció Borges muy a su pesar. <i>“Creo que es de Victor Hugo”.</i></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">En aquel memorable último viaje a Nueva York de Borges y María Kodama pasamos toda la semana juntos con él, y a lo largo de esos días y después de los encuentros matinales en la Universidad de Columbia, el supuestamente frágil <i>Escritor de escritores </i>pedía más: una vuelta por Central Park en mateo, escuchar jazz en algún sitio emblemático del Village. Todo mientras iba desgranando sus hilarantes aventura de viaje con María, al punto que propuse hacerle una nota al respecto para la revista <i>Vogue</i> norteamericana, que apareció en el número de marzo de 1986, poco antes de su fallecimiento en Suiza.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Dicha nota es un canto a la felicidad de esa pareja tan despareja y a la vez tan absolutamente solidaria y armoniosa que formaban María Kodama y Jorge Luis Borges.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><i>“Estoy cerca de él desde hace más de veinte años. Si me piden que defina nuestra relación”</i>, aclaró ella, aún no se habían casado, <i>“diré que somos como compañeros de colegio, cómplices” .</i></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;"><i>
</i></span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Y Borges:<i> “María no pudo hacerme mejor regalo que este gusto por los viajes. Hasta estamos pensando en ir a vivir al Japón. ¿No está mal, no, para un hombre que abordó su primer avión a los 50 años? Pero había un recién nacido que lloró todo el tiempo y le quitó la dimensión épica al vuelo”.</i></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Acababa de aparecer <i>Atlas</i>, el libro de Borges con fotos de María, pero muchas anécdotas compartidas habían quedado en el tintero. Como la de la dama que le cantó a Borges sus milongas al oído:</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><i>“Qué raro”</i>, contó él que le había comentado a María, <i>“mientras ella cantaba yo sentía telarañas en la cara…” “Es que la señora era muy elegante”</i>, rió María, <i>“¡lo que usted sintió eran las largas plumas </i>aigrettes<i> de su sombrero!”</i></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;">Y fue así como, dispuesta a hacerles la entrevista, compré un pequeño grabador y me dirigí al hotel Uptown donde estaban hospedados. Nos reunimos en la gran habitación del maestro, y mi imagen favorita es la de nosotros tres, Borges, María y yo, cómodamente instalados en la gigantesca cama mientras ellos desgraban sus insólitas historias de viajes y reíamos a carcajadas. Carcajadas discretas, sí, pero no menos felices. Pero esa es otra historia, para citar a uno de los autores favoritos del Maestro.</span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">En revista<a href="http://www.revistaharoldo.com.ar/nota.php?id=148"> <i>Haroldo</i>, 24 de julio de 2016</a></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: xx-small;">Foto: Jorge Luis Borgs y Luisa Valenzuela en New York, 1969</span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-size: xx-small;">Publicada en el sitio personal de<a href="http://www.luisavalenzuela.com/"> Luisa Valenzuela</a></span></span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></span></div>
<span style="font-family: inherit;">
</span>Florencia Gianihttp://www.blogger.com/profile/18227939782498553499noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-82828646519597313102019-12-20T16:48:00.015-03:002021-02-08T17:00:18.876-03:00Jorge Luis Borges: El aplanador<p> </p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-robqLPhUpZw/YCGYFTUq0PI/AAAAAAACGQ0/B-MTc0wGgIs1msk3qYHzEDEL1E5h25IwgCLcBGAsYHQ/s720/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2B-%2BFoto%2BAP%2B-%2Bborgestodoelanio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="720" height="360" src="https://1.bp.blogspot.com/-robqLPhUpZw/YCGYFTUq0PI/AAAAAAACGQ0/B-MTc0wGgIs1msk3qYHzEDEL1E5h25IwgCLcBGAsYHQ/w640-h360/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2B-%2BFoto%2BAP%2B-%2Bborgestodoelanio.jpg" width="640" /></a></div><br /><p></p><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Entre los años de 1840 y de 1864, el Padre de la Luz (que también se llama la Palabra Interior) deparó al músico y pedagogo Jakob Lorber una serie de prolijas revelaciones sobre la humanidad, la fauna y la flora de los cuerpos celestes que constituyen el sistema solar. Uno de los animales domésticos cuyo conocimiento debemos a esa revelación es el Aplanador o Apisonador (<i style="margin: 0px; padding: 0px;">Bodendrucker</i>) que presta incalculables servicios en el planeta Mirón, que el editor actual de la obra de Lorber identifica con Neptuno.</span></div><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /></span></div><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">El Aplanador tiene diez veces el tamaño del elefante, al que se parece muchísimo. Está provisto de una trompa algo corta y de colmillos largos y rectos; la piel es de un color verde pálido. Las patas son cónicas y muy anchas; las puntas de los conos parecen encajarse en el cuerpo. Este plantígrado va aplanando la tierra y precede a los albañiles y constructores. Lo llevan a un terreno quebrado y lo nivela con las patas, con la trompa y con los colmillos.</span></div><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /></span></div><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Se alimenta de hierbas y de raíces y no tiene enemigos, fuera de algunas variedades de insectos.<br style="margin: 0px; padding: 0px;" /></span></div><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;"><br /></span></div><div style="font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: justify;"><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: start;"><span style="margin: 0px; padding: 0px;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">En Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero</span></span></div><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: start;"><span style="margin: 0px; padding: 0px;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;"><i style="margin: 0px; padding: 0px;">Manual de Zoología Fantástica</i> (1957)</span></span></div><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: start;"><span style="margin: 0px; padding: 0px;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Luego, en<i style="margin: 0px; padding: 0px;"> El Libro de los Seres Imaginarios</i> (1967)</span></span></div><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: start;"><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: inherit;">Y en</span><span style="font-family: inherit;"> </span><i style="font-family: inherit; margin: 0px; padding: 0px;">Obras Completas en Colaboración </i></span></div><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: start;"><i style="font-family: inherit; font-size: xx-small; margin: 0px; padding: 0px;">©</i><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">María Kodama (1995) y ediciones posteriores</span></div><div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; margin: 0px; padding: 0px; text-align: start;"><span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">Retrato de Jorge Luis Borges </span><span style="background-color: transparent; font-family: inherit; font-size: xx-small; margin: 0px; padding: 0px;">©AP</span></div></div><p><span style="font-family: arial, verdana, helvetica, tahoma, sans-serif; font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px;"><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /><br style="margin: 0px; padding: 0px;" /><br /></span></p>Florencia Gianihttp://www.blogger.com/profile/18227939782498553499noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-35437258158044623542019-07-13T12:00:00.000-03:002019-07-14T13:35:43.755-03:00Escritores desaparecidos en Argentina. Borges se interesa ante el general Videla<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-NlXJNVaPA9g/XSprWKnndNI/AAAAAAABYGg/uB9MRwsdMJoFuMsBdJckE7r92sPFFlvxACLcBGAs/s1600/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2Ben%2BM%25C3%25A9xico%252C%2BFoto%2BRogelio%2BCu%25C3%25A9llar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="703" height="640" src="https://1.bp.blogspot.com/-NlXJNVaPA9g/XSprWKnndNI/AAAAAAABYGg/uB9MRwsdMJoFuMsBdJckE7r92sPFFlvxACLcBGAs/s640/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2Ben%2BM%25C3%25A9xico%252C%2BFoto%2BRogelio%2BCu%25C3%25A9llar.jpg" width="448" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;">A la ya larga lista de secuestros y asesinatos políticos cometidos en la Argentina se suma ahora la desaparición de dos conocidos escritores, <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Haroldo Conti y Daniel Moyano,</em> secuestrados hace varias semanas. A estos dos secuestros hay que añadir los recientes asesinatos contra la persona del editor Burnichon y su hijo, dedicados ambos a la publicación y venta de libros de poesía. Haroldo Conti nació en 1925, en Chacabuco, Argentina. En 1962 recibió el Premio <i>Fabril</i> por su novela <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Sudeste.</em> En 1966, el Universidad de Veracruz, por <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Alrededor de la sombra.</em> Era Premio Barral de Novela, en 1971, por <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">En vida.</em></span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;">Daniel Moyano, nacido en 1930, es una de las mayores figuras de su generación. Autor de varios libros de cuentos, pasa por ser uno de los mejores especialistas en el género y una de las mayores figuras de su generación. <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">La lombriz </em><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">(1964),</span><em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"> El fuego interrumpido </em><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">(1967)</span><em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"> </em><span style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">y</span><em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"> Una luz muy lejana</em> (novela, 1966<em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">)</em> algunos de sus títulos. Por <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">El oscuro,</em> mereció el Premio <i>Primera Plana</i>, 1967.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;">Tanto uno como otro estaban empeñados en la construcción de la llamada <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">nueva narrativa,</em> <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">y,</em> aunque no se adscribían a tendencias realistas o sociologistas, no por ello renunciaban a la indagación de la realidad argentina.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;">Una comisión de escritores, presidida por <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato,</em> se han entrevistado recientemente con el presidente argentino, general <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Jorge Videla,</em> para interesarse por su suerte. Videla les aseguró el <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">respeto sagrado</em> de su gobierno por la cultura, y prometió una investigación a fondo. Hasta el momento, sin embargo, se desconoce la suerte de los dos desaparecidos.</span></div>
<div style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; line-height: inherit; margin-bottom: 2.188rem; padding: 0px; text-align: justify; vertical-align: baseline;">
<span style="font-family: inherit;">Por otra parte, un nutrido grupo de escritores españoles, encabezados por el editor y poeta <em style="border: 0px; box-sizing: border-box; font-stretch: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Carlos Barral</em> ha enviado un telegrama al presidente argentino, reclamando una urgente investigación del caso.</span></div>
<br />
<span style="font-size: xx-small;">En <a href="https://elpais.com/diario/1976/06/12/cultura/203378406_850215.html">El País, Madrid, sábado 12 de junio de 1976</a><br />Jorge Luis Borges en México, Foto<a href="https://www.facebook.com/rogelio.cuellar.988"> </a></span><span style="background-color: white; font-family: "verdana" , "geneva" , sans-serif;"><span style="font-size: xx-small;">©</span></span><a href="https://www.facebook.com/rogelio.cuellar.988" style="font-size: x-small;">Rogelio Cuéllar</a>Florencia Gianihttp://www.blogger.com/profile/18227939782498553499noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-18336273586623581132019-05-02T17:00:00.000-03:002019-07-14T13:38:18.082-03:00Jorge Luis Borges: Edgar Wallace<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-V4DdKQqyhmw/XMtfTrW1TPI/AAAAAAABQx4/wHpyO16BS24vvWVJsFbXfdoEl-Oko7eqwCLcBGAs/s1600/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2B-%2Bretrato%2Bsd%2B--%2B%25281%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="742" data-original-width="587" height="640" src="https://4.bp.blogspot.com/-V4DdKQqyhmw/XMtfTrW1TPI/AAAAAAABQx4/wHpyO16BS24vvWVJsFbXfdoEl-Oko7eqwCLcBGAs/s640/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2B-%2Bretrato%2Bsd%2B--%2B%25281%2529.jpg" width="506" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">El inglés conoce la agitación de dos incompatibles pasiones: el extraño apetito de aventuras y el extraño apetito de legalidad. Escribo <i>extraño</i>, porque para un criollo lo son. Martín Fierro, el santo desertor del ejército, y el aparcero Cruz, el santo desertor de la policía, profesarían un asombro no exento de malas palabras y de sonrisas ante la doctrina británica de que la ley tiene razón, infaliblemente, pero también les petrificaría el pensar que su desmadrada vida de cuchilleros fugitivos era emocionante o deseable. Matar, para el criollo, era <i>desgraciarse</i>: nada más opuesto a la idea de <i>El asesinato considerado como una de las bellas arte</i>s del mórbidamente virtuoso De Quincey, o de la <i>Teoría del asesinato moderado</i>, del sedentario Chesterton.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Ambas pasiones –la de las aventuras singulares, la de la inmaculada legalidad– hallan satisfacción en la narración policial. Edgar Wallace, tengo entendido, era uno de los más conocidos artífices de ese género literario. No he leído su obra. Lamento esa omisión y tengo el propósito de corregirla, porque no soy de los que misteriosamente desdeñan las tramas misteriosas. Creo, por el contrario, que la organización y la aclaración, siquiera mediocre, de un suculento asesinato o de un doble robo, exigen un trabajo intelectual que es muy superior a la fétida emanación de sonetos sentimentales o de diálogos entre personajes de nombre griego o de poesías en forma de Carlos Marx o de ensayos siniestros sobre el centenario de Goethe o de meritorios estudios sobre el problema de la mujer, Oriente y Occidente, la ética sexual, el alma del tango, y otras inclinaciones de la ignominia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;">Espero que nuestra literatura argentina merecerá tener, algún improbable día, su Edgar Wallace.</span><br />
<span style="font-family: inherit;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-nkGkYwec228/XMtZjmkqozI/AAAAAAABQxs/mGed4fVi3lgkkG0iIoadcT5m4O2CsyPygCLcBGAs/s1600/Colecci%25C3%25B3n%2BMisterio%2B-%2Bportadas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="269" data-original-width="232" height="400" src="https://1.bp.blogspot.com/-nkGkYwec228/XMtZjmkqozI/AAAAAAABQxs/mGed4fVi3lgkkG0iIoadcT5m4O2CsyPygCLcBGAs/s400/Colecci%25C3%25B3n%2BMisterio%2B-%2Bportadas.jpg" width="344" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<br /></div>
<br />
<span style="font-size: x-small;">En: <i style="font-style: italic;">Textos Recobrados 1931-1955 </i>(2001)</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Primera publicación en: <b>Edgar Wallace</b> (autobiografía con reseñas críticas de diversos escritores), Buenos Aires</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><i>Colección Misterio</i> de J. C. Rovira Editor distribuida por Editorial TOR, Número 75, 1932.*</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Luego en: Diario <i>La Capital</i>, Rosario, 19 de diciembre de 1989.</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Y en: <i>Radar Libros</i>, diario <i>Página 12</i>, <a href="https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/subnotas/4767-574-2012-08-20.html">20 de agosto de 2012</a>.</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Retrato de Jorge Luis Borges en revista Gente, década de 1970, Editorial Atlántida.</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Al pie, portadas de la <i>Colección Misterio </i>que integró este volumen. </span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-size: xx-small;"><br /></span>
</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">*Este texto está construido con los párrafos primero y último de <i>Leyes de la narración policial</i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Según comenta Alberto C. Vila Ortiz en <i>Borges en Pichincha y otras memorias de un oficio perdido</i>, Rosario, <i>Homo Sapiens Ediciones</i>, 1994, "la<span style="font-family: inherit;"> <i>Colección Misterio</i></span>, que aparecía todos los martes, era publicada por J. C. Rovira Editor. El tomo 75, en que se publica la autobiografía de Edgar Wallace, apareció poco después de la muerte del autor. Wallace murió en la madrugada del 10 de febrero de 1932 en Hollywood. [...] En este tomo se incluye un apéndice en el cual se nos dice que 'dos escritores argentinos de la nueva generación literaria expresan su autorizada opinión sobre la obra de Edgar Wallace: Jorge Luis Borges y Alberto Pinetta".</span></div>
Florencia Gianihttp://www.blogger.com/profile/18227939782498553499noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-62334793639542516282019-04-09T07:51:00.000-03:002019-04-13T16:46:35.376-03:00Abel Posse: Diálogo con Jorge Luis Borges (en ocasión de sus 80 años)<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-28NtyP9zgJ0/XLI70VKMI0I/AAAAAAABNBw/U1G_gJDODCoTMNKXpuEBMkzI_pxRvIUzQCLcBGAs/s1600/JLB%2B-%2BEn%2Bla%2Buniversidad%2Bde%2BCa%2BFoscari%252C%2BVenecia-%2BAbel%2BPosse%252C%2BBorges%2Bel%2Bprof%2BZilio%2By%2Bcuerpo%2Bdocente%252C%2B1974.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="968" data-original-width="1052" height="588" src="https://1.bp.blogspot.com/-28NtyP9zgJ0/XLI70VKMI0I/AAAAAAABNBw/U1G_gJDODCoTMNKXpuEBMkzI_pxRvIUzQCLcBGAs/s640/JLB%2B-%2BEn%2Bla%2Buniversidad%2Bde%2BCa%2BFoscari%252C%2BVenecia-%2BAbel%2BPosse%252C%2BBorges%2Bel%2Bprof%2BZilio%2By%2Bcuerpo%2Bdocente%252C%2B1974.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
<span style="box-sizing: border-box; font-weight: 700;"><em style="box-sizing: border-box;">La Gaceta</em></span><span style="box-sizing: border-box; font-weight: 700;">, 26/08/1979</span></div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
Borges vive en la calle Maipú, en pleno centro de Buenos Aires. Ocupa un modesto departamento de tres ambientes, de los construidos en la década del 30, con muebles coetáneos. Lo atiende Fanny, una sólida mucama ‑ cocinera paraguaya enérgica y poco sensible a las cosas del mundo literario del patrón de casa. Por la casa merodea “Beppo” un gato blanco, gordo y poco espiritual.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
Sorprende no ver adornos. Sobre un aparador hay un centro de mesa de cristal donde estaban mezcladas algunas boletas de la electricidad con la medalla de la Orden Británica. Las paredes están recubiertas de libros que fueron usados hasta hace unos 25 años, cuando todavía Borges podía leer. Son casi todos libros en inglés, encuadernados. Allí están los frecuentados clásicos y esos libros exóticos con los que Borges creó muchos de sus juegos literarios y esas citas que le dieron fama de erudito. En el pequeño cuarto de Borges, con una cama contra la pared (no ocupa el cuarto dejado por la madre que quedó igual desde su muerte, con la gran cama, testimoniando lo que significa para Borges una pesadísima ausencia), hay una biblioteca con los clásicos españoles.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
No se ve ningún libro nuevo o siquiera reciente. Fanny, según dicen, echa a la basura sin más trámite las decenas que llegan cada mes, enviados por jóvenes escritores entusiastas de todo el mundo. Algunos sospechan que la correspondencia no corre mejor suerte. Lo cierto es que Borges, si se ocupase de ella, debería montar una oficina.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
Lo curioso es que tampoco se ven libros de Borges (no pude encontrar ninguna de sus tantas traducciones en lenguas extranjeras). Sólo vi un ejemplar de las Obras Completas.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
Borges tiene 80 años. Dice mucho en su favor que nadie lo trate como a un anciano. Logra hacer olvidar la edad y también la ceguera casi completa (observé muchas veces que la gente le dice ¿vio esto? ¿leyó aquello?, sin sentirse incómoda después de formulada la pregunta).</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
Cuando llegué se estaba terminando de afeitar. Lo hacía con una máquina eléctrica que él llama la navaja (y me explicó: “Al fin de cuentas se trata de varias navajitas que giran, Le hago una reflexión sobre su edad y me dice:</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: no, nada de hablar de la edad. Es insignificante. Además, fíjese, no soy más que una víctima del sistema métrico decimal. Según él cumplo ochenta años. Si se les hubiese ocurrido contar cada doce o cada catorce unidades yo ahora podría tener una edad decorosa, sesenta años digamos…</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: usted cumple con una tradición de familia, la longevidad.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: sí, es cierto. He estado pensando que la longevidad es una forma de insomnio.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: pero sería el único insomnio en que se rehuye el sueño reparador. El insomne normal lo único que desea es dormir. En cambio nadie quiere morir…</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: no. Los longevos ‑más bien queremos morir. Mi madre siempre me decía “¿Viste? Otro día:. todavía no me he muerto”. Si a mí me dijesen que me muero esta noche sería tanta la alegría que a lo mejor no me muero.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: vengo de España y muchos amigos me comentaron algunos de sus juicios sobre la literatura española, a muchos les cayeron mal…</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: ¿por qué? No creo haber dicho nada malo. La literatura española… Trataré de decirlo cortésmente: empieza espléndidamente con los Romances que son realmente lindísimos. Luego vienen escritores admirables como Fray Luis de León que para mí sigue siendo el mejor poeta castellano. Y San Juan de la Cruz. Y así llegamos al Quijote que creo que es un libro realmente inagotable, sobre todo la segunda parte. Pero después ocurre algo que ya se nota en dos hombres de genio como lo son Quevedo y Góngora: todo se torna rígido. Uno tiene la impresión de que ya no hay caras sino máscaras. La culminación de este fenómeno se da en Baltasar Gracián, donde no se siente ninguna pasión ni sensibilidad. Es un mero juego de formas como el cubismo o la literatura de Joyce… Luego tenemos el siglo XVIII, muy pobre. Y el movimiento romántico donde España sirve para inspirar a todo el mundo menos a los españoles. Solamente queda Bécquer: una réplica débil del primer Héine…</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: ¿y Saavedra Fajardo?</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: es un gran escritor, justamente me lo estaban leyendo en estos días.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: un pariente cercano suyo, un gran estilista.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: gracias, haré lo posible por ser digno del parentesco… Luego de este panorama general ocurre un hecho que creo que no se debe ocultar: cuando todo se renueva sobre todo por influencia de Francia (la obra de Hugo, de Verlaine, de Poe ‑ Poe también nos llegaba de Francia porque entonces Francia era la forma para que se puedan comunicar dos países americanos) esa renovación se hace desde este lado del Atlántico y no desde España. Si Ud. piensa en Rubén Darío, en Jaimes Freyre, en Lugones; son poetas no inferiores y ciertamente anteriores a los Machado y a Juan Ramón Jiménez.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: ¿y en la prosa?</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: yo quisiera mencionar el nombre de un renovador que tal vez va a molestar a los españoles: Groussac. Alfonso Reyes me dijo: Groussac, que era francés, me enseñó cómo debe escribirse en castellano…</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: muchos dicen ahora eso de usted.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: gracias. Espero que alguien pueda enseñarme a mí a escribir bien…</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: ¿y la generación del 98? ¿Qué diría de Azorín?</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: no me gusta. Evaristo Carriego decía que escribía estilo “pan rallado” ¿querría decir que Azorín escribía sin unidad?</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: sin embargo es un creador de lenguaje. Tiene una gran fuerza estilística: domina el arte de crear un clima o una intimidad, con muy pocos elementos… ¿Y Valle Inclán?</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: me parece que era un guarango. Una vulgaridad.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: ¿no le encuentra ningún valor literario?</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: no. Me parece de mal gusto. Como persona debió ser muy desagradable.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: ¿y Unamuno?</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: Unamuno sí, aunque nunca me pude explicar bien ese deseo de inmortalidad que tenía. Más notable que su obra es su hábito de pensar continuamente, fue un pensador notable. A quien recuerdo con particular afecto es a Baroja. Se lo quiere más a él que a su obra. Es al revés de lo que pasa con Shakespeare: todos recordamos Hamlet y casi no nos interesa el hombre que lo escribió.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: a mí me parece que Ud. fue un poco injusto con García Lorca cuando lo calificó de “andaluz profesional”. En España encontré gente enojada con Ud. ¿Tampoco le interesó el teatro de él?</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: vi “Yerma” y me pareció mala. Nunca me interesó García Lorca, pero no me gustaría que alguien crea que tengo algo en contra de los andaluces. Yo hubiera querido ser andaluz. Lo que nunca habría querido ser es catalán: los odian en España y entre los franceses se nota enseguida que son impostores… Pero recapitulando, yo creo que nosotros le dimos más a España que España a Hispanoamérica, a partir de Darío.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: en su lista no recordó a Garcilaso…</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: muy bueno, extraordinario. Pero fíjese que venía de la poética italiana, de Petrarca; los mismos españoles lo consideraron exótico. Aunque, si uno los compara, Garcilaso nos parece más fuerte, más grande. En esa época los dos idiomas más importantes eran el español y el italiano. El inglés era un idioma raro, como sería el danés hoy. Esas importaciones de formas, como en el caso de Garcilaso, eran frecuentes. Saavedra Fajardo, por ejemplo, viene de los latinos, de la estructura de la frase latina. Mire qué maravillosa esta frase de Saavedra cuando habla de los escoceses: “El tribunal de sus iras y de sus venganzas es la espada”. (Borges recita): Corrientes aguas puras cristalinas</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
Qué maravilla, ¿no? Aunque algunas veces en Hispanoamérica la tradición española se torna un peligro. Fíjese que cuando estuve en Colombia, un señor que era poeta para elogiarme me dijo: “Qué bien se lo ve, señor Borges, redondo y colorado como un queso”: Terrible pasión por la metáfora, ¿no? Y una influencia de la métrica de Garcilaso:</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
Corrientes aguas puras cristalinas</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
Redondo y colorado como un queso…”</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: volviendo al tema de sus críticas a la literatura española, nuestra literatura, me parece que muchas cosas que usted dijo interesaron porque muchos tienen la sospecha de que gran parte de ella es aburrida.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: claro. Tiene lo muy bueno y lo mucho de aburrido. Antes, en las primeras décadas del siglo, ocupaba un lugar de segunda, cuando la importante era la francesa, la inglesa, la alemana. A mí me contó Manuel Gálvez que fue una vez a verlo a Lugones y Lugones le dijo: “¿Para qué lee Ud. literatura española? Es como si Ud, se dedicara a la literatura búlgara. Lea la gran literatura y olvídese de esas piezas de museo de la literatura española, búlgara, etc.”</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: creo Borges que Ud. estará de acuerdo en que a pesar del mucho aburrimiento hay dos momentos inobjetables: la grandeza del Quijote, culminación de la nobleza literaria: y la poesía mística, San Juan, Fray Luis. Sólo esos dos momentos la ponen por encima, en cuanto a genialidad, de la literatura francesa, por ejemplo…</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: si. Y a pesar de Sancho.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: ¿por qué?</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: Lugones decía que el contrapunto entre los dos personajes era innecesario, fácil. En “Martín Fierro” elogiaba que los dos gauchos, Cruz y Fierro no viviesen en contrapunto. Pero estoy de acuerdo con lo que dijo. Y ya que estamos hablando de literatura española no quisiera olvidar a dos amigos míos que fueron entre ellos enemigos personales: a Ramón Gómez de la Serna y a Cansinos Assens. Dos hombres de genio aunque completamente distintos, uno un erudito, el otro un gran artista. Gómez de la Serna fue un extraordinario literato y quedará en las letras. Buenos Aires le hizo mal. Yo creo que hubiera sido un gran poeta. Las “greguerías” le anularon muchas posibilidades: si uno se acostumbra a pensar en forma tan atomizada termina atomizado. Se disgregó en greguerías.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: ¿un caso parecido tal vez al de Macedonio Fernández?: un buen escritor con poca obra.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: Macedonio no quedará. A Macedonio sólo lo pueden apreciar los que le oyeron contar sus cosas… Y ya que no hablé tan bien de García Lorca quisiera decir que para mí Marcelino Menéndez y Pelayo es un gran poeta injustamente olvidado. Un gran poeta, mire este verso:</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
<em style="box-sizing: border-box;">La náyade en el agua de la fuente…</em></div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: tal vez su fama de erudito, su gran erudición, ocultó ante la gente su realidad de poeta…</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: sí, eso pasa. Ahora me acuerdo una cosa que decía Macedonio Fernández y que yo quiero suscribir totalmente; decía que los españoles y los hispanoamericanos deberíamos llamarnos “La familia de Cervantes”. Sería difícil unirnos todos diciendo “la familia de Quevedo”, a pesar de su grandeza de literato. En cambio si decimos “la familia de Cervantes” no creo que encontremos ningún opositor…</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: ¿Y de Pérez Galdós?</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: nunca me interesó ese tipo de novela, aunque leí “Misericordia” con placer. Pero en general no me interesa esa novela que se origina en Flaubert y según la cual cuando uno entra en una habitación tiene que describir todos los muebles que ve.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: pero en cierto Flaubert. Porque en “Bouvard y Pecuchet”, que Ud. tanto elogió, hay un increíble avance: es la primera novela de este siglo.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: sí, pero la que hizo escuela fue “Madame Bovary”. Stevenson creía que el que tenía la culpa de todo esto era Walter Scott. Pero en Sir W alter Scott se justificaba porque describe la Edad Media y hay que informar al lector de cosas y ambientes que no conoce.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: ¿y Proust?</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: no me interesa. A mí me parece que creó un mundo menor, un mundo mezquino. Del mismo modo que creo que hay mezquindad en Joyce. (Joyce es más bien ilegible pero no se pueden olvidar ciertas frases espléndidas, era poeta, debió haber escrito sólo poemas). Pero al leer a Proust sentía que me asfixiaba, que estaba incidido en un mundo de chismes, que es lo que pasa un poco con Henry James, ¿no?</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: pero en Proust hay una nostalgia de una vida, de un tiempo, el fin de siglo, que hemos cargado de prestigios y que Proust lo supo conservar. El es como un símbolo de un mundo perdido.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: sí, pero eso ya está fuera de lo literario. A mí me parece que no fue un “bon vivant”, por eso quizá pudo imaginar ese mundo…</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: a usted, que respeta tanto a Schopenhauer me gustaría preguntarle sobre el amor, las mujeres, la muerte, como en el título de aquel libro.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: sobre las mujeres puedo decir que están y estuvieron siempre muy presentes en mí. Yo pienso tanto en las mujeres que trato de no pensar en ellas cuando escribo. Pero sin embargo están presentes. Diría también que siempre hay una mujer única que sin embargo no ha sido siempre la misma.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: es una idea más bien platoniana.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: en cuanto a la noción de arquetipo sí. Pero esa mujer es real aunque múltiple. En mi obra poética hay muchos versos de amor, pero la gente prefirió creer que yo tendría algún reparo en estos temas. No es así, al contrario.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: tal vez eso ocurra porque usted no quiso llevar a su obra sus experiencias personales. Tampoco usted ha hablado de ellas en público, en ese sentido es usted muy “british”.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: creo que sí. Usted sabe que, en Inglaterra si uno le decía a una mujer que era linda, se indignaba. Era un improcedente “personal remark” y uno no tenía derecho a hacer eso. Uno sólo tiene derecho a hablar de temas impersonales, generales.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: pero los argentinos no somos así. Somos más bien impúdicos en ese sentido.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
B: claro. Y además las mujeres esperan que les digan que son bonitas. Es casi al revés. Pero no participo de ese estilo. Fíjese que tengo amigos a quienes nunca hice ese tipo de confidencias, ni ellos a mí: Macedonio Fernández, Bioy Casares, Manuel Peyrou.</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; font-size: 14px; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
P: ¿y la muerte?</div>
<div style="background-color: white; box-sizing: border-box; font-family: ralewayregular; letter-spacing: 0.5px; margin-bottom: 28px; padding: 0px; text-align: justify;">
<div style="font-size: 14px;">
B: ¿la muerte?: la única esperanza que me queda.</div>
<div style="font-size: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-size: 14px;">
<br /></div>
<div style="font-size: 14px;">
<br /></div>
<span style="font-size: xx-small;">En <i>La Gaceta, </i>Tucumán, 26 de agosto de 1979.</span><br />
<span style="font-size: xx-small;">Foto:Abel Posse, Jorge Luis Borges,el prof Zilio y cuerpo docente</span><br />
<span style="font-size: xx-small;">En </span><span style="font-size: xx-small;">la universidad de Ca Foscari, Venecia, 1974.</span><br />
<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://xn--%20abelposse-ipa.com/">Archivo Abel Posse</a> </span></div>
Florencia Gianihttp://www.blogger.com/profile/18227939782498553499noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-77512032737446337772019-03-29T22:00:00.000-03:002019-04-07T15:44:28.086-03:00Jorge Luis Borges: El jugador<br />
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<span style="font-size: 21.73px;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-YPSBI9FmgaA/WxX7Yk98h3I/AAAAAAAALjI/gPqWaTqNOFUuL6qBkjn84dcgKE9iD6kcQCLcBGAs/s1600/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2Bmid-lecture%2Bat%2BFirst%2BChurch%252C%2B5-6%2Bde%2Bmayo%2Bde%2B1983%252C%2BOberlin%2BCollege%2BArchive%252C%2BFoto%2BEdsel%2BLittle.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="557" data-original-width="848" height="420" src="https://3.bp.blogspot.com/-YPSBI9FmgaA/WxX7Yk98h3I/AAAAAAAALjI/gPqWaTqNOFUuL6qBkjn84dcgKE9iD6kcQCLcBGAs/s640/JLB%2B-%2BJorge%2BLuis%2BBorges%2Bmid-lecture%2Bat%2BFirst%2BChurch%252C%2B5-6%2Bde%2Bmayo%2Bde%2B1983%252C%2BOberlin%2BCollege%2BArchive%252C%2BFoto%2BEdsel%2BLittle.jpg" width="640" /></a></div>
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<span style="font-size: 21.73px;"><br /></span></div>
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<span style="font-size: 21.73px;"><br /></span></div>
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<i>A Borges le fascinaba el azar que brinda la vida. A pesar de su timidez, se entregaba al azar en cuanto podía. Para él fue azar tanto viajar en globo como perderse en los arrabales de Buenos Aires o recorrer países remotos. No fue ajeno al juego. Alguna vez me comentó: «En una época fui jugador. Nunca me interesaron el póker ni la canasta, pero jugué al truco y al mus, que no llegué a entender demasiado».</i></div>
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<b>—Al truco, usted me contó que había jugado con Nicolás Paredes —interrumpí.</b></div>
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<br /></div>
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—Sí. Él era un gran jugador —recordó Borges—. Yo aprendí muchas picardías de Paredes y llegué a jugar en pareja con él. Otras veces jugamos mano a mano. Recuerdo que en la segunda visita que le hice, Paredes me preguntó si sabía jugar al truco; yo le contesté imprudentemente que sí. Entonces él sacó las barajas y nos pusimos a jugar. Al principio él me dejó ganar. Después me di cuenta de que ésa era la clásica o la consabida astucia de los tahúres; empezó luego a ganar él, y finalmente me ganó todo el dinero que yo tenía, que era bastante para la época. Paredes era un profesional del juego. Entonces le pedí que me prestara diez centavos para el tranvía. Paredes me devolvió todo el dinero que estaba encima de la mesa. Un poco molesto yo le pregunté si él había hecho trampa; y me contestó: «Bueno, usted tiene que entender que siempre yo voy a ser el ganador».</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<b>—¡Qué linda anécdota! ¿Y él le enseñó luego a jugar bien?</b></div>
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<br /></div>
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—Sí, yo fui aprendiendo con él, y algunas veces jugamos en pareja contra otros. Era un excelente jugador de truco.</div>
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<br /></div>
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<b> —¿Alguna vez usted me contó que jugaba a la ruleta, también? —vuelvo a preguntar.</b></div>
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<br /></div>
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—Bueno, en una época sí; me gustaba la ruleta y fui inventor de algunas martingalas que no tuvieron demasiado éxito, ya que eran totalmente ineficaces. Alguna vez, sin embargo, llegué a ganar siguiendo ese método.</div>
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<br /></div>
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<b> —¿En qué consistía, Borges?</b></div>
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<br /></div>
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—Yo anotaba los pares y los impares de, digamos, diez o doce bolillas, en el exacto orden en que iban saliendo; los anotaba y luego trazaba una línea, los unía y formaba una simetría. Una vez logrado esto, yo los seguí y, algunas veces, me dio buen resultado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b> —¿Con ese procedimiento esperaba salir de pobre?</b></div>
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<br /></div>
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—No, no. Yo lo hacía para entretenerme, para demostrarme a mí mismo que podía ganar con ese método; pero no por codicia. No, digamos, al estilo Dostoievski, que lo hacía de una manera casi enfermiza. Yo tenía en claro que nadie gana a la ruleta y lo hacía con un interés que, bueno, podemos llamar placer intelectual.</div>
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<br /></div>
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<b>—¿Llegó a perder dinero con su sistema?</b></div>
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<br /></div>
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—La mayoría de las veces sí. Gané otras, pero cuando perdía, perdía lo que ganaba y el capital invertido también. De manera que nunca me fue bien en el juego. Luego yo pensé en inventar un sistema de juego en el que no se ganara ni se perdiera nunca. La gente juega, en la mayoría de los casos, porque está desesperada, porque debe dinero o porque quiere dejar de ser pobre. Y luego viene la humillación de perder, la humillación que perdiendo en el juego puede llegar a ser trágica. Sin embargo, usted ve cómo se fomenta el juego, y eso lo hacen hasta los gobiernos; a mí me parece una inmoralidad… Yrigoyen fue el presidente más íntegro en ese sentido. Él quería cerrar el Jockey Club y el casino de Mar del Plata, pero no tuvo éxito. Tampoco llegó a pisar el hipódromo, y cuando lo invitaron a una carrera donde se corría un Gran Premio, él se ofendió y les contestó con una carta muy severa. ¡Cómo lo iban a invitar al Presidente de la República a concurrir a un sitio donde se jugaba por dinero! Él lo sintió como una ofensa, y yo creo que tenía razón, ya que el juego es un vicio, una cuestión de azar donde no hay esfuerzo personal.</div>
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<br /></div>
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<b> —También a la lotería jugó durante un largo tiempo. Borges entrecierra los ojos y concluye nostálgico:</b></div>
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<br /></div>
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—Sí, yo seguí por años, cuando trabajaba en la biblioteca de Almagro, un número de lotería. Ahora, fíjese cómo en el azar la suerte siempre me fue esquiva. Cuando dejé de trabajar en la biblioteca, dejé también de comprar el billete, y a los pocos días salió premiado con la grande.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<br /></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; line-height: 27.16px;" xmlns="http://www.w3.org/1999/xhtml">
<span style="font-family: inherit; font-size: xx-small;">En:<b> Alifano, Roberto</b>; <i>El humor de Borges </i>(1995)</span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; line-height: 27.16px;" xmlns="http://www.w3.org/1999/xhtml">
<span style="font-size: xx-small;"><span style="font-family: inherit;">Imagen: </span><i>Borges' Mid Lecture at First Church, </i>junto a David Young</span></div>
<div style="background-color: white; font-family: Verdana, Geneva, sans-serif; font-size: 13.86px; line-height: 27.16px;" xmlns="http://www.w3.org/1999/xhtml">
<span style="font-size: xx-small;">5-6 de mayo de 1983, </span><a href="http://www.ohio5.info/omeka/items/show/456" style="color: #3c7481; font-size: xx-small; text-decoration-line: none;" target="_blank">Oberlin College Archives</a><span style="font-size: xx-small;">, Foto Edsel Little</span></div>
Florencia Gianihttp://www.blogger.com/profile/18227939782498553499noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-65105152120179606052019-03-19T00:30:00.000-03:002019-04-03T15:25:53.175-03:00Jaime Alazraki: El texto como palimpsesto. Lectura intertextual de Borges<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-E5FstaEBQfY/XIvgxDKhlvI/AAAAAAABV_o/1vcGFCqErQkSQnmphbSeGkU-valvECOfACLcBGAs/s1600/Jaime%2BAlazraki%2B%2Bs-f%2BFund%2BInt%2BJLB.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="583" data-original-width="437" height="400" src="https://3.bp.blogspot.com/-E5FstaEBQfY/XIvgxDKhlvI/AAAAAAABV_o/1vcGFCqErQkSQnmphbSeGkU-valvECOfACLcBGAs/s400/Jaime%2BAlazraki%2B%2Bs-f%2BFund%2BInt%2BJLB.jpg" width="299" /></a></div>
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<br />
<br />
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En mi breve estudio <i>Versiones. Inversiones. Reversiones </i><span style="font-size: x-small;">[1]</span> he intentado definir la mecánica del relato en los cuentos de Borges en lo que toca a su composición. Allí me preguntaba: ¿Hay un principio estructurador del relato? ¿Cómo están hechos sus cuentos? ¿De qué manera están organizados y qué sentidos proponen más allá de sus contenidos explícitos? La respuesta a esos interrogantes está ya sugerida desde el subtítulo: "el espejo como modelo estructural del relato." Si la literatura es "la diversa entonación de unas cuantas metáforas" y si "es verosímil conjeturar que desde Homero todas las metáforas íntimas, necesarias, fueron ya advertidas y escritas" <span style="font-size: x-small;">[2]</span> es razonable concluir que la tarea de la literatura está limitada a "los modos de indicar o insinuar esas metáforas" (<i>HE</i>, pág. 74). Escribir es releer un texto anterior, es reescribirlo. Es lo que hace Pierre Menard con la novela de Cervantes. Es lo que hace Borges con la literatura: "Cuatro son las historias —dice en la prosa breve <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/05/jorge-luis-borges-los-cuatro-ciclos.html" target="_blank">"Los cuatro ciclos"</a> de <i>El oro de los tigres</i>. Durante el tiempo que nos queda seguiremos narrándolas, transformadas" (<i>OT</i>, pág. 129). El cuento <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/11/jorge-luis-borges-el-zahir.html" target="_blank">"El Zahir"</a> es la reescritura del <i>Poema de los Nibelungos</i>, el relato <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/05/jorge-luis-borges-el-fin.html" target="_blank">"El fin"</a> rehace el final del <i>Martín Fierro</i> de Hernández, <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/05/jorge-luis-borges-la-casa-de-asterion.html" target="_blank">"La casa de Asterión"</a> es una versión más de la antigua leyenda del minotauro de Apolodoro. Los textos de sus cuentos funcionan como un espejo que invierte o revierte historias ya contadas, imágenes ya advertidas. En última instancia, concluye Borges, "una literatura difiere de otra, ulterior o anterior, menos por el texto que por la manera de ser leída; si pudiéramos leer cualquier página actual como la leerán en el año dos mil, sabríamos cómo será la literatura en el año dos mil" (<i>OI, </i>pág. 218). En ese librito he intentado demostrar que sus narraciones responden a una estructura especular: versiones de un texto anterior que el relato invierte o revierte desde sus significantes literarios. Desde el lenguaje, los cuentos de Borges presentan violentas historias de compadres, guerreros, teólogos, gauchos, reyes, bibliotecarios, héroes y traidores; desde la escritura, esas historias desorbitadas ceden a un significado segundo que no es sino su modo de problematizar en torno a las acciones allí presentadas. Los interrogantes y búsquedas que plantean los relatos a partir de sus significantes lingüísticos están respondidos desde los significantes troquelados por la escritura como la reflexión del escritor ante el tema de sus cuentos.</div>
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¿Pero qué podemos decir del texto mismo de sus cuentos? Es decir, no tanto del acto de contar una historia en lo que toca a su organización narrativa como de la operación que formula esa historia en un lenguaje. No me refiero al estilo en sus múltiples funciones expresivas sino a una función singular, a ese momento en que un texto dialoga con otro, ese momento en que un texto emerge como el reflejo de otro, como si uno contuviera, explícita o implícitamente, al otro. En otra época hubiéramos llamado a esta relación entre dos textos "estudio de las fuentes"; hoy la llamamos "intertextualidad." No es lo mismo, sin embargo. Así como hay una clara diferencia entre la disciplina retórica como la entendía Quintiliano, la estilistica de Spitzer y la poética de Jakobson, aunque compartan algunos elementos, la noción de intertextualidad representa un refinamiento y un cambio de estrategia respecto al manejo y estudio de las fuentes. Donde el estudio de las fuentes buscaba la huella de una idea, de un motivo, de un tema, de un personaje o de una imagen, la intertextualidad, se limita a establecer, pero sobre todo, a estudiar la relación creadora entre dos o más textos en su condición de lenguaje. Fijado el modelo, la tarea del estudio de las fuentes cesaba. La intertextualidad comienza donde la definición de fuentes concluye. La existencia de un modelo es, para la intertextualidad, una premisa a partir de la cual lo que importa es el juego entre ese primer texto y el segundo que lo incluye (relación explícita) o lo absorbe (relación implícita). ¿De que modo se articulan los dos textos y qué efectos o funciones genera el uno en el otro? Si un texto A dialoga con un texto B, ¿qué dicen? Gerard Genette, que ha estudiado más a fondo esta relación de dos o más textos,<span style="font-size: x-small;">[3]</span> llama al texto-modelo del cual se parte "hipotexto" y al segundo que lo contiene o absorbe "hipertexto." El contacto de dos textos puede darse como una relación de transformación o como una relación de imitación. Los procesos de transformación y de imitación de un texto pueden tener a su vez fines lúdicos, satíricos o serios. Si la transformación responde a una intención lúdica estamos en presencia de la "parodia." Si la transformación de un texto es seria estamos en el dominio de la "transposición." Cuando en lugar de transformar un texto se lo imita, la imitación puede adquirir también tres formas o regímenes diferentes. La imitación lúdica deriva en el "pastiche"; la imitación satírica da lo que Genette llama "charge" o "caricatura" y, cómo ésta, se apoya en lo singular de un estilo; la imitación seria produce la "continuación," es decir un lenguaje que imita, prolongando, un estilo famoso o prestigiado o simplemente emulado.</div>
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<br /></div>
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Habría primero que decir que el caso de Borges se presta de manera singular a este tipo de análisis. No es una casualidad que para algunos expositores de la aproximación intertextualista Borges se haya convertido en una suerte de gurú del método. Las citas anteriores de Borges, y en especial la última del ensayo sobre Bernard Shaw, han sido esgrimidas como el alfa y omega de la intertextualidad. No es la primera vez que uno de sus muchos juicios deviene punta de lanza de una escuela crítica. Pero en el caso de la intertextualidad, sus puntos de vista constituyen un buen ejemplo del ejercicio de un método <i>avant la lettre.</i> Hay que recorrer sus ensayos de <i>Discusión </i>y <i>Otras inquisiciones</i> para comprobar de inmediato que su enfoque busca siempre, o casi siempre, establecer la relación entre dos o más textos: la idea de Dios o el mundo como una esfera está en Jenófanes, en el <i>Timeo </i>de Platón, en Parménides, en Empédocles de Agrigento, en Hermes Trismegisto; en el siglo XIII, la imagen reaparece en el<i> Roman de la Rose</i>, en el XVI, en el <i>Pantagruel </i>de Rabelais y en Giordano Bruno (<i>De la causa, principio et uno,</i> V). Finalmente, en el XVII, Pascal repitió la imagen para siempre: "La naturaleza es una esfera infinita, cuyo centro esta en todas partes y la circunferencia en ninguna." La conclusión de Borges a ese sumario historial de la imagen: "Quiza la historia universal es la historia de la diversa entonación de algunas metáforas" (<i>OI</i>, pág. 17). La operación se repite en <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/07/jorge-luis-borges-la-flor-de-coleridge.html" target="_blank">"La flor de Coleridge"</a> y <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2016/07/jorge-luis-borges-el-sueno-de-coleridge.html" target="_blank">"El sueño de Coleridge."</a> En <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/05/jorge-luis-borges-magias-parciales-del.html" target="_blank">"Magias parciales del Quijote"</a> hace un balance de ese procedimiento cervantino que "se complace en confundir el mundo del lector y el mundo del libro" a través de obras como <i>Sartor Resartus</i> (Carlyle), el <i>Zohar </i>(Moisés de León), el <i>Ramayana </i>(Valmiki), <i>Las mil y una noches, Hamlet</i>. En su <a href="http://nota%20sobre%20walt%20whitman/" target="_blank">"Nota sobre Walt Whitman"</a> compila un catálogo del procedimiento de raíz panteísta en que Dios o el hablante poético se desdobla en otras criaturas y objetos. El recurso aparece en el <i>Gita</i>, en Heréclito, Plotino, Attar, Emerson, Stefan George hasta Walt Whitman. En ese mismo ensayo defiende la noción de que el contexto de la literatura es menos la vida que la literatura misma. "Hablo del caso —dice— de quienes atribuyen una doctrina a experiencias vitales y no a tal biblioteca o a tal epítome: Nietzsche, en 1874, se burló de la tesis pitagórica de que la historia se repite cíclicamente; en 1881, en un sendero de los bosques de Silvaplana, concibió de pronto esa tesis (<i>Ecce Homo</i>). Lo tosco, lo bajamente policial, es hablar de plagio" (<i>OI</i>, pág. 103). Borges concibe la literatura como un texto cuyas constantes reverberaciones han producido y producirán todos los libros de esa hipotética "biblioteca total." Es el caso de la Kabala que genera toda una biblioteca a partir de un solo texto: las Escrituras. Su ensayo sobre Wells concluye: "De la vasta y diversa biblioteca que nos dejó, nada me gusta más que su narración de algunos milagros atroces: <i>The Time Machine, The Island of Dr. Moreau, The First Men in the Moon</i>. Son los primeros libros que yo le; tal vez serán los últimos ... Pienso que habrán de incorporarse a la memoria general de la especie y que se multiplicaran en su ambito, mas alla de los terminos de la gloria de quien los escribió, más allá del idioma en que fueron escritos" (<i>OI</i>, pág. 128). Una obra se debe menos a su autor que a los ecos que esa obra desata en otros autores. Tal es el tema del ensayo <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/05/jorge-luis-borges-kafka-y-sus.html" target="_blank">"Kafka y sus precursores"</a> que concluye el examen de textos afines a los del autor de <i>El castillo</i> con la siguiente observación: "En cada uno de estos textos está la idiosincrasia de Kafka, en grado mayor o menor, pero si Kafka no hubiera escrito, no la percibiríamos... En el vocabulario crítico, la palabra <i>precursor </i>es indispensable, pero habría que tratar de purificarla de toda connotación de polémica o de rivalidad. El hecho es que cada escritor crea a sus precursores. Su labor modifica nuestra concepción del pasado, como ha de modificar el futuro" (<i>IO</i>, pág. 148).</div>
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Algunos ensayos van más lejos todavía en el sentido de que proponen apenas desde el título la noción de que "el mundo es un libro": <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/10/jorge-luis-borges-avatares-de-la-tortuga.html" target="_blank">"Avatares de la tortuga"</a>, <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2016/10/jorge-luis-borges-formas-de-una-leyenda.html" target="_blank">"Formas de una leyenda"</a>, <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/11/jorge-luis-borges-historia-de-los-ecos.html" target="_blank">"Historiade los ecos de un nombre"</a>. Un texto, cualquier texto, queda así reducido a su condición de avatar, de forma, o de eco de otro texto. Borges propone respecto a la literatura lo que Lavoisier había postulado en el siglo XVIII respecto a la naturaleza: "Nada se crea, todo se transforma," o lo que Henri Cartier-Bresson ha dicho respecto al arte: "No hay nuevas ideas en el mundo. Hay solamente nuevos modos de ordenar las cosas." Que Borges ha puesto en práctica esa idea en sus propios relatos, transformando temas y motivos ya tratados, queda muy claro. Es menos clara —y ha quedado aún sin estudiar— la condición de sus textos como ecos o avatares de otros textos, la relación de su lenguaje con otros lenguajes. Es lo que parcialmente nos proponemos hacer ahora.</div>
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<b>"Forgerie" o continuación</b><br />
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La primera relación que la prosa de Borges establece con otros estilos —primera en un sentido puramente cronológico— es un esfuerzo imitativo que se manifiesta en la continuación o imitación seria de un estilo prestigiado. La relación de "continuación" comporta la imitación de un texto con propósitos no satíricos. En el caso de Borges, el hipotexto o modelo es justamente eso, un modelo, un estilo ejemplar, digno de ser imitado. Para el primer Borges la prosa que merecía ser imitada, la prosa que aparecía ante sus ojos juveniles como el estilo por antonomasia era la prosa del barroco español. Se entiende. Para el joven poeta ultraísta que veía en la metáfora el "elemento esencial" de la lírica y la razón de ser de la literatura, Góngora, Saavedra Fajardo, Espinel, Quevedo, y Torres Villarroel eran compañeros de camino aunque separados de su generación por algunos siglos. <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2019/03/jorge-luis-borges-torres-villarroel.html" target="_blank">El ensayo de <i>Inquisiciones </i>dedicado a Torres Villarroel</a> rubrica desde su primer párrafo una admiración que convierte a los poetas barrocos en hermanos mayores del grupo ultraísta: "Quiero puntualizar —dice— la vida y la pluma de Torres Villarroel, hermano de nosotros en Quevedo y en el amor de la metáfora" (<i>I</i>, pág. 7). ¿Qué admiraba Borges en Villarroel? Su concepto de la prosa: "Es lo de menos —dice— la intención risible que esgrime y su virtud está en la atropellada numerosidad de figuras que enuncian, gritan, burlan y enloquecen el pensamiento. Ese <i>ictus sententiarum</i>, esa insolencia retórica, esa violencia casi física de su verbo, tienen su parangón actual en los <i>Veinte poemas para ser leídos en el tranvía</i>" (del poeta ultraísta Oliverio Girondo, 1922) (<i>I</i>, pág. 11). Su singularidad es, entonces, ese modo verbal de un barroco a ultranza que el Borges mas tardío amonestaría de "lindar con su propia caricatura" (<i>HE</i>, pág. 9). Pero para el joven de 25 afios, autor de un primer volumen de ensayos, para el poeta ultraísta contemporáneo de Girondo, Torres Villarroel es "un milagro". Lo que importa ahora subrayar es el efecto que esa admiración por la prosa barroca tiene en la prosa del joven escritor que la comenta. Borges ha absorbido del barroco no solamente su regusto por la metáfora sino todos aquellos procedimientos que según Curtius definían el estilo manierista (un término que para Curtius es preferible al más generalizado de barroco). El estilo manierista se proponía "sorprender, causar asombro, deslumbrar."<span style="font-size: x-small;">[4] </span>Para conseguir esos propósitos, el escritor barroco recurre al hipérbaton, la perífrasis, la <i>annominatio </i>(o acumulación de diversas flexiones de una misma palabra y que hoy llamamos "paranomasia") y a la metáfora manierista. En el uso de la sintaxis, "busca decir las cosas antinaturalmente" y entre sus juegos más frecuentes figuran el paralelismo y "el esquema de recapitulación". Y en cuanto al vocabulario hay un esfuerzo por retornar a la acepción etimológica (latinismos/cultismos), por rescatar voces populares (germanía) y por acuñar otras nuevas (neologismos). Todos o casi todos estos rasgos distintivos de la prosa manierista aparecen en la prosa del primer Borges. Oigamos su silueta literaria de Torres:</div>
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<blockquote class="tr_bq">
<i>Sobre los días y las noches de don Diego de Torres, sobre cada una de las páginas que trazo, la sombra del maestro pasa con la altivez de una bandada y con la certeza del viento. Torres, incrédulo estrellero que creyó en el influjo de los astros sobre la humana condición pero no en sortilegios o demonología, fue un enquevedizado. Torres, que cambio lunas por doblones y para quien la anchura estelar fue una resplandeciente almoneda, fue poseído de un espíritu, y las metáforas de un muerto hicieron incantación.</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<i>El milagro estriba en la forma que ese aprendizaje supo asumir. Torres, hombre impoético, sin gravamen de estilo ni ansia de eternidad, fue una provincia de Quevedo, más alegre y menos intensa que su trágica patria. Quevedo, a fuer de artista, fijó alucinaciones, labró un mundo en el mundo y debeló sus propias imágenes; Villarroel desmintió esa seriedad, prodigándolo todo, con el absurdo gesto de un dios que desbaratase el arcoiris en libérrimas serpentinas. Así recabó su obra, que es conversadora y brozosa, pero cuyo rumor es algo así como la rediviva cotidianidad del maestro, como una extravagante y chacotera resurrección. </i>(<i>I, </i>págs. 13-14)</blockquote>
</div>
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<div style="text-align: justify;">
La prosa de Borges es casi un espejo de la prosa de Villarroel. Sus excesos y alardes están allí consignados: metáforas manieristas, neologismos mostrencos, regusto por el latinismo, paralelismo en la sintaxis, goce jacarista por el vocablo popular y de germanía. El maestro de Villarroel ha sido también el gran maestro de ese primer Borges que admiraba en Quevedo su "grandeza verbal". "Nadie como él —dice en su ensayo juvenil— ha recorrido el imperio de la lengua española y con igual decoro ha parado en sus chozas y en sus alcázares. Todas las voces del castellano son suyas y él, en mirándolas, ha sabido sentirlas y recrearlas ya para siempre" (<i>I</i>, pág. 43). La primera prosa de Borges es una imitación, fundada en la admiración, de los maestros del barroco y alcanza sus mayores galas en el primer párrafo que introduce su <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2018/04/jorge-luis-borges-menoscabo-y-grandeza.html" target="_blank">ensayo sobre Quevedo</a> de 1925. Oigamos:</div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<i>Hay la aventura personal del hombre Quevedo: el tropel negro y desgarrado que eslabonaron con dureza sus días, el encono que hubo en sus ojos al traspasar con sus miradas el mundo, la numerosa erudición que requirió de tanto libro ya lejano, la salacidad que desbarató su estoicismo como una turbia hoguera, su ahínco en traducir la España apicarada y cucañista de entonces en simulacros de grandeza apolínea, su aversión a lechuzos, alguaciles y leguleyos, sus tardeceres, su prisión, su chacota: todo su sentir de hombre que ya conoció el doble encontronazo de la vida segura y la insegura muerte</i>. (<i>I</i>, pág. 39)</blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
Como Quevedo, Borges busca el lucimiento verbal, la astucia retórica, el léxico ingenioso y la expresión aguda. "Nada de llamar a las cosas por su nombre" decía Raimundo Lida a propósito de la lengua del <i>Buscón</i>. Ese "atrevimiento exterior y fuerza de choque verbal"<span style="font-size: x-small;">[5]</span> de la prosa de Quevedo debió deslumbrar al Borges ultraísta de los años 1920 y sus primeras <i>Inquisiciones </i>están escritas bajo la fascinación de ese estilo. Pero lo que en la prosa barroca era el estilo y el espíritu de una época, en la prosa primera de Borges es una imitación de sus procedimientos y brillos ringorrangos que dejara atrás unos pocos años más tarde.</div>
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<br /></div>
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En por lo menos dos entrevistas, el Borges más maduro ha reflexionado sobre su prosa juvenil. En la de 1964 dijo:</div>
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<blockquote class="tr_bq">
<i>Yo antes escribía de una manera barroca, muy artificiosa. Me pasaba lo que le pasa a muchos escritores jóvenes, creo. Por timidez, creía que si hablaba sencillamente la gente creería que no sabía escribir. Sentía la necesidad de demostrar que sabía muchas palabras raras y que sabía combinarlas de un modo sorprendente</i>.<span style="font-size: x-small;">[6]</span></blockquote>
</div>
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<br /></div>
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En una segunda entrevista, cuatro años más tarde agregó:</div>
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<blockquote class="tr_bq">
<i>Empecé escribiendo de un modo muy </i>self-conscious<i>, de un modo muy barroco. Esto se debió, tal vez, a la timidez de la juventud. Los jóvenes suelen sospechar que sus argumentos, sus poemas, no son muy interesantes. Entonces tratan de ocultarlo o de enriquecerlo con otros medios. Cuando yo empecé a escribir, trataba de hacerlo a la manera de los clásicos españoles del siglo XVII, a la manera de Quevedo o de Saavedra Fajardo</i>.<span style="font-size: x-small;">[7]</span></blockquote>
</div>
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Cuando Borges descubre que ese estilo "millonario" (<i>I</i>, pág. 24) (palabra que empleo para definir "la pluma innumerable" de Joyce [<i>I</i>, pág. 25]) lejos de ser una riqueza es "una superstición aritmética" y que lo que importa no es tanto el número de voces de un idioma como el número de representaciones de que es capaz (<i>IA</i>, pág. 23), postulará, todavía en 1927, el reverso de ese primer ideal barroco: "Plena eficiencia y plena invisibilidad serían las dos perfecciones de cualquier estilo" (<i>IA</i>, pág. 158). Solamente entonces inicia un ataque virulento contra ese mismo español que había sido su modelo y su práctica. Borges arremete no contra los maestros clásicos (recuerda todavía en ese artículo de 1927 "la incredulidad serena en el idioma de Cervantes, la chacota dura en Quevedo, la apetencia de felicidad —no de facilidad— en Fray Luis" (<i>IA</i>, pág. 34) sino contra sus trasnochados imitadores: "Dos conductas de idioma veo en los escritores de aquí —dice—: una, la de los saineteros, que escriben un lenguaje que ninguno habla y que, si a veces gusta, es precisamente por su aire exagerativo y caricatural, por lo forastero que suena; otra, la de los cultos, que mueren de la muerte prestada del español. Los unos remedan la dicción de la fechoría; los otros, la del memorioso y problemático español de los diccionarios... El que no se aguaranga para escribir y se hace el peón de estancia o el matrero o el valentón, trata de españolarse o asume un español gaseoso, abstraído, internacional, sin posibilidad de patria ninguna" (<i>IA</i>, págs. 28-30).</div>
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Son las dos conductas hacia el idioma asumidas por el propio Borges en sus primeros libros: el estilo barroco de sus primeros ensayos y el estilo aguarangado de sus primeros poemas y algunas prosas. "Pensaba entonces —dirá muchos años más tarde— que mi deber como argentino era escribir como argentino. Compré un diccionario de argentinismos y llegué a ser tan argentino en mi modo de escribir, en mi vocabulario, que no me entendían, y yo mismo no recordaba muy bien lo que había querido decir. Las palabras pasaban directamente del diccionario al manuscrito, sin que correspondieran a ninguna experiencia."<span style="font-size: x-small;">[8]</span> Pero para inmunizarse contra esas enfermedades —que eran los males de la literatura de su tiempo— primero había que contraerlas. Como la víctima curada que emprende una cruzada para prevenir del mal a otros, Borges escribió una serie de ensayos que castigan ese estilo pseudobarroco, que había sido el suyo, desde la caricatura. Esta relación de un lenguaje que se burla de otro con fines satíricos es lo que Genette llama "charge" o caricatura. El estilo adoptado actúa como un espejo cóncavo que refleja otro estilo deformándolo hasta el esperpento.</div>
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<b>"Charge" o caricatura</b></div>
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En 1942, ya muy distanciado de ese primer estilo rebuscado, Borges publicó en colaboración con Adolfo Bioy Casares <i>Seis problemas para don Isidro Parodi</i> firmado con el pseudónimo H. Bustos Domecq. Son relatos que parodian el cuento policial y están escritos en un lenguaje que pone en solfa los dos excesos que Borges había practicado y que luego censuró en su artículo de 1927: la dicción de fechoría y el español de los diccionarios. Es una broma o "cargada" (en el lunfardo argentino) no de la prosa barroca sino de la imitación de esa prosa, una caricatura oblicua del estilo del primer Borges. Si el Borges de <i>Inquisiciones </i>no sospechaba los excesos de su propio estilo, el de 1942 los convierte en material de humor sardónico. En el prólogo del apócrifo Gervasio Montenegro al libro de Bustos Domecq (de la Academia Argentina de Letras), se dice:</div>
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<blockquote class="tr_bq">
<i>Una de las tareas que ponen a prueba la garra del escritor de fuste, es, a no dudarlo, la diestra y elegante diferenciación de los personajes. El ingenuo titiritero napolitano que ilusionara los domingos de nuestra niñez, resolvía el dilema con un expediente casero: dotaba de una jiba a Polichinela, de un almidonado cuello a Pierrot, de la sonrisa más traviesa del mundo a Colombina, de un traje de arlequín... a Arlequín. H. Bustos Domecq maniobra, </i>mutatis mutandis<i>, de modo análogo. Recurre, en suma, a los gruesos trazos del </i>caricaturista<i>, si bien, bajo esta pluma regocijada, las inevitables deformaciones que de suyo comporta el género, rozan apenas el físico de los fantoches y se obstinan, con feliz encarnizamiento, en </i>los modos de hablar. (Pág. 12)</blockquote>
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Los personajes son muñecos o caricaturas en sus conductas pero por sobre todo en su dicción, en sus "modos de hablar." Fantoches en cuanto repiten un lenguaje engolado, almidonado, hinchado, pero ahora recorrido por un rictus de sarcasmo y una risotada cáustica. Estilo de guiñol. El primer Borges escribía usando el modelo barroco de anteojeras, imitaba seriamente. El estilo de Bustos Domecq comporta una toma de distancia que deforma ese primer estilo hasta la caricatura. Es la puesta en práctica, perversamente deformada, de lo que en su ensayo de 1927 era definido como el sermón hispánico: "El máxime desfile verbal, aunque de fantasmas o de ausentes o de difuntos. La falta de expresión nada importa; lo que importa son los arreos, galas y riquezas del español, por otro nombre el fraude. La sueñera mental y la concepción acústica del estilo son las que fomentan sinónimos: palabras que sin la incomodidad de cambiar de idea, cambian de ruido" (<i>IA</i>, pág. 24).</div>
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Estos ejercicios de chacota verbal se prolongan, con mayor causticidad todavía, en las <i>Crónicas de Bustos Domecq</i> publicadas en 1967 y dedicadas "a esos tres grandes olvidados: Picasso, Joyce, Le Corbusier." Pero entre los <i>Seis problemas</i> de 1942 y las <i>Crónicas </i>de 1967, Borges publica en 1954 su relato <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/09/jorge-luis-borges-el-aleph.html" target="_blank">"El Aleph"</a> en el que esa vena paródica se yuxtapone al estilo reposado y purgado de su prosa más madura. Borges retorna al lenguaje pedante y alambicado de Bustos Domecq para caracterizar al personaje de su cuento (Carlos Argentino Daneri) que tipifica al escritor argentino parodiado desde los <i>Problemas para don Isidro Parodi</i>:</div>
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<blockquote class="tr_bq">
Estrofa a todas luces interesante —dice Carlos Argentino de su propio poema—. El primer verso granjea el aplauso del catedrático, del académico, del helenista, cuando no de los eruditos a la violeta, sector considerable de la opinión; el segundo pasa de Homero a Hesíodo, no sin remozar un procedimiento cuyo abolengo está en la Escritura, la enumeración, congerie o conglobación; el tercero —¿barroquismo, decadentismo, culto depurado y fanático de la forma? —consta de dos hemistiquios gemelos; el cuarto, francamente bilingüe, me asegura el apoyo incondicional de todo espíritu sensible a los desenfadados envites de la facecia. Nada diré de la rima rara ni de la ilustración que me permite ¡sin pedantismo! acumular en cuatro versos tres alusiones eruditas que abarcan treinta siglos de apretada literatura: la primera a la <i>Odisea</i>, la segunda a los <i>Trabajos y días</i>, la tercera a la bagatela inmortal que nos deparan los ocios de la pluma del saboyano... Comprendo una vez más que el arte moderno exige el bálsamo de la risa, el <i>scherzo</i>. ¡Decididamente tiene la palabra Goldoni! (<i>A</i>, págs. 154-55)</blockquote>
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Carlos Argentino es una violenta parodia del escritor argentino ya parodiado hasta el abuso en los <i>Seis problemas</i> y en las <i>Crónicas </i>pero es también una caricatura del escritor que Borges fue en sus comienzos barrocos. El otro personaje de "El Aleph" es Borges. Borges se enfrenta con su fantasma barroco pero visto desde una distancia que funciona como un espejo deformante. Ante las tiradas y ditirambos de Carlos Argentino, Borges-personaje reflexiona con el cinismo de quien se siente inmune a esos excesos: "Comprendí que el trabajo del poeta no estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable" (<i>A</i>, pág. 155). Los dos estilos se sobreponen en un contrapunto que retoma la vieja polémica del lenguaje de los argentinos en un relato en el que reaparece la actitud paródica de Bustos Domecq extrañamente emparejada con la misteriosa aparición del Aleph: terreno ya del Borges de las fantasías metafísicas. El contrapunto recuerda la confrontación que tiene lugar en el relato <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/10/jorge-luis-borges-el-otro.html" target="_blank">"El otro"</a> incluido en <i>El libro de arena</i> (1975) en el que el muchacho Borges, estudiante en Suiza se encuentra con un Borges entrado en años, "Norton Professor" en Harvard, a orillas de un río que para el joven es el Ródano y para el viejo, el Charles, en un banco que para el primero esta en Ginebra y para el otro en Cambridge. La conversación es un balance de los gustos, preferencias y lecturas del joven vistas desde la perspectiva del viejo. De la misma manera que el personaje Borges de "El Aleph" no puede reconocer en el estilo de Carlos Argentino su propio estilo de juventud o si lo reconoce es para ridiculizarlo, el viejo Borges de "El otro" ve al joven con la condescendencia de quien se sabe una caricatura superada:</div>
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<blockquote class="tr_bq">
<i>Medio siglo no pasa en vano —comenta el narrador que es el Borges viejo y agrega: Bajo nuestra conversación de personas de miscelánea lectura y gustos diversos, comprendí que no podíamos entendernos. Éramos demasiado distintos y demasiado parecidos. No podíamos engañarnos, lo cual hace difícil el diálogo. Cada uno de los dos era el</i> remedo caricaturesco<i> del otro. La situación era harto anormal para durar mucho más tiempo. Aconsejar o discutir era inútil, porque su inevitable destino era ser el que soy.</i> (<i>LA</i>, pág. 19)</blockquote>
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Dos Borges que no pueden entenderse, dos estilos que no pueden conciliarse. Dos Borges que, enfrentados, emergen desde el otro como una caricatura. Dos estilos que enfrentados proyectan al otro como una paródica bufonada. Porque así como Borges puede ver su juventud como un exceso solamente desde una vejez morigerada y sabia, Borges puede parodiar su estilo juvenil y excesivo desde un estilo de decantada madurez.</div>
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<b>Transposicion</b></div>
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Genette ha observado que de todas las relaciones entre un hipotexto y un hipertexto, la transformación por "transposición" es la más importante porque bajo esta categoría se sitúa el grueso de la literatura universal. En el régimen serio, la relación de imitación entre dos textos da lugar a la continuación: el estilo manierista del primer Borges que busca imitar (seriamente) el modelo de la prosa barroca. Cuando la relación de ese modo serio es de transformación estamos en presencia de la transposición. Las posibilidades de esta categoría son inmensamente más ricas y variadas. Van de la operación mas elemental, que consiste en traducir un texto de una lengua a otra, a operaciones más complicadas como la "transmotivación" y la "transvaloración" en que los motivos o valores del primer texto son modificados en el segundo. Ejemplificaremos algunas de las instancias más memorables de esta relación en la prosa de Borges.</div>
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<b>Transposición por condensación</b></div>
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La transposición por condensación consiste en transformar un texto a través de un resumen que, como todo resumen, condensa el original. Es la transformación más frecuente y posiblemente la favorita del autor de <i>Ficciones</i>. Se entiende. Ya en el <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2016/08/jorge-luis-borges-prologos-ficciones.html" target="_blank">prólogo </a>de esa primera colección de relatos, Borges advertía sobre su preferencia por este procedimiento. "Desvarío laborioso y empobrecedor — decía— el de componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos. Mejor procedimiento es simular que esos libros ya existen y ofrecer <i>un resumen</i>, un comentario" (<i>F</i>, pág. 11). Borges alude a libros imaginarios que el relato procede a resumir: "<a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/09/jorge-luis-borges-tlon-uqbar-orbius.html" target="_blank">Tlön, Uqbar, Orbis Tertius</a>" es un resumen del volumen onceno de la <i>Primera Enciclopedia de Tlön</i>; un resumen, además, que asume el formato y hasta el estilo del artículo enciclopedico que, como se sabe, es tambien un resumen del conocimiento disponible sobre un tema determinado. <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/09/jorge-luis-borges-examen-de-la-obra-de.html" target="_blank">"Examen de la obra de Herbert Quain"</a> es una reseña de la obra de un autor apócrifo escrita muy a la manera de la jerga de la recensión o crítica de libros.<a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/08/jorge-luis-borges-el-acercamiento.html" target="_blank"> "El acercamiento aAlmotásim"</a> es una nota que resume la novela de ese nombre del autor apócrifo Mir Bahadur Ali. Hacia el final del cuento, el narrador agrega: "Se entiende que es honroso que un libro actual derive de uno antiguo: ya que a nadie le gusta, como dijo Johnson, deber nada a sus contemporáneos" (<i>F</i>, pág. 41). La observación introduce algunas fuentes posibles de la novela, entre ellas el poema del místico persa Attar <i>El coloquio de los pájaros</i> cuyo resumen aparece en una nota al pie de página. Resumen de resumen de resumen. Pero además de estos tres cuentos que declaradamente están presentados como resúmenes de obras inventadas, hay otros en que resumir es una operación inevitable. En <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/04/jorge-luis-borges-el-jardin-de-senderos.html" target="_blank">"El jardín de senderosque se bifurcan"</a> se resume la novela de ese nombre del poeta Tsui Pên. El destino último de Fergus Kilpatrick en <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/05/jorge-luis-borges-tema-del-traidor-y.html" target="_blank">"Tema del traidory del héroe"</a> es un plagio de pasajes de <i>Macbeth </i>y <i>Julio César</i> de Shakespeare. <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/06/jorge-luis-borges-la-muerte-y-la-brujula.html" target="_blank">"La muerte y la brújula"</a> incluye un escrutinio de los libros de la biblioteca del doctor Marcelo Yarmolinsky —obras veladamente apócrifas, pero en realidad títulos de la biblioteca kabalística del propio Borges.<span style="font-size: x-small;">[9]</span> En <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/06/jorge-luis-borges-el-milagro-secreto.html" target="_blank">"El milagro secreto"</a> hay un resumen del drama <i>Los enemigos </i>de su protagonista Jaromir Hladick. <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/10/jorge-luis-borges-tres-versiones-de.html" target="_blank">"Tres versiones de Judas" </a>no son sino el resumen de las tres tesis sobre Judas expuestas en dos libros del personaje Nils Runeberg (<i>Kristus och Judas</i> y <i>Der heimliche Heiland</i>).</div>
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El narrador del cuento <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/12/jorge-luis-borges-el-sur.html" target="_blank">"El Sur"</a> comenta sobre el protagonista: "La verdad es que Dahlmann leyó poco; la montaña de piedra imán y el genio que ha jurado matar a su bienhechor eran, quién lo niega, maravillosos, pero no mucho más que la mañana y el hecho de ser" (<i>F</i>, pág. 191); resumen muy apretado de una de las historias del libro que Dahlmann lleva consigo en el tren: <i>Las mil y una noches.</i> La mitad del texto del relato <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/06/jorge-luis-borges-historia-del-guerrero.html" target="_blank">"Historia del guerrero y lacautiva"</a> es un resumen del destino de Droctulft narrado por Croce en su libro <i>La poesía</i> que, a su vez, abrevia "un texto latino del historiador Pablo el Diácono" (<i>A</i>, pág. 47). <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/10/jorge-luis-borges-en-busca-de-averroes.html" target="_blank">"La busca de Averroes"</a> es una versión muy concisa del destino de Abulgualid ibn-Rushd (Averroes) según aparece en Renan, Lane y Asin Palacios. <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/11/jorge-luis-borges-el-zahir.html" target="_blank">"ElZahir"</a> que revierte la historia de los Nibelungos contiene, a su vez a mitad del relato, un resumen apretado de la saga germánica.</div>
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Finalmente, hay que recordar que libros como <i>Antiguas literaturas germánicas </i>(1951), <i>Manual de zoologia fantástica </i>(1957) e <i>Historia universal de la infami</i>a (1955) son resúmenes de otros libros. El primero de las vidas de autores germánicos y de los argumentos de sus epopeyas y sagas; el segundo, de leyendas, mitologías y en general de criaturas de una zoología imaginaria, el tercero de una bibliografia indicada al final del volumen como "índice de fuentes." Sus dos <i>Introducciones </i>a la literatura inglesa y a la literatura norteamericana son apenas resúmenes de lo más memorable de esas literaturas. Y si pensamos en una antología como un resumen, por selección, de un cuerpo de textos que representan —y por eso resumen— la obra de un autor, de un género, de un período o de una literatura, se comprende que Borges haya compilado antologías del género policial, del relato fantástico, del cuento breve y extraordinario, de Quevedo, de la poesía gauchesca, de textos sobre el cielo y el infierno, del destino del compadrito, y de la literatura argentina.<span style="font-size: x-small;">[10]</span></div>
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<b>Prosificación y versificación</b></div>
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Otras formas de transposición aparentemente simples y reconocibles son la versificación (poner en verso lo que está en prosa) y su opuesto, prosificación (poner en prosa un texto que existe en verso). En su libro <i>Manual de zoología fantástica</i> publicada en Mexico en 1957 hay un <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/09/jorge-luis-borges-el-golem.html" target="_blank">resumen de la leyenda del Golem</a>. En 1958, Borges publica su poema <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/05/jorge-luis-borges-en-su-voz-el-golem.html" target="_blank">"El Golem"</a> que versifica la leyenda resumida en el artículo. Hay que recordar también que su cuento <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/06/jorge-luis-borges-las-ruinas-circulares.html" target="_blank">"Las ruinas circulares"</a> transvasa la leyenda del Golem en un molde narrativo, aunque ahora sujeta a esa operación que la crítica intertextual llama "transvaloración" o modificación del sistema de valores del hipertexto. Lo que en la leyenda es una prueba más de la imposibilidad humana de competir con la omnipotencia divina, en el cuento es una expresión más de ese tópico borgeano de origen agnóstico que ve el mundo como un sueño de una divinidad que es a su vez otro sueño.</div>
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Un ejemplo de la operación opuesta —prosificación— ocurre en el cuento <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/10/jorge-luis-borges-la-otra-muerte.html" target="_blank">"La otra muerte"</a> de 1949 en el que se narran las dos muertes del personaje Pedro Damián: una muerte natural de congestión pulmonar y una muerte heroica en el campo de batalla. Veinte años antes, en un poema de <i>Cuaderno San Martín</i> titulado <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/06/jorge-luis-borges-isidoro-acevedo.html" target="_blank">"Isidoro Acevedo"</a>, Borges había versificado las dos muertes referidas a su abuelo materno. La historia es la misma; sólo son diferentes las circunstancias, uno o dos nombres propios y el género literario.</div>
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<b>Transmotivación</b></div>
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El mejor ejemplo de lo que se ha llamado transmotivación ocurre en el cuento <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/05/jorge-luis-borges-el-fin.html" target="_blank">"El fin"</a>, suerte de apéndice o coda al <i>Martín Fierro</i> de Hernández. El poema concluye cuando Fierro después de sus consejos de padre se separa de sus hijos y del de Cruz: "A los cuatro vientos/los cuatro se dirigieron,"<span style="font-size: x-small;">[11] </span>luego de lo cual concluye el poema. Borges hace volver a Fierro a la pulpería donde unos días antes tuvo lugar la payada con el Moreno y donde "no se armó la pendencia/porque se opusieron los presentes" (<i>VV </i>6841- 42). De la misma manera que Borges corrige la muerte de su abuelo y la de Pedro Damián, corregirá el fin de Martín Fierro, personaje, porque si "Damián como gaucho tenía obligación de ser Martín Fierro" (<i>A</i>, págs. 73-74) con sobrada razón su arquetipo. ¿Por qué no peleó Fierro en el poema? La respuesta de Hernández puesta en boca de Fierro: "Yo ya no busco peleas,/las contiendas no me gustan" (<i>VV</i>. 6829-30) o bien este consejo a sus hijos: "El hombre no mate al hombre/ni pelee por fantasía... La sangre que se derrama/no se olvida hasta la muerte" (<i>VV</i>. 7049-50, <i>VV</i>. 7055-56). Borges sugiere que éstas son buenas razones para Hernández pero no para Fierro. Hará volver a Fierro al lugar de la payada donde lo espera el Moreno para corregir la conclusión del poema y el fin del personaje y para explicar: "Más de siete años pasé yo sin ver a mis hijos. Los encontré ese día y no quise mostrarme como un hombre que anda a las puñaladas" (<i>F</i>, pág. 179). Pero el conflicto sólo puede resolverse "a las puñaladas" y así lo entienden Fierro y el Moreno. Así lo entiende también Borges que modifica los motivos por los que Fierro se niega a pelear. Borges retoma los argumentos de Hernández —"El hombre ha de ser prudente" (V. 6961), "Trabajar es la ley" (V. 6965)— y, como en una payada con el autor del poema, retruca: "Mi destino ha querido que yo matara y ahora, otra vez, me pone el cuchillo en la mano" (<i>F</i>, pág. 179) y puesto que "un destino no es mejor que otro pero todo hombre debe acatar el que lleva adentro" (<i>A</i>, págs. 56-57), Fierro cumple el suyo, su "íntimo destino de lobo, no de perro gregario" (<i>A</i>, pág. 57). Siete años transcurren entre la separación de Fierro y sus hijos y el reencuentro. Siete años median también entre la publicación de la primera parte del poema en 1872 y la segunda en 1879. El autor y su personaje han cambiado. Hernández escribe la primera parte como un alegato en defensa del gaucho y como una denuncia al régimen de la "leva" o "conscripción ilegal," denuncia explicitada en el Cap. VIII de la 1ª parte en cuyos versos (1323-24) Fierro dice: "porque el ser gaucho... ¡barajo!, el ser gaucho es un delito" y más adelante: "Para él son los calabozos,/para él las duras prisiones" (VV. 1373-74). Hernández se propuso explicar la conducta del gaucho como una reacción a los abusos y a la violencia de la política centrista de Buenos Aires hacia el gaucho. Borges ha explicado que así como "el <i>Quijote </i>fue concebido para parodiar las novelas de caballerías pero su ejecución excede infinitamente ese propósito, también Hernández escribió la primera parte para denunciar injusticias locales y temporales, pero en su obra entraron el mal, el destino y la desventura, que son eternos" (<i>MF</i>, pág. 25). El Hernández que escribe la primera parte fue soldado de Urquiza y combatió en Pavón contra Mitre; el Hernández que escribe la segunda parte envía un ejemplar de su libro a Mitre, su enemigo político, con la siguiente dedicatoria: "Sr. General Don Bartolomé Mitre — Hace 25 años que formo en las filas de sus adversarios políticos. Pocos argentinos pueden decir lo mismo; pero pocos también, se atreverían como yo, a saltar sobre ese recuerdo, para pedirle al ilustrado escritor, que conceda un pequeño espacio en su Biblioteca a este modesto libro. Le pido que lo acepte como testimonio de respeto de su compatriota. El Autor" (<i>MF</i>, pág. 56). El autor de la primera parte había sido gaucho, soldado, conspirador, enemigo del centrismo porteño; el Hernández de la segunda parte vio once ediciones del poema y cuarenta y ocho mil ejemplares en menos de siete años, cifra enorme para la época. Era famoso y el libro era responsable de esa fama. El Martín Fierro que vuelve en 1879 refleja algunos de los cambios en las convicciones políticas de su autor. Hernández sabe que ahora es escuchado por todo el país y no sólo por sus enemigos. Más aún: sus enemigos han dejado de serlo y Martín Fierro habla, en la segunda parte, como hablaba su enemigo, Sarmiento: "Debe el gaucho tener casa,/escuela, iglesia y derechos"; "Debe trabajar el hombre/para ganarse su pan"; "El trabajar es la ley." Borges lo obligará a ser el primer Martín Fierro, ese personaje sufrido pero violento, atemperado por los años pero fiel a una religión del coraje que intrínsecamente lo define. En el relato, Fierro vuelve a la pulpería a batirse con el Moreno porque las motivaciones de su conducta corresponden más al personaje de la primera parte del poema que al de la segunda. Claro ejemplo de doble transposición: 1) "transmotivación" y 2) "ampliación" en el sentido que al relato se han agregado circunstancias y situaciones ausentes en el poema.</div>
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<b>Transvaloración</b></div>
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<br /></div>
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Una última forma de relación intertextual por transposición es la transvaloración, o sea, la modificación del sistema de valores del hipotexto valorizando lo desvalorizado o viceversa desvalorizando lo valorizado. El <i>Quijote </i>es un ejemplo elocuente de la segunda operación en cuanto convierte la novela de caballería en objeto de parodia. En este sentido, Genette ha definido la novela de Cervantes como la encarnación de este procedimiento, el intertexto por excelencia.<span style="font-size: x-small;"> [12]</span></div>
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<br /></div>
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Un ejemplo altamente significativo de este recurso es el relato <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/06/jorge-luis-borges-biografia-de-tadeo.html" target="_blank">"Biografia de Tadeo Isidoro Cruz" </a>Desde el comienzo del cuento, el narrador admite el carácter de transposición de la narración. "Mi propósito —dice— no es repetir su historia. De los días y noches que la componen, sólo me interesa una noche; del resto no referiré sino lo indispensable para que esa noche se entienda. La aventura consta en un libro insigne; es decir, en un libro cuya materia puede ser todo para todos, pues es capaz de casi inagotables repeticiones, versiones, perversiones" (<i>A</i>, pág. 53). El libro, por supuesto, es el <i>Martín Fierro</i> y la noche alude a la pelea de Fierro con la partida capitaneada por Cruz y narrada en el Canto IX de la primera parte. Borges agrega información ausente en el poema: los orígenes de Cruz, el retorno de las tropas de Lavalle de la Guerra con el Brasil como contexto histórico, la pesadilla del montonero que engendró a Cruz como contexto narrativo y algunas circunstancias que ponen al personaje delante de esa noche. Cruz debía dos muertes, pero no la que le atribuye Borges. Más aún, la descripción de su huida y su entrevero con la policía reproduce la huida de Fierro y su pelea con la partida. Ya desde este detalle, ausente en el poema, el destino de Cruz está presentado como un espejo del destino de su amigo. Para describir la pelea de Cruz en el cuento, Borges interpola fragmentos o versos enteros de la pelea de Fierro en el poema: "el grito del chajá" (V. 1473), (Borges: "El grito del chajá le advirtió que lo había cercado la policía"); "en una mata de paja/ probó el filo del cuchillo" (VV. 1503-04), (Borges: "probó el cuchillo en una mata"); "Me refalé las espuelas,/para no peliar con grillos" (VV. 1499-1500), (Borges: "para que no le estorbaran en la de a pie, se quitó las espuelas"); ¡Que yo no me he de entregar/aunque vengan todos juntos" (VV. 1535-36), (Borges: "Prefirió pelear a entregarse"). Cuando el encuentro finalmente ocurre, Borges sólo repite el detalle del "grito de un chajá," suficiente para hacerle sentir a Cruz "la impresión de haber vivido ya ese momento" y en cuanto a la pelea misma, observa apenas que "Un motivo notorio me veda referir la pelea" (<i>A</i>, pág. 56). Aparentemente, el motivo es la descripción detallada de esa pelea en el poema de Hernández, pero sólo en parte. La pelea ha sido ya referida en el cuento con Cruz, y no Fierro, como protagonista. El paralelo entre el destino de los dos gauchos ha sido ya establecido desde esa inversión. También hay una inversión respecto al narrador de la pelea: Fierro, en el poema; Cruz, en el cuento. Cuando Cruz y Fierro se enfrentan en el relato, comprendemos que la pelea ha tenido ya lugar y ha sido narrada con las mismas palabras con que Hernández la contó en el poema, sólo han cambiado los protagonistas. Por eso basta apenas con repetir la frase que, en el poema y en el cuento, anuda para siempre los destinos de los dos gauchos. Hernández: "un gaucho pegó el grito/y dijo: '¡Cruz no consiente/que se cometa el delito/de matar ansí a un valiente!' " (VV. 1623-26); y Borges: "Cruz gritó que no iba a consentir el delito de que se matara a un valiente" (<i>A</i>, pág. 57).</div>
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<br /></div>
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Este procedimiento de trasladar literalmente una imagen, una frase o cualquier detalle de otro texto al suyo no es privativo de "Biografia de Tadeo Isidoro Cruz." Ya en 1952, María Rosa Lida advertía que la extraña frase "desnudo en la ignorada arena" que el narrador de <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/04/jorge-luis-borges-el-inmortal.html" target="_blank">"El inmortal"</a> emplea para describir sus errabundeos en la ciudad de los trogloditas, era una traducción de un verso del Cap. V de la <i>Eneida </i>de Virgilio "nudus in ignota, Palinure, iacebis arena." El comentario de Rosa Lida a ese hallazgo: "Coincidencias que ni son muestras de pereza ni de admiración huera: no es sino que el escritor reciente —Borges frente a Virgilio, Virgilio frente a Homero— juzga frívolo variar lo ya perfecto y, al trasladarlo intacto a la lengua materna, revela al lector que había pasado distraídamente por el orginal, su desatendida belleza". <span style="font-size: x-small;">[13]</span> No es el único ejemplo de este recurso. El propio Borges da cuenta, hacia el final de ese cuento, del origen homérico de algunas frases y expresiones usadas en el texto. Otros ejemplos pueden rastrearse a lo largo de sus cuentos.</div>
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<a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2016/07/jorge-luis-borges-pierre-menard-autor.html" target="_blank">"Pierre Menard, autor del Quijote"</a> lleva ese procedimiento a sus últimos extremos: un texto del siglo XIX que transcribe, literalmente, la totalidad del texto de Cervantes. Se entiende, puesto que "una literatura difiere de otra menos por el texto que por la manera de ser leída". El cuento es una metáfora de esa idea. Como ha observado Gerard Genette, "la literatura es una suerte de <i>bricolage</i>: es decir, un esfuerzo por dotar a una estructura antigua de una función nueva y que en ese proceso crea siempre objetos nuevos". "Un intertexto —continúa Genette— se puede leer por sí mismo, sin referencia al hipotexto. Pero si percibimos su presencia es posible también descubrir en el una dimensión nueva que nos obliga a ver en el texto una suerte de palimpsesto en que las varias escrituras se tocan e influyen mutuamente".<span style="font-size: x-small;">[14]</span> El texto de Menard nos obliga a pensar en el texto de Cervantes, pero solamente en el contexto de Menard el texto de Cervantes adquiere una riqueza que no tuvo en su época. Algo semejante puede decirse del relato de Borges en relación al poema de Hernández. Para Hernández, el acto de Cruz era un homenaje a la valentía de Fierro, una expresión de esa religión del coraje que legislaba la conducta del gaucho; era, también, un artificio que al hacer posible la amistad entre los dos gauchos, posibilitaba además el desarrollo narrativo del poema. Para Borges es eso pero es, asimismo, una suerte de epifanía. Así como Martín Fierro está obligado a morir como Martín Fierro en <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/05/jorge-luis-borges-el-fin.html" target="_blank">"El fin"</a>, Cruz entiende en el relato lo que el poema callaba: "su destino de lobo," esa lúcida noche fundamental en que por fin vio su propia cara, en que por fin escuchó su nombre: el destino como revelacion. La historia de dos gauchos matreros adquiere una dimension metafisica que convierte el acto de valentía en realización óntica: "Un destino no es mejor que otro, pero todo hombre debe acatar el que lleva adentro" (<i>A</i>, págs. 56-57). El texto de Borges incorpora la historia y hasta algunos versos del texto de Hernández, pero el texto del primero es, como el de Menard, "casi infinitamente más rico" que el del segundo. Si pudiéramos ver la literatura, como en varios lugares sugirió Borges, como un texto único y el <i>Quijote </i>como la encarnación de ese texto, la conclusión del narrador de Pierre Menard resume el fundamento y los alcances de la lectura intertextual: "He reflexionado que es lícito ver en el <i>Quijote </i>'final' una especie de palimpsesto, en el que deben traslucirse los rastros —tenues pero no indescifrables— de la 'previa' escritura de Menard" (<i>F</i>, pág. 56).</div>
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La naturaleza de palimpsesto del texto literario está sugerida por Borges, también, en el párrafo final de <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/04/jorge-luis-borges-el-inmortal.htmlhttp://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/04/jorge-luis-borges-el-inmortal.html" target="_blank">"El inmortal"</a>. Allí alude a los centones griegos y de la baja latinidad (obras literarias compuestas con trozos de obras de otros autores), y menciona el caso de Ben Jonson, que definió a sus contemporáneos con retazos de Séneca, los artificios de Alexander Ross, George Moore, T. S. Eliot "que han incorporado a sus obras páginas ajenas" y "la narración atribuida al anticuario Joseph Cartaphilus" que no es otra que el texto mismo de "El inmortal," tejido con "interpolaciones de Plinio, de Thomas De Quincey, de una epístola de Descartes y de una obra de Bernard Shaw" (<i>A</i>, págs. 25-26). Como el protagonista del relato que es muchas personas y, entre otras, Homero, el texto que inscribe los múltiples destinos del inmortal es también un texto múltiple. Este cuento es lo más próximo a una representación del texto total que, como la vertiginosa Biblioteca de Babel, contiene todo lo que es dable expresar. Pero todo texto es, a su manera "un texto total." No puede no serlo, puesto que así como "el menor de los hechos presupone el inconcebible universo" (<i>D</i>, pág. 11), también "en el orden de la literatura no hay acto, no hay texto, que no sea coronación de una infinita serie de causas y manantial de una infinita serie de efectos" (<i>OI</i>, pág. 20). Se entiende entonces que el narrador de "El inmortal" concluya: "Palabras, palabras desplazadas y mutiladas, palabras de otros, fue la pobre limosna que le dejaron las horas y los siglos" (<i>A</i>, pág. 26). Para los antiguos, crear equivalía a imitar los modelos clásicos. La noción de originalidad, tal como la entendemos hoy, es relativamente reciente. Sin embargo, Borges, lejos de estar solo en su aceptación de la literatura como un <i>bricolage</i> o proteo o palimpsesto, comparte esa condición del arte con los grandes maestros de la primera mitad de este siglo. Como ha observado George Steiner: "Los grandes modernos —Picasso, Stravinsky, Pound, Eliot y Joyce— fueron también los últimos clasicistas". Para explicar: "Their works are crammed with quotations from, allusions to, pastiches and parodies of the best art, music and literature of the previous two thousand years... The question is, how did they do it? What was radical and new about works so explicitly grounded in classical myths and the poetry and fiction of the past? Can there be a kind of iconoclastic academicism, a strategy that keeps tradition vital by often violent appropriation and distortion? This is, in fact, what happened."<span style="font-size: x-small;">[15]</span> La conclusión es irrecusable, la lectura y la escritura son apenas las dos caras de un mismo acto. Escribir es, indefectiblemente, leer o releer, superponer un texto nuevo a un texto antiguo, absorber en el hipertexto su modelo o hipotexto. No hay duda de que Borges ha hecho de esta operación su estrategia literaria. "Creo —ha dicho— que la literatura es un diálogo con otros escritores: yo les debo a ellos, y ellos posiblemente me deban a mí también".<span style="font-size: x-small;"> [16]</span> Se entiende que la crítica intertextual lo haya escogido como su corifeo.</div>
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<div style="text-align: right;">
<b>Jaime Alazraki</b></div>
<div style="text-align: right;">
<b>Harvard University </b></div>
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<b><span style="font-size: x-small;">Notas </span></b></div>
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<span style="font-size: x-small;"><br />
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<span style="font-size: x-small;">1 <i>Versiones. Inversiones. Reversiones: El espejo como modelo estructural del relato en los cuentos de Borges</i> (Madrid, 1977).</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
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<span style="font-size: x-small;">2 Jorge Luis Borges, <i>Historia de la eternidad</i> (Buenos Aires, 1953), pág. 74. En adelante se emplean las siguientes abreviaturas para las obras de Borges: HE = <i>Historia de la eternidad</i>; OT = <i>El oro de los tigres</i>; OI = <i>Otras inquisiciones</i>; I = <i>Inquisiciones</i>; IA = <i>El idioma de los argentinos</i>; A = <i>El Aleph</i>; LA = <i>El libro de arena</i>; F = <i>Ficciones</i>; MF = <i>Martín Fierro</i>; D = <i>Discusión</i>.</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">3 De los estudios dedicados a la aproximación intertextual —Julia Kristeva, <i>Semeioteke: Recherches pour une semanalyse</i> (Paris, 1969); Philippe Sollers, <i>Theorie d'ensemble</i> (Paris, 1968); <i>Poetique</i>, Num. 27 (1976); Michael Riffaterre, <i>Semiotics of Poetry</i> (Indiana Univ. Press, 1978); Gerard Genette, <i>Palimpsestes: La Litterature au second degre</i> (Paris, 1982)—, es este ultimo el que más me ha ayudado para este trabajo. El 3 de diciembre de 1981, Genette dio en Harvard una conferencia —"La Litterature au second degre"—en la que resumió su libro. Sólo después de escrito este artículo, cotejé mis notas de su conferencia con el libro aparecido unos meses más tarde.</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">4 Ernst Robert Curtius, <i>European Literature and the Latin Middle Ages</i> (New York, 1963), pág. 289.</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">5 Raimundo Lida, "Pablos de Segovia y su agudeza: Notas sobre la lengua del Buscón" en <i>Homenaje a Casalduero</i>, ed. R. P. Sigele y G. Sobejano [Madrid, 1972], pág. 289.</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">6 James E. Irby, "Encuentro con Borges" en <i>Vida Universitaria</i>, 12 abril 1964, pág. 14.</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">7 Rita Gibert, <i>Siete voces</i> (Mexico, 1972), pág. 118.</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">8 Gibert, <i>Siete voces</i>, pág. 118.</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">9 Sobre este tema, véase mi artículo "Borges and the Kabbalah" en <i>Tri Q, </i>Núm. 25 (1972), págs. 240-67.</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">10 Aludimos a sus antologías: <i>Los mejores cuentos policiale</i>s, con Bioy Casares (Buenos Aires, 1943),<i> Antología de la literatura fantástica</i>, con Bioy y Silvina Ocampo (Buenos Aires, 1940), <i>Cuentos breves y extraordinarios</i>, con Bioy (Buenos Aires, 1955), <i>Quevedo. Prosa y verso</i>, con Bioy (Buenos Aires, 1948),<i> Poesía gauchesca,</i> con Bioy, (Mexico, 1955), <i>El compadrito: Su destino, sus barrios, su música</i>, con Silvina Bullrich (Buenos Aires, 1945) y <i>Antología clásica de la literatura argentina</i>, con Pedro Henríquez Ureña (Buenos Aires, 1937).</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">11 Jose Hernández, <i>Martín Fierro</i> (Madrid, 1964), pág. 433. Citas subsiguientes indicadas con el número de verso de esta edición. 296 HR, 52 (1984)</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">12 Genette, <i>Palimpsestes</i>, págs. 164-65.</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">13 María Rosa Lida de Malkiel, "Contribución al estudio de las fuentes literarias de J. L. Borges" en <i>Sur </i>(Buenos Aires), Núms. 213-214 (1952), pág. 56-57.</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">14 Genette, <i>Palimpsestes</i>, págs. 451-53, aunque nuestra cita transcribe un resumen de su conferencia citada.</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">15 "The Cruellest Month" en <i>The New Yorker</i>, 22 abril 1972, pág. 134. </span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span> <span style="font-size: x-small;">16 Gibert, <i>Siete voces</i>, pág. 130. </span></div>
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span> <br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span> <span style="font-size: x-small;">Source: <i>Hispanic Review</i>, Vol. 52, No. 3 (Summer, 1984), pp. 281-302</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Published by: University of Pennsylvania Press</span><br />
<a href="http://www.jstor.org/stable/474142" target="_blank"><span style="font-size: x-small;">Stable URL</span></a><br />
<span style="font-size: x-small;"><br />
</span> <span style="font-size: x-small;">Imagen: Jaime Alazraki (s/f)</span><br />
<a href="http://www.fundacionborges.com.ar/index.php/activities/show/id/7" target="_blank"><span style="font-size: x-small;">Fundación Internacional Jorge Luis Borges</span></a><br />
<br />
<br />
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-81962430548615954562019-03-18T09:41:00.000-03:002019-04-02T01:19:26.992-03:00Jorge Luis Borges: Torres Villarroel (1693-1770) [1925]<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-qM9iDm8ob8s/XI0aIumIWwI/AAAAAAABV_0/9lpgKkZ4qaseRrXLNFhsSm48VQBQmr43QCLcBGAs/s1600/Diego%2BTorres%2BVillarroel%2BBiblioteca%2BNacional.%2BColecci%25C3%25B3n.%2BMadrid.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1157" height="640" src="https://2.bp.blogspot.com/-qM9iDm8ob8s/XI0aIumIWwI/AAAAAAABV_0/9lpgKkZ4qaseRrXLNFhsSm48VQBQmr43QCLcBGAs/s640/Diego%2BTorres%2BVillarroel%2BBiblioteca%2BNacional.%2BColecci%25C3%25B3n.%2BMadrid.jpg" width="462" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Quiero puntualizar la vida y la pluma de Torres Villarroel, hermano de nosotros en Quevedo y en el amor de la metáfora.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Diego de Torres nació a fines del siglo diecisiete en una casa breve del barrio de los libreros de Salamanca y creció en la proximidad —no en la intimidad— de los libros, pues éstos escasamente le atrajeron. Fueron sus padres gente ingloriosamente honrada, de larga y quieta arraigadura en el terruño salmantino. De chico fue pendenciero y díscolo; repasó los latines obligatorios de entonces y a los trece años pasó a la Universidad, de cuyo estudioso fastidio le desvincularon después audaces travesuras, que eran linderas con calaveradas posibles. Volvió a su casa y aprovechó un atardecer para escaparse de ella y de la medianía y encaminarse campo afuera, rumbo al Oeste. Alcanzó tierra lusitana y sucesivamente fue en ella aprendiz de ermitaño, curandero, maestro de danzar, soldado y finalmente desertor. Las persuasiones de la nostalgia lo devolvieron a su patria y a la serenidad familiar. Se adentró luego en el estudio de los diversos ramos de la alquimia, la mágica y la astronomía y dio a la prensa alguna adivinación y almanaque. Obtuvo una cátedra que dejó a los dos años de ejercerla y vagamundeó por la corte, padeciendo hambre duradera, hasta que un médico se compadeció de su estado y le franqueó su mesa y sus libros. Una dichosa coincidencia lo acreditó de astrólogo y sus almanaques —rellenos de metáforas y de coplas y acomodados igualmente, por su dejo burlesco, a la incredulidad alegre y a la superstición vergonzante— se difundieron por Madrid. Le abochornó su propio renombre y determinó volver a su patria, donde ganó por oposición la cátedra de geometría, en la que ofició dignamente, sin otra genialidad que la de arrojar a un chistoso un gran compás de bronce, gesto que puso en los espectadores, según él mismo narra, miedo reverencial. Una ofensa inferida a un clérigo lo extrañó de Castilla y en Portugal sobrellevó tres años de tolerable destierro, que una enfermedad agravó y que aliviaron la conversación y el amigable trato de caballeros portugueses. A su vuelta, pudo recabar el amparo de la duquesa de Alba. Ya una anchurosa gloria de escritor era suya, gloria no atestiguada en fraternidad de colegas o rendimiento de discípulos, pero sí luciente y sonora en los doblones que le granjeaba su pluma. Cuarenta años contaba a esta sazón y vivió treinta más, sin otras aventuras que las serenas de amplificar su obra, de leer a Kempis, a Quevedo y a Bacon y de sentirse vivir en la maciza certidumbre del contemporáneo renombre y en la eventualidad de una futura fama.</div>
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Fue de manifiesta llaneza en la habitualidad de su trato: comió de un mismo pan que sus criados, no despulió jamás a ninguno ni en el vestir se apartó de ellos.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
He logrado los hechos anteriores en su autobiografía, documento insatisfactorio, ajeno de franqueza espiritual y que como todos sus libros, tiene mucho de naipe de tahúr y casi nada de intimidad de corazón. Sin embargo, hay en ella dos excelencias: su aparente soltura y el ahínco del escritor en declararse igual a cuantos lo leen, contradiciendo el desarreglo de la agitada vida que narra y la jactancia que quiere persuadirnos de únicos. Quiso examinar Villarroel la traza de su espíritu y confesó haberlo juzgado semejante al de todos, sin eminencias privativas ni especial fortaleza en lacras o cualidades: desengaño que no alcanzaron ni Strindberg ni Rousseau ni el propio Montaigne. Esa abarcadora y confesa vulgaridad de un alma, es cosa que conforta.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Su obra —breve en el tiempo, pues hoy está olvidada con injusticia— fue larga en el espacio y la incompleta edición póstuma hecha en Madrid por los años de 1795, la reparte en quince volúmenes. Todas las cosas y otras muchas más están barajadas en ella: tratados astronómicos, vidas de varones piadosos, un <i>Arte de colmenas</i>, mucha desbocada invectiva, romances en estilo aldeano, entremeses, la <i>Anatomía de lo visible e invisible,</i> los <i>Sueños morales</i>, la <i>Barca de Aqueronte</i>, el <i>Correo del otro mundo</i>, dos tomos de pronósticos y unos zangoloteados sonetos de cuya travesura de rimas es ejemplar el que traslado:</div>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<i> <b>Describe algunas cosas de la Corte</b></i><br />
<i><br /></i>
<i>Pasa en un coche un pobre Ganapán,</i><br />
<i>mintiendo Executorias con su tren,</i><br />
<i>pasa un Arrendador, que en un vayvén</i><br />
<i>se nos vuelve a quedar Pelafustán:</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<i>pasa después un grande Tamborlán,</i><br />
<i>llevando la carroza ten con ten</i><br />
<i>y pasa un simple Médico también</i><br />
<i>parando el coche por cualquier Zaguán.</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<i>Pasa un gran Bestia puesto en un Rocín,</i><br />
<i>pasa como abstinente el que es Ladrón,</i><br />
<i>pasa haciéndose Docto el Matachín:</i></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<i>todo es mentira, todo confusión,</i><br />
<i>yo me río de todo, porque al fin</i><br />
<i>miro los Toros desde mi balcón. </i><i> </i></blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Torres Villarroel, en sus versos, no hizo sino metrificar recuerdos de aventadas lecturas, engalanándolos de rimas. (El que acabo de transcribir tiene fácil origen en el soneto de Quevedo <i>A la injusta prosperidad,</i> en el de Góngora <i>Grandes más que elefantes y que abadas</i> y aun en la sátira tercera de Juvenal, por tan ilustre graduación.)
<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero la singularidad más certera de Torres Villarroel estriba en el concepto de la prosa que manifiestan sus escritos fantásticos. Es lo de menos la intención risible que esgrimen y su virtud está en la atropellada numerosidad de figuras que enuncian, gritan, burlan y enloquecen el pensamiento. Ese <i>ictus sententiarum</i>, esa insolentada retórica, esa violencia casi física de su verbo, tienen su parangón actual con los veinte <i>Poemas para ser leídos en el tranvía</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Atestigüen mi aserto algunas oraciones entresacadas de los <i>Sueños morales</i>:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<i>Encendióse el mozo yesca a los primeros relámpagos del ayre de la chula; le hizo cenizas el juicio y desmayado el valor del ánimo: empezaron los terremotos de bragueta; los ojos de la niña le menudeaban los sahumerios y el mozalbete quedó zarrapastroso de palabras, zurdo de acciones y tartamudo de voces…<br /> Los racimos iban ginetes en los meollos y caballeros en los cascos: los vapores eran inquilinos de las calaveras, en infusión de mosto los sentidos, las almas embutidas en un lagar, nadando las fantasías en azumbres, alquilado el cerebro a los disparates, los sesos amasados con uvas, los discursos chorreando quartillos, las inteligencias vertiendo arrobas, las palabras hechas una sopa de vino, muy almagrados de cachetes, ardiendo las mexillas en rescoldo de tonel, abochornados los ojos en estíos de viña, encendidas las orejas en canículas de bodegón y delirando los caletres con tabardillos de taberna. No cesaban las copas del licor tinto, blanco y de otros colores, de suerte que cada uno de los perillantes tenía una borrachera ramillete. Uno canta un responso pasado por rosoli, otro hace relinchar un rabel, y finalmente toda la sala era una zahúrda de mamarrachos, un pastelón de cerdos y un archipiélago de vómitos.</i></blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Existe en Torres Villarroel un milagro, tan impenetrable y tan claro como cualquier cristal y es la potestad absoluta que don Francisco de Quevedo hubo sobre la diestra de ese discípulo tardío. Sabemos de escritores que han arrimado su soledad a la imagen de otros escritores pretéritos, sabemos del muriente Heine que fervorosamente individuó su anhelo de Judá en las personalidades de Yehuda ben Halevi y de Avicebrón lejanísimo, <i>ese piadoso ruiseñor malagués cuya rosa era Dios</i>. Pero cualquier ejemplo es inhábil frente a la omnipresencia de Quevedo en los retiramientos más huraños de la intelectiva de Torres. Quevedo es personaje principal de los <i>Sueños morales</i>; Quevedo escribe comentaciones de Séneca y las comenta Villarroel; Quevedo inspira con su <i>Cuento de cuentos </i>la vivaz <i>Historia de historias</i> que éste compuso y al <i>Criticón</i> de Baltasar Gracián propone Torres adjudicarlo a las llamas por contener una animadversión contra su ídolo. Sobre los días y las noches de don Diego de Torres, sobre cada una de las páginas que trazó, la sombra del maestro pasa con la altivez de una bandada y con la certeza del viento. Torres, incrédulo estrellero que creyó en el influjo de los astros sobre la humana condición pero no en sortilegios o demonología, fue un enquevedizado. Torres, que cambió lunas por doblones y para quien la anchura estelar fue una resplandeciente almoneda, fue poseído de un espíritu y las metáforas de un muerto hicieron de incantación.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El milagro estriba en la forma que ese aprendizaje supo asumir. Torres, hombre impoético, sin gravamen de estilo ni ansia de eternidad, fue una provincia de Quevedo, más alegre y menos intensa que su trágica patria. Quevedo, a fuer de artista, fijó alucinaciones, labró un mundo en el mundo y debeló sus propias imágenes; Villarroel desmintió esa seriedad, prodigándolo todo, con el absurdo gesto de un dios que desbaratase el arco iris en libérrimas serpentinas. Así recabó su obra, que es conversadora y brozosa, pero cuyo rumor es algo así como la rediviva cotidianidad del maestro, como una extravagante y chacotera resurrección.</div>
<br />
<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">En <i>Inquisiciones </i>(1925)</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-PLnX6TopeqA/XENjVy3WbpI/AAAAAAABVi8/deMDsSJDOvY4QiRW7d8YufIL2kiKeseYgCLcBGAs/s1600/Inquisiciones%2B%2528Proa%252C%2B1925%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="400" data-original-width="301" height="200" src="https://4.bp.blogspot.com/-PLnX6TopeqA/XENjVy3WbpI/AAAAAAABVi8/deMDsSJDOvY4QiRW7d8YufIL2kiKeseYgCLcBGAs/s200/Inquisiciones%2B%2528Proa%252C%2B1925%2529.jpg" width="150" /></a></div>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Primer volumen en prosa publicado por Jorge Luis Borges, <i>Inquisiciones </i>vio la luz en Buenos Aires en 1925, quedando en seguida desterrado oficialmente de la obra del autor, junto con <i>El tamaño de mi esperanza</i> y <i>El idioma de los argentinos</i>.</span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Sin embargo, posteriormente fueron reeditados individualmene, e incluidos en el tomo I de las <i>OOCC</i></span></div>
<br />
<span style="font-size: xx-small;"><i>Obras Completas, I (1923-1949)</i><span style="font-size: xx-small;"> [2ª ed.]</span></span><br />
<span style="font-size: x-small;">Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2016</span><br />
<div>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div>
<span style="font-size: x-small;">Foto: Diego Torres Villarroel (Ilustración española) sin autoría</span><br />
<span style="font-size: x-small;">en Bibioteca Nacional -Colección-, Madrid España <a href="https://www.superstock.com/stock-photos-images/4409-16656" target="_blank">Vía</a></span></div>
<div>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-66045530714956526952019-03-16T10:26:00.000-03:002019-03-23T02:06:58.618-03:00Jaime Alazraki: Conversación con Borges sobre la Cábala. Entrevista inédita de 1971<div style="text-align: right;">
<br />
<br />
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-Q7fUqpkgQ9o/XIqdrlLZ7vI/AAAAAAABV_Q/nAxgQ8bLRJ49ccT66PRJURuL-33U4YEXwCLcBGAs/s1600/Jaime%2BAlazraki%2By%2BMar%25C3%25ADa%2BKodama%2Bs-f%2Ben%2BFund%2BInt%2BJ.L.Borges.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="409" data-original-width="595" src="https://2.bp.blogspot.com/-Q7fUqpkgQ9o/XIqdrlLZ7vI/AAAAAAABV_Q/nAxgQ8bLRJ49ccT66PRJURuL-33U4YEXwCLcBGAs/s1600/Jaime%2BAlazraki%2By%2BMar%25C3%25ADa%2BKodama%2Bs-f%2Ben%2BFund%2BInt%2BJ.L.Borges.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi primer encuentro con Borges data de 1969. Tuvo lugar en
diciembre de ese año, durante las jornadas del Simposio Internacional
dedicado a su obra en la Universidad de Oklahoma.
Borges regresaba de su primer viaje a Israel y había venido a los
Estados Unidos a dictar una serie de conferencias en esa Universidad.
Entre 1956 y 1962, yo había vivido en Israel y, naturalmente, las impresiones
de su viaje reciente constituyeron el foco de nuestra conversación.
Encuentros sucesivos ocurrirían en la Universidad de California
en San Diego, en cuya ocasión Borges recibió “The Tryton Award”, un
premio inventado <i>ex profeso</i> por la administración universitaria para esa
oportunidad; en Los Ángeles, donde Borges habló para un público abigarrado
que rebasaba la capacidad de la sala y entre los que se encontraban
Anais Nïn, Carlos Castañeda y otros, que aún con la ayuda de
las autoridades de UCLA no pudimos identificar (después de la conferencia,
mientras cruzábamos los jardines del <i>campus</i>, Borges, recriminándose,
le confesó a una estudiante argentina que lo guiaba del brazo
que había representado al Borges público que todos querían oír, al otro,
al <i>actor </i>de la prosa <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/03/borges-en-su-voz-borges-y-yo.html" target="_blank">“Borges y yo”</a>); en Orono, Maine, en abril de 1976,
donde memorable y paradójicamente comentó y hasta discutió, con
una rueda de críticos, los méritos y deméritos de su obra. Y luego los
encuentros se prolongaron en Chicago, en Dickinson College, en Harvard,
donde Borges fue homenajeado con un doctorado <i>honoris causa</i>
que recibió ese año, 1981, junto a otros galardonados, entre los que figuraban
Marguerite Yourcenar, el fotógrafo Ansel Adams y la soprano
Leontyne Price; en Ginebra, donde vivió junto a María Kodama los últimos
meses de su vida, y finalmente en Buenos Aires, que fue sin duda
para mí el que dejó huella más profunda.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con una beca Guggenheim, viajé a Buenos Aires en 1971 para trabajar
en mi libro <i>En busca del unicornio</i>. Alquilé un apartamento en la calle
Paraguay, cerca de esquina Uruguay. Borges era director de la Biblioteca
Nacional desde 1955 y lo llamé apenas dispuse de un lugar y de un teléfono. Convinimos en almorzar al día siguiente en un restorán a la
vuelta de su casa de la calle Maipú, donde Borges vivía con su madre.
En esa ocasión le conté de mi largo ensayo sobre Borges y la Cábala,
que acababa de terminar para la revista norteamericana <i>TriQuaterly</i>, un
homenaje que sería algo así como la contrapartida para el público anglosajón
de lo que había sido la revista <i>L’Herne</i> para el lector francés. Le
pregunté si no era importunarlo demasiado sugerirle una entrevista
que cubriera su larga amistad con la Cábala, con exclusión de otros temas
sobre los cuales había sido ya entrevistado de manera casi machacona.
Con esa generosidad que siempre tuvo para sus amigos y lectores,
Borges propuso que nos encontráramos una mañana de septiembre
en su despacho de la Biblioteca Nacional.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Yo había armado mis notas y había hecho un cuestionario que me serviría
de guía. Cuando estuve frente a él y comenzamos a charlar, comprendí
de inmediato que de poco me servirían esos adarmes tan meticulosamente
preparados. El entrevistador propone y el entrevistado
dispone. No sé de ningún caso en el que ese lugar común se haya probado
tan al pie de la letra como en el caso de Borges. Mis primeras preguntas
cayeron derrotadas por la imaginación y la enorme latitud intelectual
de una mente que recuerda el relato <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/04/jorge-luis-borges-el-jardin-de-senderos.html" target="_blank">“El jardín de senderos que se bifurcan”</a>. La memoria y el pensamiento de Borges se ramifican
en un entramado inagotable, donde cada idea, cada autor, cada reflexión
y hasta cada cita forman una red en la que una noción, un
recuerdo, una lectura, evocan, o más bien provocan, otras.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi error, primero, fue asumir que para trazar algo así como un mapa
de su contacto y fascinación con la Cábala, Borges necesitaba de un itinerario,
cuando en realidad la más leve de las alusiones bastaba para
abrir los caudales de su memoria. Al final de la entrevista, Borges se
disculpó por haberme defraudado con sus respuestas. En realidad, el
defraudado debió haber sido él: el problema no estaba en sus respuestas
sino en mis preguntas. A tal punto los dos debimos habernos sentido
insatisfechos con los resultados de la entrevista que, cuando yo le
sugerí, a las pocas semanas, que me permitiera publicar una conferencia
sobre la Cábala que él había dado en 1970 en la Sociedad Hebraica
Argentina de Buenos Aires, repuso de inmediato: “Sí, puede publicarla,
pero como ésa es una conferencia que yo he improvisado habrá que
trabajarla para convertirla en texto escrito”. Borges propuso que nos reuniéramos
en su despacho de la Biblioteca con ese fin, y así lo hicimos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por un amigo me había enterado de esa conferencia sobre la Cábala que
Borges había dado el año anterior en la Sociedad Hebraica. ¿Estaría grabada? ¿La habrían conservado? Para averiguar eso fui a ver a Bernardo
Koremblit, que entonces dirigía la sección de Cultura de la Hebraica.
Muy amablemente Koremblit me confirmó que Borges había
dado esa conferencia sobre la Cábala y que, como era costumbre en
esas ocasiones, la habían grabado para sus archivos. Le pedí que me la
prestara por unos días y accedió de inmediato. A las pocas semanas
pude conseguir, con la ayuda de una oficina de mecanógrafos en la calle
Uruguay, una transcripción de la misma. Era apenas un borrador,
casi una sombra de la conferencia de Borges, con nombres deformados,
títulos equivocados y un texto plagado de errores inverosímiles. De esa
hojarasca tipográfica salió la perla que la inteligencia infatigable de
Borges rescataría.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dos días de trabajo tupido no fueron suficientes para convertir el texto
hablado en texto escrito. Borges sugirió que nos reuniéramos un domingo
por la mañana, cuando la Biblioteca estaba cerrada al público y se podía
trabajar más productivamente en el silencio de la soledad. Una vez
más me conmovió su generosidad y su incansable capacidad de trabajo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El domingo acordado yo lo esperé, como habíamos quedado, en la
puerta de la Biblioteca. La Biblioteca por supuesto estaba cerrada y yo
empecé a dudar de si Borges no se habría confundido, pero para mi
sorpresa y apenas con unos minutos de retraso, apareció en la esquina
de la calle Mexico, tanteando y abriéndose camino con su bastón. Misteriosamente,
apenas estuvo frente a la puerta, apareció por dentro una
persona que seguramente era el portero y que, habiendo reconocido a
Borges, nos abrió la puerta. Al silencio de la Biblioteca vacía se unía el
silencio del domingo. Instalados en su despacho, retomamos el texto
donde lo habíamos dejado la última vez. El método de trabajo era simple:
Borges me hacía leer una frase, que él repetía y que luego expurgaba
hasta que quedara convertida en la frase que respondía a sus exigencias.
Cuando eso ocurría, yo escribía la frase nueva y limpia que
reemplazaba a la antigua. Algunas frases y palabras fueron suprimidas
y nombres y títulos, aclarados. Cuidaba además de la coherencia y fluidez
del texto y repetía las frases entre sus labios sin pronunciarlas, como
si ensayara las varias versiones posibles hasta que alcanzaba la formulación
que le parecía más satisfactoria y que me dictaba en voz alta.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tanto me entusiasmó el haber sido el amanuense de ese texto que recogía
la información y las reflexiones más quintaesenciadas del trato de
Borges con la Cábala, tan satisfecho me sentía de haber contribuido a
rescatar esa síntesis apretada de la percepción de Borges de la Cábala
que, naturalmente, me olvidé de mi modesta entrevista. La conferencia de la Hebraica de 1970, convertida en ensayo, fue publicada en traducción
inglesa en mi libro <i>Borges and the Kabbalah</i> (1988). En 1977, Borges
repitió en Buenos Aires<a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/08/jorge-luis-borges-la-cabala.html" target="_blank"> esa conferencia sobre la Cábala</a> en un ciclo de
siete charlas sobre temas varios, que luego se publicaron en el volumen
titulado <i>Siete noches</i> (1980). Cotejada con la variante del 70, esta última
emerge como una versión más íntima y concentrada del tema, como si
los diez años que median entre una y otra hubieran desgastado la densidad
y limpidez con que se nos impone la primera.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La entrevista cayó en la oscuridad del olvido, eclipsada como estaba
por la conferencia, hasta un día en que, leyendo y organizando viejos
papeles, encontré la cinta y decidí oírla como quien abre una puerta
prohibida. No tenía ni la coherencia ni la complejidad de la conferencia,
pero, en compensación, la voz de Borges se oía con la claridad de sus
mejores años. Puedo decirlo porque en 1986, cuando visité a Borges en
el Hotel L’Arbalète, en Ginebra, tres semanas antes de su muerte, su
voz era una sombra de aquélla y resultaba virtualmente inaudible. La
voz de Borges de 1971, en cambio, tenía todo el vigor, toda la tesitura
intelectual de sus mejores años. La entrevista está punteada con bromas
de su mejor humor, con expresiones inglesas que venían en su ayuda
cuando el español le resultaba estrecho o no se avenía al espíritu de su
intención. Además, como la entrevista tuvo lugar un día hábil, se ha
filtrado también, superponiéndose a la voz de Borges, un verdadero
trasfondo de ronroneos de colectivos, corcoveos de automóviles y voces
porteñas de niños que salían de la escuela o jugaban en la calle.
Esos ruidos y voces se mezclan con la voz de Borges como si de alguna
manera la acompañaran como lo acompañó siempre su ciudad. Es una
suerte de subtexto que define muy concentradamente la relación de
Borges con Buenos Aires, aunque hablara de libros esotéricos o historias
fantásticas o crímenes cabalísticos. O precisamente por eso. Ya se
sabe que en el paisaje fantástico de la Rue de Toulon, del Hotel du
Nord y de unas tapias rosadas que aparecen en <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/06/jorge-luis-borges-la-muerte-y-la-brujula.html" target="_blank">“La muerte y la brújula”</a>,
definió lo más íntimo y auténtico de la ciudad de Buenos Aires.
Habría que decir, entonces, que es una entrevista más para oír que para
leer: ¡qué felicidad para el lector de Borges poder oír su risa, saborear
su humor, volver a sentir la idiosincrasia de una voz que dialogaba aun
desde sus propias vacilaciones! Pero como tal cosa no es posible, ya que
la página escrita no lo permite, habrá que resignarse a esta transcripción
e imaginar detrás de los signos mudos de la escritura, la familiar
voz de Borges, su risa que acompasa anécdotas y comentarios, su
humor sardónico, a veces, travieso y juguetón, otras, su discurrir eslabonado
con modalidades de su estilo oral, su legendaria memoria, su filosa agudeza, su inteligencia diáfana. Porque todo eso palpita entre
líneas y porque la perspectiva del tiempo ha ido generando en sus respuestas
un valor que, si en su momento no supe ver, hoy, quince años
más tarde, refulge con la nitidez de una inteligencia clásica, publico
ahora este texto que, quiero creer, representa un modesto trazo del dibujo
de su cara.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Question: Have you tried to make your own stories Kabbalistic?<br />Borges: Yes, sometimes I have.<br /><i>The Paris Review</i>, 1967</span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.: En uno de sus primeros libros de ensayo, <i>El tamaño de mi esperanza</i>,
de 1926, en ese ensayo titulado <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2018/05/jorge-luis-borges-historia-de-los.html" target="_blank">“Historia de los ángeles”</a>, hay ya dos
referencias a la Cábala. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Bueno, esas referencias fueron tomadas de dos fuentes. Una, la
versión de la <i>Divina Comedia</i> de Longfellow, que es una buena versión.
Ya no me acuerdo si está en los apéndices del <i>Infierno</i>, del <i>Purgatorio </i>o
del <i>Paraíso</i>, pero hay unas tres páginas de un libro de un señor algo
como Stehelin o Stahelin <span style="font-size: x-small;">[1]</span>, es un nombre así —no recuerdo porque hace
cuarenta o cincuenta años que no he visto el nombre— y ahí él se refiere
a las diversas letras, Alef, Beth, Guimmel, todo eso, y a su valor y a los
diversos sentidos que tenían para los cabalistas. Y la otra referencia tiene
que haber sido el artículo en la <i>Encyclopaedia Britannica</i>. Yo venía
aquí a la Biblioteca. Yo era muy tímido y no me atrevía a pedir libros,
pero los volúmenes de la <i>Encyclopaedia Britannica</i>, de la antigua <i>Encyclopaedia
Britannica</i>, que es muy superior a la actual porque en los Estados
Unidos la han echado a perder, la han convertido en un libro de
consulta y antes era un libro de lectura. De modo que yo sacaba un volumen
cualquiera de los estantes, no tenía por qué hablar con ningún
empleado, y lo leía. Veníamos con mi padre aquí. Jamás se me ocurrió
pensar que yo llegaría a ser director de esta casa. Y recuerdo, recuerdo
una tarde, una noche que me sentí muy feliz porque leí artículos sobre
los... Espere… Sobre los <i>druidas</i>, sobre los <i>drusos</i>, y empezó un artículo
sobre <i>Dryden</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: ¿Tuvo contacto con drusos en su último viaje a Israel?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: No, no vi drusos. Hay una referencia muy curiosa a los drusos.
En esa edición vieja de la <i>Encyclopaedia Britannica</i>, se dice que los drusos
creen —y esto podría ser un cuento fantástico— que, aunque ellos son
muy pocos, hay sin embargo una vasta comunidad de drusos en la
China. Pero ese párrafo, que me parece lindo, esa idea de un pequeño
grupo que cree que pertenece a un vasto grupo ¿no? puede corresponder,
no sé, a tantas esperanzas de tipo teológico. Esa referencia desaparece
en el mismo artículo de una edición posterior, como si yo la hubiera
descubierto por error. Ahora, yo hablé una vez con un druso y me
dijo que nunca había oído eso de que los drusos se consideraran relacionados
con la China. Y hay también una obra de teatro de Browning, <i>El retorno de los drusos.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Borges, entonces mi pregunta es ¿cuándo comenzaron sus primeros
contactos con la Cábala, sus primeros flirteos?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Yo creo que habrán empezado con esas… bueno, esas dos o
tres páginas de Longfellow que usted encontrará en su versión de la
<i>Divina Comedia</i>, pero no recuerdo si en el apéndice del <i>Infierno</i>, del <i>Purgatorio
</i>o del <i>Cielo</i>; están traducidas por él, creo que del alemán, de un
libro que se llama algo como <i>Rabbinical Learning</i>, o algo así. Pero en fin
es muy fácil encontrarlos. Yo en casa tengo una edición, tengo esa edición
de Longfellow en un solo volumen, pero en Estados Unidos no
veo ninguna dificultad en encontrar la versión de la <i>Divina Comedia</i> de
Longfellow. Él la hizo durante la Guerra de Secesión, ¿no? para no pensar
en la guerra, que le preocupaba mucho. Yo viví a la vuelta de la casa
de él en Cambridge<span style="font-size: x-small;"> [2]</span>. Cuando daba la vuelta a la manzana —si es que
puede hablarse de manzanas en Cambridge— recitaba unos versos en
anglosajón que él tradujo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Los dos títulos que yo recuerdo que menciona en ese ensayo “Historia
de los ángeles” eran el libro de Erich Bischoff <i>Die Elemente der
Kabbalah</i> y el de Stehelin, <i>Rabbinical Literature</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Ese, bueno, ese libro, ah bueno el de Stehelin, lo tomé de
Longfellow. El otro libro es un libro bastante malo, que me prestó Xul
Solar y que lo leí todo. Es un libro hecho de traducciones fragmentarias
del <i>Zohar </i>y del <i>Sefer Yetzirah</i>, pero a diferencia de Scholem, por ejemplo,
él no explica nada, dice las cosas son así y nada más, y el prólogo
es una serie de ataques a la filosofía materialista, ataques… groseros
¿no?, como diciendo “qué saben estos ignorantes de la Cábala” y cosas
así, que no tienen ningún valor. Erich Bichoff, sí.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Y pasando al libro de Scholem recuerdo que en el poema <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/05/jorge-luis-borges-en-su-voz-el-golem.html" target="_blank">“El Golem”</a>
decía usted: “Estas verdades las refiere Scholem...”. Ahora, el que
se ha tomado el trabajo de leer <i>Maior Trends in Jewish Mysticism</i> recuerda
que eso no está en el libro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: No, no, no. No está en Sholem, está en Trachtemberg, pero la
rima, caramba…Y además que creo que Scholem es un escritor más
importante que Trachtemberg, ¿no?, de modo que… </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Y todo esto lo ha ampliado Scholem en otro libro que se llama <i>On
The Kabbalah and Its Symbolism</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Sí, lo tengo. Yo lo considero como un amigo mío y creo que él
me considera como un amigo aunque en conjunto nos habremos visto
ocho horas en toda la vida, pero como yo lo he leído y lo he releído tanto...
Porque yo a Scholem lo leí en inglés, yo leí el libro <i>Maior Trends in
Jewish Mysticism</i>. Ahora, el libro de Trachtemberg es mucho menos importante,
es una miscelánea, pero bueno… </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>: Es una tesis doctoral que luego se publicó en forma de libro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Bueno, lo habrá, claro, ampliado… cambiado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: ¿Vio a Scholem en su último viaje a Israel?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Cuando me dijeron qué quería ver, les dije no me pregunten
qué quiero ver porque soy ciego, pregúntenme a quién quiero ver y les
voy a contestar inmediatamente, Scholem. Y pasé una tarde muy linda
en casa de él. Nos vimos un par de veces. Es una persona encantadora.
Habla inglés perfectamente. </div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: ¿Lo llevaron a visitar Safed, que fue el centro cabalista del siglo
XVI donde vivieron Moisés Cordovero, Isaac Luria?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Cordovero, sí... Isaac Luria…, que yo conozco. No, no, no me
llevaron a Safed. Bueno, pero como yo dependía un poco, como a mí
me habían dado el Premio de la Municipalidad de Jerusalén, yo dependía
de mis anfitriones ¿no?, yo era un huésped, de modo que… </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.: Borges, usted dice que su conocimiento de la Cábala es de segundo
orden, sin embargo creo yo que en sus cuentos ha trascendido mucho.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Yo creo que sí. Cuando Dante se refiere a Virgilio habla de <i>il
lungo studio e il grande amore</i>, creo, <i>my italian is not to be trusted</i>, pero en
el caso mío se puede hablar, más que de gran amor, de largo estudio
porque ese estudio ha existido. Claro como yo perdí la vista, <i>for reading
purposes</i>, en el año 55, y me he dedicado, bueno, a <i>Old English</i> y ahora a
<i>Islandic</i>. Tengo una cátedra de Literatura Inglesa en la Universidad Católica,
tengo un curso de <i>Old English Poetry</i> en la Asociación Argentina
de Cultura Inglesa y además tengo un seminario para estudiar islandés
los sábados a la tarde y otro para estudiar <i>Old English</i> los domingos a
la tarde en casa. Tengo unos cuatro alumnos. <i>We do it for the sheer love of
it</i>, ¿no?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Recordará, Borges, que en ese número de la revista <i>L’Herne</i> dedicado
a su obra…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: La verdad es que yo no he leído esa revista, <i>for the sheer bulk of
it</i>. Me sentí como si fuera una especie de <i>tombstone </i>(<i>risas</i>), me sentí como
literalmente en una pesadilla, algo que me oprimía, ¿no? Y creo que
están preparando otro. Y <i>L’Herne</i>, yo creo que es por la hidra, creo que
se refiere al hecho de que va a ramificarse en muchos temas, en muchos
sectores.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Bueno, en ese número, yo encontré la única nota, muy breve, que
estudia algo de sus relaciones con la Cábala y se titula “Fascinación de
la Cábala”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Ah, está bien.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.: Y lo que yo quería preguntarle…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: ¿De quién es esa nota?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: De alguien que firma Rabbi o Rabi, no sé quién es.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Bueno, lo que yo he leído sobre la Cábala es un libro que me
regaló Carlos Mastronardi, un poeta entrerriano, un libro de un autor
francés, Sérouya, <i>La kabbale,</i> que es quizá el libro más copioso, de unas
seiscientas páginas, tiene muchas ilustraciones y está todo hecho de
traducciones de obras clásicas de la Cábala.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Si usted tuviera que definir en qué residió en usted esa fascinación
de la Cábala…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Yo creo que tiene una doble fuente. En primer término, todo lo
hebreo me ha fascinado y eso porque mi abuela paterna era protestante, pertenecía a <i>the Church of England</i>, ¿no? <i>She knew her Bible</i>, tanto que
uno podía citar un versículo cualquiera y ella decía, sí, Job libro tal, versículo
tal, o Reyes, tal libro, lo que fuera ¿no? De modo que ha habido
ese lado y luego como yo no he podido creer nunca en un dios personal,
la idea de ese vasto Dios impersonal —creo que se llama <i>En-Sof
</i>¿no?— de la Cábala, eso me ha fascinado y eso lo he encontrado naturalmente
ahí...y en Spinoza también, ¿no?, y en el panteísmo en general,
y en Schopenhauer también, y en Samuel Butler, y en la idea de
<i>life ‘s force</i> de Bernard Shaw, y en el <i>elan vital</i> de Bergson. Todo eso deriva
de una misma fuente. Pero además hay otro hecho circunstancial
que es que el primer libro que yo leí en alemán, cuando yo estudié alemán
solo, hacia 1916, fue la novela <i>El Golem</i> de Meyrink. Y por eso después
escribí el poema “El Golem”. Yo fui llevado al estudio del alemán
por mi lectura de Carlyle, que yo admiraba mucho. Y ahora, aunque
estoy de acuerdo con muchas opiniones suyas, como escritor me resulta,
no sé, ese estilo dogmático, ese estilo que tiende menos a persuadir
que a intimidar no me gusta y tampoco, no sé, ese estilo demasiado vívido
y metafórico... Pero <i>he sent me to the study of German</i>. Yo empecé,
una tontería que mucha gente comete, empecé tratando de leer la <i>Crítica
de la razón pura </i>en alemán, que los alemanes no entienden y posiblemente
muy poca gente entiende. Entonces una amiga mía —¿cómo se
llamaba?— era baronesa, era de Praga, ah sí, la baronesa Forschtümer <span style="font-size: x-small;">[sic. Es Hélène von Stummer</span>], me dijo que se había publicado hace poco un libro muy interesante, una
novela fantástica que se llamaba <i>Der Golem</i>. Yo no había oído esa palabra
y ése fue el primer libro que <i>I read through</i> en alemán, el primer libro
en prosa, pero ya antes yo había leído <i>Lyrisches Intermezzo</i> de Heine.
La poesía naturalmente, en gracia de su brevedad, es de lectura más
fácil que la prosa, sobre todo que la prosa alemana, en que las frases no
aciertan nunca con el fin.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Borges, ¿recuerda usted cuando en “La muerte y la brújula”,
Lönnrot se lleva la biblioteca del doctor Yarmolinsky a su casa? Y en
esa lista de libros, ¿no hay algo así como lo que podría llamarse el escrutinio
de su propia biblioteca, de la suya Borges, sobre la Cábala?</div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Puede ser, sí, pero yo casi no recuerdo ese cuento. Lo que recuerdo
es que se sugiere que todo el cuento es simbólico, es decir, que
el detective no se hace matar porque es un imbécil sino porque él y el
que lo mata son la misma persona. Usted recuerda que uno se llama
Lönnrot, <i>rot </i>es rojo en alemán y supongo que tendrá un sentido parecido
en sueco, y Lönnrot fue el que juntó los libros del... el que organizó la <i>Kalevala </i>¿no?, o <i>Kalévala </i><span style="font-size: x-small;">[3]</span>, bueno… y el que lo mata se llama Red
Scharlach, y además usted ve que razonan del mismo modo y que en la
conversación final, aunque el uno lo mata al otro, se entienden perfectamente
porque hablan en un plano intelectual, hablan de laberintos,
hablan de Zenón de Elea…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.: Más aún, entre las obras de Yarmolinsky usted menciona “Una
vindicación de la Cábala” que, claro, recuerda la referencia a <i>La Galatea</i>
en el escrutinio de la biblioteca de don Quijote, es decir, entre las obras
del escrutinio figura…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Claro, porque yo tengo un artículo <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/09/jorge-luis-borges-la-vindicacion-de-la.html" target="_blank">“Una vindicación de la Cábala”</a>.
Sí, bueno, es una pequeña broma secreta (<i>risas</i>) que usted ha sido
el primero en… Pero cuando uno escribe, o cuando yo escribo, yo
tiendo a hacer esas pequeñas..., a esos <i>private jokes</i>, que son para mí no
más. Usted es la primera persona que se ha dado cuenta de eso, yo lo
había olvidado enteramente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Usted menciona también en el cuento la obra <i>Historia de la secta de los Hasidim</i> entre las obras de Yarmolinsky, y la <i>Biografía del Baal-Shem</i>,
que son títulos ligeramente modificados de dos obras de…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<b>Borges</b>: Buber. Sí, sí, sí… y además, como yo dije en el Prólogo, le atribuyo
a los Hasidim la idea del sacrificio que es totalmente falsa, pero
era necesario para el mecanismo policial del cuento.<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.: En algún lugar que no recuerdo menciona la colección de cuentos
de Buber <i>Tales of the Hasidim</i>…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Bueno, ese libro yo lo tenía en alemán y traduje dos o tres…
No, no, no, yo lo tengo en inglés, lo que yo traduje del alemán es de un
libro que se llama <i>La leyenda del Baal-Shem</i>, el otro tengo en casa. O lo
tendré aquí en la Biblioteca, porque cuando yo me divorcié, yo tuve
que irme de casa un poco apurado y luego mandaron los libros, pero
están todos embarullados y ahora estoy poniéndolos en orden lentamente
y tengo unos aquí y otros en casa.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Ahora, esos <i>Tales of the Hasidim</i>, ¿cree que han tenido alguna repercusión
en su obra?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Puede ser, porque algunos me han impresionado mucho, pero
no podría detallarlo…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Por supuesto, ése es nuestro trabajo…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Usted conoce mi obra mucho mejor que yo, porque yo escribo
y trato de olvidar y de pasar a otra cosa. Porque si me detengo a pensar
en lo que he escrito, pienso que no debo seguir escribiendo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: No debería haberle preguntado cosas que usted ya ha dicho y que
están en sus textos…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Yo las he dicho y las he olvidado además (<i>risas</i>). </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.: Una de las cosas que he tratado de demostrar en ese ensayo sobre
la Cábala y Borges es que me parece que el sueño del mago en <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/06/jorge-luis-borges-las-ruinas-circulares.html" target="_blank">“Las ruinas circulares”</a> sigue mucho toda la doctrina del Golem.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Es cierto. Una chica en Texas, cuando yo estuve en Lubbock,
me acuerdo, una chica alta, rubia, tejana, supongo que sería linda, me
dijo: “Cuando usted escribió el poema ‘El Golem’ <i>of course you were
aware that you were rewriting ‘The circular ruins’</i>”. Yo le dije: <i>“Of course
there is a hidden link between them</i>, pero yo he tenido que venir <i>from the far ends of the world</i>, yo he tenido que venir de Buenos Aires para
que usted me revele eso. Ahora que usted me lo dice, es evidente,
pero yo no había pensado nunca en eso”. Quizá la idea sea más compleja
en “El Golem”, porque en el poema “El Golem” hay la idea de que
el hombre, de que el Golem, que es un muñeco estúpido, es al rabino lo
que el rabino es a Dios:<i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/05/jorge-luis-borges-en-su-voz-el-golem.html" target="_blank"> ¿Quién nos dirá las cosas que sentía / Dios, almirar a su rabino en Praga?</a></i>”</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: He buscado estudiar esa idea que a usted le fue revelada en Texas
en algunos detalles. Por ejemplo, en su cuento usted dice que el mago
le da el olvido a su hijo soñado para que no supiera nunca que era un
fantasma, y en la Cábala, en un <i>Midrash </i>que se llama “De la creación
del niño”, se dice que Dios, antes de enviar sus criaturas a la tierra, es
decir, antes de hacerlas nacer, instruye a su ángel guardián para que
con un papirotazo en la nariz les infunda el olvido de todo lo que vieron
en el mundo celeste.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Posiblemente haya algo parecido en Platón, me parece. Como
la Cábala es neoplatónica, ¿no? no tendría nada de extraño. Yo creo que
hay alguna referencia a las aguas del Leteo, pero no después de la
muerte sino antes del nacimiento. Eso posiblemente esté en la última
conversación de Sócrates, posiblemente haya algo, puede que sea en <i>La
República</i>, en fin… yo no sé, hace tanto tiempo que he leído a Platón…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Usted acaba de mencionar el valor de las letras en la Cábala para
la formación de ciertos órganos. Es decir, con una combinación puede
salir un ser hembra, con otra combinación puede salir un ser macho.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Sí, recuerdo que decían, por ejemplo, que no sé qué patriarca
bíblico no podía engendrar hijos hasta que le agregaron una letra a su
nombre, una cosa así. Eso está en Stehelin, si es que el nombre es Stehelin,
que tampoco estoy seguro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.: Y no sé si recuerda que en <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/06/jorge-luis-borges-las-ruinas-circulares.html" target="_blank">“Las ruinas circulares”</a> lo va soñando
órgano por órgano, primero dice la arteria pulmonar, luego el corazón…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Sí, sí, porque primero se equivoca y lo sueña como una apariencia
en un espejo. Después lo va haciendo desde dentro, muy detalladamente.
Tuve que hacer todo eso para que el cuento resultara, bueno,
más o menos <i>believable </i>mientras uno lo lee, ¿no?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Y otra de las paradojas que he encontrado en su obra y en ese libro
que usted conoce, el <i>Zohar</i>, es que en el <i>Zohar </i>se dan dos estilos, esto lo
dice Scholem, un estilo que es muy conciso, muy neto, y otro que en
cambio es más bien…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: ¿Metafórico?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: No, excesivo, verboso, retórico, inflado, dice Scholem. Y es interesante,
porque yo creo que en su obra hay una evolución semejante. Sus
primeros libros que usted se niega a reeditar…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Bueno, yo empecé escribiendo de un modo muy barroco y
ahora trato de escribir de un modo sencillo. Hace un mes escribí un soneto
y al leerlo encontré la palabra “irreversible”, que me pareció una
palabra, bueno, no rebuscada pero que uno no espera encontrar en verso.
Pero luego me di cuenta que no había ninguna otra palabra que diera
esa idea. Algo como no desandable, no sé, en cambio “irreversible”
es una palabra breve y no fea, es como “invisible”…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.: Otro detalle es que sus referencias no tienen una sola fuente —Platón
o Plotino, digamos—, sino varias.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Bueno, claro, porque yo no he estudiado mucho, <i>deep into those
writers</i>, ¿no?, lo he hecho sobre todo en busca de estímulos. He leído
muchas historias de la filosofía, por ejemplo. Mi padre era profesor de
Psicología, pero muy escéptico de la psicología, generalmente eso les
sucede a los profesores que a medida que van internándose en la materia,
empiezan a descreer de ella ¿no?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: ¿Su padre tenía algún interés por la Cábala?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Que yo recuerde no, pero por el idealismo sí, por los presócraticos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.: Recuerdo que en una entrevista le preguntaron si algunos de sus
cuentos estaban elaborados o estructurados cabalísticamente y usted
dijo que sí…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: ¿Sí?… yo no sé.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Eso fue lo que a mí me estimuló a buscar y a encontrar las cosas
que creo que he hallado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Bueno, si las encuentra… yo no puedo... yo no recuerdo nada
en este momento.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Bueno, no quiero quitarle más tiempo, Borges. Le agradezco mucho
el tiempo que ya me ha dedicado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Muchas gracias. Usted me encuentra todas las mañanas aquí,
salvo los sábados y los domingos. Todas las mañanas más o menos a
esta hora estoy aquí, estoy a sus órdenes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Una cosa más. El profesor Pearce, que le envía ese libro sobre
Hawthorne y que es director de mi Departamento, me ha pedido invitarlo
oficialmente a nuestra Universidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: ¿Qué universidad es?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: La Universidad de California en San Diego.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Ah, sí, bueno pero, desde luego, este año ya no puede ser. Yo
he vuelto deshecho del último viaje. En el último viaje yo estuve en Salt
Lake City, estuve en New England, estuve en New York, estuve en Islandia,
estuve en Israel, estuve en Escocia, estuve en Inglaterra, y todo
eso en dos meses. De modo que volví deshecho. El año próximo pueden
cambiar las cosas. Ahora, no sé si cambiarán para bien o para mal.
Una amiga mía, astróloga, me dice que este año yo no debo emprender
nada porque todo lo que yo emprenda va a fracasar, pero que el año
que viene ya puedo emprender. Pero al mismo tiempo yo no puedo
dejar de escribir. Ella me dijo: “Sí, pero cualquier cosa más íntima, más
importante, mejor que la dejés para el año que viene, los astros ya lo
han decidido así”.<i> The stars know all about it.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.:<i> Do you believe that?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: No, no creo en eso pero, con todo, sigo el consejo, eso es lo raro
(<i>risas</i>). Sí, razonablemente no creo, pero quizá instintivamente
creo… ¿Usted se encuentra bien en San Diego? ¿Sí?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.: Sí. Además le traigo saludos de un gran amigo suyo, de Jorge Guillén.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Bueno… un gran poeta que yo siempre recuerdo y hablo de él…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: Su hijo Claudio, que está en San Diego, es mi colega…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Es un lugar que se llama La Jolla.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.: La Jolla, eso es. Y don Jorge viene a menudo a La Jolla a descansar,
sobre todo en invierno. El invierno es muy agradable allí, en realidad
no hay invierno.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Eso es lo que no me gusta</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.: No le gusta.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: No, porque lo que me gusta mucho es la nieve. Lo que pasa es
que como aquí yo estoy <i>cheated out of snow</i>, prefiero no estar<i> cheated out
of snow</i> en los Estados Unidos. Y allí creo que no hay nieve, ¿no?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A</b>.: No, no hay nieve.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Creo que yo solo no podría viajar, yo tendría que viajar con
alguien. Si yo emprendiera un viaje solo, me pasaría la vida dando
vueltas… y llegaría a una aduana, a un aeropuerto, posiblemente llegaría
a Ezeiza y no pasaría de Ezeiza (<i>risas</i>).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>J.A.</b>: No, no, sabemos que si viniera, vendría acompañado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Bueno, muchas gracias entonces. Lo que siento es haberlo defraudado
en estas contestaciones, pero realmente…</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
Jaime Alazraki</div>
<div style="text-align: right;">
Columbia University</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: x-small;">Notas</span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">1 En efecto, el apéndice está incluido en la versión inglesa de la <i>Divina Comedi</i>a de
Longfellow (Vol. III: <i>Paradise</i>. Boston: Houghton, Mifflin & Co., 1886, pp. 428-433).
Borges repite el error de Longfellow y atribuye el libro <i>Rabbinical Learning</i> a Johann
Peter Stehelin. Aunque Stehelin tradujo el libro del alemán al inglés y escribió un
largo prólogo de unas 65 páginas, la obra, cuyo título exacto es <i>Rabbinical Writing</i>, fue
escrita por Johann Andreas Eisenmenger y publicada en su original alemán en 1711.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">2 Invitado a dictar las conferencias Charles Eliot Norton en la Universidad de Harvard,
Borges vivió en Cambridge, Massachusetts, en 1967. Residió en la calle Cragie.
Un testimonio de ese período es el poema “<a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/08/jorge-luis-borges-cambridge.html" target="_blank">Cambridge</a>”, incluido en <i>Elogio de la
somb</i>ra (1969). Hay allí una referencia a la vecindad con la casa de Longfellow: “Más
allá están los árboles de Longfellow”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">3 Borges juega aquí con el nombre del personaje imaginario y del personaje histórico.
El detective Lönnrot de su cuento reúne los libros del rabino asesinado con el
propósito de resolver el crimen. Elias Lönnrot (1802-1884), filólogo finlandés compilador
del <i>Kalevala</i>, viajó por Finlandia, Laponia y el noroeste de Rusia, y recogió de
los cantantes runas fragmentos del Kalevala, la epopeya nacional finlandesa, que
Lönnrot reconstruyó a partir de los fragmentos desperdigados.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">En <i>Variaciones Borges: revista del Centro de Estudios y Documentación Jorge Luis Borges</i></span><br />
<span style="font-size: x-small;">ISSN 1396-0482, Nº 3, 1997, págs. 163-176</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><a href="https://www.borges.pitt.edu/sites/default/files/0314.pdf" target="_blank">Fuente</a> <a href="https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2454137" target="_blank">[+]</a></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">Aporte sugerido por <a href="https://www.facebook.com/yona.kranz" target="_blank">Yonah Kranz</a></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">Foto original color: Jaime Alazraki y María Kodama (sin fecha)</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><a href="http://www.fundacionborges.com.ar/index.php/activities/show/id/7" target="_blank">Fundación Internacional Jorge Luis Borges</a></span><br />
<br />
<br />
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-65186037057374307542019-03-14T11:29:00.000-03:002019-03-14T11:51:18.634-03:00Jorge Luis Borges: Prólogo «De dama a zorro». «Un hombre en el Zoológico». «La vuelta del marinero» de David Garnett<br />
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-nauLFmWB9q4/XIlOWggAvhI/AAAAAAABV-0/hdRZBO6i-k4Ca2WL2TNYq8UjHrOCX8Z5wCLcBGAs/s1600/David%2BGarnett%252C%2Bfrom%2Bdrawing%2Bby%2BFrank%2BE.%2BSlater%2B%2BFoto%2BAlami.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="1600" height="384" src="https://4.bp.blogspot.com/-nauLFmWB9q4/XIlOWggAvhI/AAAAAAABV-0/hdRZBO6i-k4Ca2WL2TNYq8UjHrOCX8Z5wCLcBGAs/s640/David%2BGarnett%252C%2Bfrom%2Bdrawing%2Bby%2BFrank%2BE.%2BSlater%2B%2BFoto%2BAlami.jpg" width="640" /></a></div>
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<br /></div>
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<br /></div>
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No ensayaré el inútil examen de las tres narraciones inolvidables que integran este libro, no trataré de destejer el arco iris, como escribió John Keats. Quiero que su virtud toque directa y asombrosamente al lector, no a través de un resumen. En el caso de Garnett, y tal vez en todos los casos, el argumento es lo de menos. Lo que realmente importa es el modo, las palabras y las cadencias que lo refieren. El más famoso de los cuentos de Kafka, resumido apretadamente, sería casi <i>Lady Into Fox</i>. Sin embargo, ambos textos son muy distintos. Kafka es desesperado y abrumador; Garnett narra su fábula con la delicada ironía y la precisión de un prosador del siglo XVIII. Chesterton escribe que el tigre es un emblema de terrible elegancia. Ese epigrama que aplicaría después a Bernard Shaw sería del todo justo para Garnett.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
David Garnett fue el heredero de una larga tradición literaria. Su padre, Richard Garnett, curador del Museo Británico, nos ha dejado breves y pulcras biografías de Milton, de Coleridge, de Carlyle y de Emerson y una historia de la literatura italiana; su madre, Constance Garnett, vertió al inglés las obras de Gogol, de Dostoievski y de Tolstoi.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sus obras ulteriores, que constan de varias novelas y de una larga autobiografía que se titula irónicamente <i>The Golden Echo</i>, no han superado a las primeras, a las que debe ahora su fama.</div>
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<br /></div>
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Los dos primeros cuentos de este libro son de índole fantástica. Sólo ocurrieron para siempre en la imaginación. El último, <i>The Sailor’s Return</i>, es realista. Esperemos que nunca haya ocurrido, tan verosímil y tan dolorosa es la trama. </div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Estas historias pertenecen al más antiguo de los géneros literarios, la pesadilla.</div>
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</div>
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<span style="font-size: x-small;">Antologado en </span><span style="font-size: xx-small;"><i>Biblioteca personal</i><span style="font-size: xx-small;"> </span></span><span style="font-size: x-small;">(1987)</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Véase <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com.ar/2016/10/jorge-luis-borges-biblioteca-personal.html" target="_blank">Prólogo </a>a <i>Biblioteca personal</i> </span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">Luego </span><span style="font-size: x-small;">en <i>Obra Crítica</i> (2000)</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">Arriba: David Garnett, from drawing by Frank E. Slater</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Photograph: Alamy </span><br />
<span style="font-size: x-small;"><a href="https://www.theguardian.com/books/2015/jul/23/bloomsburys-outsider-a-life-of-david-garnett-sarah-knights-review-biography" target="_blank">Source</a></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
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<br />
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<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-84700275717751027962019-03-12T12:28:00.000-03:002019-03-12T12:28:43.824-03:00Jorge Luis Borges - Adolfo Bioy Casares: Robert Burton. Un tercero en discordia<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-2xISTWC4nK0/XIaCX_ovD6I/AAAAAAABV8A/G0uyPmYNLkQlZCss9b7R7B7MYc4KjZHjQCLcBGAs/s1600/Robert%2BBurton%2Ben%2B1635.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="645" data-original-width="529" height="320" src="https://3.bp.blogspot.com/-2xISTWC4nK0/XIaCX_ovD6I/AAAAAAABV8A/G0uyPmYNLkQlZCss9b7R7B7MYc4KjZHjQCLcBGAs/s320/Robert%2BBurton%2Ben%2B1635.jpg" width="262" /></a><a href="https://3.bp.blogspot.com/-9P_pNh-QRnM/XIaA5NVaiuI/AAAAAAABV70/DTtwLGavDbs1nqPh0OUqLP8atXhAYtONwCLcBGAs/s1600/Frontispiece%2Bfor%2Bthe%2B1638%2Bedition%2Bof%2BThe%2BAnatomy%2Bof%2BMelancholy.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="470" height="400" src="https://3.bp.blogspot.com/-9P_pNh-QRnM/XIaA5NVaiuI/AAAAAAABV70/DTtwLGavDbs1nqPh0OUqLP8atXhAYtONwCLcBGAs/s400/Frontispiece%2Bfor%2Bthe%2B1638%2Bedition%2Bof%2BThe%2BAnatomy%2Bof%2BMelancholy.jpg" width="235" /></a></div>
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En su <i>Vida de Apolonio</i>, refiere Filóstrato que un mancebo de veinticinco años, Menipio Licio, encontró en el camino de Corinto a una hermosa mujer, que tomándolo de la mano, lo llevó a su casa y le dijo que era fenicia de origen y que si él se demoraba con ella, la vería bailar y cantar y que beberían un vino incomparable y que nadie estorbaría su amor. Asimismo le dijo que siendo ella placentera y hermosa, como lo era él, vivirían y morirían juntos. El mancebo, que era un filósofo, sabía moderar sus pasiones, pero no ésta del amor, y se quedó con la fenicia y por último se casaron. Entre los invitados a la boda estaba Apolonio de Tiana, que comprendió en el acto que la mujer era una serpiente, una lamia, y que su palacio y sus muebles no eran más que ilusiones. Al verse descubierta, ella se echó a llorar y le rogó a Apolonio que no revelara el secreto. Apolonio habló; ella y el palacio desaparecieron.</div>
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<div style="text-align: right;">
Robert Burton<br />
<i>The Anatomy of Melancholy</i> (1621)<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-W43eYzg0f4w/WftBpw05FTI/AAAAAAABOBY/JgYbXO34a2A0h_k7ldNJM0FpsXPGp_v2ACLcBGAs/s1600/cover%2B1%2Bed%2BCUENTOS%2BBREVES%2BY%2BEXTRAORDINARIOS.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="391" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-W43eYzg0f4w/WftBpw05FTI/AAAAAAABOBY/JgYbXO34a2A0h_k7ldNJM0FpsXPGp_v2ACLcBGAs/s320/cover%2B1%2Bed%2BCUENTOS%2BBREVES%2BY%2BEXTRAORDINARIOS.jpg" width="192" /></a></div>
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<span style="font-family: inherit; font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="background-color: white;">
<span style="font-family: inherit; font-size: x-small;">Antología de J. L. Borges y A. Bioy Casares: <i>Cuentos breves y extraordinarios</i> (1953)</span></div>
</div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: white; font-family: inherit; font-size: x-small;">Imágenes arriba: </span> <span style="font-size: x-small;"></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><a href="http://www.wikiwand.com/fr/Robert_Burton_(%C3%A9crivain)" target="_blank">Robert Burton en 1635 (sin atribución)</a></span><br />
<span style="font-size: x-small;">Frontispiece for the 1638 edition of <i>The Anatomy of Melancholy</i></span> <span style="font-size: x-small;"><a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Robert_Burton_(scholar)#/media/File:Burtonsbook.jpg" target="_blank">Vía</a></span><br />
<div style="background-color: white;">
<br /></div>
</div>
<div style="background-color: white; text-align: justify;">
<span style="font-family: inherit; font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-family: inherit; font-size: x-small;"><br /></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-35413168002735626422019-03-10T12:38:00.001-03:002019-03-23T02:13:05.891-03:00Jorge Luis Borges-Roberto Alifano: El Budismo<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-EZnNN6Z2oD8/XIR2tYBbzZI/AAAAAAABV7U/p6HKX7MsUQMhJAOr7DDMIJ4TvjYuqxDBACLcBGAs/s1600/Sicily%252CPalermo%252C%2BBORGES%2Bpor%2BScianna%2B1984%2BMagnum%2BNN11572673.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="704" data-original-width="474" height="640" src="https://2.bp.blogspot.com/-EZnNN6Z2oD8/XIR2tYBbzZI/AAAAAAABV7U/p6HKX7MsUQMhJAOr7DDMIJ4TvjYuqxDBACLcBGAs/s640/Sicily%252CPalermo%252C%2BBORGES%2Bpor%2BScianna%2B1984%2BMagnum%2BNN11572673.jpg" width="430" /></a></div>
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<b><br /></b>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Alifano</b>: <i>Hace unos años usted escribió, en colaboración con Alicia Jurado, un libro titulado </i>Qué es el budismo<i>. A través de conferencias y de diálogos usted volvió sobre ese tema que tanto le interesa. ¿Por qué no hablamos de esa vieja historia que empezó en Benares, seiscientos años antes de Cristo, y que tanta difusión ha tenido en el mundo?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Borges</b>: Sí, el Buddha fue contemporáneo de Heráclito, de Zenón, de Pitágoras, de Lao Tze y de Chuan Tzu. Es curioso que todos esos personajes se hayan dado en una misma época. Es algo que tal vez algún día puedan explicar los astrólogos. Ahora bien, se dice, no sin razón, que los hechos históricos están ocultos en la leyenda, y que esa leyenda no es una invención arbitraria, sino una lógica deformación o magnificación popular de la realidad. Si tomamos el caso de Buddha (o el de otros fundadores de religiones) encontramos que el problema esencial para desarrollar una tarea histórica reside en el hecho de que no hay dos testimonios sino uno, el de la leyenda. Esa leyenda está colmada de hipérboles y de esplendores y, casi nunca, de rasgos circunstanciales.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>A.</b>: <i>¿O sea que esa religión, como todas las religiones, se nos presenta incrustada de astronomías, de mitologías, de magia, de antiguas creencias, y eso dificulta su análisis histórico?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>B.</b>: Sí. Pero hay ciertos rasgos que aparecen en las leyendas, y que nosotros podemos considerar como verdaderos. Por ejemplo, Cristo fue crucificado a los treinta y tres años; Siddharta fue discípulo de diversos maestros, o Siddharta tenía veintinueve años cuando dejó su palacio, etc.; esos hechos podemos aceptarlos como verdaderos, podemos considerarlos verosímiles.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>A.</b>: <i>¿Por qué?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>B.</b>: Por dos razones fundamentales, ya refiriéndonos al Buddha. El primero: Siddharta fue discípulo de diversos maestros; es ése un hecho lógico, ya que lo que asombroso hubiera sido decir: Siddharta todo lo sacó de sí mismo, nadie le enseñó nada. El segundo: Siddharta tenía veintinueve años cuando dejó su palacio; esto también es verosímil, ya que la cifra parece no tener ninguna connotación simbólica. Luego tenemos el itinerario de sus viajes; esto también parece ser auténtico, dada su casi exacta topografía. Los lugares que son descriptos en la leyenda del Buddha son reales y el relato que se hace de ellos es harto minucioso. Nos quedan, sin embargo, algunas cosas oscuras, algunos milagros que, como todo milagro, son difíciles de explicar.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>A</b>.: <i>Sin duda, como todas las religiones, el budismo exige mucho de nuestra credulidad, ¿verdad, Borges?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>B</b>.: Ah, claro. Si somos cristianos estamos obligados a creer que una de las tres personas de la Divinidad condescendió a ser hombre y luego fue crucificado en Judea. Si somos musulmanes tenemos que creer que no hay otro dios que Alá y que Muhammad es su apóstol. Yo creo que todas las religiones exigen nuestra credulidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>A</b>.: <i>Usted dijo que lo importante es creer en la leyenda, aunque dudemos de lo histórico. ¿Se puede ser un buen budista y negar la existencia del Buddha?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>B.</b>: Bueno, yo creo que lo importante no es nuestra creencia en lo histórico; lo importante es creer en la Doctrina. El budismo, además de ser una religión, es una cosmología, una mitología, un sistema metafísico o, mejor dicho, una sucesión de sistemas metafísicos, que no se concilian y que discuten entre sí.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>A.</b>: <i>¿Cómo vemos los occidentales la historia del Buddha? ¿Nos resulta increíble? ¿La podemos aceptar?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>B</b>.: Los occidentales, inevitablemente, no podemos dejar de compararla con la historia, o la leyenda, de Jesús. La dramaticidad, el patetismo, la descarnada crudeza signan la vida de Jesús. Dios baja a la tierra, toma las formas del hombre, se integra a ellos y, finalmente, muere crucificado entre dos ladrones de una manera terrible. La leyenda del Buddha abunda en hechos fantásticos, es menos dramática. Siddharta es un príncipe que vive rodeado de placeres, ajeno a la caducidad, el dolor y la muerte. Ahora, yo creo que estos acontecimientos resultan un poco difíciles de aceptar para nuestros principios occidentales. Sin embargo, la actitud del Buddha, la actitud de dejar su palacio y vivir una vida ascética corresponde a la tradición oriental según la cual el renunciamiento es la máxima coronación de la vida. Hace muy poco yo visité el Japón y me informaron allí que en el Indostán es muy común el caso de hombres que, ya en los umbrales de la vejez, abandonen su casa, su familia y su fortuna para salir a los caminos a practicar la vida errante del asceta.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>A.</b>: <i>Esa vida tan poco atrayente, tan poco dramática, del Buddha, sobre todo si la comparamos con la de Jesús, responde obviamente a un principio esencial de la filosofía que predomina en el Oriente, ¿no es así?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>B</b>.: Uno de los antiguos dogmas del budismo es la negación de la personalidad; por lo tanto, si el Buddha hubiera tenido una personalidad más atrayente, más dramática, como dice usted, esa personalidad hubiera desvirtuado seguramente los propósitos fundamentales de la Doctrina. Un ejemplo sería la siguiente circunstancia, que puede ser análoga a los dos personajes: a Cristo y al Buddha. Cristo conforta a sus discípulos diciéndoles que si dos de ellos se reúnen en su nombre, Él será el tercero; Buddha, por el contrario, expresa que Él deja a sus discípulos su Doctrina. Yo recuerdo ahora que Edward Conze, un notable estudioso del budismo, había observado que la existencia de Siddharta como individuo es de relativa importancia para la Doctrina Budista. El Buddha es una suerte de arquetipo que se irá manifestando en el mundo a través de diversas personalidades y cuyas idiosincrasias carecen de mayor importancia. La pasión de Cristo, en cambio, ocurre una vez. Y esa pasión es el centro de la historia de la humanidad.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>A.</b>:<i> La leyenda del Buddha es tan hermosa que me parece que usted no puede dejar de contarla.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>B.</b>: Bueno, esa leyenda empieza en el cielo. Durante siglos y siglos, podemos decir literalmente, durante un número infinito de siglos, hay alguien en el cielo que ha ido perfeccionándose hasta comprender que en la próxima encarnación será el Buddha. Ese Ser elige el continente en el que habrá de nacer. Según la cosmogonía budista el mundo está dividido en cuatro continentes triangulares y en el centro hay una montaña de oro: el llamado monte Meru. Luego elige el siglo en el que nacerá; elige la casta y elige a la madre. Viene entonces la parte terrenal de la leyenda: hay una reina Maya. Maya significa ilusión. La reina tiene un sueño que corre al albur de parecemos exagerado, algo extravagante, pero que no lo es para los hindúes. En el sueño aparece un elefante blanco de seis colmillos, que está caminando por las montañas del oro. Ese elefante entra en el costado izquierdo de la reina sin causarle dolor. La reina se despierta, cuenta este sueño, y el rey Suddhodana convoca a sus astrólogos y éstos le explican que la reina dará a luz un hijo que podrá ser el emperador del mundo o que podrá ser el Buddha, el Despierto, el Lúcido, el ser destinado a salvar a todos los hombres. Previsiblemente, el rey elige el primer destino: quiere que su hijo sea el emperador del mundo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>A.</b>: <i>¿Tienen algún valor simbólico todos esos elementos, Borges?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>B.</b>: Sí, lo tienen. El color blanco, por ejemplo, es siempre símbolo de inocencia o de pureza. Oldemberg hace notar también que el elefante de la India es animal cotidiano y doméstico.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>A.</b>: <i>El número seis es también habitual para los hindúes, ya que adoran a seis divinidades llamadas las seis puertas de Brahma, ¿no?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>B.</b>: Es cierto, para nosotros ese número es arbitrario, y de algún modo incómodo, ya que preferimos el tres o el siete, pero no lo es en la India. Las puertas de Brahma, además han dividido el espacio en seis rumbos; esos rumbos son, norte, sur, este, oeste, arriba, abajo. Ahora, cuando leemos que el Buddha entró en el costado de su madre en forma de joven elefante blanco con seis colmillos, nuestra impresión es de mera monstruosidad; sin embargo, todo eso tiene un sentido simbólico, y un elefante blanco de seis colmillos no es extravagante para los hindúes.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>A.</b>:<i> ¿Por qué no seguimos con la historia del Buddha; ahora con la historia terrestre?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>B.</b>: Bueno, la historia terrestre es ésta: la reina da a luz sin dolor y una higuera inclina sus ramas para ayudarla. El hijo nace de pie y al nacer da cuatro pasos: al Norte, al Sur, al Este y al Oeste, y dice con voz de león: «Soy el incomparable; éste será mi último nacimiento». Dice esto porque los hindúes creen en la transmigración de las almas y en número infinito de nacimientos anteriores. Luego el príncipe crece, es el mejor arquero, el mejor nadador, el mejor jinete, el mejor atleta, el mejor calígrafo. A los dieciséis años se casa. El padre sabe, ya que los astrólogos se lo han anunciado, que su hijo corre el peligro de ser el Buddha, el hombre que salvará a los demás hombres si conoce cuatro hechos que son: la enfermedad, la vejez, la muerte y el ascetismo. Para evitar esto su padre le hace construir un palacio rectangular y lo recluye; le suministra un harén, la cifra de mujeres de ese harén corresponde a una exageración hindú, ya que tiene ochenta y cuatro mil mujeres. Allí el príncipe transcurre diez años de ilusoria felicidad, dedicados al goce de los sentidos. El día predestinado, Siddharta sale en su carroza por una de las cuatro puertas del palacio rectangular, y ve con estupor a un hombre encorvado, cuyo cuerpo no es como el de los otros y no tiene pelo. Apenas puede caminar y se apoya en un bastón. Pregunta entonces qué hombre es ése. El cochero le responde que es un anciano y que todos los hombres serán como él. Al cabo de seis días vuelve a salir por la puerta del Sur, y ve tirado en una zanja a un hombre aún más extraño. Un hombre con el rostro demacrado y devorado por la lepra. Ése es un enfermo, le dice el cochero, y todos seremos como ese hombre si seguimos viviendo. Seis días más tarde sale nuevamente, y ve a un hombre que parece dormido, pero cuyo color no es el de la vida. A ese hombre lo llevan otros. ¿Quién es?, pregunta el príncipe. El cochero le dice que es un muerto y que todos seremos ese muerto. El príncipe regresa y se queda desolado en su palacio. Tres horribles verdades le han sido reveladas: la verdad de la vejez, la verdad de la enfermedad y la verdad de la muerte. Sale por cuarta vez. Vea un hombre casi desnudo, es un monje de las órdenes mendicantes, cuyo rostro está lleno de serenidad. El cocinero le dice que es un asceta, un hombre que ha renunciado a todo y que ha logrado la paz interior. Siddharta ha encontrado el camino.</div>
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<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>A.</b>: <i>¿O sea que esa cuarta verdad es la que lo impulsa a abandonar todo y salir?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>B</b>.: Sí. Pero la noche que toma la decisión de renunciar al mundo, le anuncian que su mujer, Jasodhara, ha dado a luz un hijo. Siddharta exclama: «Un hijo es el vínculo que ha sido forjado; cuando sea Buddha volveré y tocaré a mi hijo». Luego Siddharta observa a las mujeres de su harén; son todas jóvenes, pero él las ve viejas, horribles, leprosas. Vuelve al aposento de su mujer. Ella está durmiendo; tiene al niño en los brazos. Está por besarla, pero comprende que si la besa no podrá desprenderse de ella, y se va.</div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>A</b>.: <i>Ése habrá de ser el comienzo de su vida errante, ¿no?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>B.</b>: Bueno, después de su huida, el Buddha busca maestros. Queda siete días en la soledad y luego sale para encontrarse con los ascetas que viven en el bosque. Los encuentra. Unos están vestidos de hierbas, otros de hojas. Todos se alimentan de frutos, unos comen una vez al día, otros cada dos, y hay quienes comen cada tres o cada cuatro días. Rinden culto al agua, al fuego, al sol o la luna. Los ascetas le hablan de dos maestros que viven en el norte, pero él no los busca; las razones que les dan estos hombres no lo satisfacen. Resuelve entonces marcharse a las montañas, donde pasa seis duros años entregado al ayuno y a la mortificación. Al final está tirado en medio del campo, su cuerpo está inmóvil y los dioses que lo observan creen que está muerto. Pero uno de ellos, el más sabio, dice: «No, él no ha muerto, despertará y será el Buddha». Su cuerpo se recupera cerca de un arroyo y se sienta a la sombra del Árbol del Conocimiento. Resuelve no levantarse de ahí hasta no haber alcanzado la iluminación.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>A</b>.: <i>Viene entonces la dura batalla con el demonio llamado Mara, ¿verdad?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>B.</b>: Sí. Mara, que es el dios del pecado, del amor y de la muerte, ataca a Siddharta. Este mágico duelo dura una noche. Mara y sus huestes de tigres, leones, camellos, elefantes y guerreros monstruosos le arrojan flechas, pero cuando llegan a Siddharta, esas flechas se convierten en flores; le arrojan montañas de fuego, pero esas montañas forman un dosel sobre su cabeza. El príncipe medita y parece indiferente a este ataque. Mara, casi vencido, ordena a sus hijas que lo tienten; éstas lo asedian y le dicen que están hechas para el amor y para la música, pero Siddharta les recuerda que son irreales, que son ilusorias. Señalándolas con el dedo, las transforma en viejas decrépitas. Confuso, el ejército de Mara se desbanda. Solo e inmóvil bajo el Árbol del Conocimiento, Siddharta ve sus infinitas encarnaciones anteriores. De un vistazo abarca los innumerables mundos del universo. Al alba, intuye las verdades sagradas, alcanza el nirvana, y se convierte en el Buddha.</div>
<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">En Roberto Alifano: </span><span style="font-size: xx-small;"><i>Conversaciones con Borges</i><span style="font-size: xx-small;"> [29]</span></span><br />
<span style="font-size: x-small;">Buenos Aires, Editorial Atlántida, 1984</span><br />
<div>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div>
<span style="font-size: x-small;">Imagen: <a href="https://pro.magnumphotos.com/image/NN11572673.html" target="_blank">Borges en Palermo (Sicilia) 1984</a></span></div>
<a href="https://pro.magnumphotos.com/image/NN11572673.html" target="_blank"><span style="font-size: x-small;">© Ferdinando Scianna/Magnum Photos</span></a><br />
<div>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-7520817403256193272019-03-09T15:05:00.000-03:002019-03-09T16:25:30.037-03:00Alejandra Niedermaier: Algunas consideraciones sobre la fotografía a través de la cosmovisión de Jorge Luis Borges<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-A_Ov6HYlriU/XIEeOfnL5MI/AAAAAAABV6c/pGmrtA1gdvg6w5y8MnTK_0-eWWk-p5IYgCLcBGAs/s1600/Borges%2Bpor%2BMary%2BReid%2BKelley%252C%2B2015.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="489" data-original-width="351" src="https://1.bp.blogspot.com/-A_Ov6HYlriU/XIEeOfnL5MI/AAAAAAABV6c/pGmrtA1gdvg6w5y8MnTK_0-eWWk-p5IYgCLcBGAs/s1600/Borges%2Bpor%2BMary%2BReid%2BKelley%252C%2B2015.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Introducción </b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
A medida que uno se introduce en el mundo de Jorge Luis Borges va descubriendo distintas formas
de percibir, de empaparse de toda esa particular cosmovisión que su obra transmite. Su pensamiento
circular, sus signos laberínticos, sus repetidas obsesiones provocan tratar de extenderlas a la fotografía,
tratar de establecer ciertas relaciones, ciertos vínculos con ese lenguaje que, desde sus inicios,
acompaña los derroteros de la vida humana, de la que justamente Borges se ocupó en sus textos.
Así es como surgen cuatro exploraciones que finalmente se unen para tratar de completar ese entramado.
En primer lugar, el análisis y la historia de los retratos que ilustran aspectos de su vida y de
su personalidad. Luego, actuaciones directas de Jorge Luis en torno a la fotografía. En tercer lugar,
el relato de los fenómenos de intertextualidad que sus textos han suscitado en distintos fotógrafos
argentinos, a través de transposiciones cuyo caudal de sentido nos introduce, al mismo tiempo, en la
obra fotográfica de cada uno y en la obra literaria. Y, una vez dentro de su literatura, abrir sus textos
y relacionarlos estéticamente con algunas variables que la fotografía ontológicamente contiene.</div>
<br />
<br />
<b>Duplicados</b><br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
“Qué raro que toda persona tenga pequeños duplicados de sí misma. Son como los repuestos
de sí que tenía en la tumba el faraón”</div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Jorge Luis Borges en el Recuerdo de Adolfo Bioy Casares</i>.<span style="font-size: xx-small;"> 1</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Jorge Luis compara así los retratos fotográficos con los tempranos antecedentes de la función social de
este género como la memoria funeraria egipcia, las estelas griegas y las inscripciones en los sarcófagos
romanos. Los egipcios creían que si se perennizaba la apariencia del rey, éste continuaría existiendo para
siempre. Para ello, ordenaban a los escultores a labrar el retrato del monarca en granito y lo colocaban en
la tumba donde, en realidad, nadie podía verlo. La intención era que este relieve operara de hechizo y ayudase
a su alma a revivir a través de la imagen. El escultor recibía el nombre de “el que mantiene la vida”.
La necesidad de retratarse existe desde la Antigüedad, sin embargo, es durante el siglo XIX que surge con
gran intensidad una fuerte necesidad de individuación, de contemplarse a sí mismo y de que los hijos
pudiesen conservar esa imagen para siempre. Este reconocimiento del deseo de representación, de signo,
de lenguaje y por ende de comunicación es absolutamente trasladable a la aparición de la fotografía.</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Tanto la ciencia como el arte demandaban una nueva forma de representación, una representación
metonímica y no mediatizada. Según Deleuze y Guattari, de algún modo el deseo nace de la intersección
de la necesidad y la demanda. Las necesidades derivan muchas veces del propio deseo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es por eso que, luego de extensas e intensas búsquedas ópticas y químicas en diversos puntos del
universo, el 19 de agosto de 1839 la fotografía encuentra su patente en París y se la introduce en el
mundo durante una sesión conjunta de las Academias de Ciencias y de Artes con el nombre de <i>daguerrotipo</i>.
A esas búsquedas alquímicas se refiere Jorge Luis en este fragmento:</div>
<blockquote class="tr_bq">
<i>El alquimista piensa en las secretas </i><i>leyes que unen planetas y metales </i><i>y mientras cree tocar enardecido </i><i> el oro aquél que matará la Muerte. </i><i>Dios, que sabe de alquimia, lo convierte </i><i>en polvo, en nadie, en nada y en olvido</i>. <span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/03/jorge-luis-borges-el-alquimista.html" target="_blank">2</a></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
La fotografía evita la nada y el polvo, asegura cierta inmanencia justamente gracias a la alquimia.
El retrato siempre navega entre dos esferas: la pública y la privada; y nos aporta un panorama que es
también una mirada sobre la sociedad. Asimismo nos habla del “ojo de la época” <span style="font-size: xx-small;">3.</span> La descripción de
las siguientes imágenes justifica este concepto:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Retratos de Fanny Haslam de Borges (1842-1935), abuela paterna de Jorge Luis, nos muestran un
rostro decidido. Ella hospedó a muchas de las sesenta y cinco maestras procedentes de Norteamérica
convocadas por Domingo Faustino Sarmiento que se distribuyeron en distintos puntos de nuestro
país para ejercer un importante rol docente. Borges hace referencia a ella en varios poemas:</div>
<blockquote class="tr_bq">
<i>Por Frances Haslam, que pidió perdón a sus hijos</i><br />
<i>por morir tan despacio,por los minutos que preceden al sueño,</i><br />
<i>por el sueño y la muerte,esos dos tesoros ocultos,</i><br />
<i>por los íntimos dones que no enumero,por la música, misteriosa forma del tiempo.</i> <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/12/jorge-luis-borges-otro-poema-de-los.html" target="_blank"><span style="font-size: xx-small;">4</span></a><br />
<br />
<i>Ha soñado a mi abuela Frances Haslam en la guarnición de Junín,</i><br />
<i>a un trecho de las lanzas del desierto, </i><i>leyendo su Biblia y su Dickens</i>. <span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/07/jorge-luis-borges-alguien-suena.html" target="_blank">5</a></span></blockquote>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Este lenguaje productor y difusor de sentido conlleva una búsqueda de representación. Es por eso que, en sus inicios, acudir a un estudio para ser retratado implicaba justamente esas exploraciones a las que se acaba de hacer referencia en los párrafos anteriores.
<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Su abuela materna, Leonor Suárez Haedo de Acevedo (1837-1918), visitó el estudio de B. Loudet
quien le hizo un retrato frontal con bordes ovalados esfumados (modo muy propio de la época) y
que también muestra una mirada firme.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Bartolomé Loudet (1823-1887) era un químico oriundo de Toulouse, Francia, que arribó a la Argentina
en 1855, desempeñándose como ayudante del Estudio Fotográfico de Emilio Lahore. En 1861 instaló
su propio estudio en la calle De la Piedad (hoy Bartolomé Mitre) 344 con el nombre de Galería San
Miguel. Su ayudante era Alejandro Witcomb quien fundaría años más tarde el famoso estudio Witcomb
Mackern y que retratara a Leonor Acevedo de Borges (1876-1975), madre de Jorge Luis, a los dos años.
Alejandro Witcomb (1835-1905), de origen inglés, le compró a Christiano Junior su estudio de la
calle Florida, destacándose como retratista. Luego, sus hijos y otros convierten el estudio en uno de
los más prestigiosos con sucursales en Rosario y Mar del Plata. A partir de 1896, se agregó al estudio
una galería de arte que contaba con un amplio programa de exposiciones. El mencionado estudio
fue el responsable de la fotografía oficial de los presidentes de la Argentina hasta 1960. Las fotografías
producidas por el estudio han originado una importante colección.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por su parte, Christiano Junior retrató a Leonor de bebé en brazos de su madre. José Christiano de
Freitas Henriques Junior (1832-1902) llegó a Buenos Aires proveniente de Brasil en 1867. Tenía un
importante estudio en la calle Florida. Retrató a Domingo F. Sarmiento con la banda presidencial y
a políticos como Lucio V. Mansilla, Adolfo Alsina y Luis Sáenz Peña. Era el fotógrafo oficial de la Sociedad
Rural Argentina cuando ésta realizó su primer exposición en 1875. Además de su trayectoria
como retratista, elaboró un gran <a href="http://origenes.online/alexander-witcomb-christiano-junior-fotografos-de-nuestros-ancestros/" target="_blank">“Álbum de vistas y costumbres de la República Argentina.”</a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El estudio Chutte & Brooks retrató a Leonor a los seis años. Charles Wallace Chutte y su socio Thomas
Brooks se desempeñaban como fotógrafos retratistas en Buenos Aires y en Montevideo con
estudios en ambas ciudades.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una vez más, la historia de la fotografía se encuentra estrechamente vinculada con la historia sociopolítico-cultural de un país.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una encantadora foto del ámbito privado muestra a <a href="https://www.borges.pitt.edu/bibliography/1909-0" target="_blank">Jorge Luis a los diez años y a Norah, su hermana, a los ocho años en Montevideo vestidos ambos de marineritos</a>. Norah se convierte en los siguientes
años en una importante pintora con un trazo y una pincelada de especiales características.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tomada por los hermanos Forero es la emblemática foto de los integrantes de la revista <i>Sur </i>en momentos
de su fundación en 1931, en donde se encuentran posando en los peldaños de una escalera.
Al respecto, Victoria Ocampo manifestó: “Quise inmortalizar el nacimiento de la revista <i>Sur</i>. Llamaron
a los hermanos Forero que hacían esas fotos a domicilio, con ese magnesio que cegaba. Tomaron
varias poses. Elegí tres, que son las que siempre se publican.” En esas fotos, además de la presencia
de Jorge Luis, encontramos también a Norah entre los colaboradores de la revista y editorial.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En el género del retrato es importante detectar las aperturas de significación que se han producido en
ese viaje de ida y vuelta que se establece entre la retratística inicial y la práctica contemporánea.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El retrato siempre incluye una dilemática y binaria situación entre el yo y el otro, el observador y el
observado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En París, Victoria Ocampo conoció en la librería que dirigía Adrienne Monnier a la fotógrafa Gisèle
Freund (1912-2000). Gisèle estudió sociología en la universidad de Freiburg, Alemania. Comenzó
a tomar fotografías cuando su padre, coleccionista de arte, le regaló a los quince años una cámara Leica. Su actividad fotográfica empezó a sistematizarse un 1° de mayo de 1932 en Frankfurt durante
una manifestación (la última que se realiza en el período de la República de Weimar ya que en la
misma se registran incidentes con grupos nazis). Se doctoró en La Sorbone con una tesis titulada
“La fotografía en Francia del siglo XIX”, texto que amplíaría luego para publicar su libro <i>La fotografía
como documento social</i>. Por el nazismo, tomó la ciudadanía francesa en 1940.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A partir de allí comenzó a realizar una serie de retratos de distintos escritores. Entre muchos otros,
retrató a Walter Benjamin, el autor de los primeros ensayos sobre fotografía. Gisèle fotografió, asimismo,
a Virginia Woolf a instancias de Victoria. En 1942, Victoria la invitó a la Argentina. Gisèle
efectúó una de las más hermosas imágenes que se conocen de ella. A escondidas de Victoria, realizó
unas muy logradas tomas de Eva Duarte y de Juan Domingo Perón entre los años 1943 y 1944 mientras
se desempeñaba en la Argentina para la agencia <i>France Libre</i>. <a href="http://entregulistanybostan.tumblr.com/post/34208830182/jorge-luis-borges-buenos-aires-1943-by-gis%C3%A8le" target="_blank">Ese mismo año, retrató también a Jorge Luis Borges en una imagen muy fresca donde él aparece sentado en el banco de un parque.</a><span style="font-size: x-small;"> [En <i><a href="https://www.photo.rmn.fr/C.aspx?VP3=SearchResult&VBID=2CO5PCPBBBBB" target="_blank">RMN</a></i>]</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://2.bp.blogspot.com/-A0fEXqtD9fA/V85lWWEm83I/AAAAAAAAL-A/hhLTqq3TTKAlO1HmixrfVmTR5yWXTuYfgCLcB/s1600/Borges%252C%2BBioy%2By%2BBiorges.jpg" target="_blank">Se presume que Gisèle es también la autora del fotomontaje conocido como “Biorges”</a>. Se trata de un
tríptico compuesto por un retrato de Borges, otro de Adolfo Bioy Casares y una tercera imagen que
es una superposición de ambos retratos. Este fotomontaje, técnica que siempre contiene la figura
retórica de la metáfora, muestra visualmente la estrecha amistad que existía entre ambos escritores.
Borges fue retratado reiteradas veces por distintos fotógrafos nacionales e internacionales en diversos
escenarios. No es el propósito de la presente investigación enumerar a todos ni hacer una minuciosa
descripción de cada uno. Sí adentrarse en algunos que trasmiten especialmente la esencia del retratado
y en otros que revelan su íntima relación con los libros.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/search?q=Lisl+Steiner" target="_blank">Lisl Steiner</a> (1927), fotógrafa que vivió en la Argentina durante veintisiete años para instalarse luego
en New York, fotografió a distintas personalidades. Volvió a la Argentina con frecuencia y, en el año
1979, visitó Buenos Aires a propósito de una exposición de sus imágenes que se realizó en el Museo
de Arte Moderno. Durante ese viaje, y a pedido de la revista <i>Time</i>, retrató a<a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/search?q=Lisl+Steiner" target="_blank"> Jorge Luis en su departamento</a>
y relató en una nota aparecida en <i>Convicción</i> el 5 de junio: </div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
“Me llevo también las lágrimas de Borges. He estado esta mañana en su casa, he obtenido
de él algunas fotos y me ha pedido que le leyera un poema de Heinrich Heine, en alemán
por supuesto. No le ha importado que lo viera llorar. Sus ojos eran aún más tristes.”</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Lisl recuerda cabalmente el momento que describe la nota. Rememora que se dirigió tres días seguidos
al departamento de Jorge Luis en horas de la mañana para cumplir con el encargo de la revista
y que el poema por ella leído, que le causara tanta emoción, se llamaba “La batalla de Hastings”. <span style="font-size: xx-small;">6 </span><span style="font-size: x-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/07/borges-profesor-clase-7-los-dos-libros.html" target="_blank">[ver]</a></span> El
primer día, Lisl le relató acerca de su proyecto denominado “Niños de las Américas”, una serie de
fotografías de chicos de toda la región, para el que le solicita un texto o una frase, recibiendo una
rotunda negativa. Al segundo día, ella insistió nuevamente y volvió a recibir una respuesta desalentadora;
pero, al tercero, Borges la hizo sentarse con un anotador y lápiz en la mano para dictarle en
inglés una frase para su proyecto. Ella le pidió que se la traduzca y él accedió instantáneamente: “No
pasa un día sin que un niño descubra el mundo, como ya lo hizo Adán. Hagamos lo imposible para
que sienta que está en el paraíso”.</div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Aproximadamente en 1980, <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/11/jorge-luis-borges-osvaldo-ferrari-nuevo.html" target="_blank">Jorge Luis fue fotografiado por Paola Agosti </a>(1947) en una imagen en
blanco y negro con un ángulo de toma picado en donde él aparece sentado en un sillón y se destaca
un gato extremadamente blanco en una pose muy relajada. Nuestra mirada alterna entre uno y otro
personaje gracias a una diagonal invisiblemente trazada. El otro punctum <span style="font-size: xx-small;">7</span> de la foto es el bastón apoyado en la pierna. En la <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2016/06/jorge-luis-borges-beppo.html" target="_blank">foto que Julie Méndez Ezcurra (1949-1991)</a> le saca tres años más tarde y
que ella tituló <i>Borges y Beppo</i>, el gato blanco conserva su postura co<b>-</b>protagónica. En esta imagen,
la luz que proviene de una ventana lateral ilumina toda la escena. En la pared del living del departamento
de la calle Maipú, se aprecian distintos marcos pequeños pero, en el más grande y central, se
vislumbra una pintura de Norah.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Estas dos fotografías transmiten un sentimiento especial de duración. Es como si ambas contuviesen
lo vivido hasta el momento de la toma. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://entregulistanybostan.tumblr.com/post/446391100/jorge-luis-borges-por-diane-arbus" target="_blank">Diane Arbus</a> (1923-1971) lo fotografió en un plano americano en el Central Park nevado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/12/richard-avedon-borges.html" target="_blank">Richard Avedon</a> (1923-2004) conservó con él su costumbre de fondo claro, cámara de formato medio
y rostro dirigido hacia el retratante. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/09/jorge-luis-borges-poetas-de-buenos-aires.html" target="_blank">Humberto Rivas</a> <span style="font-size: x-small;"><a href="http://www.humbertorivas.com/fotografias.php?c=4&img=134" target="_blank">[+]</a></span> (1937) realizó una seguidilla de primeros planos que transmiten cierta secuencialidad,
donde uno puede imaginarse a Jorge Luis recitando alguno de sus poemas o comentando
animadamente, tal vez, <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/12/jorge-luis-borges-otro-poema-de-los.html" target="_blank">cómo Schopenhauer descifró el universo. <span style="font-size: xx-small;">8</span></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/search?q=Annemarie+Heinrich" target="_blank">Annemarie Heinrich</a> (1912-2005) con su esmerado sistema de encuadre, iluminación y copiado logró
en sus retratos, tomados en 1966, desde momentos de honda introspección y dramatismo hasta
una sonrisa franca y abierta pocas veces vista en Borges.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/search?q=Sara+Facio" target="_blank">Sara Facio</a> (1932) lo retrató en reiteradas oportunidades entre 1960 y 1980 tanto en la Biblioteca
Nacional como en su casa. <a href="http://entregulistanybostan.tumblr.com/post/929677166/jorge-luis-borges-por-sara-facio-en-entrevista-a" target="_blank">Su foto más paradigmática es en la que él aparece arrodillado buscando un libro en un anaquel.</a> El análisis de un aspecto formal de la imagen nos conduce directamente a su más
hondo sentido; si la separamos en planos, veremos que en primer lugar percibiremos la biblioteca y,
un poco más atrás, a Borges en estrecha relación con el mueble. <span style="font-size: x-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/02/jorge-luis-borges-alfred-doblin.html" target="_blank">[otra]</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/08/jorge-luis-borges-pascal.html" target="_blank">Alicia D’Amico</a> (1933-2001) quien, en todas las tomas del año 1960, incluyó en la escena los aspectos
significantes de la vida del modelo, es decir, que reflejó visualmente su esencial relación con
los libros, con la escritura y con “las galerías de una biblioteca por las que anduvo Paul Groussac
(...)”. <span style="font-size: xx-small;">9</span> Alicia plasmó así lo lúdico pero, a su vez, la solemnidad; mostró su desesperanza y al mismo
tiempo su esperanza.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
John Berger en su libro <i>Aquí nos vemos</i> realiza un recorrido por distintas ciudades y sitios. En su
itinerario se detiene en Ginebra y comienza mencionando una fotografía de Borges tomada, posiblemente,
a principios de los años ochenta, uno o dos años antes de dejar Buenos Aires para instalarse
en la ciudad donde fallece. Berger percibe en esta imagen que la ceguera era como una prisión pero
que al mismo tiempo,
(...)</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
su cara era una cara habitada por muchas otras vidas. Es una cara bien acompañada;
muchos otros hombres, muchas otras mujeres, con sus apetitos, hablan por sus
ojos casi ciegos. Es una cara que expresa innumerables deseos; un retrato que se podría
clasificar bajo el epígrafe ‘Anónimo’ y utilizarse para los poetas en general, los poetas
de todos los tiempos. </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
En el retrato encontramos una mirada que nos conduce directamente hacia distintos aspectos de la
persona retratada, una mirada dirigida a la búsqueda de plasmar una síntesis biográfica de la misma.
Los fotógrafos mencionados, y los no mencionados, produjeron esos “duplicados” que le llamaban
tanto la atención a Jorge Luis. Configuran ese otro que le posibilita preguntarse:</div>
<blockquote class="tr_bq">
<i>¿Cuál de los dos escribe este poema /</i><i>de un yo plural y de una sola sombra?</i> <span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/10/jorge-luis-borges-poema-de-los-dones.html" target="_blank">10</a></span></blockquote>
Esta estrofa actúa, además, como una prueba de la indicialidad del lenguaje fotográfico.<br />
<br />
<br />
<br />
<b>Sueltos fotográficos</b><br />
<b><br /></b>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Al daguerrotipo se lo solía llamar “espejo con memoria”. En <i>Fervor de Buenos Aires</i>, el primer libro
de Jorge Luis (publicado en 1923 con una tirada de 300 ejemplares y con un grabado de Norah en la
tapa representando la fachada de una casa con reja) menciona:</div>
<blockquote class="tr_bq">
<i>Los daguerrotipos mienten su falsa cercanía</i><br />
<i>de tiempo detenido en un espejo</i><br />
<i>y ante nuestro examen se pierden como fechas inútiles</i><br />
<i>de borrosos aniversarios. </i><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2018/02/jorge-luis-borges-sala-vacia.html" target="_blank">11</a></span></blockquote>
<span style="text-align: justify;">Referencias directas a la íntima relación que se puede establecer con el retrato de una persona amada
o añorada las encontramos en distintos párrafos de </span><i style="text-align: justify;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/09/jorge-luis-borges-el-aleph.html" target="_blank">El Aleph</a></i><span style="text-align: justify;">:</span><br />
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
<i>De nuevo aguardaría en el crepúsculo de la abarrotada salita, de nuevo estudiaría las circunstancias de sus muchos retratos, Beatriz Viterbo, de perfil, en colores; Beatriz, con antifaz, en los carnavales de 1921; la primera comunión de Beatriz; Beatriz, el día de su boda con Roberto Alessandri; Beatriz, poco después del divorcio, en un almuerzo del Club Hípico; Beatriz, en Quilmes, con Delia San Marco Porcel y Carlos Argentino; Beatriz, con el pekinés que le regaló Villegas Haedo; Beatriz, de frente y de tres cuartos, sonriendo; la mano en el mentón.</i></div>
</blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<div style="text-align: justify;">
<i>(...) En la calle Garay, la sirvienta me dijo que tuviera la bondad de esperar. El niño estaba, como siempre, en el sótano, revelando fotografías. Junto al jarrón sin una flor, en el piano inútil, sonreía (más intemporal que anacrónico) el gran retrato de Beatriz, en torpes colores. No podía vernos nadie; en una desesperación de ternura me aproximé al retrato y le dije: Beatriz, Beatriz Elena, Beatriz Elena Viterbo, Beatriz querida, Beatriz perdida para siempre, soy yo, soy Borges.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>(...) Nuestra mente es porosa para el olvido; yo mismo estoy falseando y perdiendo, bajo la trágica erosión de los años, los rasgos de Beatriz. (...)</i></div>
</blockquote>
<div style="text-align: justify;">
El lenguaje fotográfico participa de ambos mecanismos, tanto del recuerdo como del olvido. El uso
de fotografías para comprender distintos sucesos históricos pasados o presentes permite la reconstrucción
del encadenamiento de sus distintos antecedentes. La fotografía como huella de un suceso
ocurrido adquiere un valor de testigo (el “yo estuve aquí” <span style="font-size: xx-small;">12</span> del fotógrafo y de lo fotografiado) y, a su
vez, de símbolo. Por otra parte, al evocar se activa una simultánea y extraña percepción del aquí y del
allá, del entonces y del ahora.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es entonces este medio el que a la vez configura la apreciación de tiempo y espacio y es capaz de
captar cierto infinito borgeano que aparece en esta prosa. Existe una ligazón entre la concepción
de que la fotografía se comporta como un “espejo” o como una “ventana” <span style="font-size: xx-small;">13</span> con lo que el narrador percibe en ese sótano, visiones de “todos los lugares del orbe, vistos desde todos los ángulos” y donde
“vi todos los espejos del planeta”. Subyace también una transformación en imágenes de una especie
de memoria y conciencia mezclada con el encuentro con lo inesperado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Para John Szarkowski, la fotografía<b>-</b>ventana es la que intenta captar la realidad, la que muestra los
sucesos. La fotografía<b>-</b>espejo, en cambio, es una mirada hacia el yo del fotógrafo. Por otra parte,
la imagen también puede comportarse simultáneamente como espejo y como ventana. Este par se
apoya sobre el énfasis de las imágenes en la realidad pero, a su vez, sobre el énfasis en la idea. Ambas
características habitan en la fotografía y las comparten, de algún modo, con <i>El Aleph</i>, produciendo
una reciprocidad entre lo verbal y lo visual.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Horacio Coppola (1906), fotógrafo vinculado por su formación y por su obra a los comienzos de la
modernidad del lenguaje fotográfico en la Argentina, ilustró en 1930 con <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/search?q=Horacio+Coppola" target="_blank">imágenes de la ciudad</a> el
libro <i>Evaristo Carriego</i> de Jorge Luis Borges.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La exposición que Coppola realizara junto a Grete Stern (1904<b>-</b>1999) en 1935 marcó un punto de inflexión
en la fotografía argentina. La muestra se llevó a cabo en la Editorial <i>Sur</i>. La nota que escribiera
Jorge Romero Brest <span style="font-size: xx-small;">14 </span>para la mencionada muestra en el número 13 de la revista <i>Sur </i>desmenuza, reflexiona
e instala en el país una polémica sobre la ubicación de la fotografía dentro del arte, dándole
categoría de “primera manifestación seria de arte fotográfico”. <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2018/06/jorge-luis-borges-buenos-aires-1925.html" target="_blank">Coppola realizó un relevamiento de la ciudad de Buenos Aires</a> que fue plasmado en numerosos libros y revistas de la época. Sus registros,
muchos de ellos encargos de la Municipalidad para el aniversario número cuatrocientos del nacimiento
de la ciudad, se encuentran en una publicación denominada <i>Buenos Aires 1936</i>. Efectuó un
relevamiento fotográfico y fílmico de la construcción del obelisco.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Borges mismo eligió las dos fotografías para el libro sobre <i>Evaristo Carriego</i>. Se trata de una toma en la
calle Jean Jaurés y otra en la calle Paraguay a la altura del barrio de <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2017/11/jorge-luis-borges-palermo-de-buenos.html" target="_blank">Palermo</a>. Coppola y Borges solían caminar
juntos la ciudad y, en una oportunidad, en el barrio mencionado, el primero <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2017/01/jorge-luis-borges-patrias.html" target="_blank">registra con su cámara el reflejo de una casa en un charco</a>. Borges definió “Esto es Buenos Aires”. La toma fue así titulada.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Gustavo Thorlichen (1906-1986) realizó un libro de fotografías denominado <i>Argentina </i>que fue publicado
alrededor del año 1958. La segunda edición a cargo de la Editorial Sudamericana, está escrita
en tres idiomas: castellano, inglés y alemán, evidenciando que se trataba de un libro <i>for export</i> compaginado
por el propio Thorlichen e impreso en Stuttgart, Alemania. Thorlichen agradece la ayuda
recibida para la segunda y ampliada edición publicando además, en la solapa de cierre, algunos datos
concretos sobre el país. Jorge Luis Borges escribe el prólogo del mismo. <span style="font-size: x-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/03/salman-rushdie-sobre-borges-en-joseph.html" target="_blank">[Véase también]</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En 1941, la Editorial <i>Sur </i>había publicado un libro denominado <i>San Isidro</i> que incluía un poema de
Silvina Ocampo y fotos de Gustavo. Es posible que Thorlichen y Borges se conociesen en la editorial.
En 1963, Victoria mencionaba a propósito de este libro: “El libro sobre San Isidro está agotado (...)
espero poder hacer una segunda edición, que muchos me piden. La casa y árboles fotografiados en
ese libro (o gran parte de ellos) ya no existen fuera del recuerdo.”</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Thorlichen llegó a nuestro país en la década del ’30 procedente de Alemania. Alrededor de 1940
poseía su propio estudio en la calle Reconquista entre la Av. Corrientes y Sarmiento. En 1948 realizó
una exposición de sus trabajos en la Galería Kraft.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En 1953, y durante una exposición en La Paz, Bolivia, Gustavo conoció al médico argentino Ernesto
Guevara, quien entró en la galería donde estaba exhibiendo sus imágenes. El Che apuntó en su diario
que lo impresionaba la manera de trabajar y la sencilla técnica que Thorlichen utilizaba para alcanzar
excelentes composiciones. Tuvieron oportunidad de realizar juntos un recorrido por las montañas
que rodean La Paz e indudablemente intercambiaron algunos secretos sobre técnica fotográfica. El Che se ganó la vida como fotógrafo ambulante en los parques y jardines de México y como periodista
de una agencia argentina durante los Juegos Panamericanos de 1955 que se llevaron a cabo en
Ciudad de México. <span style="font-size: xx-small;">15</span> </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es interesante detenernos en el prólogo escrito por Jorge Luis. Comienza estableciendo un debate
sobre el pictorialismo <span style="font-size: xx-small;">16</span>. Este movimiento tenía como objetivo considerar la fotografía como una de
las Bellas Artes. Su estética tendía a deformar la imagen real y el fotógrafo personalizaba su mirada.
Borges dice al respecto:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>¿Cómo admitir una rivalidad o una alianza de la eterna pintura y de la advenediza
fotografía, cómo suponer que una armazón furtiva y endeble, servil como un espejo y
mimética como un mono, incapaz de omitir o de preferir, pudiera amenazar la supremacía
del ojo humano, de la diestra humana y del ya legendario pincel de Apeles tanto
más admirable cuanto más perdida su obra?</i></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El mismo advierte a continuación que su planteo “encubría una falacia”. La paradoja es uno de los recursos
a los que nuestro prologuista era afecto, especialmente por su capacidad de contrariar conceptos
generalizados y de producir así un sentido nuevo. Borges hace referencia al debate que también se
planteara el primer teórico de la fotografía, Walter Benjamin, sobre la pérdida de aura en la obra dereproducción técnica. La noción de aura, núcleo de las teorías benjamianas, descansa sobre un doble
principio que constituye el juego del acto fotográfico: un principio de distancia y uno de proximidad.
Este complejo concepto sirve para explicar, por un lado, un modo histórico de ser de la mirada y,
por otro, una caracterización de los objetos de la naturaleza y los objetos artísticos. <span style="font-size: xx-small;">17</span> Es importante
recordar, entonces, lo ya mencionado: la aparición de la fotografía se produce porque tanto la ciencia
como el arte demandaban una nueva forma de representación, una representación metonímica y no
mediada. De esta manera, la fotografía oscilaba ontológicamente entre el arte y la “técnica”. <span style="font-size: xx-small;"><a href="https://bibliotecaignoria.blogspot.com/2018/05/walter-benjamin-la-obra-de-arte-en-la.html" target="_blank">18</a></span> En su
paradoja, Borges no repara (o tal vez sí) en que justamente es la fotografía la que tiene la capacidad
de “omitir o de preferir” en su inevitable gesto del encuadre, esa esencial elección de lo que incluimos
o excluimos dentro de la imagen, lo que mostramos, lo que ocultamos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Luego, apoyándose en Schopenhauer y en Bergson menciona que “ (...) quedará borrada la oposición
de natural y artificial, de órgano y de instrumento.”</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En todas las cartas, diarios y escritos de las figuras próceres del nacimiento de este lenguaje: [Joseph] Nicéphore
Niepce, Jacques Louis Mandé Daguerre, Henry Fox Talbot, por mencionar solamente a los
más conocidos, encontramos la preocupación por “la copia de las visiones de la naturaleza” <span style="font-size: xx-small;">19</span>, “la
reproducción espontánea de las imágenes de la naturaleza proyectadas en la cámara oscura” <span style="font-size: xx-small;">20</span> y “la
naturaleza pintada por sí misma”. <span style="font-size: xx-small;">21</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es decir, en el imaginario de la época circulaba el deseo de representación de la naturaleza y de conciliar
ésta misma con la cultura. La aparición de la fotografía era justamente un intento de aunar ambos
conceptos, al “escribir con luz” por citar una definición ampliamente difundida. Talbot escribió
en su diario el 3 de marzo de 1839 la frase “palabras de luz”. Podemos arriesgar entonces que, desde
sus comienzos, este lenguaje nace con la noción de textualidad en su interior. Continuando con este
pensamiento de representación de la naturaleza, existe una estrecha relación entre naturaleza y arte;
relación que nos lleva directamente al par original/copia, variables tan propias de la ontología de la
fotografía que, como objeto de preocupación, tuvieron una presencia mucho mayor en el siglo XIX
que en décadas posteriores. En torno a la textualidad, Borges reconoce “Quien abomina de la máquina debería también abominar del cuerpo del hombre. Lo mismo habría que decir de aquel otro
instrumento, el lenguaje.”<span style="font-size: x-small;"> <a href="http://jorge%20luis%20borges%20el%20c%C3%ADrculo%20secreto%20%282003%29/" target="_blank">[Jorge Luis Borges, <i>El Círculo Secreto</i> (2003)]</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Prosigue el prólogo diciendo que la Argentina presenta un sinfín de conflictos para ser retratada ya
que, según él, es dificultoso obtener una correcta percepción de su vastedad (tanto la de las llanuras
como la de Buenos Aires) y porque “lo pintoresco es la excepción en este país (...)” Tal vez sea por eso
que, al finalizar, reconoce la capacidad de este fotógrafo de sintetizar todos los paisajes imaginarios
propios de la nación, diciendo “(...) de ahí lo singular de la proeza que ha efectuado Thorlichen con
lucidez, pasión y felicidad.”</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En el año 1986 el reconocido fotógrafo Henri Cartier Bresson (1908<b>-</b>2004) recibió el premio “Novecento”
en la ciudad de Palermo en Italia. Jorge Luis Borges fue quien lo nominó para ese premio e incluso
lo llegó a llamar para consultarle si lo iba a aceptar. Las características del galardón establecían
que el ganador del anterior sería el que nominaba al siguiente. Henri le preguntó a Borges por qué
lo había elegido a él y éste le contestó que era en reconocimiento a sus ojos y a su mirada en virtud
de que él era ciego. Jorge Luis falleció antes de poder entregárselo, tarea que le encomendó a María
Kodama. A Cartier Bresson le sorprendió gratamente que la ceremonia tuviese lugar en el mismo
hotel donde sus padres habían pasado su luna de miel y lo habían concebido.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
María Kodama es quien documentó los viajes que ambos realizaron por el mundo, conformando,
de algún modo, un álbum de los últimos años de la vida de nuestro escritor. En estas tomas se puede
apreciar a Borges en París, Roma, Madrid, Estambul, Venecia, Ginebra, Creta y ante pirámides egipcias.
En el libro <i>Atlas</i>, que contiene fotos de María, él expresa: </div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>Mi cuerpo físico puede estar en Lucerna, en Colorado o en el Cairo, pero al despertarme
cada mañana, al retomar el hábito de ser Borges, emerjo invariablemente de un sueño
que ocurre en Buenos Aires.</i><span style="font-size: xx-small;"> <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2019/01/jorges-luis-borges-los-suenos.html" target="_blank">22</a></span></blockquote>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<b>Fotógrafos que se inspiraron en <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2016/07/jorge-luis-borges-pierre-menard-autor.html" target="_blank">Pierre Menard</a></i></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La intertextualidad es un fenómeno absolutamente interdisciplinario. Es un concepto que proviene
de la semiótica del discurso expuesto por Julia Kristeva en los ’60 y retomado por Umberto Eco y por
Roland Barthes. Se trata de textos que circulan en red, que se encuentran conectados, relacionados
entre sí y que siempre remiten a otros textos a través de citas, alusiones o reescrituras.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Jean Francois Lyotard señala a la posmodernidad como un proyecto de reescritura. Precisamente por
eso, la intertextualidad se inscribe como una práctica de este tiempo.
Asimismo, encaja bien en las búsquedas contemporáneas globales por dos motivos: por un lado,
llama a las competencias culturales del receptor y, por otro, tiene valor de impacto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Eliseo Verón dice: “Si el libro, como la fotografía, tiene una particular importancia en nuestra modernidad,
es porque la lectura, irremediablemente, es una aventura individual.” <span style="font-size: xx-small;">23</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El receptor tendrá la posibilidad entonces de aventurarse a decodificar a qué fenómeno intertextual
hace referencia la transposición, siempre poniendo en juego sus conocimientos culturales. Se trata
entonces de un proceso de “alegorización” que remite a un tema transitado y que permanece en el
imaginario, un imaginario culturalmente segmentado. Por otra parte, estará invitado tácitamente a
dirigir una atenta mirada hacia el principio de construcción de la nueva imagen.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Cabe aclarar también que algunos teóricos denominan esta modalidad con vocablos tales como “cita”,
“remake” o “pastiche” (que procede de la música pero que se ha extendido a todas las disciplinas). Yo creo, sin embargo, que el término “transposición” es el que mejor designa a esta modalidad que ha
adquirido la categoría de un género por la cantidad de autores involucrados en todo el mundo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se analizará en las próximas líneas, dentro del fenómeno de la intertextualidad, la práctica de la
transposición fotográfica en relación a distintos textos de Borges.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La transposición designa la idea de traslado, de trasplante, de poner algo en otro sitio, de apropiarse
de ciertos modelos pero pensándolos, en este caso, en otro registro o en otro sistema, logrando, al
mismo tiempo, inquietar el texto original. Probablemente, uno de sus atractivos sea la posibilidad de
jugar con los paradigmas. En este sentido, posee efectivamente un carácter lúdico.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En muchas ocasiones, estamos ante una reapropiación de estilos. Para analizar esto, muchos teóricos
toman, casi como mito de origen, la siguiente transposición literaria: <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2016/07/jorge-luis-borges-pierre-menard-autor.html" target="_blank">“Pierre Menard, autor de El Quijote”</a>. Jorge Luis Borges en su libro <i>Ficciones </i>cuenta la historia de este “escritor” que no intentó
reescribir dicha obra. La ambición de Pierre Menard era directamente “escribirla”. Se trata, como
analiza Gerard Genette <span style="font-size: xx-small;">24</span>, de una transformación mínima porque en realidad es una imitación total,
una búsqueda imaginaria de identificación.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con Pierre Menard comenzamos a conocer un Borges conceptual ya que el deseo de Pierre es “pensar,
analizar, inventar”, es decir, asumir una mirada más distante, más objetivada, más apegada a la idea.
El texto de Borges relatando la vida y la obra de Pierre Menard se inscribe también en la estética del
simulacro. Subyace el deseo de apropiarse de un estilo admirado; el producto siempre tendrá una significación
distinta, por provenir de personalidades diferentes y por realizarse en otra instancia de tiempo,
cumpliendo así con cierta fantasía de desdoblamiento que también se observa en varios de sus poemas.
Ambas características son adoptadas para varios de sus proyectos por el fotógrafo y teórico español
Joan Fontcuberta (1955), gran admirador de Jorge Luis. Fontcuberta trabaja intensamente con el
simulacro para demostrar que la fotografía no está tan ligada a la veracidad y que no es un reflejo
“mimético” <span style="font-size: xx-small;">25 </span>de la realidad, como se la considerara durante muchas décadas. Ha realizado un exhaustivo
trabajo fotográfico disfrazado de estudio zoológico sobre la evolución de distintos animales
prehistóricos. La exposición de este ensayo <span style="font-size: xx-small;">26 </span>contaba con imágenes de restos de animales armados
por taxidermistas como si se tratara de una especie extraña, con datos aparentemente científicos
sobre el tema y con un exhaustivo detalle sobre la vida del zoólogo (fotos de él a diversas edades
y en distintas situaciones). Sin embargo, todo era producto de una gran inventiva. Se puede decir
que Fontcuberta es un creador de contextos, sus mecanismos de construcción de sentido apuntan a
envolver directamente al receptor, haciéndose eco del siguiente pensamiento: </div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>Temió que su hijo meditara en ese privilegio anormal y descubriera de algún modo su
condición de mero simulacro. No ser un hombre, ser la proyección del sueño de otro
hombre ¡qué humillación incomparable, qué vértigo!</i> <span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/06/jorge-luis-borges-las-ruinas-circulares.html" target="_blank">27</a></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
En el proyecto “Sputnik” (1997) Joan vuelve a ironizar en base a la concepción de que <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/04/jorge-luis-borges-el-inmortal.html" target="_blank">Fácilmente aceptamos la realidad, acaso porque intuimos que nada es real</a></i>. <span style="font-size: xx-small;">28</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se trata de otro registro fotográfico, en este caso, sobre la vida de un astronauta. En este proyecto la
sátira es fácilmente reconocible. Delacroix escribió que “en arte, todo es mentira” en una declaración
que primaba su capacidad de invención sobre su función mimética y reproductora. Fontcuberta continúa
entablando series donde realiza manifestaciones paródicas, al igual que su admirado Borges.
</div>
<div style="text-align: justify;">
Según Gerard Genette la pintura y la literatura son susceptibles de transformación por pertenecer a
un régimen de inmanencia autográfico, es decir, contener un modo de existencia de una fase. Por este motivo, las fotografías que se analizarán a continuación se liberan del esquema institucionalizado de
la trasposición, en virtud de que nacionalizan, individualizan y personalizan los temas a los que hacen
referencia. Se emparentan, al mismo tiempo, con la siguiente poesía de Roberto Juarroz de 1987:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>Cuando un lenguaje se extravía en otro lenguaje,</i><br />
<i>cada palabra o signo</i><br />
<i>clausura su lugar,</i><br />
<i>lo disimula</i><br />
<i>como si alguien cerrara su casa</i><br />
<i>para que nadie la ocupe o despoje</i><br />
<i>mientras dure su ausencia.</i><br />
<i>Pero ningún signo o palabra</i><br />
<i>vuelve nunca a su sitio.</i><br />
<i>Cuando un lenguaje se extravía en otro</i><br />
<i>también el otro se pierde en el primero...</i> <span style="font-size: xx-small;">29</span><br />
<br /></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Convocados justamente por Joan Fontcuberta, en el año 1996, cuando éste se desempeñaba como
director de los Encuentros Internacionales de Arles,<span style="font-size: xx-small;"> 30 </span>los fotógrafos argentinos Res <span style="font-size: x-small;">[alias de Raúl Eduardo Stolkiner]</span><span style="background-color: white; color: #545454; font-family: "arial" , sans-serif; font-size: x-small; text-align: left;"> </span>y Bibi Calderaro
desarrollaron diferentes trabajos en base a textos de Jorge Luis Borges.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Bibi cuenta que recibió con mucha alegría el encargo de Joan y que se pasó un verano sentada frente a
una ventana leyendo sus obras y tomando notas. Recuerda que le llamaron especialmente la atención
el eterno retorno a distintos temas, la ambigüedad entre sueño y vigilia y la inclusión de animales.
Tanto es así, que incluye una tortuga como protagonista de su audiovisual. Rememora que había
leído una entrevista en la cual Borges mencionaba que de pequeño tomaba agua de un aljibe o de un
pozo de patio donde vivía una tortuga, concluyendo, él, por lo tanto, que bebía agua de tortuga.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Bibi se propuso aunar los textos y los climas borgeanos con temas relacionados con las dictaduras
argentinas, tocando tangencialmente el tema de los secuestros y jugando con la similitud de las palabras
tortuga/tortura. Trabajó fotografiando escenas de películas (entre las que se encuentra la escena
de un secuestro, por ejemplo) e intercalándolas con otras fotos. Sus tomas fueron directas y en color.
Se trató de una proyección con una narración acentuada por la elección del sonido.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A mi pregunta sobre si continúa trabajando en estos fenómenos intertextuales, respondió que suele
usar textos varios para sus videos y performance pero no en base a un autor determinado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Res (1957), por su parte, también realizó un audiovisual. Se trata de setenta imágenes en blanco y
negro basadas en una versión muy personal del significado que tenían los sueños para Jorge Luis. El
eje del relato es <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/03/jorge-luis-borges-la-esfera-de-pascal.html" target="_blank">La esfera de Pascal</a></i> aunque reconoce la influencia de textos tales como <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/09/jorge-luis-borges-el-aleph.html" target="_blank">El Aleph</a></i>, <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/12/jorge-luis-borges-elegia-de-los-portones.html" target="_blank">Elegía de los portones</a></i> y <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/09/jorge-luis-borges-funes-el-memorioso.html" target="_blank">Funes, el memorioso</a></i>. Colaboraron a desentrañar los textos Noe Jitrik y Palo Pandolfo.
Res eligió como escenario de sus imágenes el Río de la Plata, la antigua facultad de Filosofía y Letras y
la antigua sede de la Biblioteca Nacional (Borges fue su director) así como otras locaciones referidas
en sus relatos. A cada uno de estos escenarios le antepuso una esfera de una boleadora manufacturada
en el siglo XIX por aborígenes de la llanura pampeana. Se puede reconocer que esta serie de
imágenes también hace alusión a <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/09/jorge-luis-borges-la-biblioteca-de-babel.html" target="_blank">La biblioteca de Babel</a></i>, donde se puede leer:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>La Biblioteca es una esfera cuyo centro cabal es cualquier hexágono, cuya circunferencia es inaccesible.</i></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
La elección de Res de utilizar un elemento que tuviera una relación tan fuerte con la argentinidad,
corresponde, tal vez, al deseo de apropiarse de los sueños y de la figura de Jorge Luis, de volverlos absolutamente locales y de quitarles esa internacionalidad que tanto él como sus textos gozan.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En una de las setenta imágenes, Res parte de uno de los retratos de Alicia D’Amico mencionados
unos cuantos párrafos más arriba. Se trata de la foto donde Borges se encuentra en un pasillo de la
biblioteca con todos los estantes repletos de libros detrás. En la imagen de Res, en lugar del escritor,
aparece desenfocada la esfera y las repisas se encuentran vacías.
Como si esos despojados anaqueles dijeran:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>Creo en el alba oír un atareado</i><br />
<i>rumor de multitudes que se alejan;</i><br />
<i>son lo que me ha querido y olvidado;</i><br />
<i>espacio y tiempo y Borges ya me dejan</i>.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2017/01/jorge-luis-borges-limites.html" target="_blank">31</a></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://www.facebook.com/eduardogrossman" target="_blank">Eduardo Grossman</a> (1946) recibió en el año del centenario del nacimiento de Borges la propuesta
de la revista <i>Viva </i>de trabajar fotográficamente sus textos. Tras una lectura de varios poemas y prosas
cortas, Eduardo concluyó que el elemento más borgeano para plasmar las propiedades de su discurso
era la utilización de espejos. Recuerda que los espejos tuvieron el efecto de transformar las diferentes
tomas, haciendo aparecer mágicamente los inquietantes poderes que nuestro autor les adjudicaba.</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>Uno de mis insistidos ruegos a Dios y al ángel de mi guarda era el de no soñar con espejos. Yo sé que los vigilaba con inquietud. Temí, unas veces, que empezaran a divergir de la realidad; otras, ver desfigurado en ellos mi rostro por adversidades extrañas</i>. <span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/04/jorge-luis-borges-los-espejos-velados.html" target="_blank">32</a></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Para Eduardo, las trece imágenes realizadas en película diapositiva color con cámara de formato
medio son “un ejercicio visual” reconociendo, de esta manera, que los fenómenos de transposición de
literatura a fotografía contienen un desafío importante.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las locaciones de las mismas tienen directa relación con los poemas: Colonia de Sacramento; la ex
Biblioteca Nacional; la casa en Adrogué donde Borges viviera; los cementerios de la Recoleta y Chacarita;
Parque Lezama y la esquina de Chile y Tacuarí, domicilio de Estela Canto. <span style="font-size: xx-small;">33</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La anteriormente mencionada revista publicó en agosto de 1999 una selección de esta serie.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Grossman es autor también de un conjunto de fotografías dedicadas a distintos textos de Roberto
Arlt, a modo de homenaje ya que se trata de su escritor argentino favorito. El entramado de sentido
de estas fotografías no solamente responde a las fantasías, sueños y delirios de los distintos personajes
que habitan las novelas de Arlt, sino que se despegan de su proceso intertextual para adquirir un
clima absolutamente propio y conformar un corpus de una tensión dramática muy contundente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="http://www.facundodezuviria.com/" target="_blank">Facundo de Zuviría</a> (1954) fue también convocado para los diferentes homenajes que aparecieron
alrededor del centenario del nacimiento del escritor que nos ocupa. Reconoció de inmediato su
fascinación por la obra de Borges, en especial, por todo lo atinente a Buenos Aires y a lo criollo. Tal
vez sea por eso que participó de proyectos que pusieron especial énfasis en los sitios de esta ciudad
nombrados en sus textos y que fueran significativos en su vida. Se trató de imágenes para un libro
denominado <i>Revelaciones y para una exhibición/</i>libro del Centro de Cultura Contemporánea de
Barcelona que se llamó <i>Cosmópolis</i>. Facundo relata su preferencia por la obra ficcional: <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/12/jorge-luis-borges-el-sur.html" target="_blank">El Sur</a>, <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/12/jorge-luis-borges-hombre-de-la-esquina.html" target="_blank">Hombre de la esquina Rosada</a></i> y <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/02/jorge-luis-borges-emma-zunz.html" target="_blank">Emma Zunz</a></i>, entre otros. Hace hincapié en un párrafo de <i>El Sur</i>, cuando Dahlman a bordo del tren ve que el vagón se ha transfigurado, cruzado por sombras y cuando
al salir de la ciudad dice que la misma “se desgranaba en suburbios”. Su libro de poesías favorito es
<i>Fervor de Buenos Aires</i>.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Su elección del blanco y negro tenía por objeto quitarle toda referencia temporal. Buscaba cierto
dramatismo en las sombras y un ángulo que asegurara su relación con los textos. En esos momentos,
leía y releía su obra. Su obsesión era poder alinear la mirada de Borges con la suya.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las fotografías que realizara para el <i>Tributo a Borges</i> (exposición itinerante y catálogo que organizara
Patricio Lóizaga) nos dan la sensación de estar ante ciertos objetos íntimos y fetiche. Se trata de imágenes
de manuscritos de Jorge Luis, en una de ellas, combina la toma de un original con la conocida
foto de él con su madre (donde Leonor aparece apoyada en la balaustrada de un puente).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Facundo señala como uno de sus retratos favoritos el realizado por Pepe Fernández, donde se lo
observa <a href="http://www.galeriavasari.com.ar/obra/fernandez-pepe/borges/254" target="_blank">de pie, en ángulo picado sobre una rosa de los vientos</a> <span style="font-size: x-small;">[<a href="http://www.galeriavasari.com.ar/obra/fernandez-pepe/borges/254" target="_blank">Borges at L'Hôtel in Saint-Germain-des-Prés, Paris</a>]</span>, porque responde a la imagen de
argentino universal y se emparenta con las ruinas circulares y los laberintos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ante mi consulta sobre si le interesaba la práctica intertextual para futuros proyectos, respondió que
le gustaría trabajar en un proyecto compartido con un escritor, en el que haya una interacción entre
ambos lenguajes, en virtud de la carga poética que ambos contienen.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Julio Fuks (1971) realizó entre los años 2003 y 2006 una serie denominada “El blanco más doctrinario”,
nombre emparentado a escritos de Osvaldo Lamborghini. Considera este trabajo fotográfico
“en diálogo con la literatura”. Surgió por un interés personal en relación con la poética en general y
con la gauchesca en particular. En este sentido, Julio parte de conceptos literarios que son producto
de una investigación previa. Luego, éstos “devienen en forma”. En el proceso de visualización de las
imágenes, él considera que las mismas “deben apuntar a una sintonía poética concreta”. Destaca
que lo importante es dejar de lado lo superficial para buscar lo medular en cada párrafo. Los textos
inspiradores de Borges fueron <i>El sur</i> y <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/05/jorge-luis-borges-el-fin.html" target="_blank">El fin</a></i> pero también hay influencia de textos de Lamborghini y
de Miguel Briante. Además, registra ciertos intereses deleuzianos en cuanto al concepto de la orilla,
donde no hay borde ni centro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las tomas son realizadas en blanco y negro y tienen directa relación con las obsesiones de Jorge Luis
acerca de los cuchilleros. Las imágenes hablan de la afrenta, del duelo, de la espera y de la posible
revancha. Los personajes no tienen rostro (esculturas realizadas por Julio en alambre), sino la emulación
del gesto y visualmente la figura se mezcla con su fondo (pasto, campo). El elemento icónico
del cuchillo se destaca en todas las imágenes.</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>El cuchillo. La cara se ha borrado</i><br />
<i>Y de aquel mercenario cuyo austero</i><br />
<i>oficio era el coraje, no ha quedado</i><br />
<i>más que una sombra y un fulgor de acero.</i> <span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2017/02/jorge-luis-borges-alusion-una-sombra-de.html" target="_blank">34</a></span></blockquote>
<span style="text-align: justify;">En varias de las milongas escritas por Borges a pedido de Carlos Guastavino se celebran las hazañas
de cuchilleros famosos como Juan Muraña y Jacinto Chiclana, entre otros. Una de ellas es la </span><i style="text-align: justify;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/12/jorge-luis-borges-milonga-de-dos.html" target="_blank">Milonga de dos hermanos</a></i><span style="text-align: justify;">.</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Julio no posee proyectos intertextuales inmediatos pero reconoce estar interesado en trabajar sobre
Antonio Di Benedetto ya que es uno de sus autores predilectos. Le resulta muy atractivo el retrato
mencionado en el primer apartado que Richard Avedon le hiciera al escritor motivo de estas líneas.
Estos trabajos implican, evidentemente, dos exploraciones: por un lado, adentrarse en el proceso intelectual del autor de los textos sobre los que se basaron, en este caso, sobre Borges; y, por otro,
introducirse en los propios procedimientos de pensamiento, de asociación y en sus propios mecanismos
de construcción de sentido. Reaparece así el tema del estilo, ya no se trata de una sutil diferencia
entre reproducción o repetición: en este caso, el modo del fotógrafo se trasunta voluntaria e involuntariamente
en virtud de la búsqueda que realiza por encontrar sus propias poéticas para visualizar
cualquier texto elegido, condenándolo a mostrar las trazas de su gesto y de sus obsesiones.
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Laberintos de espacio y de tiempo</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A continuación, una exploración hermenéutica para tratar de metaforizar <span style="font-size: xx-small;">35</span> sobre algunas variables
de la fotografía a través del acompañamiento de pensamientos y poesías de Borges.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La fotografía congela la imagen en términos de espacio y de tiempo. Para Imannuel Kant, la estructura
espacio/tiempo se conforma en el pensamiento humano para relacionarse con el mundo.</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo
soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero
yo soy el fuego. El mundo, desgraciadamente, es real; yo, desgraciadamente, soy Borges.</i> <span style="font-size: xx-small;"><a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/01/jorge-luis-borges-nueva-refutacion-del.html" target="_blank">36</a></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
El gesto de obturar convierte simbólicamente al instante fotográfico en eternidad y es como un acto
de apropiación de todos los instantes. Este acto de apropiación implica la posibilidad de repetir la
vivencia del suceso a través de la observación de la fotografía.</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
“basta una sola ‘repetición’ para demostrar que el tiempo es una falacia...” <span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/06/jorge-luis-borges-el-milagro-secreto.html" target="_blank">37</a></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Y esta experiencia puede producir:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>Esos recuerdos no eran simples, cada imagen visual estaba ligada a sensaciones musculares,
térmicas, etcétera.</i><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/09/jorge-luis-borges-funes-el-memorioso.html" target="_blank">38</a></span> </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Así, estas variables de espacio y de tiempo, atributos inherentes a este lenguaje, se convierten en
componentes de la memoria.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Cómo se sitúa la imagen foto entre el tiempo, la memoria, el olvido y la eternidad?</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>Leemos en el </i>Timeo <i>de Platón que el tiempo es una imagen móvil de la eternidad, y ello es apenas un acorde que a ninguno distrae de la convicción de que la eternidad es una imagen hecha con sustancias de tiempo</i>.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/06/jorge-luis-borges-historia-de-la.html" target="_blank">39</a></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
En este sentido, el poeta Federico García Lorca en un reconocimiento de que la fotografía, entre otras
especificidades, es un medio para inventariar lo acontecido, incorporó a su proyecto teatral <i>La Barraca</i>
(cuyo accionar se extendió desde 1931 a 1936 aproximadamente) a un fotógrafo cuyo nombre era Gonzalo
Menéndez Pidal (1911). Gracias a sus tomas, Pidal pudo tornar en imperecedero lo perecedero.
Por otra parte, este lenguaje desarrolla una memoria que nos ayuda a elaborar una nueva mirada
sobre el devenir. Y es aquí donde surge la melancolía de Roland Barthes <span style="font-size: xx-small;">40</span> acerca del medio al mencionar
en sus textos “esto ha sido”. Borges dice al respecto:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>¿Dónde estarán? pregunta la elegía<br />de quienes ya no son, como si hubiera<br />una región en que el Ayer pudiera<br />ser el Hoy, el Aún y el Todavía</i>.<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/11/jorge-luis-borges-el-tango.html" target="_blank">41</a></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Una fotografía preserva un instante del tiempo y favorece su almacenamiento en la memoria, se convierte
en el registro de algo que en el momento de su observación está ausente. La fuerza constativa
de la foto existe justamente porque se refiere al tiempo y no al objeto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Teóricos como Walter Benjamin <span style="font-size: xx-small;">42</span> o como John Berger <span style="font-size: xx-small;">43</span> hacen alusión a la particularidad de la fotografía
de contener al mismo tiempo pasado y futuro al recortar simplemente el presente, en virtud de
que la labor de la memoria anula el tiempo. La conmoción surge, también, por la discontinuidad.
Ante una fotografía se reconfigura lo sucedido, los mecanismos de la memoria se ponen en marcha.</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>Más allá del azar y de la muerte</i><br />
<i>duran y cada cual tiene su historia,</i><br />
<i>pero todo esto ocurre en esa suerte</i><br />
<i>de cuarta dimensión, que es la memoria.</i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/03/jorge-luis-borges-adrogue.html" target="_blank"><span style="font-size: xx-small;">44</span></a></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
A pesar de que, a veces, no sea lo deseado:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>Borraré la acumulación del pasado.<br />Haré polvo la historia, polvo el polvo.<br />Estoy mirando el último poniente.<br />Oigo el último pájaro.<br />Lego la nada a nadie.</i><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2016/04/jorge-luis-borges-el-suicida.html" target="_blank">45</a></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Y de la memoria y el olvido enlazamos con otra obsesión de Jorge Luis, los espejos:</div>
<div style="text-align: justify;">
<blockquote class="tr_bq">
<i>Sólo una cosa no hay. Es el olvido.</i><br />
<i>Dios, que salva el metal, salva la escoria</i><br />
<i>y cifra en Su profética memoria</i><br />
<i>las lunas que serán y las que han sido.</i><br />
<i>Ya todo está. Los miles de reflejos</i><br />
<i>que entre los dos crepúsculos del día</i><br />
<i>tu rostro fue dejando en los espejos.</i><span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/02/jorge-luis-borges-variaciones-sobre-la.html" target="_blank">46</a></span></blockquote>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Según Jacques Lacan, el espejo funciona como umbral, como lugar de articulación entre lo imaginario
y lo simbólico.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Podemos hablar de una estrecha relación entre la imagen especular y la imagen fotográfica. Ambas
invitan a detener la mirada. Experiencias indiciales (donde se perciben las trazas del fenómeno que
las emitió) como el espejo, la foto y la sombra aseguran la existencia del objeto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin embargo, tanto el azogue como los haluros de plata (incluso los pixeles) nos deparan una confrontación
entre lo real y lo ideal. Ambos (azogue y haluro) contribuyen a tener más de una visión.
Por otra parte, las imágenes producidas mediante espejos ofrecen una serie de particularidades que merecen nuestra atención. Entre ellas, </div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
“Los espejos y la cópula son abominables porque multiplican el número de los hombres”<span style="font-size: xx-small;"><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/09/jorge-luis-borges-tlon-uqbar-orbius.html" target="_blank">47</a></span> </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
De esta manera, Borges retorna al concepto de los duplicados fotográficos mencionados al comienzo
de este recorrido, donde la palabra “reproductibilidad”, que aquí aparece implícitamente, en el lenguaje
fotográfico se realiza de modo explícito.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Duane Michals, fotógrafo nacido en Pennsylvania en 1932, utiliza con frecuencia el espejo en sus
imágenes, especialmente en sus series “Las cosas son raras” (1973) y “El espejo de Alicia” (1974)
donde logra narraciones visuales cuyos climas se encuentran en consonancia con los que habitan en
los textos de Jorge Luis. Duane expresa lo siguiente: <span style="font-size: xx-small;">48</span></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
“Antes que cualquier otra cosa amo la imaginación, amo escribir, amo a los escritores. Me
gusta Borges, es mi escritor favorito, me gustan William Blake y Lewis Caroll, me gusta la
gente que se inventa el universo con su imaginación.” Y agrega: “En vez de fotografiar el
momento decisivo, yo me veo llevado a fotografiar el momento anterior y el siguiente.” <span style="font-size: xx-small;">49</span> </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Es probable que la utilización de espejos le posibilite este juego poético.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por otra parte, se podría aventurar que en las numerosas fotos de desdoblamiento de Duane también
se halla presente la impronta de su autor favorito. Ambos, escritor y fotógrafo utilizan con frecuencia
esta modalidad. Es por ello que se podría partir de la consideración de la paradoja de que el acto
de ver y mirar detenidamente en búsqueda de una profundización (de eso se trata la fotografía) se
despliega al abrirse en dos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Hasta dónde los fotógrafos nos perdemos en el objeto fotografiado? ¿Cuánto del otro, cuánto de
nosotros, qué extraña interrelación se entabla entre ambos? El tema de reconocerse, de perderse en
el otro yo de nuestro objeto de creación, aparece muy profundamente indagado en <i><a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/03/borges-en-su-voz-borges-y-yo.html" target="_blank">Borges y yo</a></i>, especialmente
en el siguiente fragmento:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de
mi podrá sobrevivir en el otro. </i></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
Como en el cuento de Julio Cortázar sobre el axolotl <span style="font-size: xx-small;">50</span>, ¿cuándo dejamos de narrar para ser narrados?
Por otra parte, esta frase también nos puede resonar familiar:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
(...) pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros (...)<span style="font-size: xx-small;"><a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/03/borges-en-su-voz-borges-y-yo.html" target="_blank"> 51</a></span></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
En ocasiones, ¿no nos reconocemos más en las fotos admiradas de un colega que en nuestro propio
trabajo?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Francois Recanati dice que el signo posee un carácter doble: puede ser opaco y transparente, puede
descubrir pero también ocultar la cosa significada, es decir, resulta una especie de paradoja. Esto que
se evidencia claramente en los textos de Borges sucede también con muchas imágenes fotográficas
cuya lectura no resulta tan transparente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tal vez la solución de esta paradoja consiste en aceptar un tercer estado del signo: transparente y opaco
a la vez, es decir, un signo que se refleja de un modo pero que, al mismo tiempo, representa algo distinto de sí. Un signo que responde a las características que describe Umberto Eco en <i>Obra Abierta</i>:</div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
<i>La apertura de un texto es la condición de todo goce estético. Toda forma susceptible
de goce, en cuanto dotada de valor estético, es ‘abierta’. La ambigüedad de los signos no
puede separarse de su organización estética, sino que por el contrario, los dos valores
le sostienen y se motivan el uno al otro.</i></blockquote>
<div style="text-align: justify;">
El pensamiento circular, el volver siempre a un mismo tema, maquillado para no ser reconocido,
disfrazado con el mismo fin, pero a la vez sutilmente identificable. Esto que se encuentra en los textos
de Jorge Luis, se encuentra también como preocupación, como temática, en las diferentes búsquedas
que plasman los fotógrafos en sus distintos proyectos. Sin embargo, se puede entrever claramente
que las obsesiones son siempre las mismas y que ese lenguaje poroso y dúctil que es la fotografía los
acompaña. La fotografía es una apropiación simbólica de nuestros pequeños y grandes universos. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Una frase de Rainer Maria Rilke, poeta que le gustaba a la fotógrafa Grete Stern (1904-1999) <span style="font-size: xx-small;">52</span>,
describe cabalmente el entramado circular al que se hace referencia: “La búsqueda es una, aunque se
refracte en distintos temas”. Éste es también el espíritu de la siguiente frase de Borges que la autora de
estas líneas difunde en sus cursos y charlas acerca de los componentes del retrato y del autorretrato:
<i>Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años, puebla con
imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces,
de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de
morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara</i>.<span style="font-size: xx-small;"><a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2019/03/jorge-luis-borges-epilogo-de-el-hacedor.html" target="_blank">53</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Se ha tratado de reflexionar así sobre este lenguaje flexible y permeable que en la contemporaneidad
contiene varios registros que funcionan “a la vez” y que, además, no pertenece a un espacio cultural único,
es decir, que desde diversas instancias, presenta un sistema semántico en permanente movimiento.
La fotografía comprendida entonces como un medio poético de exploración, interrogación, revelación
y desnudamiento. También de imaginación, de sueños, hallazgos y asombros tan invocados y
convocados en los textos de Jorge Luis Borges.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><span style="font-size: x-small;">Notas </span></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">1 Prólogo de <i>Borges. Fotografía y Manuscritos</i>, Miguel de Torre Borges (recop), 1987 Bs.As., Ediciones Renglón. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">2 Jorge Luis Borges, Fragmento del poema <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/03/jorge-luis-borges-el-alquimista.html" target="_blank">El alquimista</a></i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">3 Michael Baxandall, “El ojo de la época”, en <i>Pintura y vida cotidiana en el Renacimiento Italiano</i>, 1978 Barcelona, Gustavo Gili. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">4 Jorge Luis Borges, Fragmento del poema <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/12/jorge-luis-borges-otro-poema-de-los.html" target="_blank">Otro poema de los dones</a></i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">5 Jorge Luis Borges, Fragmento del poema <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/07/jorge-luis-borges-alguien-suena.html" target="_blank">Alguien sueña</a></i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">6 En su escrito del 15 de junio de 1986, María Esther Vázquez hace referencia a este poema en Néstor Montenegro, <i>Borges
por el siglo de los siglos</i>, 1999, Buenos Aires, Ediciones Simurg, pp 105/6. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">7 Término acuñado por Roland Barthes para describir los elementos que habitan en una foto que nos llaman la atención,
que colocan un acento en la imagen y que invitan a la lectura del resto de la misma.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">8 Mencionado en <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/12/jorge-luis-borges-otro-poema-de-los.html" target="_blank">Otro poema de los dones</a></i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">9 Néstor Montenegro, <i>Borges por el siglo de los siglos</i>, 1999 Buenos Aires, Ediciones Simurg.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">10 Fragmento del <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/10/jorge-luis-borges-poema-de-los-dones.html" target="_blank">Poema de los dones</a></i>. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">11 Fragmento del poema <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2018/02/jorge-luis-borges-sala-vacia.html" target="_blank">Sala vacía</a> en Fervor de Buenos Aires</i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">12 Se hace referencia aquí a la inscripción que Jan Van Eyck (1390-1441) introduce en su pintura “El matrimonio
Arnolfini”,1434 (National Gallery). </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">13 John Szarkowski, texto <i>Mirrors and windows</i> acompañante de la exposición organizada por él en el MOMA en 1978.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">14 Jorge Romero Brest era una de las figuras más influyentes en la formación de la crítica de arte en América Latina.
Publica libros y artículos sobre arte argentino, latinoamericano, europeo y norteamericano. Dicta cientos de conferencias
y dirige el Centro de Artes Visuales del Instituto Torcuato Di Tella, centro de promoción de la experimentación artística
de vanguardia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">15 Se conocen fotografías tomadas por Ernesto Guevara en un período que abarca desde 1951 hasta 1966, aproximadamente.
Las fotografías en muchos casos acompañan sus diarios ya que viajaba siempre con una cámara incluso en los períodos
de guerrilla.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">16 Corriente fotográfica característica de fines de siglo XIX cuyos principales exponentes fueron Julia Margaret Cameron,
Henry Peach Robinson y Robert Demachy.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">17 Un modo casi laberíntico de aproximación, la sensación de estar cerca y lejos al mismo tiempo. Ambos (Benjamin y
Borges) se encontraban seducidos por los laberintos y los utilizaban recurrentemente como metáfora.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">18 Se utiliza este término en alusión al escrito de Walter Benjamin: <a href="https://bibliotecaignoria.blogspot.com/2018/05/walter-benjamin-la-obra-de-arte-en-la.html" target="_blank">“La obra de arte en la era de la reproducción técnica”</a>
en donde se efectúa un análisis de las razones de la aparición de la fotografía.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">19 Joseph Nicephore Niepce.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">20 Jacques Louis Mandé Daguerre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">21 Henry Fox Talbot.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">22 Fragmento de <i><a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2019/01/jorges-luis-borges-los-suenos.html" target="_blank">Los sueños</a></i> en <i>Atlas</i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">23<i> Esto no es un libro</i>, 2000 Barcelona, Editorial Gedisa, pág. 27.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">24 <i>Palimpsestos, la literatura en segundo grado</i>, 1989 Madrid, Editorial Taurus.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">25 Mencionado unas líneas más arriba por JLB en el prólogo al libro de fotografías de Gustavo Thorlichen.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">26 La primer exposición de este proyecto se realizó en un museo de ciencias naturales.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">27 Fragmento de <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/06/jorge-luis-borges-las-ruinas-circulares.html" target="_blank">Las ruinas circulares</a></i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">28 Fragmento de <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/04/jorge-luis-borges-el-inmortal.html" target="_blank">El inmortal</a></i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">29 Roberto Juarroz, <i>Poesía vertical</i>, 1993 Buenos Aires, Emecé</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">30 Todos los veranos en la localidad de Arles, Francia, se desarrollan desde hace 38 años estos Encuentros Internacionales
de Fotografía. La dirección del cada encuentro está a cargo de una personalidad diferente en cada edición.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">31 Fragmento de <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2017/01/jorge-luis-borges-limites.html" target="_blank">Límites</a></i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">32 Fragmento de <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/04/jorge-luis-borges-los-espejos-velados.html" target="_blank">“Los espejos velados”</a>, <i>El hacedor</i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">33 Joven de la que JLB se enamoró y a la que le dedicó en 1949 su cuento <i>El Aleph</i>, regalándole además el manuscrito.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">34 Fragmento de <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2017/02/jorge-luis-borges-alusion-una-sombra-de.html" target="_blank">Alusión a una sombra de mil ochocientos noventa y tantos</a></i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">35 Aristóteles decía que metaforizar bien es percibir lo semejante (<i>Poética</i>).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">36 Fragmento de<i> Otras Inquisiciones, <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/01/jorge-luis-borges-nueva-refutacion-del.html" target="_blank">Nueva refutación del tiempo</a></i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">37 Fragmento de <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/06/jorge-luis-borges-el-milagro-secreto.html" target="_blank">El milagro secreto</a></i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">38 Fragmento de <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/09/jorge-luis-borges-funes-el-memorioso.html" target="_blank"><i>Funes el memorioso</i>.</a></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">39 Fragmento de <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/06/jorge-luis-borges-historia-de-la.html" target="_blank">Historia de la eternidad</a></i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">40<i> La cámara lúcida</i>, 1982 Barcelona, Gustavo Gili.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">41 Fragmento de <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/11/jorge-luis-borges-el-tango.html" target="_blank">El Tango</a></i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">42 El concepto al que se alude no sólo aparece en <i>Pequeña historia de la fotografía</i>, sino también en <i>Infancia en Berlín hacia
1900</i> y en <i>Crónica de Berlín.</i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">43 <i>Mirar</i>, Ed. 2005 Buenos Aires, Ediciones de la Flor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">44 Fragmento de <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/03/jorge-luis-borges-adrogue.html" target="_blank">Adrogué</a></i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">45 Fragmento de <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2016/04/jorge-luis-borges-el-suicida.html" target="_blank">El suicida</a></i> </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">46 Fragmento de <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/02/jorge-luis-borges-variaciones-sobre-la.html" target="_blank">Everness</a></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">47 <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/09/jorge-luis-borges-tlon-uqbar-orbius.html" target="_blank">Tlön, Uqbar, Orbis Tertius</a></i></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">48 Revista <i>Exit</i>, El Espejo, número cero, Año 2000 </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">49 De algún modo, vuelve hacerse referencia aquí a la caracterización efectuada por John Szarkowski, nombrada unas
páginas atrás.</span><br />
<span style="font-size: x-small;">50 Cuento <i>Axolotl </i>en <i>Final del Juego</i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">51 Fragmentos de <i><a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/03/borges-en-su-voz-borges-y-yo.html" target="_blank">Borges y yo</a></i> en <i>El hacedor</i> donde JLB combina prosa y poesía.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">52 Su retrato de Jorge Luis ha sido señalado por Facundo de Zuviría como otro de sus favoritos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">53 Fragmento del <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2019/03/jorge-luis-borges-epilogo-de-el-hacedor.html" target="_blank">epílogo del libro <i>El hacedor</i></a>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><b>Referencias Bibliográficas</b> </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Alifano, Roberto. (1988). <i>Borges, biografía verbal</i>, Barcelona: Plaza & Janés Editores.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Benjamin, Walter. (1973). <i>Pequeña historia de la fotografía</i>, Madrid: Taurus.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Berger, John. (2006). <i>Aquí nos vemos</i>, Buenos Aires: Alfaguara, pág. 57.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Bonet, Juan Manuel. (2006). “Horacio Coppola: los ojos del siglo”, Diario <i>La Nación</i>, 23 de julio.
(2005). Coppola, <i>Buenos Aires</i>, libro-catálogo de la Galería Jorge Mara–La Ruche.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Borges, Jorge Luis. (2003). <i>Antología poética 1923-1977</i>, Madrid: Alianza Editorial.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">—(2000). <i>Ficciones</i>. Buenos Aires: Emecé.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">—(1997). <i>El hacedor</i>, Madrid: Alianza Editorial.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">—(1978). <i>Historia de la eternidad</i>, Madrid: Alianza Editorial.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">—(1974). <i>Obras completas</i>, Buenos Aires: Emecé. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Catálogo de la muestra fotográfica itinerante <i>Tributo a Borges</i> que se realizó en el año 1999 organizada por la <i>Revista
Cultura</i>/Patricio Lóizaga</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Catálogo del Centro Cultural Borges correspondiente a la exposición realizada en julio/agosto de 1996 denominada <i>Norah
Borges, casi un siglo de pintura</i>.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">De Torre Borges, Miguel. (1987). (recop) <i>Borges. Fotografía y Manuscritos</i>, Buenos Aires: Ediciones Renglón.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Eco, Umberto. (1985). <i>Obra Abierta</i>, Barcelona: Planeta Agostini.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Fontcuberta, Joan. (1998). <i>El beso de judas</i>, Barcelona: Ed. Gustavo Gili.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Genette, Gerard. (1989). <i>Palimpsestos, la literatura en segundo grado</i>, Madrid: Editorial Taurus.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Goldstein, Gabriela. (2005). <i>La experiencia estética</i>, Buenos Aires: Del Estante Libros.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Gómez, Juan. (1986). <i>La fotografía en la Argentina, 1840/1889,</i> Buenos Aires: Abadía Editora.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Didi Huberman, Georges. (2006). <i>Ante el tiempo</i>, Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Juarroz, Roberto. (1993). <i>Poesía vertical</i>, Buenos Aires: Emecé.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Montenegro, Néstor. (1999). <i>Borges por el siglo de los siglos</i>, Buenos Aires: Ediciones Simurg.
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Niedermaier, Alejandra. (2008). <i>La mujer y la fotografía: una imagen espejada de autoconstrucción y construcción de la
historia</i>, Buenos Aires: Editorial Leviatán. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">—(2007). <i>Desde la docencia y la investigación fotográfica: la trasposición, su devenir/su límite</i>, en AA.VV, <i>Actas de Diseño</i> 3, II
Encuentro Latinoamericano de Diseño, Comunicaciones Académicas, Universidad de Palermo, Bs.As. pp. 180-185.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">—(2006). <i>Distintos caminos en el abordaje de la historia de la fotografí</i>a, en AA.VV. <i>Terceras Jornadas de Historia del Arte</i>,
Universidad Adolfo Ibáñez, Valparaíso, Chile, pp. 193-199.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Oliveras, Elena. (2004). <i>Estética, la cuestión del arte</i>, Buenos Aires: Ariel Filosofía.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Recanati, Francois. (1981). <i>La transparencia y la enunciación</i>, Buenos Aires: Editorial Hachette.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Revista del <i>Fotoclub Argentino</i>. (1998). N° 74, septiembre/noviembre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Revista <i>Exit</i>. (2000). El Espejo. N° cero. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Rey, Pedro B. (2004). “Henri Cartier Bresson: la danza del instante”, Diario <i>La Nación</i>, 8 de agosto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Sarlo, Beatriz. (1995). <i>Borges, un escritor en las orillas</i>, Buenos Aires, Ariel.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Sontag, Susan. (2007). <i>Bajo el signo de Saturno</i>, Buenos Aires: De Bolsillo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Speranza, Graciela. (2006). <i>Fuera de campo, literatura y arte argentinos después de Duchamp</i>, Barcelona: Editorial Anagrama,
pp. 91-121. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Suplemento <i>Zona</i>, Diario <i>Clarín</i>. (2001). 21 de enero.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Thorlichen, Gustavo. (1958). <i>Argentina</i>, Stuttgart, ca. Editorial Sudamericana. Prólogo Jorge Luis Borges.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">Verón, Eliseo. (2000). <i>Esto no es un libro</i>, Barcelona: Editorial Gedisa.</span></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;">Cuaderno 27 | Centro de Estudios en Diseño y Comunicación (2008). pp 43-62 ISSN 1668-5229</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Alejandra Niedermaier: Fotógrafa, investigadora y docente de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Palermo y en la Escuela de Fotografía Motivarte.</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">Imagen: Borges en dibujo de <a href="https://www.artbasel.com/catalog/artist/16953/Mary-Reid-Kelley" target="_blank">Mary Reid Kelley</a>, 2015<br />Photography<br />Pigment Ink Print<br />57.0 × 39.0 Size (cm)<br />22.4 × 15.4 Size (in)</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-29360411244063933682019-03-08T23:30:00.000-03:002019-03-09T14:11:22.586-03:00Jorge Luis Borges: Epílogo de «El hacedor» (1960)<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-qcf1ohhLeho/XIPy7oL6rFI/AAAAAAABV64/fZSvdZ3q4zIQrPymzZ1QtJE4uqmdkvdHQCLcBGAs/s1600/Borges%2Ben%2BPalermo%2BSicilia%2Bpor%2BFerdinando%2BScianna%2B1984%2BMagnum%2BNN11572660%2BByN.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="703" data-original-width="480" height="640" src="https://4.bp.blogspot.com/-qcf1ohhLeho/XIPy7oL6rFI/AAAAAAABV64/fZSvdZ3q4zIQrPymzZ1QtJE4uqmdkvdHQCLcBGAs/s640/Borges%2Ben%2BPalermo%2BSicilia%2Bpor%2BFerdinando%2BScianna%2B1984%2BMagnum%2BNN11572660%2BByN.jpg" width="436" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Quiera Dios que la monotonía esencial de esta miscelánea (que el tiempo ha compilado, no yo, y que admite piezas pretéritas que no me he atrevido a enmendar, porque las escribí con otro concepto de la literatura) sea menos evidente que la diversidad geográfica o histórica de los temas. De cuantos libros he entregado a la imprenta, ninguno, creo, es tan personal como esta colecticia y desordenada <i>silva de varia lección</i>, precisamente porque abunda en reflejos y en interpolaciones. Pocas cosas me han ocurrido y muchas he leído. Mejor dicho: pocas cosas me han ocurrido más dignas de memoria que el pensamiento de Schopenhauer o la música verbal de Inglaterra.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincias, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara.</div>
<br />
<br />
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;"> J.L.B.</span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;"> Buenos Aires, 31 de octubre de 1960</span></div>
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<span style="font-size: x-small;"><i>El hacedor </i>(1960)</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Luego antologado en <i>OOCC </i>(sucesivas ediciones)</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;"><a href="https://pro.magnumphotos.com/image/NN11572660.html" target="_blank">Foto original color: Borges en Sicily, Palermo, 1984</a></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><a href="https://pro.magnumphotos.com/image/NN11572660.html" target="_blank">© Ferdinando Scianna/Magnum Photos</a></span><br />
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-31952836147557542202019-03-06T20:00:00.001-03:002019-03-23T02:12:13.706-03:00Juan Gustavo Cobo Borda: Borges. Algunos textos perdidos<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-ljmDMqSTHgQ/XH66yHibSrI/AAAAAAABV5s/AV5TrR9BXssQ8wWyjjb_IRC6KejIw6-cgCLcBGAs/s1600/Borges%2BSicily%252C%2BPalermo%252C%2Bpor%2BScianna%2BMagnum%2B1984%2BNN11572676.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="704" data-original-width="1013" height="444" src="https://4.bp.blogspot.com/-ljmDMqSTHgQ/XH66yHibSrI/AAAAAAABV5s/AV5TrR9BXssQ8wWyjjb_IRC6KejIw6-cgCLcBGAs/s640/Borges%2BSicily%252C%2BPalermo%252C%2Bpor%2BScianna%2BMagnum%2B1984%2BNN11572676.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Si algo distingue a Borges es su generosidad. El irónico, el reticente, era ante todo
un entusiasta; el aristócrata de espíritu, un demócrata laboral: no había tarea menor. Desde el legendario folleto sobre los bacilos búlgaros, escrito en compañía de Bioy
para promover los productos lácteos de La Martona, hasta sus últimos prólogos —siempre
hay un último prólogo de inminente aparición— todos los géneros y subgéneros fueron
cultivados con inigualable rigor. Biografías y reseñas de libros en revistas para señoras,
como <i>El Hogar</i>, solapas de novelas policíacas y de las otras, en colecciones como «El
séptimo círculo» y «La torre de marfil», colaboraciones regulares en el suplemento literario
de <i>La Nación</i> —Hietzsche, Poe, Sarmiento—, una enciclopedia china, o en la revista
<i>Sur</i>; prólogos a libros de pintura como el dedicado a Figari, presentaciones de
carpetas de serigrafías como las que Carlos Páez Vilaró dedicó, con el título de <i>Mediomundo
</i>
(1971), a los patios del conventillo de negros en el Montevideo que también
forma parte de la mitología de Borges. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Su espectro de intereses, como el mundo mismo, es muy amplio. A ello debemos
añadir sus caballerosos y gentiles prólogos a, de seguro, hermosas mujeres que incurrían
en libros de versos y páginas, sueltas y errantes, que andan por allí, semiperdidas,
cuando, por ejemplo, como director de la Biblioteca Nacional, reanudó la revista de
la misma o presentó el catálogo de una exposición de libros españoles. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No hace mucho, en noviembre de 1991, en Santiago de Chile y con motivo de la
inauguración de la Fundación «Vicente Huidobro», volví a compartir, con María Kodama,
el culto a Borges; la próxima edición de <i>La Pléiade</i> donde irán muchas de sus
páginas perdidas; la Fundación Borges, tan amplia como <i>El Congreso</i> mismo, ese relato
que también abarca el universo y el hecho de que muchas gentes, en lugares tan
inverosímiles como Bogotá o Alcalá de Henares, fatiguen bibliotecas y librerías de viejo,
en pos de otra página, una más, del maestro por antonomasia. María Kodama, quien
secunda estas empresas con su generosa sabiduría oriental, me animó a continuar en
la pesquisa, y ahora <i>Cuadernos Hispanoamericanos </i>la acoge dentro de un justo homenaje.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La secuencia, para quien ama el riguroso y a la vez elástico orden mental propio
de Borges, resulta apasionante. Comienza por un elogio de la biblioteca y la revista,
prosigue interesándose por los avatares histórico-poéticos de su patria, Argentina, y
luego se desplaza a otra de sus patrias, Japón, para retornar, al final, a los caballos
de las pampas presentando el nuevo modelo de la Fiat, año 1971.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con lo más irrelevante y, quizá, más deleznable, surgen páginas que albergan intactas
la emoción y el fervor. Rescatar párrafos de Borges es seguir manteniendo vivo
el río de la lengua.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Intenciones </b>(1957)
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al presentar el primer número de la segunda época de la revista de la Biblioteca
Nacional de Buenos Aires, sita en la calle México, Borges contrapone la pasividad infinita
de la misma —todo el pasado sin la selección del olvido— al activismo histórico
de la revista, esa revista donde convivían un cuento de Manuel Peyrou con otro de
Mario Benedetti, todo ello ilustrado por Norah Borges. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La ironía del destino que le dio, a la vez, los libros y la noche, como a su antecesor
Groussac y más atrás a José Mármol, tres bibliotecarios ciegos en un laberinto infinito,
recalcan por contraste el papel de Borges como hacedor cultural. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No sólo en la prensa diaria, como en el caso de <i>Crónica</i>, sino en <i>Los Anales de
Buenos Aires</i> donde, también ilustrado por Norah Borges, publicaría <i>Casa tomada</i> de
Julio Cortázar, otra revista borgiana.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Borges traductor, Borges compilador de antologías, del cuento fantástico al matrero,
Borges director de coleccciones literarias, Borges bibliotecario en Almagro o en el centro
de Buenos Aires, Borges conferencista en la Cultural Inglesa o en la Dante Alighieri;
nadie más activo. Compaginar una revista, no sólo con sus amigos —caso de Bioy Casares
o Carlos Mastronardi, caso de Mujica Láinez, de quien publica traducciones de
los sonetos de Shakespeare— sino con jóvenes desconocidos que le acercan, confiados,
sus primeras páginas, he aquí otro mérito del sonriente maestro. La Biblioteca, cómo
no, sigue siendo infinita, pero la revista que la representa aún se deja leer con agrado.
Sus «Intenciones» siguen siendo válidas para cualquiera que intente tales empresas.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><i><a href="https://www.borges.pitt.edu/i/en-tu-aire-argentina" target="_blank">En tu aire Argentina</a></i></b> (1957)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Vinculado hace muchos años al diario <i>La Nación</i>, Cócaro ha escrito novelas y cuentos,
además de ensayos y trabajos periodísticos. Promovió la edición de minoritarias
revistas de poesía, en compañía de un juvenil Julio Cortázar, profesor en Chivilcoy.
Y su contacto con la gente de la pampa y de los pueblos de la provincia de Buenos
Aires se refleja en este libro de versos, prologado por Borges, donde la altisonancia
de la épica se hace más discreta e íntima, tal como le complacía ejercerla a Borges,
consciente de cómo el encuentro con su «destino sudamericano» es más bien coloquial,
y no por dulce menos terrible, que parnasiano.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pasión e individualismo: en Borges los héroes adquieren rostro humano. No es raro,
entonces, que simpatizara con la actitud de este primer Cócaro.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Akutagawa </b>(1959)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
En el mismo número de <i>La Biblioteca</i>, cuya introducción rescatamos, se encuentra
un breve pero esclarecedor trabajo de Kazuya Sakai sobre pintura japonesa. Destacado
artista plástico él mismo, y diseñador de la revista <i>Plural </i>de México en la época que
era dirigida por Octavio Paz, Sakai es también el traductor al español de los dos relatos
de Akutagawa que Borges prologa. <span style="font-size: x-small;">[Véase también</span><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-size: xx-small;"> </span><a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/12/jorge-l-borges-epilogo-de-vida-de-un.html" target="_blank">Jorge L. Borges: Epílogo de "Vida de un loco" de R. Akutagawa</a>]</span></div>
<span style="font-size: x-small;">
</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
Las relaciones de Borges con el Japón de seguro ya habrán merecido la tesis universitaria
correspondiente, que bien puede ir desde cuentos como <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/08/jorge-luis-borges-el-incivil-maestro-de.html" target="_blank">«El incivil maestro deceremonias Kotsuké no Suké»</a> (1933) hasta sus hermosos <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2016/01/jorge-luis-borges-tankas.html" target="_blank">tankas </a></i>o su <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/10/jorge-luis-borges-shinto-de-la.html" target="_blank">poema </a>sobre el
skintoísmo, fruto de sus últimos años y sus últimos viajes. <span style="font-size: x-small;"><a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/11/jorge-luis-borges-diecisiete-haiku.html" target="_blank">[Sumamos acá Jorge Luis Borges: <i>Diecisiete Haiku</i>]</a>.</span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero este prólogo, certero e informativo, reconstruye el ir y venir de las culturas
como un proceso de doble faz, en que es tanto lo que dan como lo que reciben, aun
si el censo de aportes no se halla totalmente establecido. En todo caso, la infinidad
de traducciones de Borges al japonés (conozco, por lo menos, una docena de títulos)
y el libro publicado por Eudeba en Buenos Aires sobre <i><a href="http://www.borges.pitt.edu/sites/default/files/Bujaldon%20de%20Esteves%20Borges%20y%20el%20Japon%20R.pdf" target="_blank">Borges en Japón</a> </i><span style="font-size: x-small;"><a href="http://catalogosuba.sisbi.uba.ar/vufind/Record/20160317044339233/Details" target="_blank">[+]</a></span>, son elocuentes
en su caso. El Japón también era otra de las patrias de su elección.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero quizá más que las entrevistas y los ensayos críticos recogidos en este último
volumen, son las fotos de María Kodama en <i>Atlas </i>las que mejor resumen, con una
imagen, el ininterrumpido diálogo de Borges con la cultura japonesa, acrecentado en
los últimos años por su amor a la propia María, hija de japonés.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Las fotos, entre templos y monasterios, lo convierten en otro monje más, tan sabio
e irónico como los que formulaban koans para desbaratar la lógica y el lugar común.
Con su kimono blanco, Borges, maestro-zen.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En todo caso, Akutagawa, a quien siempre incluyó en sus antologías del cuento fantástico,
con sus versiones poliédricas de un mismo suceso, queda aquí presentado en
español, por quien tenía una mente tan delicada y apocalíptica como la suya. Tan certera
en la percepción del desastre humano como de su jubiloso rescate a través del
juego, el humor y el arte. Como en el caso de Swift, las situaciones límites del animal humano
le permiten a Borges, vía Akutagawa, enfrentarse al horror y superarlo.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Prólogo a la exposición del libro español</b> (1962)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Más que los espejos, tigres y espadas, más que los laberintos mismos, el libro resume
a Borges. Es su cifra y símbolo. Lo supo en la Biblia de su abuela, en las clandestinas<i>
Mil y una noches árabes </i>y en la ilimitada biblioteca de libros ingleses de su padre.
Cuando lo visité en su apartamento de la calle Maipú en Buenos Aires, los que parecían
regir su mundo eran diccionarios y enciclopedias: útiles instrumentos para continuar
pensando y fabulando.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Su rigor termina por volverlas literatura fantástica. Quizá de allí provenga, también,
el agrado de la página con que presenta una muestra de libros españoles siendo director
de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La lista de libros reunidos es un panorama amplio de la industria editorial española
en ese momento. Lo que sí resulta conmovedor es el hombre paulatinamente ciego
que soñaba aun el Paraíso bajo la forma de biblioteca: una biblioteca «hecha a medida
del hombre». Donde se encontrara el goce de la relectura y esa eterna polaridad de
su espíritu, siempre dúctilmente conjugada, entre el fantasma ultraísta y el lector de
Virgilio. <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/07/jorge-luis-borges-alma-de-los-libros.html" target="_blank">«El sereno y fiel placer de lo clásico, y las agradables alarmas del hallazgoy de lo imprevisto».</a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El poeta que combina la fluida mesura de sus endecasílabos y la sorpresa de sus
imágenes, no por eternas menos nuevas —agua, río, rosa— escribió también ese «grave
porvenir» en el cual vivimos y que resulta incomprensible sin su escritura. Un hombre
escribe. El libro que redacta termina por darle sentido a esa lectura que ha sido su
vida, aun cuando quien escribe crea que no había vivido ni fue feliz, pero sus frases,
cierto gozoso disfrute que en ellas brilla, residuo alquímico de la muda existencia,
nos confirman cómo transformó sus días en rumor y música. Decía en <i>La moneda
de hierro</i> (1976) <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/12/jorge-luis-borges-el-remordimiento.html" target="_blank"><span style="font-size: x-small;">["El remordimiento"]</span></a>:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>He cometido el peor de los pecados</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>que un hombre puede cometer. No he sido </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>feliz.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i> Mi mente </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>se aplicó a las simétricas porfías </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>del arte, que entreteje naderías.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Quien recitaba a Hugo y Verlaine terminaba por asentir ante Mallarmé: todo confluye
en un libro. O, más modestamente, en un simple catálogo de libros.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><i><a href="http://catalogosuba.sisbi.uba.ar/vufind/Record/http%253A%252F%252Fwww.cnba.uba.ar%252FLibros%252FABU00043449" target="_blank">El enigma de Shakespeare</a></i></b> (1964)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Glosar las Sagradas Escrituras borgianas puede ser, como la otra, una tarea tan deleitosa
como infinita. En <i>El enigma de Shakespeare</i>, transcripción de una cinta magnetofónica
con motivo del cuarto centenario del dramaturgo, el atribuir las obras de Shakespeare
a Bacon o a Marlowe le da pie para un grato recorrido donde conjura insensateces
criptográficas y delirios interpretativos y recurre, con sosegado humor, a mostrar
las imposibilidades psicológicas o verbales que impide la primera atribución.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En el caso de Marlowe su análisis se hace más fino, del placer estético a las conjeturas
de la novela policial, para concluir con una bella metáfora de dos caras.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Shakespeare, que encierra y resume a todos los hombres, fue para sus contemporáneos
invisible, como en cierta forma también lo fue Cervantes para los suyos. Pero el poder
creador de Shakespeare, surgido directamente del contacto con los autores y el escenario,
podía apagarse, en silencio y sin remordimientos, luego de esa magia instantánea.
Además, a Shakespeare, dueño y señor de todas las palabras, no le pareció pertinente
buscar aquellas que describieran su silencio apacible de propietario campestre. La conferencia
se convierte así en el borrador ampliado de otro texto borgiano: <a href="https://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/06/jorge-luis-borges-everything-and-nothing.html" target="_blank">«Everythingand Nothing»</a>. Una creación que brota de la erudición. Un erudito que brinda las fuentes
de su creación.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<b><i><a href="https://www.borges.pitt.edu/i/del-amor-y-los-otros-desconsuelos" target="_blank">Del amor y los otros desconsuelos</a></i></b> (1968)<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Gustavo García Saraví, poeta argentino que ha cultivado con gran acierto el soneto,
y muy vinculado a España, ve prologada su obra por Borges. Una obra donde lo personal
y lo histórico se entrelazan, ahondando el pasado a partir de la referencia personal
Borges propone entonces un rescate de la historia argentina y de las fechas que son
hoy placas de mármol.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por ello, repasar la obra poética de Borges es encontrar también su versión de la
historia argentina, desde la primera junta de gobierno, durante el congreso de Tucumán,
hasta su oposición al régimen de Perón. Pero el hombre que nos ha dado su
personal versión del pasado histórico es también el prologuista que ha señalado a nuestra
atención innumerables textos que vale la pena revisar. Su propia historia literaria
argentina. Allí están Mariana Grondona y un libro de viajes por Europa, allí están
Waüy Zenner y dos libros de poemas, allí está Susana Bombal y su novela y Emma
Risso Platero y su libro de narraciones fantásticas. Hay que releer entonces con ojos
de Borges y ver qué queda de todo ello. <i>Prólogos con un prólogo de prólogos</i> (1975)
ofrecía ya muchas opciones para reconstruir la peculiar historiografía literaria borgiana.
A ello deben añadirse, además de los mencionados, estos de Cócaro y García Saraví.
Gracias a Borges la literatura argentina se dilata en sus silencios y en sus márgenes.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Los morenos </b>(1970)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ya en 1935, cuando publicó <i>Historia Universal de la Infamia</i>, Borges, a través de
«<a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2015/08/jorge-luis-borges-el-atroz-redentor.html" target="_blank">El espantoso redentor Lazarus Morell</a>» había prestado atención a lo que el aporte
negro significó en la cultura de América, desde el irónico arranque del cuento:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>En 1517 el P. Bartolomé de las Casas tuvo mucha lástima de los indios que se extenuaban
en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas, y propuso al emperador
Carlos V la importación de negros que se extenuaran en los laboriosos infiernos de
las minas de oro antillanas.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El cuento, que según Mary Lusky Friedman (<i>Una morfología de los cuentos de Borges</i>,
1990) pinta «un retrato estereotipado de las plantaciones de EE.UU antes de la
guerra civil», propone ya muchas de las consecuencias que Borges atribuye a ese gesto
del P. de las Casas, y que treinta y cinco años después volverá a repetir en su prólogo
a la carpeta de dibujos del artista uruguayo Carlos Páez Vilaró, creador también de
un singular conjunto arquitectónico en la costa uruguaya: «CasaPueblo».</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esas consecuencias eran, en el cuento, y refiriéndose a Sudamérica: «el éxito logrado
en París por el pintor doctor oriental D. Pedro Figari, la buena prosa cimarrona del
también oriental D. Vicente Rossi» y «la fornida carga a la bayoneta llevada por Soler
al frente de sus Pardos y Morenos en el Cerrito», todos ellos mencionados de nuevo
al hablar de Páez Vilaró y sus ágiles dibujos, de trazo rápido, donde los patios y la
bullente vida de los balcones entretejen su ágil red.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
De todos modos, Borges no parece ir más allá de estas reiteradas referencias, en
su balance de la cultura negra en el Río de la Plata, y de una resignada aceptación
de la esclavitud, redimida por algún gesto heroico o de una asimilación, despojada
de memoria histórica. La anécdota final acentúa la desamparada soledad de unas gentes
en una tierra a la que habían sido arrastrada por la fuerza y vendidas al mejor
postor. Sin embargo, el brillo exótico de la<i> Historia Universal de la Infamia </i>había
terminado por convertirse en un dolor inmediato y fraterno, vivido en la intimidad
de su propia casa.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Fiat Concord</b> (1971)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Borges, para subsistir primero y luego dentro de su amabilidad sempiterna, condescendió
a muchos encargos: un folleto sobre Argentina para Varig, una conferencia sobre
literatura fantástica editada por Olivetti, y un hermoso testimonio sobre los amigos,
que comienza con su padre y con Macedonio Fernández, para un laboratorio farmacéutico.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dentro de este género se sitúa la carpeta con acuarelas de Castagnino —vigorosos
rostros de caballos, en entrecruzado tropel de piernas y cascos— para promover un
nuevo modelo de la Fiat.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El texto, como siempre, le sirve para ir más allá de su función publicitaria. Reflexiona
sobre la historia argentina —«Caballos y hacienda se multiplicaron bíblicamente
y contribuyeron a convertir el virreinato más modesto y más indigente en una de las
primera repúblicas latinoamericanas»— y para amonedar una imagen arquetípica de
su patria: «el hombre firme en el caballo».</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Sin estar obnubilados por la admiración asoma la sospecha, inconcebible pero cierta,
de que Borges era incapaz de una página menor. Ésta, con el involuntario humorismo
de sus finales «caballos de fuerza» termina por traer un eco de remotos orígenes y
hazañas legendarias. De una épica menor, pero épica al fin, del primer caballo al Fiat
Concord. Borges, publicista, sabía persuadir.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Ramón Columba: <i>El Congreso que yo he visto</i></b> (1918)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Para los «Esquemas» de la Editorial Columba de Buenos Aires, Borges preparó tres
delgados y útiles volúmenes: literatura inglesa, norteamericana y uno sobre el budismo,
en colaboración con Alicia Jurado. También prologó un cuarto, colectivo y más voluminoso,
sobre la Argentina.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Estos trabajos, algunos de los cuales le ayudaron a subsistir cuando el peronismo
lo dejó cesante como bibliotecario y lo nombró inspector de aves en un mercado de
Buenos Aires, están detrás de este prólogo hecho a la recopilación de anécdotas y caricaturas
que Ramón Columba, el editor, dedicó al Congreso argentino y a sus representantes,
entre 1906 y 1943.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Señala Borges el carácter a la vez preciso y espectral de todo retrato, ya que subsiste
más allá del muerto y en alguna forma lo encarna para siempre, y reflexiona luego
sobre la caricatura que tiene «como todas las artes, la misteriosa obligación de ser
grata». El valor del prólogo se enriquece, como en el caso de Páez Vilaró, con un recuerdo
personal de Borges, mostrando su estrategia en tal campo: erudición histórica
que desemboca en referencia autobiográfica. Así, Borges dibuja, con un generoso rasgo,
al editor de los serviciales «Esquemas», mostrando, una vez mas, cómo la palabra termina
por recrear, mejor incluso que las líneas del lápiz, la silueta de un hombre. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b>
<b>María Luisa Bombal</b> (1988)</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La autora de <i>La última niebla</i> y <i>La amortajada</i>, publicadas por <i>Sur</i>, debería fascinar
a Borges. Esa joven chilena pelirroja había logrado crear un mundo narrativo propio.
María Luisa Bombal, con su firme pulso para borrar los límites entre vida y muerte,
y su actitud inteligente y emancipada en la vida diaria, causó una impresión imborrable
entre sus amigos argentinos de los años 40, tal como lo confirma una página de
José Bianco, el mítico secretario de redacción de <i>Sur</i>, ahora incluida en su libro <i>Ficción
y reflexión</i> (Fondo de Cultura Económica). Por ello, muchos años más tarde, Borges
deja consignada, en inglés, su admiración por una escritora sutil, que había aprendido
a hablar desde la muerte, como en el caso de <i>La amortajada</i>, y era, sin lugar
a dudas, una de las mejores, como lo atestiguan las reediciones (Seix-Barral) y las biografías
que se han escrito sobre su atrayente y desgarrada figura. La edición en inglés
de sus textos confirma su irradiación creciente y la importancia, cada día mayor, de
su aporte a nuestras letras. Borges lo supo antes que nadie.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-fEPoE0f3joM/WwnKGQADTaI/AAAAAAABS50/RgkjrUDBlI0TeBpBiGXjJ0ZXWnK18nJ6QCLcBGAs/s1600/Screenshot.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="402" data-original-width="294" height="320" src="https://4.bp.blogspot.com/-fEPoE0f3joM/WwnKGQADTaI/AAAAAAABS50/RgkjrUDBlI0TeBpBiGXjJ0ZXWnK18nJ6QCLcBGAs/s320/Screenshot.png" width="234" /></a><a href="https://4.bp.blogspot.com/-PfhtDjwgYkA/WwnKBHF99zI/AAAAAAABS5w/P3HaxPSQ7sYdYvOqpIrX8bqh8kbDejaRwCEwYBhgL/s1600/Screenshot%2B%25281%2529.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="419" data-original-width="369" height="320" src="https://4.bp.blogspot.com/-PfhtDjwgYkA/WwnKBHF99zI/AAAAAAABS5w/P3HaxPSQ7sYdYvOqpIrX8bqh8kbDejaRwCEwYBhgL/s320/Screenshot%2B%25281%2529.png" width="281" /></a></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<!--[if gte vml 1]><v:shapetype id="_x0000_t75" coordsize="21600,21600"
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://3.bp.blogspot.com/-Ity4D0CHHtA/XH6yVeHzYtI/AAAAAAABV5Y/jZN20bD3i5Q_LAbQ3heUpR3WtH-Qx7M_QCLcBGAs/s1600/cuadernos-hispanoamericanos-505%2B507%252C1992-P%25C3%25A1g.%2B1%2Bdel%2BIndice.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="819" data-original-width="1172" height="278" src="https://3.bp.blogspot.com/-Ity4D0CHHtA/XH6yVeHzYtI/AAAAAAABV5Y/jZN20bD3i5Q_LAbQ3heUpR3WtH-Qx7M_QCLcBGAs/s400/cuadernos-hispanoamericanos-505%2B507%252C1992-P%25C3%25A1g.%2B1%2Bdel%2BIndice.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<span style="font-size: x-small;">En</span><span style="font-size: xx-small;"><span style="font-size: xx-small;"> </span><i>Cuadernos Hispanoamericanos "Homenaje a Jorge Luis Borges", </i><span style="font-size: xx-small;">73</span></span><br />
<span style="font-size: x-small;">N° 505-507 Julio Septiembre 1992</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Dirigieron esta publicación: Pedro Laín Entralgo, Luis Rosales, José Antonio Maravall</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Director: Félix Grande</span><br />
<span style="font-size: x-small;">Madrid, Instituto de Cooperación Iberoamericana</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;">Imagen arriba: <a href="https://pro.magnumphotos.com/image/NN11572676.html" target="_blank">Borges en Palermo, Sicilia, 1984</a></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><a href="https://pro.magnumphotos.com/image/NN11572676.html" target="_blank">© Ferdinando Scianna/Magnum Photos </a></span><span style="font-size: x-small;"><br /><br /> Abajo: Facsímiles de la edición aludida</span><br />
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-72787102967922570982019-03-04T11:54:00.000-03:002019-03-04T11:54:10.182-03:00Jorge Luis Borges: Alejamiento (1923)<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-XqySESrx0ro/XHyM-pTJ4SI/AAAAAAABV5A/A5o5JEhc0Xkdtuahv1hXJmJtvsG09JIJACLcBGAs/s1600/Sicily%2BSelinute.%2BBorges%2Bpor%2BScianna%2B1984%2BMagnum%2BNN11572667.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="697" data-original-width="1031" height="432" src="https://1.bp.blogspot.com/-XqySESrx0ro/XHyM-pTJ4SI/AAAAAAABV5A/A5o5JEhc0Xkdtuahv1hXJmJtvsG09JIJACLcBGAs/s640/Sicily%2BSelinute.%2BBorges%2Bpor%2BScianna%2B1984%2BMagnum%2BNN11572667.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
<br />
Más allá de las casas del suburbio<br />
sórdidas como puños llenos de flaca ira<br />
por el campo espaciado<br />
sobre el Tajo donde dos ríos<br />
adunan sus pueblos de agua<br />
cantando,<br />
tu recuerdo ya doloroso<br />
dio demasiadas veces su resplandor a mi sombra,<br />
su resplandor de quemazón que me abrasa.<br />
<br />
Negado por las cosas y negándolas,<br />
caminé yo con tu recuerdo por esos campos<br />
que sólo eran la certitud de tu ausencia.<br />
Hoy me vino tu carta<br />
embanderando con su claror mi jornada.<br />
Tu carta me devuelve las campiñas<br />
y la enhiesta arboleda que enriquece<br />
con su soberbia de hojas el cielo atardecido:<br />
¡Tierras que nunca viste!<br />
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<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: x-small;">Ginebra, 1923 </span></div>
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<span style="font-size: x-small;">En <i>Alfar</i>, La Coruña, N° 36, enero de 1924</span><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-size: x-small;">"<i>Alfar</i>, revista auspiciada por la Casa de América de Galicia, fue creada en el norte de España para fortalecer las relaciones entre América Latina y la Madre Patria. En la época <i>Alfar </i>era dirigida por un poeta uruguayo, Julio J. Casal, que era también cónsul de su país natal" (Rodríguez Monegal, 1987).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-size: x-small;">Luego en </span><i><span style="font-size: xx-small;">Textos recobrados 1919-1929</span></i><span style="font-size: x-small;"> </span><br />
<span style="font-size: x-small;">© 1997 y 2007 María Kodama<br />Buenos Aires, Sudamericana, 2011<br /><br />Imagen: <a href="https://pro.magnumphotos.com/CS.aspx?VP3=SearchResult&VBID=2K1HZO4YGDL2MQ" target="_blank">Borges </a></span><span style="font-size: x-small;"><a href="https://pro.magnumphotos.com/CS.aspx?VP3=SearchResult&VBID=2K1HZO4YGDL2MQ" target="_blank">en Selinunte, Sicilia, 1984 </a><br /><a href="https://pro.magnumphotos.com/CS.aspx?VP3=SearchResult&VBID=2K1HZO4YGDL2MQ" target="_blank">© Ferdinando Scianna/Magnum Photos</a></span><br />
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<span style="background-color: white; font-family: "verdana" , "geneva" , sans-serif; font-size: xx-small;"><br /></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5849821048388660391.post-73369496534185073482019-03-02T13:21:00.003-03:002019-03-02T13:21:51.456-03:00Jorge Luis Borges-Osvaldo Ferrari: El arte debería liberarse del tiempo ("En diálogo", I, 12)<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://4.bp.blogspot.com/-9zFN_bU4UVk/XHqjnqfIiFI/AAAAAAABV4s/mQPr5TQGTXElvwCc3-NbNtX3AmuB0tVFwCLcBGAs/s1600/Borges%2Bjanvier%2B1983%2B%25C3%25A0%2BParis%2B%2BRapha%25C3%25ABl%2BGILLARDE%2BGAMMA-RAPHO%2Bdetail%2Bgamma_4912123.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="820" height="374" src="https://4.bp.blogspot.com/-9zFN_bU4UVk/XHqjnqfIiFI/AAAAAAABV4s/mQPr5TQGTXElvwCc3-NbNtX3AmuB0tVFwCLcBGAs/s640/Borges%2Bjanvier%2B1983%2B%25C3%25A0%2BParis%2B%2BRapha%25C3%25ABl%2BGILLARDE%2BGAMMA-RAPHO%2Bdetail%2Bgamma_4912123.jpg" width="640" /></a></div>
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<b>Osvaldo Ferrari</b>: <i>En la audición de hoy conversamos con Borges sobre la belleza. Antes del inicio del diálogo sobre la belleza se transcribe la respuesta de Borges a la pregunta por el lugar que deberían ocupar el arte y la literatura en nuestra época, formulada en una conversación anterior.</i></div>
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<b>Jorge Luis Borges</b>: El arte y la literatura… tendrían que tratar de librarse del tiempo. Muchas veces a mí me han dicho que el arte depende de la política o de la historia. No, yo creo que eso es todo falso.</div>
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<br /></div>
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<i>—Claro.</i></div>
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<br /></div>
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—Bueno, Whistler, el famoso pintor norteamericano, asistía a una reunión, y ahí se discutían las condiciones de la obra de arte. Por ejemplo: la influencia biológica, la influencia del ambiente, de la historia contemporánea… Entonces Whistler dijo: «Art happens», el arte sucede, el arte ocurre, es decir, el arte… es un pequeño milagro.</div>
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<br /></div>
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<i>—Verdaderamente.</i></div>
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<br /></div>
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—Que escapa, de algún modo, a esa organizada causalidad de la historia. Sí, el arte sucede —o no sucede—; eso tampoco depende del artista.</div>
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<br /></div>
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<i>—Otra de las cosas de las que ya no se suele hablar, ni pensar, Borges, además del espíritu, es la belleza. Lo curioso es que ni siquiera los artistas, ni los escritores, últimamente, hablan de lo que supuestamente fue siempre su inspiración o su objetivo; es decir, de la belleza.</i></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
—Bueno, quizá la palabra se haya gastado, pero el concepto no; porque, ¿qué finalidad tiene el arte si no la belleza? Ahora, quizá la palabra <i>belleza </i>no sea bella, pero el hecho lo es, desde luego.</div>
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<br /></div>
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<i>—Cierto. Pero, en su escritura, en sus poemas, en sus cuentos…</i></div>
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<br /></div>
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—Yo trato de evitar lo que se llama «el feísmo», que me parece horrible, ¿no? Pero ha habido tantos movimientos literarios con nombres horribles. Por ejemplo, en México hubo un movimiento literario apodado de un modo terrorífico: el estridentismo. Pero finalmente se calló la boca, que era lo mejor que podía hacer. Aspirar a ser estridente, qué incómodo ¿no? Era un amigo mío: Manuel Maples Arce; él dirigió ese movimiento contra un gran poeta: Ramón López Velarde. Él dirigió ese movimiento estridentista, y yo recuerdo el primer libro de él, que, desde luego, sin ningún asomo de belleza, se llamaba <i>Andamios interiores</i>, lo cual es muy muy incómodo, ¿no? (<i>ríe</i>), tener andamios interiores. Yo recuerdo un solo verso, que no estoy seguro de que sea un verso, y era éste: «Y en todos los periódicos se ha suicidado un tísico», el único verso que recuerdo, y, quizá, ese olvido sea piadoso, ya que si ése era el mejor verso del libro, quizá no convenga esperar mucho de él. Y lo he visto muchos años después en el Japón —creo que fue embajador de México en el Japón— y eso lo hizo olvidar no la literatura, pero sí su literatura. Pero, ha quedado en las historias de la literatura —que recogen todo— como fundador del estridentismo (<i>ríen ambos</i>), una de las formas más incómodas de la literatura, querer ser estridente.</div>
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<i>—Sí, ahora, ya que hablamos de la belleza, quiero consultarlo sobre algo que me ha llamado siempre la atención: Platón dice que de todos los entes arquetípicos, sobrenaturales, el único visible en la Tierra, el único manifiesto, es la belleza.</i></div>
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—Bueno, pero manifiesto a través de otras cosas.</div>
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<i>—Captable por los sentidos.</i></div>
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—No sé si por los sentidos.</div>
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<i>—Así dice Platón.</i></div>
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<br /></div>
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—Bueno, desde luego, supongo que la belleza de un verso tiene que pasar por el oído, y la belleza de una escultura tiene que pasar por el tacto y por la vista. Pero ésos son medios, nada más. No sé si vemos la belleza o si la belleza nos llega a través de formas, que pueden ser verbales o escultóricas, o auditivas en el caso de la música. Walter Pater dijo que todas las artes aspiran a la condición de la música. Ahora, yo creo que eso puede explicarse porque en la música el fondo y la forma se confunden. Es decir, usted puede contar el argumento, digamos, de un cuento —posiblemente traicionándolo— o el argumento de una novela, pero no puede contar el argumento de una melodía, por sencilla que sea. Stevenson dijo —pero yo creo que es un error— que un personaje literario no es otra cosa que una sarta de palabras. Bueno, eso es verdad, pero, al mismo tiempo, es necesario que lo sintamos como algo que no sea esa mera sarta de palabras, es necesario que creamos en él, me parece.</div>
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<i>—Es necesario que de alguna manera sea real.</i></div>
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—Sí, porque creo que si sentimos a un personaje como una sarta de palabras, ese personaje no ha sido creado felizmente o acertadamente. Por ejemplo, tratándose de una novela, debemos creer que los personajes viven más allá de lo que el autor nos dice de ellos. Por ejemplo, si pensamos en un personaje cualquiera, un personaje de una novela o de un drama, tenemos que pensar que ese personaje —en los momentos en que no lo vemos— duerme, sueña, cumple con diversas funciones. Porque, si no, sería del todo irreal para nosotros.</div>
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<i> —Claro. Hay una frase de Dostoievsky que me llama tanto la atención como la de Platón. Él dice acerca de la belleza: «En la belleza, Dios y el diablo combaten, y el campo de batalla es el corazón del hombre».</i></div>
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—Es una frase muy parecida a la de Ibsen: «Que la vida es un combate con el demonio en las grutas o en las cavernas del cerebro, y que la poesía es el hecho de celebrar el juicio final sobre uno mismo», y hay cierto parecido, ¿verdad?</div>
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<i>—Hay cierto parecido. Ahora, Platón atribuye a la belleza un destino, una misión. Y, entre nosotros, Murena ha dicho que él considera que la belleza puede transmitir una verdad extramundana.</i></div>
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—Y, supongo que si no la transmite es inútil; si no la recibimos como una revelación más allá de lo que nos dan los sentidos. Pero, yo creo que es común ese sentimiento. Yo he notado que la gente es continuamente capaz de frases poéticas, que no aprecia. Por ejemplo, mi madre (yo he usado esa frase literariamente), mi madre comentaba la muerte de una prima nuestra, que era muy joven, con la cocinera, cordobesa. Y la cocinera le dijo, sin darse cuenta de que era una frase literaria. «Pero señora, para morir, sólo se precisa estar vivo». Sólo se precisa… y ella no se dio cuenta de que era una frase memorable. Yo la usé después en un <a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/12/jorge-luis-borges-hombre-de-la-esquina.html" target="_blank">cuento</a>. «No se precisa más que estar vivo»*, no se precisa, como que no se requieren otras condiciones para la muerte, uno suministra ésa que es la única. Creo que la gente continuamente dice frases memorables y no se da cuenta. Y quizá la función del artista sea recoger esas frases y retenerlas. En todo caso, Bernard Shaw dice que casi todas las frases ingeniosas de él, son frases que él ha oído casualmente. Pero eso puede ser una frase ingeniosa más, o un rasgo de la modestia de Shaw.</div>
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<i>—El escritor sería, en ese caso, un gran coordinador del ingenio de los demás.</i></div>
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—Sí, y, digamos, un amanuense de los otros, un amanuense, bueno, de tantos maestros, que quizá lo importante sería ser el amanuense y no el generador de la frase.</div>
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<i>—Una memoria individual de lo colectivo.</i></div>
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—Es cierto, vendría a ser eso, exactamente.</div>
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<span style="font-size: x-small;">* <i><a href="http://borgestodoelanio.blogspot.com/2014/12/jorge-luis-borges-hombre-de-la-esquina.html" target="_blank">Hombre de la esquina rosada</a></i></span><br />
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<span style="font-size: x-small;">Título original: <i>En diálogo</i> (edición definitiva 1998) <br />Jorge Luis Borges & Osvaldo Ferrari, 1985 <br />Prefacio: Jaime Labastida <br />Prólogos: Jorge Luis Borges (1985) & Osvaldo Ferrari (1998)</span><div>
<span style="font-size: x-small;"><br /></span></div>
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<span style="font-size: x-small;">Imagen: Borges janvier 1983 à Paris</span></div>
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<span style="font-size: x-small;"><a href="https://www.gamma-rapho.com/fr/asset/assetFile/id/4912123/size/3/type/1" target="_blank">Photo Raphaël Gillarde (detail)</a> - <a href="https://www.gamma-rapho.com/fr/" target="_blank">Gamma-Rapho</a></span></div>
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Unknownnoreply@blogger.com3